Holi~ Holi~ Tenía tiempo que había escrito todo esto, sin embargo no me animaba a publicarlo por la falta de uno de los Point Of View.

Esta hecha con y para mi linda Hellovick, que roleó a Elliot bastante tiempo conmigo.

¡Espero les guste!


Han pasado… mil años, mentira, en realidad han pasado al menos uno o dos años desde que ingrese en la academia Lutwidge junto con mi sirvienta, Victoria. Desde que leí la carta donde decía que debía mudarme a este lugar, mi vida dio un horrible giro de ciento ochenta grados.

Ese día, empezando desde ir a nuestra habitación, ahí nos esperaban nuestros nuevos uniformes con mini-faldas, eso fue un espanto pero no me quedó más remedio que simplemente cambiarme de ropa. Fue tan incómodo al principio, ya que yo siempre usaba ropas similares a las de un varón o vestidos de encajes, pero nunca una falda.

Al terminar de arreglarme lo primero que hice fue correr hasta la biblioteca con Victoria, íbamos tomadas de la mano, evitando las miradas de los demás, nunca fuimos muy buenas para socializar, y la biblioteca era un buen lugar para escondernos. Cuando llegamos yo miraba con ilusión y emoción los alrededores, dando despacio unas cuantas vueltas para ver mejor, habían libros por todos lados, estantes por doquier y era un lugar amplió, simplemente perfecto.

Simplemente corrí, mirando las secciones con entusiasmo, tantos libros para leer, libros ya leído, nuevos mundos para adentrarme, mundos por conocer, nuevos conocimientos, emociones. Era algo que siempre he amado y seguiré amado. Termine en la sección de aventuras y paseé la mirada por los libros. Emocionada, dije para mí misma "Holy Knight".

Caminaba despacio mirando cada número, todos los volúmenes publicados hasta ahora se encontraban ahí, esperando a que alguien los leyera. Finalmente tome entre mis manos el volumen XVI, lo miré con melancolía y una pequeña sonrisa dibujada en los labios, este era, este era el volumen donde mi amado personaje moría. Abrí el libro más o menos a la mitad y comencé a pasear la mirada despacio, leyendo e imaginando lo que cada palabra me daba a entender.

-¿Te gusta… esa historia?-Me preguntó alguien, por la voz atine a que era un muchacho, no levante si quiera la mirada.

-No me gusta, me encanta-Corregí la pregunta al responder, ampliando un poco la sonrisa, no despegaba mi vista para nada, si hubiera podido, le hubiera empujado diciéndole que no molestara, que estaba en mi zona de lectura.

-Pues a mí también-Continuó hablando, pareció molesto que intentara aun así hablarme, cuando yo ni siquiera tenía interés en su presencia. Así que levante la mirada, frente a mi estaba, efectivamente, cabellos cenizos y orbes celestes, ahí estabas tú, frente a mí, tenías el ceño fruncido y yo suspiré. Sabía quién eras tú, me maldije un millón de veces por dentro.- ¿No nos conocemos de alguna parte?-Inquirió con cierta curiosidad en la voz.

-No-Fruncí los labios esperanzada de que te hubieras olvidado de mí. Sabía que eras era el heredero Nightray y eso me irritaba, no esperaba encontrarme contigo, aquí, eso era molesto y peor aún, que mi apariencia poco convencional no fuera algo que cualquiera pudiera pasar de largo, mi cabello era obscuro muy obscuro y entre esos tan castaños cabellos existían mechones de un color azul turquesa, casi celeste, y en mi mejilla izquierda, bajo mi ojo, siempre he tenido una pequeña marca de nacimiento en forma de luna, serías un idiota si me hubieras olvidado, pero igual estaría bien para mí, me ahorraría problemas.

Cruzaste los brazos sobre su pecho y me miraste desafiante. Enarque una ceja mientras sonreía, esa acción de querer intimidarme era graciosa entonces cerré de golpe el libro y te miré un poco más apacible, esperando alguna otra cosa que pudiera divertirme.

-Tú… eres la otra heredera, Alice Berzelius-Acertaste, simplemente rodé mis ojos con enorme molestia, deseando que mi amiga regresara y me sacara de este problema, porque eras un problema para mi.-Soy Elliot Nightray, nos conocimos en tu fiesta hace unos meses-Continuabas hablando, como si buscaras algún motivo para debatir conmigo. Ladeé una sonrisa.

-Ya me di cuenta-Suspiré pesadamente y entonces regrese de un golpe aquel libro a su lugar-. Es… una dicha volver a verte.

-Lo mismo digo-Me contestó en el mismo tono de voz irritado.

En ese instante tú me preguntaste por mi amiga, realmente no quise contestarte a lo que desvíe la mirada. Bufaste y tomaste unos libros, diciendo que ahora me dejarías sola y entonces te marchaste, sentí cierto alivio. Al fin podía continuar atrapada entre libros.

En el momento que creí que todo ya estaba bien, un ruido bastante escandaloso de dos voces gritando se escuchó a lo lejos. Suspiré pesadamente y tomé un libro cualquiera, bastante grueso me dirigí hasta donde se escuchaba aquel molesto escandaló y de nuevo, ahí estabas, peleando a todo pulmón con mi sirvienta mientras el tuyo simplemente observaba como un idiota lo que hacías. Tiré el libro.

-Ah, pequeño demonio-Fue lo que dijiste, acariciando tu cabeza ante el golpe, luego refunfuñaste, el sentimiento de odio parecía ser mutuo, lo cual era gracioso porque tú nunca me habías echo nada y eso te ponía de malas.

-Se me ha resbalado…-Musite, recogiendo aquel libro, pude escuchar como tu sirviente trataba de calmar a la mía, diciéndole que al menos no estaremos en las mismas clases por la diferencia de un año de edad. El mismo se dirigió a ti, con el ceño fruncido, a lo que me quede en silencio, dedicándome a mirar aquella escena.

-No hagas esa cara de ogro, tienes que ser un caballero-Dicho esto, apuntó a Victoria y luego a mí.- Son unas damas, edúcate, no seas bestia-Farfullaba aquel moreno a prisa.

Tú me señalaste y replicaste que no era dama, sino, una bruja. Victoria rió ante todo esto y dios, así siguió una discusión entre Leo y tú, yo solo observaba con el ceño fruncido todo ese palabrerío. Más allá de ser divertido, estaba pareciendo un dolor de cabeza, en un lugar que debería ser silencioso, estos dos estaban haciendo el escándalo de la historia.

Me acerque a ambos y fingí tristeza para luego pedirte disculpas, tú quedaste sorprendido al principio, con los ojos bien abiertos pero luego volviste a fruncir el ceño, no te cuadraba que mi personalidad allá cambiado así cómo así. Tu sirviente exigió que te disculparas, entonces lo hiciste de mala gana, solo subí la mirada y note como tú mantenías la tuya desviada. ¡Viva el orgullo!

Me disculpe de nuevo, y solo mantenía la mirada en ti, esperando algo más. Leo te dio un golpe en el brazo, no te quejaste mucho, solo le dedicaste una mirada asesina y finalmente terminaste por pedirme que nos juntáramos mañana para hablar un poco de Holy Knight, no pude evitar emocionarme y asentir un tanto infantil, a lo que tú diste un suspiro, quejándote de que a ti te decían infantil. Déjame decirte, ciertamente lo eres.

Regrese a mi habitación por ese día con mi amiga Victoria, ambas con muchos libros en brazos y nos pusimos a leer hasta caer dormidas, no te volví a ver en ese día.


¡Gracias por leer! :3

¿Review?