Encontré este retazo que tenía por ahí y decidí subirlo. Mucho crack y posible ooc, están advertidos.

latin hetalia no me pertenece.


Universo Paralelo

Sebastián no era como él. Martín le había dicho que eran primos y amigos de la infancia, pero Miguel podía claramente ver que Sebastían NO era Martín. El uruguayo simplemente no era así de salvaje y tonto como el otro rubio a veces aparentaba, y aunque Miguel podía llegar a ser bastante despistado, no cometió el error de compararlos. Lo que sí hizo fue tomar demasiado vodka, ron y Dios sabe qué más, y llamarlo por el nombre del argentino, cosa que Sebastián le resintió bastante, pero finalmente se lo perdonó porque Miguel estaba borracho y no dejaba de llorar. Sebastián sabía que tenía que ver con su primo y como Miguel le dio pena, no lo dejó botado e incluso lo llevó hasta su apartamento. Eso sí, se fue antes de que el peruano comenzara a vomitar y no volvieron a hablar hasta pasados varios días cuando coincidieron en clase de estadística. No se tocó el tema del vergonzoso incidente, pero tanto Miguel como Sebastián sabían que el otro se acordaba bien de lo que ocurrió, en especial Sebastián.

Miguel tenía la mala suerte de haberle visto algo a Martín, aunque ni él sabía bien qué era. Tal vez había sido la pinta de galán, lo gringo que se veía (aún si todos afirmaban que era teñido) o el simple hecho de que era tan radiante, que era inevitable no quedársele viendo. Pero estaba enamorado de alguien que no le correspondía y amaba a otra persona. De alguien que sin embargo nunca se oponía a un buen polvo, y por más que Miguel se decía que tenía que dejar de arrastrarse por él, siempre volvía a terminar otra vez en la cama del argentino. No era que se quejase en el momento del acto, de hecho lo disfrutaba, pero luego la culpa (y encima la resaca que solía ser una constante cada que salía con Martín) lo hacía mierda y todo eso era demasiado para alguien tan como él.

Miguel no era más que un chico sencillo, de corazón y mente sencillas que sencillamente no daban con alguien tan… tan… tan Martín.

Miguel era demasiado bueno, habría dicho su hermana, pero también demasiado tonto por fijarse en argentino teñidos como el gaucho ese. De haber podido, Julita lo habría golpeado hasta que botara por cada poro de su piel hasta la última gota de aquel dichoso sentimiento, pero como la boliviana sabía que eso no era posible (y como de todas maneras en el fondo sabía que jamás golpearía a su adorado hermano) no lo intentó.

Pero Miguel sí lo intentó, una y otra vez. En vano. No era como si no supiese que era completamente imposible hacer que Martín olvidase a Manuela, eso lo sabía cualquiera, pero tampoco como si fuese a renunciar por completo a su cercanía con el rubio. Y por eso seguía intentando hacer esa cercanía más significativa, pero sus intentos siempre volvían a terminar en el fracaso y la cama del rubio.

Hasta que volvió a divisar a Sebastián en la barra, a un lado de la pista de baile.

Trató de actuar como si no le hubiese importado, pero de alguna manera le desagradaba la idea de Miguel estando así con su primo. Sabía que los dos ni se hablaban, por lo que tampoco entendía por qué de la nada Miguel se tambaleaba hacia él, riéndose mientras secolgaba de su hombro. No era que lo hubiese visto hacer eso con muchas personas, de hecho sólo se comportaba así con él y aquello lo hizo fruncir el ceño. Esa noche Miguel no se acercó a Martín, pero lo más raro de todo fue que Sebastián no echó al peruano de su lado y Martín de pronto creyó ya no entender en qué clase de universo paralelo había ido a acabar.