Rojo, el color carmesí inundaba el lugar, la pared blanca estaba coloreada de esa tonalidad, como el suelo. El mismo que Zack estaba tirado, sin mover un musculo.

Los ojos azules de Ray observaban atónita al individuo. Solo podía observar aquello.

Zack... Zack el...

Recostado en el suelo, un líquido rojo sobre él y a su alrededor.

Manchando. Manchándole.

—¡ZACK!

Entonces grita. Él abre los ojos aturdido por el chillido. ¡Carajo! ¡Estaba durmiendo!

—¿Estas pintando el suelo o la pared? —le preguntó cuándo abrió los ojos.

El aludido, se tapó con una mano por la luz brillante del techo y a los segundos de espabilarse, sonriente a la muchacha. Le preguntó: ¿Cómo está quedando?

—Como una escena del crimen —contestó sinceramente.

—¡Qué bien!

—¿Eh? —Arqueó una ceja —¿Quieres que duerma Angie en una habitación que parece que hubo un asesinato?

—Yeah—respondió rápido—Espero que le guste—dijo al rato acercándose a Ray, mientras acariciaba la panza que estaba bastante abultada. Esbozó una sonrisa y sus ojos irradiaban calidez.

—Le gustara—dijo al verlo de esa manera. Sonrió.

—¿Lo dices en serio?

—Sip —respondió. No entendía su "estilo" artístico, pero sabía que lo que hacía, lo realizaba con amor.—Porque lo pintaste para ella.

El sonrió, y atrayendo a la muchacha de la nuca, la beso en la boca.