¡Halo!

Je, nueva por estos lares. Espero que me tengan piedad con esta historia. En fin, dejo daticos…

Nombre: Vivir.

Autora: Chocolatina.

Pareja: Sasuke Uchiha & Sakura Haruno, entre otras.

Ranking: M.

Categoría: Angst, Hurt/Commfort.

Advertencia: Lenguaje fuerte, violencia, muerte de personajes, limme, lemmon.

Disclaimer: Naruto ni sus personajes me pertenecen. Sólo los uso para diversión sin ánimo de lucro. La trama de la historia si me pertenece.

Dato: Esta historia la he subido a otra página, pero me han dicho que se parece a un doujin llamado "Solace". Vuelvo a aclarar: la trama es COMPLETAMENTE mía, y si alguien desea publicarla en alguna otra página o traducirla, debe comunicármelo primero. ¡Digan NO al plagio!

Well, les dejo este, que sería el prólogo de la historia.

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Vivir

By

Chocolatina

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Prólogo:

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Rutina

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Sakura's POV:

Lo único que quiero… Es que vivas.

¡Papá!

Y las llamas lo consumieron.

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Desperté con una ahogada exclamación. De nuevo esa pesadilla. Sacudí mi cabeza para librarme de los vestigios de aquel mal sueño y escruté con los ojos mi habitación. Estaba completamente a oscuras, y sin embargo los rayos del sol podían filtrarse por las maderas permitiéndome alcanzaba a ver mi propia cama, en el centro de esta y con el edredón desparramado, la mesilla de noche a mi lado con el reloj y mi teléfono celular, mi escritorio con la silla oficiando como perchero, el pequeño armario y al lado de esta una estantería pequeña con algunos libros sin orden alguno, con las tapas vencidas por el frecuente uso. Con un suspiro me levanté de mi diminuto colchón para empezar el día. Después de todo, si duermes en el ático, nunca sabes a ciencia cierta qué horas serán.

Tomé mi uniforme de la escuela Konoha Gakuen compuesto por una camisa manga corta blanca con el logo de la escuela, un buzo escote en V negro, una falda negra tres dedos por arriba de la rodilla, el moño rojo y las típicas alpargatas blancas, todo esto arriba de mi silla. Era primavera, primero de abril, lo que significaba el comienzo de mi segundo año.

Bajé los interminables escalones rápida pero silenciosamente y me metí al baño. Cuando me despojé de las ropas, pude apreciar mi cuerpo desnudo. Por mi hombro izquierdo hasta cerca del omóplato se podía distinguir claramente una enorme marca violácea, otra más por las dos costillas, una cicatriz de dos centímetros en mi cadera, quemaduras de cigarrillos adornaban mis antebrazos y por último y más reciente, varias marcas en la parte baja de la espalda que se cruzaban. Hice una mueca ante mi aspecto. Hasta que no se me curaran por lo menos los moretones, no podría ponerme la malla de natación. Tendría que inventar una excusa para el profesor.

Luego de una ducha rápida, cepillé mis largos cabellos y me coloqué el uniforme. Comencé a aplicarme algo de lápiz negro en los ojos, y cuando estaba a punto de ponerme la máscara, escuché voces provenientes de la cocina, que estaba a escasos cuatro metros de mi posición.

— ¿¡Sakura! ¿¡Dónde carajo estás! ¡Ven a preparar el desayuno!

Madre, pensé inmediatamente. Seguramente el tío estaría dormido, producto de la borrachera de ayer noche.

— ¡Enseguida voy madre! —Grité. Apliqué sin muchos miramientos la máscara y caminé a toda velocidad a la cocina. Sumire Haruno se encontraba leyendo el periódico en la mesa de la cocina. Su cabello, rosa al igual que el mío, lo traía algo revuelto, mientras que sus ojos, lagañosos y de un color castaño, miraban con el ceño permanentemente fruncido las noticias.

—Buenos días madre —saludé yendo a la encimera. Ella no despegó los ojos del periódico.

— ¿Recién te bañaste? —Preguntó. Fruncí el ceño ante su pregunta.

—S-Sí. ¿Por qué…?

—Te dije Sakura que no me gusta el vapor del baño cuando alguien sale de bañarse, ya que me sofoco —gruñó—. ¡Ahora tardará más de dos horas en despejarse!

Me encogí ante sus críticas. Siempre era mi culpa.

—Lo lame…

—Sí, sí. Siempre lo lamentas. Pero no lo lamentaste tanto cuando tu padre murió.

Mi pecho se oprimió ante el recuerdo y un nudo en mi garganta hizo acto de presencia. ¡Sé fuerte! ¡No llores! ¡No frente a ella!

—Prepárame el desayuno. Ahora—ordenó.

Asentí, y comencé con mis tareas.

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Notas de la autora: ¿Bien? ¿Qué les pareció? ¿Bueno, malo, pasable? ¡Siempre pueden decirlo en un comentario ^^! Nos leemos en el primero capítulo.

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¡Hey tú! ¡Sigue los punticos!

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