Bueno, los personajes de esta historia no son míos, son de Arthur Conan Doyle y Steven Moffat-benditos sean-
John es de Sherlock y viceversa- no se discute- xD
DESAYUNO ROMÁNTICO
Después de una semana de prácticas, búsquedas por Internet y cosas por el estilo, Sherlock estaba decidido: Iba a llevarle el desayuno a la cama a su John.
Si, SU John. Desde hace un tiempo que lo aclamaba como de su propiedad, no quería compartirlo con nadie. John era suyo ¿Por qué tenía que compartirle?
Asi que un par de semanas atrás le pidió a John que compartiera con él una relación sentimental (cualquier cosa con tal de que fuera solo SUYO)
Al aceptar, su gran y querido hermano Mycroft le aseguró que, o había romanticismo, o su John pasaría de él e se iría con otras personas.
Le pidió ayuda a la buena de Molly, siempre tan amable ella.
-Que tu necesitas que?!- replicó con susto la mujer.
-Ideas románticas para enamorar a mi John. Molly, sabes que ese no es especialmente mi campo, necesito ayuda de una mujer experimentada.- Molly sonrió ante tal descripción y le dio la idea del desayuno romántico en la cama.
Prácticamente todo lo que sabía de relaciones lo había sacado de su gran amigo Google, siempre dispuesto a responder (aunque no siempre del modo correcto)
Sherlock ya lo tenía todo preparado: La bandeja con la bandera del Reino Unido que tanto le gustaba a su John, la taza blanca de porcelana llena de café recién hecho, y unas tostadas (un pelín quemadas) con mantequilla y en forma de corazón.
Sherlock sonrió ante su propia creación, y, aun en pijama, subió las escaleras hasta el cuarto de su John.
Llamó a la puerta (era la primera vez que lo hacía) y entró despacio en el cuarto.
-Buenos días mi…Buenos días John!- dijo con una sonrisa mientras veía al rubio despertarse y desperezarse.
-Sherlock, ¿Qué…?-
-¡Es un desayuno romántico!- le cortó el moreno.
John sonrió, con un poco de miedo en el cuerpo. Veía a Sherlock tan mono e inocente… para ciertas cosas, como estas. Cuando aceptó a Sherlock como "novio" sabía lo que le esperaba. Cosas románticas que Sherlock encontrara navegando por Internet, o, peor, cosas que se le ocurriesen a él solito, pero sabía que valdría la pena.
-Sherlock, ya te he dicho que no hace falta que te hagas el romántico por mí, que ya me gustas así- le dijo con dulzura.
Sherlock se sentó al borde de la cama aún con la bandeja entre los brazos, mirando hacia abajo, como un niño triste.
-Pero, te he preparado un desayuno romántico…- susurró el moreno.
John se arrepintió de haber rechazado aquello que Sherlock había hecho con toda la ilusión y el cariño del mundo. Se sentía como una basura.
-Muchas gracias Sherlock.- se acercó a él y le dio un tímido beso en la mejilla, con miedo por si este lo rechazaba, y con un rubor evidente en sus mejillas.
Sherlock por su parte agradeció el beso y sonrió con ternura.
-John, no quiero que me odies- dijo bajito- sé que el desayuno está horrible, pero aun así…- bajó la mirada
-Sherlock, no te odio. Al contrario. Es fantástico que hayas hecho algo que va en contra de tus principios para hacerme feliz-sonrió
Un Sherlock feliz le devolvió la sonrisa.
-Anda, ven- dijo John mientras dejaba la bandeja en su mesita de noche.
Su novio se puso donde éste le indicaba, en la cama, a su lado, y se acurrucó en su hombro. El rubio le miró a los ojos. Brillaban como dos esmeraldas esta vez. Era curioso verle los ojos cambiar. De un verde esmeralda a un azul mar, o hasta a un azul cielo. Extraordinario.
A semejanza del hombre que los tenía.
Nota de autor: Vale, sé que el género era fluff...pero creo que me ha quedado demasiado fluff xD
