Ningún personaje me pertenece, solamente los que mi torturada mente ha creado, lo demás pertenecen a "JotaKá (sigueescribiendoporfavor) Rowling"


¡Lumos!

...

Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas


Enfréntate a tus miedos

Aún recuerdo la primera vez que oí esas palabras.

Sabias ¿verdad?

Pero siempre son pronunciadas a la ligera. ¿Que por qué? Bueno, supongo que nadie se plantea nunca que es una de las cosas más difíciles que tendrá que hacer en su vida. Obviamente, como personas cuerdas e inteligentes que sois, de lo cual no tengo duda por supuesto, no deseáis ver vuestros más profundos temores llevados a la realidad, porque, ¿cómo se actúa en esos momentos?

Buena pregunta.

¿Existe una respuesta?

Es el momento de averiguarlo…

El muchacho con gafas estaba en medio de un fuego cruzado entre amigos y enemigos, recuerdos del pasado y del presente.

-¡Eh, muévete!

En ese preciso momento un destello verde pasó muy cerca a su lado, lo que hizo que reaccionara dando un respingo, se giró lo suficientemente rápido para ver como de nuevo sendos destellos verdes se acercaban.
Agarró al chico que le había gritado por el cuello de la camisa y lo empujó lo justo para que ambos cayeran a un hueco cercano dejado por una maldición de considerada potencia. Los rayos les pasaron tan cerca que les despeinaron el cabello.

Ambos se levantaron de un salto gritando a la vez.

Desmaius!

Por un momento el enmascarado se iluminó a causa de los hechizos, pero un segundo más tarde salió volando hacia atrás.

-¿Se puede saber que te ha pasado? –dijo el muchacho que tenía a su lado mientras se restregaba para quitarse el polvo que tenía en los ojos, ojos de color azul.

-¡NOOOO!

En ese momento dejó de respirar, se dio la vuelta lentamente notando el vértigo que sentía en el estómago, rezando para que aquello que veía no fuera real, y sólo cuando oyó el estallido de alguien desapareciendo, volvió a coger aire.

.

.

Una cortina de pelo rojo le caía sobre los hombros y respiraba con dificultad, era consciente que sus fuerzas empezaban a escasear, pero tenía que continuar, si quería vivir de lo cual, por cierto, estaba bastante segura, dejar de luchar no se encontraba entre una de sus opciones.
Fue en aquel momento cuando oyó aquel grito desgarrador que ponía los pelos de punta. Un grito no producido por el dolor físico, sino por algo mucho más profundo, un dolor que solamente puede producir el alma. Un alma que pierde a su gemela en la existencia, para siempre.

Se deshizo con un amplio movimiento de los dos contrincantes que le acosaban, y miró al frente. Todos sus sentidos disminuyeron hasta el punto de que no oía, no olía…, solo podía contemplar la escena que tenía ante sí.

En el suelo se podía ver el cuerpo sin vida de un hombre alto, y sobre él, una mujer con la cara surcada en lágrimas llamándole por su nombre y sacudiéndolo, en un vano intento para que regresara, pero era imposible pues él, ya estaba muy lejos.

Dos figuras se aparecieron al lado de la mujer y se la llevaron arrastras de allí, desapareciéndose de nuevo.

La chica sintió entonces como el volumen subía y a pesar de que todavía se sentía en una burbuja, fue consciente entonces de los sonidos que había a su alrededor, oía como el muchacho con gafas le llamaba por su nombre y le gritaba, "vamos, muévete, márchate", y en voz aún más fuerte exclamaba "retirada".

A lo que al punto agarró el cuerpo tirado en el suelo y se desapareció también.

Pero ella no podía hacer nada porque en ese preciso momento acababa de escuchar una risa fría e inhumana, una risa que le llegó hasta el corazón e hizo que éste le bombardeara ira en forma de veneno por las venas.

Se giró lentamente.

-¿Te diviertes?-dijo con un ligero temblor.

Ladeó la cabeza para mirarlo cara a cara. Fulminándolo con la mirada.

-Bueno, ponte en mi lugar, cómo te sentirías si poco a poco todos aquellos que te propusiste matar en su momento fuesen cayendo uno por uno–se quedó en silencio pensativo un segundo para después concluir- sí… la verdad es que sí, por qué ¿acaso tú no?

La pelirroja empuñó la varita con más fuerza y apuntó.

Él en cambio sonrió con renovada alegría aunque no era una sonrisa alegre en absoluto.

-No, veo, que no…

A ella empezó a temblarle la respiración de pura rabia aunque mantuvo firme la varita apuntándole al corazón. Aunque dudaba seriamente que tuviera uno.

-Supongo que es mucho más fácil eliminar a los metomentodo cuando se les ataca al… como era, ¡ah! sí, corazón –dijo lentamente mientras observaba distraídamente detrás de ella en el lugar que se habían desaparecido las cuatro personas- debería haberle hecho caso a Dumbledore antes y las cosas hubiesen sido mucho más simples, por no hablar del gasto innecesario de tiempo. Pero he de reconocer que, como siempre en estos últimos años, vosotros os encontráis de por medio intentando arruinar mis maravillosos planes.

Sin esperar respuesta continuó, como si nada.

-Pero tú de esto sabes mucho ¿verdad? –sonrió-, no tienes más que observar a tus padres, ¿verdad que sí, pequeña Ginny? Aunque has crecido mucho desde la primera vez que te vi… ¿recuerdas ese día? Supongo que no. Y aún así se ha convertido en uno de tus peores recuerdos o debería decir miedos –dijo lentamente mirándola a los ojos.

Lo siguiente que ocurrió pasó muy deprisa, la chica levantó la varita, se oyó una fuerte explosión, una mano le sujetó la suya y evitó que atacara.

-¡No!

-Pero mira a quién tenemos aquí-dijo el hombre ante la presencia del recién llegado, clavó sus ojos en los del chico, rojo contra verde y continuó.

-Estaba manteniendo aquí una agradable tertulia en la que tú seguramente también puedas opinar. Pues os parecéis mucho ¿verdad?, tu padre y tú quiero decir, y no es la primera vez que te lo dicen…

El recién llegado levantó la varita aún sujetando a la chica pelirroja, y murmuró para ella.

-Vámonos…

Dio un paso hacia atrás.

-¡Ambos con el mismo complejo de héroe! ¡Sálvalos a todos entonces de nuevo, sálvala a ella y muere después como hizo él con tu madre, sálvala otra vez como ya hiciste antes! Pero llegará un día que no tendréis tanta suerte y ese día está más cerca de lo que crees.

Mientras hablaba el hombre avanzaba en pequeños pasos sin preocuparle las varitas que seguían apuntándole, a su vez la pareja retrocedía poco a poco.

-No tendréis donde esconderos, ni quien os ayude, seréis unos proscritos –hablaba despacio recalcando cada sílaba que decía como si por cada palabra diera una estocada directa al corazón- Me refiero más de lo que sois ahora claro, pura escoria -añadió con una sonrisa desagradable.

Los dos muchachos atacaron a la vez y tras una explosión desaparecieron, pero el hombre de ojos rojos aún gritó.

-¡Acabarás como él entonces, exactamente igual que él, Potter! –Y alzando los brazos al cielo gritó con una inmensa felicidad que hacía años que no sentía- ¡HOY, POR FIN, HA LLEGADO ESE DÍA!


...

Si has llegado hasta aquí, mi más sincero agradecimiento, pero tendrás que seguir leyendo hasta el final de la primera travesura para poder participar en ella. Pero no lo olvides ha llegado el día.

¡Nox!