Proyecto Jenova 25

Los personajes de Final Fantasy VII son propiedad de square enix, no me pertenecen, Dios los proteja de caer alguna vez en mis perversas manos.

Capítulo 1.- Cloud

Cloud despertó desorientado, tenía la cabeza como embotada.

Se sentó en el borde de la cama y puso la mano sobre su rostro.

-¿Qué me pasa? – se preguntó confuso.

Estaba bañado en sudor, aunque no hacía calor en el dormitorio, no sabía que le estaba ocurriendo pero estaba nervioso y acalorado. Usó sus materias curativas, pero no funcionaron, así que supuso que podía estar cogiendo una gripe.

Aún así se duchó con agua helada, ya que notaba su cuerpo arder y bajó a desayunar.

Allí estaba Tifa, como siempre tras la barra del bar, también como siempre, una sonrisa apareció en sus labios al verlo, pero el rubio no sintió solo la alegría de verla, extrañamente en el, sintió un impulso casi incontrolable de acercarse a ella y besar esa dulce sonrisa.

- Cálmate– se reprendió mentalmente Cloud.

No es que le extrañara las ganas de besarla que había tenido, no era la primera vez que le sucedía, pero sin duda jamás había sentido un impulso tan fuerte.

- ¿Tienes hambre? – le preguntó Tifa.

- sí… claro… - le respondió más para que ella no notara nada extraño en el que porque realmente tuviera hambre.

El espadachín se sentó en un taburete y apoyó los codos en la barra mirando lo que la chica hacía, pero no con el mismo e inocente interés con el que siempre la miraba, cada movimiento que la chica hacía, agacharse a por un baso de debajo de la barra, inclinarse para servirle zumo de naranja, todo hacía que a Cloud se le hiciera la boca agua y no precisamente por el desayuno.

- ¿Estás bien?... te veo un poco raro – le dijo la chica preocupada.

- Bien… - asintió el pelo pincho sin apartar la mirada del escote de la chica.

- Tengo que salir un rato, llevaré a Denzel y Marlene al colegio y después tengo que hacer algunos encargos, el bar estará hoy cerrado, llegaré tarde.

Cloud solo asintió abstraído.

- … ¿Seguro que te encuentras bien?... si necesitas algo Yuffie está arriba, ya sabes que se quedará un par de días por aquí.

- Estoy bien. – aseguró el rubio.

Aunque Tifa no estaba completamente segura de ello no le quedó más remedio que marcharse, estaba muy atareada, hoy era el cumpleaños de Cloud, el como de costumbre no parecía acordarse de ello, por eso siempre lo sorprendían, el pobre era muy despistado, no había terminado aún los preparativos para la fiesta sorpresa y era el único momento en que podía hacerlo.

Después de que Tifa se marchara todo empeoró, cada minuto que pasaba Cloud se encontraba peor, ahora podía sentir su piel hipersensible, su respiración era irregular y se sentía cada vez más acalorado.

- Para que negarlo, Cloud, estás excitado.– pensó y como no podía hacer otra cosa se dirigió hacia la ducha, se duchó durante largo rato con el agua tan fría como consiguió que saliera de la ducha, aún así solo con pensar en Tifa volvía a excitarse en un segundo.

Se movió por la casa de un lado a otro, el lugar estaba desierto, solo estaban Yuffie y el mismo.

- Yuffie… - se planteó enfebrecido – es una mujer bastante hermosa… - pero no es Tifa – se regañó asustado por sus propios pensamientos - ella es tu amiga y confía en ti… maldita sea ¿Qué me está pasando?

Cloud estaba asustado, jamás en su vida había estado tan fuera de control, ni siquiera cuando Sephiroth controlaba su cuerpo, porque en esas ocasiones por lo menos podía echarle a el la culpa de sus acciones, pero ahora si hacía algo sería por su propia voluntad y el jamás le haría ningún daño a la joven Yuffie.

El rumbo de sus torturados pensamientos se vio interrumpido por una llamada a la puerta del bar, todo su cuerpo reaccionó al segundo preguntándose si sería Tifa que llegaba, era imposible y lo sabía ya que esta no llamaría a la puerta porque tenía llave, pero aún así se preocupó ya que no podía asegurar que si la viera en ese momento no saltaría sobre ella como un poseso y la tomaría allí mismo en el suelo, sobre la barra del bar, sobre una de las mesas, en las escaleras, contra la pared, en la ducha, sobre la cama... – Dios, Tifa por favor que no seas tú – pensó su mente desesperada mientras su cuerpo gritaba pidiendo todo lo contrario.

Para alivio de su mente no era ella, eran Cid y Vincent los cuales lo miraron con preocupación cuando entraron en el bar.

- ¿estás bien? Parece que estuvieras hecho una mi#er&%da. – exclamó Cid.

- Pareces enfermo – confirmó Vincent.

- Estoy bien – aseguró Cloud, no pensaba contarle a sus compañeros de andanzas el problema que tenía, Cid se pasaría los próximos años burlándose de el y diciendo que estaba en celo o cualquier otra cosa aún peor, en cuanto a Vincent, el no lo comprendería, no creía que el ex-turco hubiera tenía alguna vez un problema similar a ese.

- Al menos estaré entretenido un rato – pensó invitando a entrar a sus amigos.

Pero no sirvió, dejó de prestarles atención a las palabras que decían al instante, no importaba, si era algo grabe de lo que estaban hablando o solo conversaban sobre el tiempo, eso Cloud no lo sabía, lo único que en ese momento pasaba por su mente era Tifa - ¿Estaré realmente en celo? – pensó confuso. Se sentía cada vez peor, ya no solo era deseo lo que sentía, estaba tenso y enojado.

- Quizá deberías acostarte un rato – dijo Vincent poniendo la mano sobre la frente de Cloud, comprovando su temperatura.

El espadachín se sintió de pronto molesto con el contacto de su amigo, se sintió rabioso, la cólera se apoderó tan inesperadamente de el que no pudo contenerse y empujó a Vincent.

- No me toques – gruñó con furia.

Sus amigos lo miraron sorprendidos, Cloud parecía dispuesto a luchar contra ellos.

Vincent se encogió ligeramente de hombros y se alejó de el, se apoyó contra la pared y lo miró desde allí con preocupación, pero Cid no era de los que se callaban sin más.

- ¿Qué narices te pasa?, encima de que nos preocupamos por ti mal#di¬&to niñato desagradecido, ¿Qué demonios te pasa? ¡JO#&DER! – Cid acabó sus palabras dando un golpecito con el dorso de la mano en el pecho del espadachín, solo fue un gesto, pero Cloud no estaba en sus cabales en ese momento y se lanzó contra el dispuesto a pelear.

Cid recibió un puñetazo en la cara que lo lanzó al suelo ya que no estaba preparado para ello, jamás habría pensado que su amigo lo golpeara.

Antes de que pudiera levantarse Cloud ya estaba sobre el, trató de golpearle de nuevo, pero Vincent lo sujetó por detrás, el espadachín se movió sin cesar tratando de soltarse y golpeó a Vincent con el codo en las costillas.

Este lo soltó por un instante ante el dolor, cuando se dio cuenta de lo que había hecho ya era tarde para sujetarlo de nuevo, Cloud que estaba como loco se abalanzó contra el tirándolo al suelo y sujetándole allí, Cid corrió para ayudarle, pero antes de que consiguiera llegar hasta ellos Cloud cogió a Vincent por el cuello de la capa y lo lanzó contra Cid, ambos cayeron al suelo, el pistolero sobre Cid.

Ellos no querían lastimar a su amigo ya que sabían que estaba enfermo, o poseído, ya no lo sabían, pero el espadachín no pensaba lo mismo, en no tenía ningún inconveniente en seguir luchando, no había terminado con su ataque. Se acercó a ellos que trataban de levantarse propinó una patada en la cabeza a Cid y este quedó inconsciente. Vincent se levantó y comenzaron a pelear a puñetazos.

Cloud no tenía control sobre sí mismo, no pensaba con claridad, su mente estaba ofuscada, lo único que el podía sentir con claridad en ese momento es que había dos rivales con los que descargar su frustración.

Poco después de comenzar la pelea, el espadachín consiguió sujetar a su amigo por el cuello y en ese preciso momento sintió una increíble necesidad de morderle.

Vincent trató de apartarlo de sí mismo, pero Cloud consiguió morderle en el hombro, sus dientes atravesaron las capas de tela que lo cubrían y llegó hasta la carne, durante un instante el pistolero no pudo apartarlo de sí, sintió un tremendo quemazón recorriendo su brazo y luego notó como la sangre le ardía durante unos segundos, tras eso Cloud se soltó el mismo de su brazo, alejándose de el, el rubio lo miró con expresión confundida y asustada, respiraba trabajosamente debido a la pelea, salvo esto parecía encontrarse perfectamente bien.

La mente del espadachín se había aclarado de pronto, se sintió calmado, bueno, tanto como lo estaba normalmente.

Trató de acercarse hasta Vincent para comprobar si estaba herido, pero este malinterpretando lo que su amigo iba ha hacer y harto ya del comportamiento de Cloud sacó su pistola y le apuntó con ella.

- No te acerques – ordenó.

- No se porque lo he hecho, pero sé que ahora estoy bien – el pistolero lo miró con incredulidad – te hablo en serio, estoy bien.

En ese momento Cid se levantó del suelo, tenía la mano sobre el rostro y parecía dolorido, cuando los miró comenzó a despotricar sin cesar.

- Lo siento, no se que me ha pasado – aseguró Cloud.

- Deberíamos encerrarle, solo hasta que estemos seguros de que se encuentra bien. – opinó Vincent.

- Sí, encerremos a ese maldito hijo de pu€t&a.

- Esperad – dijo el espadachín tratando de detenerlos.

- Si realmente estas en tus cabales comprenderás que estemos preocupados y no opondrás resistencia.

El joven rubio supo que no tenía muchas opciones y para que sus compañeros se dieran cuenta de que estaba bien se dejó guiar hasta su habitación y no puso más objeciones. Hasta que lo guiaron hacia la cama y trataron de atarlo – no, eso no lo voy a permitir – pensó molesto y trató de resistirse, al final Vincent tuvo que golpearle y dejarle inconsciente ya que incluso entre el y Cid no podían controlarlo, tras eso lo ataron el la cama, procurando que estuviera lo más cómodo posible lo dejaron acostado en ella y ataron sus manos a cada lado de la cama.

Cid cogió la llave y cerró la puerta por fuera y ambos se quedaron vigilando desde fuera, estaban preocupados, aunque su compañero les hubiera atacado seguían siendo sus amigos y sabían que Cloud no estaba bien ese día.

Una hora después de que encerraran a Cloud, Vincent comenzó a sentirse mareado. Era algo a lo que no estaba acostumbrado, hacía mucho tiempo que su cuerpo no sentía ningún tipo de debilidad o enfermedad, no dijo nada a Cid pensando que pronto se le pasaría. Se equivocó, poco rato después comenzó a sentirse acalorado, tanto que llegó incluso a quitarse la capa y la cinta del cabello.

Entonces si que se preocupo, estuvo seguro de que lo que fuera que había tenido Cloud, ahora también lo tenía el.

- puede que me lo pegara cuando me mordió – pensó preocupado.

Contó sus sospechas a Cid y juntos decidieron que Vincent se encerrara también hasta que se sintieran seguros de que todo iba bien.

No podían encerrarlo junto a Cloud por temor a que acabaran peleándose los dos y alguno saliera malherido, por lo que Vincent fue a la habitación de invitados, se metió dentro y al igual que habían hecho con Cloud trabaron las ventanas y Cid lo encerró con llave desde fuera. Antes de marcharse le prometió que conseguiría un medico para ambos.

Capítulo 2.- Vincent

Vincent dio algunas vueltas por la habitación, se sentía enjaulado, estaba comenzando a mosquearse con Cid por encerrarle y con Cloud por pegarle lo que fuera que tenía, pero aparte de esa agresividad contra sus amigos también sentía otras cosas, estaba excitado, hacía años que no se sentía así, había sentido cosas. Sí, para que negarlo, tenía sentimientos, sobre todo hacia una joven ninja, pero ni por asomo lo que sentía en ese momento.

Como por arte de magia, la puerta del baño que había dentro de la habitación de invitados se abrió y como si la hubiese invocado por medio de sus calenturientos pensamientos, los cuales iban dirigidos hacia ella, Yuffie salió del baño, vestida como siempre con un minúsculo pantaloncito y una camiseta de colores chillones.

- ¿Yuffie? – preguntó pasmado - ¿Estás aquí de verdad?

- ¡No, que va!, soy un espejismo – dijo con burla.

- No deberías estar aquí – dijo con las hormonas completamente descontroladas, sabía que era imposible pero podría jurar que podía oler a la joven ninja desde donde estaba - ¿tienes la llave del dormitorio?

- Pues claro – dijo segura - vaya, veo que hoy está muy hablador – dijo ella burlándose de sus extrañas palabras – has tenido suerte de que me vistiera en el baño, si llego ha salir desnuda te habría dado una paliza por mirón.

- ¿desnuda? – fue lo único que al pistolero se le quedó en la mente de todo lo que la chica dijo.

- ¿Qué te pasa? Podría decirse que estás incluso más pálido de lo normal… si es que eso es posible… - terminó diciendo por lo bajo.

- Vete de aquí, Yuffie.

- ¿QUÉ? – gritó enfadada – ¿ME ESTÁS ECHANDO? – la joven estaba realmente furiosa – no me marcho, no tengo porque hacerlo, Tifa me ha invitado y tu no eres nadie como para echarme.

- Por favor, por tu propio bien – le suplicó el pistolero.

- … - esto por raro que pareciera en ella la dejó sin palabras – ¿Vincent Valentine pidiendo algo por favor? Ahora se que no estás bien.

Vincent no estaba seguro de poder contenerse teniendo a Yuffie tan cerca de el y sabiendo que ella no se marcharía por su propia voluntad, Vincent llamó a Cid a gritos.

- ¿Qué demo€%nios ocurre ahora? – preguntó este desde fuera, sin llegar a abrir la puerta.

- Yuffie está aquí, abre la puerta para que pueda echarla.

- … crees que soy idiota o que, si esa pequeña arpía estuviera ahí contigo la habríamos visto cuando entramos.

- Estaba en el baño, de veras que está aquí – aseguró, aunque quizás en un tono demasiado enfadado como para que Cid lo tomara enserio.

- Bueno, entonces ¿Por qué no la oigo quejarse sin cesar?

- … buena pregunta – dijo Vincent y volviéndose hacia la ninja le preguntó - ¿Por qué estás tan callada?

Pero Yuffie no dijo una sola palabra, solo sonrió con burla.

- Está enfadada y quiere hacerme la puñeta – dijo furioso.

- Debes estar realmente mal para hablar en ese tono – se escuchó la preocupada voz de Cid – no temas, el doctor está apunto de llegar, dijo que solo tardaría un par de horas.

- ¡Un par de horas!, no soportaré estar tanto tiempo encerrado con ella – Yuffie puso cara de enfado ante sus palabras y cruzándose de brazos se sentó sobre la cama dándole la espalda.

- Me vuelvo abajo ha esperar al medico – dijo Cid dando por concluida la conversación.

- ¡NO! – gritó Vincent golpeando la puerta con furia.

- ¿tanto te molesta estar conmigo? – preguntó la chica con voz apenada.

- … - Vincent no dijo nada más, tendría que ignorarla hasta que Cid decidiera abrir la puerta o hasta que ella se aburriera suficiente como para marcharse – si, ese es un buen plan, la ignoraré hasta que se vaya de aquí, no tardará mucho en enfurruñarse e irse.– estaba pensando en esto cuando la chica se movió minimamente sobre la cama.

Vincent ya no podía contenerse más, el sonido de la respiración de ella llegaba hasta sus oídos, notaba sus propios y acelerados latidos y la mayoría de su sangre estaba concentrada en este momento muy lejos de su cerebro, por lo que cada vez que la escuchaba exhalar el aire una pequeña parte de su resistencia se esfumaba y ya le quedaba muy poca.

- Si quieres que te suplique lo haré, pero por favor, sal de aquí.

- No. Veo que estás mal, si Cid ha llamado a un doctor es por algo, no te dejaré solo.

La ninja trató de acercarse a el, pero Vincent se levantó rápidamente apartándose de ella.

- Solo quiero comprobar tu temperatura – dijo la chica ofendida por su rechazo. Ya soportaba a diario su indiferencia hacia ella, pero esto era demasiado.

- Caliente – exclamó el exasperado y casi sin control – mucho.

Yuffie se dio cuenta entonces de la forma en la que el pistolero la miraba, parecía un depredador acechando una presa, seguía sus movimientos con la vista por mínimos que estos fueran, tanta atención por parte de Vincent era extraña y perturbadora, jamás la habían mirado de ese modo, como si quisieran saltar sobre ella.

La ninja se avergonzó de sus propios pensamientos, el jamás la miraría de ese modo, no realmente. Debía ser sin duda que al estar enfermo quería estar solo y lo que trataba era de ponerla incomoda para que se marchara, pero ella no pensaba dejarlo solo.

Aún con sus buenas intenciones de cuidar a su amigo, la ninja ante aquel escrutinio por parte del pistolero se sonrojó notablemente y avergonzada apartó la vista bajándola hasta sus manos.

- ¡Maldita sea! – exclamó Vincent – no hagas eso.

- ¡Pero si no he hecho nada! – dijo ella molesta mirándolo a los ojos.

- Estoy tratando de controlarme, te aseguro que no es nada fácil.

- Conmigo no tienes porque controlarte – dijo Yuffie ingenuamente – somos amigos si quieres gritar, pues grita, si quieres golpear las paredes, hazlo.

- ¿Lo que yo quiera? – preguntó el pistolero y algo en el brillo de su mirada hizo que Yuffie dudara un poco antes de asentir con la cabeza.

- ¿Puedo entonces arrancarte la ropa, tirarte sobre la cama y hacerte el amor hasta que caiga exhausto? - preguntó el en voz baja y con la voz ronca.

Yuffie no dijo nada, se había quedado muda de la impresión, lo miró con los ojos abiertos de par en par y una expresión alucinada en el rostro.

- ¿De verdad ha dicho lo que creo que ha dicho? – pensó– no, no el, Vincent Valentine jamás diría algo así.

Y sin embargo ese no parecía el Vincent de siempre, asustada dijo:

- Quizás debería irme.

- Sí – asintió el pistolero.

- Vale… - Yuffie se dirigió hacia la puerta del dormitorio, buscó en su bolsillo trasero, luego en el otro, su rostro mostró contrariedad y siguió rebuscando entre sus ropas. Poco rato después se volvió hacia Vincent y dijo – no la encuentro… pero podría llamar a Cid y el me abriría la puerta.

La expresión furiosa de Vincent le dijo dos cosas, le había molestado la idea de que llamara a Cid y al parecer su estado estaba empeorando.

- No necesitas llamar a otro hombre – dijo y aunque su voz sonó calmada el no lo parecía en absoluto.

- Solo quería que me abriera la puerta – aseguró la ninja.

Vincent no entendía los sentimientos que ahora tenía, no solo eran la lujuria y el enfado que había sentido hasta ahora, el solo pensar que Yuffie pronunciara el nombre de otro hombre lo ponía muy celoso, si Cid estuviera en ese momento allí era muy probable que le hubiese atacado. En esa situación no podía llamar a Cid, tendría que aguantar hasta que llegara el medico y le pudiera explicar lo que tenía.

Lo pensó un instante y se dio cuenta de que la única solución que tenía era encerrarse en el baño.

- No te acerques a mí… y no llames a nadie. – le advirtió antes de cerrar la puerta del baño.

Yuffie se sentó sobre la cama a esperar, estaba preocupada de verdad por su amigo, pero no solo era eso, hacía mucho que se sentía atraída por el y escucharlo decir esas cosas habían conseguido asustarla y despertar su curiosidad a la vez.

Habría dado cualquier cosa por poder besar a Vincent una sola vez, incluso la materia de invocación de Leviatán. Pero no era un simple beso lo que el pistolero quería.

- por otro lado, el estaba mal, quizás eso lo calmara – pensó la chica y luego se reprendió a si misma - ¡Estoy buscando excusas para meterme con el en la cama! Yuffie no seas estúpida, cuando el se calmara y volviera a ser el mismo, frío y distante de siempre no podría mirarlo de nuevo a la cara.

Estaba completamente segura de que no debía acercarse a Vincent aún así se sorprendió a sí misma llamando a la puerta del baño.

- ¡No te atrevas a entrar! – le advirtió el pistolero, aunque ella no hizo caso, abrió la puerta y pasó al baño.

Vincent estaba bajo la ducha, al escuchar la puerta cerró el grifo y salió de ella, completamente desnudo, las gotas de agua resbalaban por su musculoso cuerpo, aprisa Yuffie levantó la vista hacia los ojos del pistolero, pero su traicionera mirada se había percatado de cada detalle de su cuerpo en el proceso. De algún modo el lo supo y una picara sonrisa apareció en sus labios.

Vincent se acercó unos pasos y la chica instintivamente los retrocedió, chocando con la puerta cerrada. - ¿Cuándo he cerrado yo la puerta? – se preguntó a sí misma.

- No puedes ni imaginarte cuantas veces he deseado tenerte así – dijo Vincent poniendo una mano a cada lado de la cabeza de Yuffie y dejándola atrapada entre su cuerpo y la puerta.

Yuffie tragó saliva con nerviosismo, también ella había imaginado algo similar, pero en sus imaginaciones ella no era tan tímida y ni el tan lanzado. – vamos este es el momento, ahora ponte de puntillas y bésalo –se animó así misma. Pero no lo hizo, no se atrevía. Vincent la miraba con anhelo, pero su rostro también mostraba una expresión de enojo. No debía olvidar que el no parecía encontrarse bien ese día.

El pistolero la vio pasar su pequeña y rosada lengua por los labios y ya no pudo contenerse más, se inclinó y la besó.

Lo único que Yuffie pudo pensar fue que esa no era la clase de beso que podría haber esperado de el, ella habría esperado que un beso suyo fuese dulce y suave, pero no era así, parecía querer devorarla, era apasionado, la ninja no tenía mucha experiencia con besos por lo que imitó los movimientos que el hacía.

Vincent la sujetó por la nuca y la pegó por completo a su cuerpo, la joven ninja pudo entonces "notar" cuanto la deseaba el.

- Vince… - susurró sobre los labios del pistolero.

- Tranquila, no haré nada que tú no quieras – le aseguró, pero eso no era algo que la habría tranquilizado de estar asustada puesto que ella quería todo de Vincent. Por eso puso los brazos alrededor del cuello del pistolero y esta vez fue ella quien lo besó a el.

Vincent gruñó, aquello era demasiado como para controlarse, ya no podía contenerse. Sus manos comenzaron a bajar por el cuello de la chica, sus dedos acariciaron su espalda y bajaron hasta su cintura, para volver a subir, esta vez hasta los pechos de la ninja, mientras tanto la boca de Vincent besó su cuello, mordisqueando con suavidad cada parte de este.

Yuffie gimió cuando las manos del pistolero encontraron sus pechos y comenzó a acariciarlos a través de la camiseta, ella casi de forma inconsciente bajó los brazos que tenía alrededor del cuello de Vincent y acarició su pecho desnudo bajando por el muy despacio.

El pistolero la quería desnuda ya, por lo que tomó la camiseta de la chica y la desgarró en dos con sus manos.

Sus pequeños y firmes pechos quedaron expuestos ante su mirada y este ese gimió con deleite.

Las manos de Vincent rodearon los pechos de la ninja y con sus pulgares recorrió los pequeños y endurecidos pezones.

Pronto su boca se unió a ellos para lamer con pasión su rosada piel.

Las pequeñas manos de Yuffie se enroscaron entre los cabellos de Vincent sujetando su cabeza para que no dejara de darle ese placer. La ninja pensaba que nada podría ser más placentero que esto, pero supo que se equivocaba cuando sintió las expertas manos de el abrirse paso dentro de su pantalón. Yuffie gritó de placer y araño la nuca del pistolero cuando este acarició aquella zona tan sensible entre sus piernas.

Sin dejar de acariciarla con sus manos, su rostro bajó dejando un reguero de besos y pequeños mordiscos por todo su cuerpo. Hasta que Vincent estuvo arrodillado frente a ella.

El pantalón de la ninja estaba desabrochado, pero aún lo llevaba puesto y eso era algo que molestaba enormemente al pistolero que procedió a quitarle cualquier prenda que siguiera interponiéndose entre ellos.

Una vez Yuffie estuvo desnuda Vincent la contempló durante un momento, recreándose ante la visión de esta.

- Eres tan hermosa – dijo suspirando.

Yuffie sujetó el masculino rostro entre sus manos y paseó los dedos por sus mejillas, sus labios, delineó su mandíbula y bajó hasta su garganta, luego hasta su pecho, recreándose en cada uno de los músculos que formaban a su querido Vincent, el cual respiraba entrecortadamente.

La ninja quiso hacerle sentir el mismo placer que el le daba a ella y dibujó el contorno de las tetillas del pistolero con su lengua, mientras sus manos bajaban por su torso desnudo, Yuffie bajó hasta su cintura y más allá. Sus manos acariciaron con suavidad el pene hinchado y duro de Vincent, este gimió como un animal cuando notó las manos de la chica y se meció contra ellas extasiado.

Solo durante un instante el pistolero se dejó llevar por el placer, enseguida volvió a tomar el control de la situación.

La ninja jadeó cuando sintió los dedos masculinos de nuevo entre sus piernas.

Vincent notó que estaba preparada para el y sin poder contenerse por más tiempo dijo:

- Yuffie… - murmuró con voz ronca y llena de deseo – te necesito.

- Sí, dame más – exigió la chica y Vincent sonrió de deleite mientras la sujetaba por el trasero levantándola.

Yuffie se sujetó pasando los brazos alrededor de su cuello del pistolero y este levantándose con ella entre los brazos, la apoyó contra la pared del baño e hizo que le rodeara la cintura con las piernas.

Cuando ya la tuvo exactamente como la deseaba, Vincent entró en ella, muy despacio y paró en cuanto el rostro de la ninja mostró dolor.

Haciendo un esfuerzo sobre humano en esos momentos el pistolero le dijo:

- Si quieres pararé.

Yuffie lo miró a los ojos y aseguró:

- Si paras ahora te daré una paliza.

El pistolero sonrió y la besó con ternura antes de avanzar un poco más en su interior.

El dolor de la ninja solo duró un instante y enseguida comenzó a sentir un placer tan intenso que creyó que no podría soportarlo.

Cuando creyó que nada podría ser más placentero que eso llegó a un orgasmo devastador que la hizo gritar de puro placer.

Vincent rugió el nombre de la ninja mientras llegaba a su propio orgasmo.

Minutos después el pistolero seguía sujetándola fuertemente contra su cuerpo, el rostro de este apoyado sobre el cabello de ella, hacía un par de minutos que ambos habían dejado de respirar agitadamente, pero Vincent no se había movido aún, eso preocupaba a Yuffie ya que supuso que eso significaba que el pistolero estaba arrepentido de lo que había pasado – seguramente ahora se está recriminando lo sucedido – pensó tristemente.

La ninja esperaba lo peor y estaba preparada para afrontarlo, llevaba años enamorada de Vincent y no le permitiría que se alejara de ella, no quería perderle, aunque solo pudiera ser su amiga. Seguramente si le daba la oportunidad el comenzaría a mostrarse frío con ella, cada vez más serio, cada vez más formal, hasta que la distancia fuera demasiado para acercarse a el de nuevo. – no lo permitiré – pensó segura– Vincent Valentine, prepárate para la guerra, no dejaré que te muestres incomodo en mi presencia, cada vez que se muestre frío, formal o serio con migo lo haré reaccionar, lo molestaré hasta que lo saque de quicio si es necesario… - Yuffie suspiró apenada.

El pistolero comenzó a moverse, la hizo bajar, sus cuerpos se restregaron en el proceso, mientras ella se deslizaba hacia abajo. A la ninja le encantó esa sensación, en cuanto a Vincent, la miraba intensamente a los ojos, su expresión era seria y ella no sabía que pensar, imaginaba que es lo que podría estar pasando ahora mismo por la mente del pistolero, pero nada de lo que se le ocurrió la animaba.

Cuando sus pies tocaron el suelo y esperaba a que Vincent dijera algo, supo que ese día no podría luchar por su amistad, estaba hecha un lío, aún afectada por lo que acababan de hacer y con la mirada de Vincent clavada en ella, supo que si en este momento el pistolero salía del baño sin decir nada, no podría mostrarse segura y risueña, se quedaría allí plantada y lo dejaría marchar.

- ¿estás bien? – preguntó el con voz preocupada. Había visto la tristeza que mostraba el rostro de Yuffie en ese momento, supo que era por su culpa.

Vincent se odió a sí mismo por haberse aprovechado de ese modo de ella, y no solo eso, puede que lo que Cloud le había pegado ahora lo tuviera ella, porque desde el momento en que hicieron el amor el se encontraba perfectamente, nada de agresividad, ningún sentimiento que no pudiera mantener a raya como siempre había hecho, salvo la ira hacia sí mismo y las ganas de consolar a la ninja. Quería tomarla entre sus brazos y decirle que todo iría bien, pero no se atrevía, no después de lo que le había hecho.

- quizá lo que deba hacer es marcharme ahora y no volver a acercarme a ella, así no volveré a hacerle daño – se dijo.

- Sí – aseguró la ninja, respondiendo a su pregunta, pero lo hizo casi en un murmullo y parecía sentirse incomoda. Puso los brazos sobre sus pechos, ocultándolos de la vista de Vincent.

La determinación del pistolero se quebró, no podía dejarla así, tan vulnerable y triste.

La abrazó contra el, estrechándola fuertemente contra su pecho, acarició su corto cabello mientras murmuraba que lo perdonara.

Entonces la sintió llorar, notó como las lágrimas de Yuffie resbalaban por su pecho.

Vincent no sabía que más hacer, solo podía prometerle que jamás volvería a tocarla.

- Deja de decir eso – le pidió la ninja en un susurro.

- Pero Yuffie… - empezó a decir Vincent pero entonces la oyó murmurar unas palabras que hicieron que su corazón se detuviera un instante para después latir frenético - ¿Qué has dicho?

- … - Yuffie no sabía que hacer, en este momento le gustaría que la tierra se la tragase, le había dicho que lo amaba, necesitaba decirlo, pero lo había dicho tan bajito que creyó que el no podría escucharla, aún así lo había hecho y ahora podía sentir bajo su mejilla los acelerados latidos del corazón de Vincent – seguro que lo he asustado – pensó intranquila – ahora sí que lo he perdido.

- Repítelo Yuffie – le pidió mientras levantaba el rostro de la chica con la mano, para así poder mirarla a los ojos, no podía creer que ella lo quisiera - sin duda debía haber escuchado mal sus palabras, yo no merezco el amor de Yuffie. – pensaba, aunque la esperanza seguía en su corazón y esta era la que lo instaba a preguntar por las palabras de la chica.

- Te amo – dijo ella mientras lo miraba a los ojos – ya lo he perdido, al menos sabrá lo que siento por el, si eso es lo único que puedo tener, lo tendré –desde hace años, aunque no estoy segura de cuando comencé a sentir esto por ti, por eso Vince, no digas que lamentas lo que ha pasado, porque para mí ha sido maravilloso.

Vincent bajó su rostro hasta el de ella y la besó, un beso cargado de pasión que la hizo derretirse y aflojó sus rodillas, por suerte Vincent la seguía abrazando.

- Yo también te amo Yuffie – murmuró el pistolero y la ninja se estremeció de placer al escuchar esas palabras.

Una cosa era que el quisiera protegerla de sus sentimientos, pensando que ella lo quería solo como a un amigo y otra muy distinta era no aprovechar esta maravillosa oportunidad que tenia de ser feliz con la mujer a la que amaba, Vincent no era idiota, ahora que sabía que ella sentía lo mismo por el, nada lo haría alejarse de ella.

Capítulo 3.- Tifa

Cid había llamado a Tifa por teléfono, era algo absurdo organizar una fiesta de cumpleaños para alguien que no podría disfrutarla estando enfermo como estaba.

Preocupada la joven decidió volver a casa inmediatamente, aunque Cid le había dicho que lo tenía todo bajo control. Le dijo que estaría de vuelta en cuanto dejara a los niños con Nanaki ya que este estaba junto a ella en ese momento y se había ofrecido a cuidarlos.

Cuando Tifa llegó al bar quiso subir a la habitación de Cloud para ver que tal estaba, pero Cid se lo impidió.

- Está muy agresivo, no debes acercarte a el ahora.

- Por favor – se indignó - sabes que puedo defenderme perfectamente, a demás está atado, no me vengas con paternalismos a mi edad – le regañó – por cierto… ¿Dónde está Yuffie?

- ¿Yuffie? – preguntó sorprendido – ella… ¿está aquí? – agregó preocupado, al recordar las palabras de Vincent sobre que ella estaba encerrada con el en el dormitorio.

- Claro, cuando me fui estaba durmiendo aún en la habitación de invitados – aseguró la morena. – no me lo digas, esa perezosa aún no se ha levantado.

- … - Cid no dijo nada, cosa por otra parte sorprendente en el, solo salió corriendo escalera arriba, seguido por Tifa que supo que algo malo pasaba al ver su aptitud.

Los dos corrieron por el pasillo y solo se detuvieron al llegar a la puerta de la habitación de invitados la cual abrió el piloto sin demora, sin duda este esperaba encontrar una escena distinta a la que vio porque se quedó estático en el quicio de la puerta, su expresión era de asombro.

Tifa se asomó también para ver que era lo que podía haber afectado tanto a Cid y quedó también sorprendida.

Vincent estaba recostado sobre la cama, su cuerpo cubierto apenas hasta la cadera por una sabana y una expresión de total felicidad brillaba en su cara mientras acariciaba el corto cabello de Yuffie la cual estaba entre sus brazos, con la cara apoyada en su pecho.

- ¡¿Qué cojo#$nes está pasando aquí?! – preguntó Cid escandalizado – maldito pervertido ¿Qué le has hecho?

- Nada que yo no quisiera – dijo Yuffie dispuesta a defender a Vincent, no era tan tonta como para no saber que algunos de sus compañeros aún la seguían viendo como una niña, Cid entre ellos, tendría que hacerles ver que era una mujer adulta y que amaba a Vincent.

Se disponía ha hacer un discurso largo y preciso sobre ello cuando el pistolero los echó de la habitación con solo dos palabras.

- Esperadnos abajo.

Cid que aún estaba traumatizado por lo sucedido no sabía que hacer, pero Tifa asintió con la cabeza y cerró la puerta del dormitorio para dejarles privacidad.

- Vamos ha ver a Cloud mientras esperamos – sugirió esta.

- NO – exclamó el piloto - ¿Qué pasará si al verte reacciona como Vincent y se abalanza sobre ti?

- … - Tifa no habló, estaba demasiado distraída planteándose esa posibilidad.

- ¿Tifa? – preguntó extrañado por la falta de respuesta.

- Sí… tienes razón, esperémosles en el bar… ¿dijiste que Vincent tenía lo mismo que Cloud?

- Así es.

- Pues Vincent parece que ya se ha curado sea cual fuera su enfermedad.

- No vas ha decirme que se comportaba como siempre.

- … - Tifa no estaba segura, hacía tiempo que sabía que Yuffie estaba enamorada del pistolero y sin duda las miradas que este le echaba cuando creía que nadie lo veía eran de lo más reveladoras, quizá lo ocurrido en ese dormitorio no fuera causado por lo que tanto Vincent como Cloud parecían tener.

Vincent y Yuffie bajaron poco después.

El pistolero les contó todo lo que había sentido mientras estuvo infectado, la ira, la rabia que sentía hacia Cloud y Cid, el deseo que había sentido al pensar en Yuffie y la tremenda necesidad de estar dentro de ella que había experimentado.

También les contó que una vez lo hecho se había sentido normal de nuevo, como si eso lo hubiera curado de algún modo.

Jamás había escuchado hablar de una enfermedad semejante – dijo Tifa.

- ¿Qué mi$er/da de enfermedad es esa? – exclamó bastante avergonzado Cid.

- Creo que Cloud me la pegó al morderme.

- Pues eso significa que el tiene lo mismo que tú – dijo Tifa.

- Pero ayer estaba bien – intervino Yuffie, la cual dejó de mirar a Vincent como una boba para ello.

- Eso es cierto, esto es muy extraño.

Esperaron a que llegara el medico para descubrir lo que estaba ocurriendo, una vez este llegó habló con Vincent, el cual le explicó lo mismo que le había contado a sus amigos.

El doctor puso expresión asombrada mientras escuchaba al pistolero, cuando este concluyó les recomendó a Tifa y Cid que mejor avisaran a un psicólogo. Tras esas palabras y después de ver la expresión amenazadora de Vincent el medico se marchó apresuradamente.

Por tanto los cuatro llegaron a la conclusión de que aquella no era una enfermedad normal. Nada que se pudiera curar con métodos tradicionales o con materia.

- ¿Qué podría hacer que Cloud se mostrara agresivo de pronto? – preguntó Yuffie - ¿Qué tiene el de distinto a los demás?

- Solo células de Jenova – dijo Vincent.

Todos lo miraron con preocupación.

- ¿Qué podemos hacer?, si todo esto fuera por culpa de Jenova ¿Cómo lo vamos a descubrir? – preguntó Tifa desconsolada.

- Todos los datos, los experimentos, lo que le hicieron debe de estar en los informes de la mansión Shinra.

- Cierto, tenemos que encontrarlos – dijo Yuffie más animada – no te preocupes Tifa, Cloud se pondrá bien.

- Y… ¿Quién irá? – preguntó Vincent.

- Todos – dijo Tifa convencida.

- ¿También Cloud?

- No, el está afectado aún y tú no estás encerrado porque pareces el de siempre de nuevo – respondió Cid.

- Entonces ¿Quién se quedará con el?

- Yo tengo que llevaros hasta allí en mi nave – dijo Cid.

- Vincent es el único que entendería un poco esos informes – dijo Tifa.

- Yuffie no se quedará sola con el – exclamó Vincent.

- ¿Es que no confías en mí? – preguntó indignada.

- En ti si, cariño – le dijo besándola en la frente, lo que hizo que Tifa y Cid se replantearan eso de que Vincent estaba normal – pero en Cloud no, no estando tal y como está.

- Entonces solo quedo yo – dijo Tifa.

- ¿Estás segura? – preguntó Vincent – en este momento debe estar histérico.

- Por supuesto, estaré bien.

- Por si acaso no te acerques a el, a no ser que no tengas otra opción.

- No lo haré, tranquilos… soy una mujer adulta, se cuidarme perfectamente.

Los tres chicos se fueron inmediatamente, no había tiempo que perder, mientras Tifa se sentó en un taburete del bar, preparada para una larga espera.

Mientras estaba allí, sola y aburrida se puso a mirar su bar – quizás debería ponerme a limpiar ahora que tengo tiempo –se dijo, pensando que así se entretendría y no estaría todo el rato pensando en Cloud.

Estaba pensando en hacer esto cuando su vista quedó clavada en el plato que había sobre la barra, era el desayuno de Cloud que le había hecho antes de irse, no había probado bocado, ni tan siquiera se había bebido el zumo.

Preocupada se preguntó si el espadachín habría comido o bebido algo en todo el día. Estando atado era poco probable que la atacara si fuera ahora y le llevaba algo de comer.

No se lo pensó más, preparó uno de sus deliciosos guisos y lo subió hasta el dormitorio del espadachín.

Se las ingenió como pudo para abrir la puerta con la bandeja entre las manos.

Ya en el interior del dormitorio se acercó a la cama donde Cloud, sin nada mejor que hacer, puesto que estaba atado, se había quedado dormido.

Tifa puso la bandeja sobre la mesita, luego se volvió y cerró la puerta. Tras eso se sentó al borde de la cama mirando como el espadachín dormía.

No quería despertarle, pero aún así no se pudo resistir a acariciar ese rostro que tanto amaba.

Solo fue un ligero roce, con la punta de los dedos en la mejilla, pero Cloud despertó al instante.

- Tifa – murmuró y volvió la vista hacia ella.

- Lo siento, no quería despertarte.

- Tifa, desátame – le pidió – de verdad que ya estoy bien.

- Cid me dijo que antes les aseguraste eso mismo y que poco después les atacaste, dos veces además.

Cloud suspiró, estaba claro que no le creería, así que no se molestó en seguir insistiendo.

- No te preocupes, Vincent, Cid y Yuffie han ido a buscar la forma de curarte.

- Pero si estoy bien – repitió cansinamente.

Tifa hizo oídos sordos a sus palabras y continuó tratando de animarle.

- Yo me quedaré contigo hasta que vuelvan, por cierto te he traído algo de comer, ya he visto que no has desayunado esta mañana.

- No puedo comer, estoy atado – le dijo con la esperanza de que lo soltara.

- Lo sé, por eso yo te daré la comida.

Cloud se sonrojó ante esta idea, avergonzado.

- No es necesario, no tengo hambre – se apresuró a decir y giró el rostro hacia el otro lado para que la chica no notará su incomodidad.

Pero ella no se dio por vencida.

- Pero comerás un poco ¿a que sí? – el espadachín no le hizo caso – hazlo por mí, Cloud, estoy preocupada, no puedes pasarte todo el día sin comer ni beber nada.

- … - el espadachín la miró y sí realmente parecía muy preocupada por el, se sintió culpable en el acto al verla así – está bien… pero solo un poco.

Antes de que pudiera cambiar de opinión Tifa lo ayudó a quedar más o menos recostado en la cama y sentándose de nuevo a su lado comenzó a darle cucharadas de comida.

El rostro de Cloud sonrojado, era la única prueba de su tremenda incomodidad, el chico no se quejó, realmente parecía el de siempre, salvo por esa mirada que tenía clavada en ella, el espadachín jamás la había mirado tanto ni tan intensamente, la estaba poniendo realmente nerviosa.

Cloud por su parte solo podía pensar en lo que había descubierto en su enfermedad, el siempre había amado a Tifa, pero había estado confuso hasta hoy por sus sentimientos ya que también sentía algo por Aeris, pero ese día comprendió la diferencia entre sus sentimientos, sí, no podía negar que a Aeris la había querido, pero Tifa despertaba en el sentimientos más fuertes y mucho más apasionados, jamás en su vida se habría imaginado a Aeris gimiendo bajo su cuerpo, ese día entendió que para el, la dulce y encantadora florista había sido una gran amiga, con la que tonteas, con la que juegas, pero que jamás se te pasaría por la cabeza llevarte a la cama.

Tifa era su amiga, pero desde que podía recordar siempre había querido ser algo más que eso. La quería en todos y cada uno de los momentos de su vida, viviéndolos con el, ayudándolo como siempre lo había hecho, la quería como su amiga, su amante, su esposa… la madre de sus hijos. Pero el miedo de perderla si le confesaba sus sentimientos seguía allí, arraigado en su corazón, no estaba seguro de que hacer al respecto.

- Vincent estuvo mal también, al parecer le pegaste lo que tenías cuando le mordiste, pero ahora esta bien, al menos parece el mismo de siempre. ¡oh! Y sabes una cosa, Yuffie y Vincent están enamorados. – dijo ilusionada.

Cloud estaba a punto de informarla de que no le había pegado a Vincent lo que tenía, sino que se lo había pasado, fuera lo que fuera, pero esa ultima noticia lo dejó tan sorprendido que se le olvidó lo que iba a decir.

- No te preocupes – siguió diciendo la chica que no dejaba de hablarle mientras lo obligaba a tragar el guiso – ninguno de los dos está enojado por tu ataque, saben que no eres tú mismo en este momento, no te lo tienen en cuenta.

- ¿No soy yo mismo en este momento?, no me tendrán en cuenta lo que haga… o lo que diga… - pensó planteándose la posibilidad de decirle a Tifa lo que sentía, si ella lo rechazaba o se enfadaba con el, siempre podía echarle la culpa a su supuesta enfermedad de sus palabras.

- Te amo – dijo en un murmullo a modo de prueba.

- ¿Cómo? – preguntó la chica que no lo había escuchado.

Cloud la miró a los ojos y respiró profundamente antes de decir con voz que sonó bastante más tranquila de lo que realmente se sentía el:

- Te amo Tifa.

Le plato de guiso cayó al suelo, Cloud apretó los dientes para que su rostro no reflejara la decepción – ya le he asustado –pensó apenado.

Tifa se disculpó de manera nerviosa por su torpeza y rápidamente se dispuso a limpiar el suelo.

- Clo-Cloud... - trató de tranquilizarse antes de continuar hablando - se que es tu enfermedad lo que te hace decir esas cosas… Vincent nos contó que el se sentía… - trató de buscar las palabras adecuadas – bueno que estaba… caliente… - dijo al final sonrojada mientras el espadachín apartaba la mirada avergonzado – Yuffie y el… así se curó.

Tifa se sentó de nuevo a su lado, Cloud no la miraba, supuso que su estado lo avergonzaba, era adorable, no entendía como podía aquel hombre haber atacado a Cid y Vincent.

- Seguro que si yo hubiese estado allí las cosas no se habrían desmadrado tanto – pensó segura.

- No te preocupes, ellos encontrarán la forma de curarte – volvió a prometerle - ¿sabes? Hoy es tu cumpleaños – esto pareció interesar al espadachín – no te acordabas ¿verdad?- Cloud negó con la cabeza y Tifa sonrió – he traído tu tarta de cumpleaños, está guardada en el frigorífico, ¿quieres que te traiga un trozo?

- No tengo hambre – le aseguró sin dejar de mirarla con el rostro sonrojado, se sentía extraño al estar así, con ella cuidándole de ese modo, si no hubiese estado atado ya se habría marchado de allí, para estar solo.

Ella lo hacía sentirse fuerte y débil al mismo tiempo, y tenía la excusa perfecta para no moverse de allí, para disfrutar por una vez de sus mimos y cuidados.

Tifa se sentía incomoda por la mirada del espadachín, parecía que quisiera… - bueno, está bastante claro que es lo que quiere – pensó– Vincent les había contado lo mucho que había deseado hacer el amor cuando estuvo enfermo y lo mucho que le había calmado hacerlo…- en ese momento se había sorprendido de las palabras del pistolero, se había preguntado como un hombre como Vincent había dicho semejantes cosas, ya que era extraño hablar de ese modo aún hombre con un carácter tan retraído y silencioso, siempre tan precavido con sus palabras. Ahora se preguntaba, al mirar a Cloud si el pistolero no se lo habría contado esperando que ella ayudara de ese modo a Cloud.

- no podía ser… ¿o sí?... si su cura fuera una materia curativa ella no habría dudado en usarla, si el doctor le hubiese mandado alguna medicina, ella no habría dudado en dársela, entonces…- se preguntó maliciosamente mientras su mirada recorría el cuerpo del espadachín lentamente - ¿Por qué dudo en darle lo que sé que necesita?

No era por ella sin duda, amaba a ese hombre desde hacía años, lo que temía era su reacción cuando se encontrara bien, Cloud era muy capaz de desaparecer sin más de la noche a la mañana y entonces la dejaría destrozada.

- Pero claro – le dijo su lado malicioso – si le dejaras bien claro que solo lo hacer para curarle… si piensa que no es importante para mí, que es tan solo una forma de que se ponga bien, quizás podamos hacer como si nada hubiese pasado y a cambio tendría ese día para recordar. No, no y no – le riñó su conciencia – eso sería aprovecharte de el.

Tifa acalló su conciencia al posar de nuevo su mirada en el rostro del espadachín – pero si el también lo está deseando.

- Cloud – le dijo con la voz llena de indecisión y este la miró esperando – yo podría curarte, del mismo modo en que Yuffie curó a Vincent - Mientras hablaba Tifa se inclinó hacia el y acarició su mejilla con el dorso de la mano – lo haré si tú quieres.

Cloud se quedó pasmado ante su propuesta - ¡Dios!, he muerto y estoy en el cielo – pensó antes de que el peso de la responsabilidad lo frenara de golpe – es imposible que pudiera aceptar algo así, Tifa era tan dulce que haría cualquier cosa por el, sus palabras así lo demostraban, entonces ¿Cómo podía el aprovecharse de su buen corazón? Por otra parte… el era Cloud Strife, veinticinco años, soltero y VIRGEN, sí era virgen, porque cuando era solo un niño entró a formar parte del ejercito de Shinra, con lo que no tuvo mucho tiempo para conocer chicas, porque luego estuvo muchos años sirviendo como conejillo de indias para Hojo y cuando por fin encontró un lugar con mujeres dispuestas a satisfacerlo, acabó con un fuerte dolor de cabeza que hizo que se desmayara, porque a partir de ese momento estuvo siempre con Aeris a la cual no quería de ese modo y cuando recuperó su memoria perdida y recuperó sus sentimientos por Tifa, supo que solo quería estar con ella, pero jamás se había atrevido a intentarlo, por eso aún era virgen y ahora ella le proponía algo así, algo con lo que había soñado todas las noches, sueños tan intensos que al despertar habría jurado que podía oler su aroma en el cuerpo. - Ahoratenía la oportunidad de estar con ella de un modo del que jamás estaría de nuevo - ¿Cómo se le ocurría a ella insinuarle algo semejante? Tifa por favor no vuelvas a decirlo, por favor no me mires así, por favor no me pongas en esa situación, por favor no me hagas esto, por favor, por favor. Y al final eso fue lo que se le escapó de los labios.

- Por favor Tifa…

Antes de entender que había pronunciado esas palabras en voz alta, Tifa le sonrió, malinterpretando su suplica, mientras se inclinaba sobre su rostro y juntaba sus labios con los suyos en un beso dulce y tierno que hizo que Cloud se olvidara por completo de que debería detenerla.

Mientras lo besaba sus manos bajaron por sus brazos desnudos – es tan fuerte…- sus brazos eran duros y musculosos, ella siempre había querido pasar las manos así por los marcados músculos de sus brazos.

Sus manos se deslizaron hasta su pecho, bajó la cremallera de su camiseta para poder meter las manos y acariciar su piel desnuda.

Cloud gimió contra la boca de Tifa cuando las manos de esta recorrieron su cuerpo.

- Desátame – le pidió en un murmullo.

- Ni hablar – dijo Tifa mirándolo con expresión pícara.

Bajó completamente la cremallera de la camiseta y dejó todo su torso desnudo.

Mientras sus manos bajaban por su estómago Tifa fue besando, lamiendo, mordisqueando… cada parte desnuda que fue encontrando a su paso.

Las manos de la luchadora llegaron hasta la cintura del pantalón el cual se dispuso a desabrochar, pero Cloud la hizo cambiar de idea con sus palabras.

- No es justo, estoy atado, al menos podrías desnudarte para mí – le pidió con voz entrecortada.

Tifa se sonrojó intensamente ante penetrante e intensa mirada del espadachín.

Se sacó la camiseta y el pantalón corto y quedó en ropa interior ante el que gruñó un excitado:

- ¡Suéltame!

Tifa ni siquiera se planteó esa posibilidad, aún no, le gustaba demasiado tenerlo así, al alcance de sus manos, de su boca. Si lo soltaba lo más seguro era que Cloud tratara de dominar la situación y ella quería disfrutar un poco más del cautiverio del espadachín.

- Después – le prometió.

Se sentó a horcajadas sobre su pecho, de espaldas a el y se inclinó hacia delante para acariciar el cuerpo del guerrero por encima del pantalón. Cloud habría tenido una vista increíble de su pequeño y precioso trasero, pero este estaba cubierto con las braguitas blancas de algodón, las cuales Cloud odió en el acto, por ocultarle esa prenda el cuerpo de Tifa.

El espadachín tironeó de la cuerda que le ataba las muñecas, quería acariciar a Tifa, quería arrancarle la ropa, quería…

Todo pensamiento racional voló de su mente cuando Tifa acarició su entrepierna a través del pantalón.

- Tifa… - empezó a pedir en un murmullo ronco, pero no pudo terminar su petición ya que su cerebro no funcionaba muy bien en ese momento.

- Un poco más. le dijo ella entendiendo perfectamente lo que el quería.

Cloud no puso nada de su parte a la hora de bajarle los pantalones ya que este quería que lo desatara, pero aún así Tifa consiguió bajárselos lo suficiente como para dejar libre la tremenda erección del espadachín.

Tifa jadeó por la sorpresa – ahora entiendo como puede manejar con tanta facilidad una espada tan enorme – pensómaliciosa – tiene practica de años.

Cloud recostado como estaba y con ella sentada de espaldas no podía ver lo que Tifa se proponía hacerle, así que esperó expectante el siguiente movimiento de la luchadora.

Tifa no se lo pensó mucho y rodeó con las manos el hinchado y duro pene del guerrero, y Cloud apretó los dientes para no gemir de placer.

La mujer bajó y subió las manos sobre su pene escuchando con placer los gemidos que se le escapaban al espadachín. Luego bajó la cabeza y lamió la punta con suavidad, Cloud jadeó su nombre. Envalentonada por sus apasionadas reacciones pasó los dientes por la sensible carne para después lamerla con cuidado.

Cuando Cloud supo que estaba al borde del orgasmo le pidió que parara, Tifa se irguió y lo miró por encima del hombro, sonriéndole con dulzura, sus ojos reflejaban pasión cuando se dio la vuelta, aún sobre su cuerpo e inclinándose sobre el le soltó de las cuerdas que lo aprisionaban.

Cloud no esperó ni un instante en apresarla en sus brazos y besarla con pasión. Sus manos hábiles, a pesar de la inexperiencia, soltaron le soltaron el sujetador para dejar expuestos los senos de Tifa.

Cloud los acarició suavemente con las manos y bajó su cabeza hacia ellos, su boca tomó uno de los endurecidos pezones y lo chupó, Tifa gimió en respuesta y Cloud pensó que jamás había escuchado un sonido más hermoso.

Queriendo escucharla de nuevo pasó a lengua por el pecho, lo mordisqueó y cuando este estuvo tan sensible que solo con su aliento la hacía estremecer pasó al otro pecho, para atormentarla un poco más. Mientras tanto sus manos ya habían encontrado sus braguitas. Metió su mano dentro de ellas, Tifa estaba calida y mojada y Cloud gruñó posesivamente ante el evidente deseo de ella. La acarició con los dedos y escuchó sus gemidos de placer. Introdujo uno de sus dedos en el interior del cuerpo de Tifa y esta jadeó en respuesta y clavó sus uñas en la espalda del espadachín, Cloud introdujo un segundo dedo y los movió de dentro a fuera de ella muy despacio, mientras que con el pulgar acariciaba en cada movimiento de su mano el clítoris de ella.

Tifa gritó su nombre cuando llegó al orgasmo y se abrazó con fuerza a el moviendo las caderas contra su mano al ritmo que necesitaba de el.

Cuando ella ya estuvo saciada, Cloud la hizo tumbarse en la cama, le quitó las braguitas y el mismo se quitó los pantalones y la camiseta que aún llevaba medio puestos.

Tifa lo miraba con adoración mientras lo veía desvestirse, una vez desnudo se colocó a su lado, de lado en la cama. Acarició el rostro de Tifa con los dedos, bajó por su cuello, sostuvo los pechos de la luchadora en sus manos, comprobando su peso, acarició con los dedos los rosados pezones y mientras Cloud exploraba con dulzura todo su cuerpo Tifa volvió a excitarse de nuevo.

Fue para ella una tortura deliciosa que el espadachín se tomara su tiempo acariciando y saboreando cada parte de su cuerpo, cuando llegó hasta su vientre se detuvo y empezó a acariciarla de nuevo, pero esta vez desde la punta de los dedos de sus pequeños pies hacia arriba, lamió y acarició sus piernas y mordisqueó suavemente sus muslos.

- Cloud – le murmuró – te necesito ahora.

El espadachín levantó la vista hacia ella, sin apartar los labios de la sensible zona interior de sus muslos.

Sonrió antes de seguir con su tortura.

Solo cuando Cloud sintió que no podía más, se dignó a atender las suplicas de la luchadora, trepó por su cuerpo y la besó con amor mientras ella lo rodeaba con sus piernas. Cloud se enterró en ella y ambos gimieron de placer.

Estaba tan excitada que con solo un par de envestidas, fuertes y rápidas, Tifa llegó al orgasmo de nuevo, los gemidos de placer y la fuerza con la que el cuerpo de ella se cerró entorno a el, hicieron que Cloud se corriera inmediatamente después que ella.

Jadeante y cansado, Cloud la besó dulcemente y se tumbó a su lado estrechándola contra su cuerpo.

Tifa ocultó su rostro en el pecho de Cloud, estaba feliz, y el espadachín parecía estar muy tranquilo.

- ¿estás mejor? – le preguntó ella tímidamente.

- Jamás he estado tan bien como ahora – aseguró acariciando su oscuro cabello.

Tifa despertó un par de horas después, estaba tumbada sobre algo duro y calido, podía notar los latidos de su improvisado colchón y su respiración, pero no era eso lo que la había despertado, sino unas manos grandes y masculinas que acariciaban su trasero.

- … Cloud… – murmuró y su voz sonó casi como un ronroneo.

- ¿Te he despertado? – preguntó fingiendo sorpresa.

Pero Tifa ya no pudo contestarle ya que las manos del espadachín se acercaban a su sexo.

Pasó mucho rato hasta que ambos cayeron exhaustos y satisfechos a la cama. Cuando los pensamientos de Tifa volvieron a ser del todo racionales se dio cuenta de que Cloud la había despertado para hacerle el amor de nuevo - ¿Qué significa eso?, ¿no se suponía que estaría curado con la primera vez?, entonces ¿Cómo es que aún me deseaba?– pensó confundida mientras notaba como Cloud, tumbado de lado a su espalda la rodeaba con sus brazos por la cintura pegándola a su cuerpo.

- Mmm – ronroneó encantada al sentirlo pegado a su espalda – quizás es que Cloud necesite varias dosis de "medicina" para ponerse bien… y no es que yo vaya a quejarme de ello…

Cuando Tifa volvió a despertar ya era más de media noche, como no notó a Cloud tras ella se volvió para buscarlo, lo encontró sentado en un sillón al otro lado del dormitorio, llevaba puesto los pantalones y la miraba con expresión atormentada.

- ¡Oh, no! – pensó apesadumbrada – ahora sí que es el mismo.

- Cloud – empezó a decir pero el la detuvo.

- Tengo algo que decirte, no pensaba hacerlo, pero creo que no mereces que te mienta, no puedo hacer como si nada…

- ¿Qué estás diciendo? – preguntó confusa.

- Cuando mordí a Vincent… yo me curé, cuando te dije que te amaba ya era yo mismo… y lo dije muy enserio – aseguró – te amo.

- … - estaba tan sorprendida que no sabía que hacer o que decir, ¿realmente el la amaba?

- Se que me he aprovechado de tú bondad, de tu preocupación por mi bienestar y sé que tienes todo el derecho del mundo a odiarme por ello, pero… - no pudo seguir, ¿Qué podía decirle? ¿Qué lo perdonara cuando no se lo merecía en absoluto? La quería tanto que no quería lastimarla de nuevo, no podía permanecer allí sabiendo que ella lo odiaba – me marcharé cuando amanezca – terminó diciendo seguro.

- ¡NO!, claro que no, no te dejaré – dijo asustada por sus palabras, eso era lo que desde el principio había temido que sucediera.

- Pero te he mentido, me he aprovechado de ti.

- Y yo de ti – aseguró Tifa convencida – creí que estabas enfermo y lo usé como excusa para poder hacer el amor contigo.

- No digas eso – pidió Cloud – no merezco que trates de consolarme, siempre que estoy a tu lado acabo lastimando tus sentimientos.

- Sí, eso es, y sabes ¿Por qué?, porque te amo, desde hace mucho tiempo y tú no haces otra cosa que alejarte de mí, si de verdad me amas no te marches, quédate conmigo, vamos, Cloud no seas cobarde.

- … ¿de veras me amas? – preguntó entre esperanzado y temeroso.

- Más de lo que jamás he querido a nadie – aseguró Tifa cogiendo su rostro entre las manos y lo besó suavemente.

- Entonces yo…

- No Cloud, no te preocupes por nada, no tienes nada especial que hacer, solo quererme.

- Tifa… - murmuró y tirando de ella la sentó sobre sus piernas y la abrazó con fuerza. Tifa rió encantada, por fin algo salía bien sin traer consecuencias desagradables.

Capítulo 4.- Jenova 25.

Tras llegar a Nibelheim, se apresuraron a entrar en la mansión.

Bajaron hasta el laboratorio y comenzaron a rebuscar entre los archivos y cuadernos.

Pasaron horas allí abajo, pero consiguieron encontrar, después de mucho esfuerzo, unas anotaciones hechas en un diario donde se hablaba de Cloud.

- Resulta que querían que las células de Jenova pasaran a las siguientes generaciones, por lo tanto crearon una especie de alarma que para que se activara cuando la persona que poseía los genes de Jenova cumpliera los veinticinco años, aquí dice que durante ese día la persona que estuviera bajo esa influencia sentiría la necesidad de reproducirse hasta que trasmitiera esos genes, incluso le pusieron los instintos necesarios para que atacara a los machos que se acercaran a su territorio, como si de un animal se tratara, por eso Cloud estaba tan agresivo... – dijo Vincent alarmado.

- Eso significa… - comenzó Yuffie.

- Que esos malditos de Shinra son los que enfermaron a Cloud – dijo Cid.

Vincent tenía cara preocupada, muy preocupada, Yuffie le preguntó que le ocurría.

- Cloud me pasó los genes de Jenova, por eso luego estaba más calmado, porque ya no estaba enfermo, y por eso mismo yo me comporté así, hasta que… -no pudo terminar ya que se sintió derrotado.

- ¿Qué te pasa Vince?, pareces preocupado. – dijo la ninja.

- ¿no te das cuenta de lo que esto significa? – los dos negaron con la cabeza – si yo me calmé no fue porque tú y yo hiciéramos el amor, fue porque traspasé los genes de Jenova a tu cuerpo.

- Eso es absurdo, yo estoy igual que siempre.

- Pero eso es porque ahora esa herencia genética está done quería estar, dentro del vientre de una mujer – dijo el pistolero desalentado.

- ¡Mier€da!, ¡Jo&der!, Mal#di&tos hijos de pu#ta! – exclamó Cid asustado – nacerá otro horrible Sephiroth.

Yuffie cayó de rodillas al suelo al comprender lo sucedido por fin.

- Estoy… - murmuró.

- Sí – le confirmó Vincent agachándose a su lado y abrazándola contra su cuerpo para consolarla.

- ¿Qué vamos ha hacer? – preguntó confusa.

- ¿Cómo que qué Vamos ha hacer? está claro, no podemos permitir que nazca otro de esos monstruos – dijo Cid.

- Pero… - comenzó Yuffie – será nuestro hijo… - dijo mirando a Vincent y este la estrechó fuerte contra el.

- Sí, será nuestro hijo.

- ¿de que coño estáis hablando? – exclamó confuso – no podéis decirlo en serio.

Yuffie miró a Cid con los ojos llorosos y este tragó saliva conmovido por la reacción de la ninja.

- ¿quieres que mate a mi bebé? – dijo al borde de las lágrimas – al hijo de Vincent…

- Yuffie… yo… - Cid bajó la cabeza sin saber que decir ahora.

- Solo tiene algunos genes de Jenova, como Cloud, el está bien, puede controlarlos, y mi hijo será igual – dijo Yuffie convencida – ¿Verdad Vince?

- Sí, por supuesto – dijo poco convencido – si fuera de otro modo ya lo afrontaríamos en ese momento – le aseguró a Cid.

- Está bien, mal&di#tosmal€nacidos de Shinra – siguió quejándose sin cesar aunque ahora sabía que ya nada podían hacer ya que la joven ninja estaba convencida de tener a su bebé.

Tras eso decidieron volver al bar de Tifa, ya habían descubierto todo lo que tenían que averiguar e incluso más y debían informar a Tifa y a Cloud sobre ello.

Cuando llegaron al bar y no la encontraron allí esperándoles supusieron que la luchadora al final había subido al dormitorio para estar con Cloud, aliviados supusieron que Tifa ya se habría encargado de soltarle al ver que estaba bien realmente, así que subieron a ver como estaban, la puerta no estaba cerrada con llave, por lo que pasaron al dormitorio sin más para encontrarse a una Tifa desnuda sentada sobre el regazo de un Cloud semidesnudo.

- Pero ¿Qué co#ño os pasa hoy a todos? – preguntó Cid antes de cerrar la puerta de nuevo para dejarles solos.

Un rato después estaban todos reunidos en el bar, sentados en alrededor de una de las mesas, Tifa y Cloud estaban ya al tanto de todo lo ocurrido, cuando les habían hablado acerca del bebé de Yuffie y Vincent ambos se quedaron un poco sorprendidos, pero un instante después, cuando ya se habían recuperado de la sorpresa les aseguraron:

- No le pasará nada a vuestro hijo – prometió Cloud – nosotros lo protegeremos, ningún Sephiroth, Jenova, o cualquier otro clon, se acercaran a el.

- Es cierto, podéis contar con todos nosotros, siempre – añadió Tifa.

- Sabía que vosotros lo comprenderíais – aseguró Yuffie encantada con el apoyo de sus amigos.

Cloud se encogió de hombros y dijo:

- De cualquier forma yo sigo teniendo células de Jenova en mi interior, si tengo hijos tendrán parte de esa herencia genética.

- … eso es algo que no había pensado – dijo Vincent.

- Entonces si todos los que tienen genes de Jenova pasan esa herencia a sus hijos ¿Cuántos sephiritos más estarán por nacer? – preguntó Cid tan sorprendido y aterrado que ni siquiera se acordó de añadir un insulto a sus palabras.

- Ahora uno más no parece tan grave ¿verdad? – se burló Yuffie poniendo las manos sobre su vientre.

Capítulo 5.- ¿El final?

Algunos meses después:

Llamaron a la puerta de la casa de Vincent y Yuffie, Tifa estaba cansada de la caminata, debido a su avanzado estado de embarazo se agotaba con facilidad, Cloud la llevaba agarrada de la mano, prácticamente no la soltaba en todo el día, aunque eso debía incomodar al espadachín que era tan tímido, y le molestaba que los vieran hacerse carantoñas, lo hacía sin quejarse ya que seguramente también debido a su estado, Tifa estaba más pegajosa que de costumbre y le encantaba que el la abrazara y la sujetara todo el tiempo.

Vincent abrió la puerta y su expresión al recibirles no podría haber sido más feliz. Los guió por la casa hasta que llegaron a la puerta de su dormitorio.

Cuando entraron a la habitación pudieron ver lo que tanto alegraba al pistolero, sentada en la cama, con la espalda apoyada al cabecero de esta, estaba Yuffie, sobre sus brazos sostenía a su pequeño hijo, una monada, de carita redonda y cabello negro y abundante que los miró con sus enormes y rojos ojos.

- A que es la cosita más hermosa del mundo – dijo Vincent encantado.

Tifa se puso a llorar de la emoción, era como ver a un Vincent en miniatura.

Se quedaron algunas horas en la casa de Vincent y Yuffie, Tifa quería ver como el niño comía y no quiso marcharse hasta que Yuffie le dio el pecho, Cloud salió del lugar en cuanto se insinuó tal cosa, a veces no podía entender algunas costumbres que tenían las mujeres.

Cuando se marcharon y Yuffie y Vincent se quedaron a solas la ninja le preguntó preocupada a Vincent:

- ¿Les diremos alguna vez que a nuestro bebé a veces le cambia la forma de las pupilas y los ojos se le ponen verdes?

- … jamás – aseguró Vincent mientras miraba con adoración la carita de su niño.