Burlar a la Muerte
Por Moores
Palabras 277
Hellboy no es de mi propiedad, es de propiedad de Mike Mignola y Guillermo del Toro, en este caso.
Siempre hay un modo.
Siempre hay un modo de evitar las cosas. La muerte entre esas múltiples cosas. Y ellos lo sabían. Pero había siempre un costo, un precio, algo que volvía menos atractivo el burlar a la muerte. Aunque, honestamente, no les importaba. La necesitaban. Necesitaban sus conocimientos y su sabiduría, la necesitaban a ella… pero no a él.
Había un costo por burlar a la muerte. Era que ellos habían llegado juntos, crecido juntos, y marchado juntos; era lógico que si volvía uno de ellos a la vida, que si burlaba la muerte un poco más, el otro le seguiría tan cercas que su respiración se confundiría una con la otra. Y como era de esperarse, no necesitaban al otro y sus ataques de locura.
Pero uno estaba roto. Lo tenían ahí, hecho pedazos, ¿no podían estos caminar por su cuenta y reunirse para que burlara a la muerte, cierto? La otra estaba entera, con un gesto lastimero en su rostro, pero entera, ¿no era más fácil que ella volviera a la vida en ese estado? Era lo que ellos pensaban.
El ritual estaba listo, los pentagramas, los sellos, todo preparado. Él encerrado, ella preparada. Todo iba acorde al plan. La muerte fue burlada, y sus ojos observaron atentos la piedra caer, la magia surgir. Las armas apuntaron, los lazos se rompieron. La vida une, pero la muerte separa. Y al ser burlada, esto puede acarrear problemas.
Y mientras unos observaron sus ojos tan extraños y peculiares abrirse, otros murieron bajo la espada plateada sedienta de sangre…
Ese fue el costo.
Ese fue el pago por burlar a la muerte.
Dios se apiade de ellos…
