Deseos de Cosas Imposibles

Capitulo 1: Hace frío

Theodore Nott es un muchacho inteligente y ciertamente algo perspicaz, pero sabía a ciencia cierta que en estos momentos ninguna de sus características le estaba ayudando a entender el por que de aquella quietud tan extraña en el vagón que los conduciría por última vez a aquel castillo que sorprendentemente a pesar de la guerra y sus consecuencias volvía a abrirse a los estudiantes de las cuatro diferentes casas. Apoyó el codo en el pequeño barandal de la ventana que había y miró por unos segundos la corta vista que le era ofrecida en aquellos momentos.

No es como si fuera aburrirse con el silencio, ciertamente lo prefería, pero sus amigos nunca habían sido precisamente callados aunque tampoco fueran unos completos conversadores todo el tiempo, Pansy permanecía como era de esperarse a lado de Draco con aquella sonrisa patentada en el rostro que hacía notar que fuera como fuera, ella tenía la ventaja que muchas chicas en Hogwarts, en la casa que estuvieran, envidaban. Por que Pansy Parkinson siempre acompañaba a Malfoy. Sin embargo hoy estaba, si, junto al ojigris pero al parecer sin percatarse de su presencia o la de cualquier otra persona, por que su mirada estaba puesta en una revista que a parecer de Nott no era más que entretenimiento absurdo. Le asustaba pensar en que podía haber llamado tanto la atención de la joven bruja.

Deslizó su mirada casi sin percatarse que lo hacía hacia Draco, el rubio miraba sin observar el paisaje a través del delgado vidrio, y en aquel momento notó que la seriedad de un Malfoy, por lo general nunca traía cosas buenas, una carreta de dulces hizo aparición frente a ellos y conciente de que ninguno de sus dos amigos diría algo, él solamente con un pequeño gesto alejó a la persona que ofrecía unos cuantos dulces. Draco estaba demasiado metido en sus pensamientos y a Nott aquello lo preocupaba.

Ahora que lo pensaba no había visto ni a Crabe ni a Goyle en todo el transcurso de las despedidas mientras los alumnos subían a los vagones "tampoco a Blaise" la imagen de los tres muchachos corrió por su mente y un estremecimiento lo recorrió al recordar que no hace mucho había llegado a su fin la guerra ¿podría haberles pasado algo? Sacudió un poco su cabeza y sus azabaches cabellos se movieron ligeramente. Era imposible. En especial por Blaise, era un excelente mago.

Volvió a repasar su mirada en Pansy logrando comprender el por que ese repentino interés de la azabache en las revistas, Pansy nunca se había interesado en esa clase de cosas, al igual que él, las consideraba absurdas, sin nada interesante que leer y más que nada siendo un monumento a la superficialidad muggle, oh si por que para ella esas revistas llenas de colores rosa y pastel no eran más que gustos chillones y sin clase que seguramente tenían que venir de muggles o en su defecto sangres sucias. Ahora lo leía por que quería distraerse, ahora lo leía por que necesitaba concentrarse en otra cosa, como criticar las idioteces que publicaban ahí.

Luego pasó a Draco y cuando lo vió cerrar los ojos y apoyar la cabeza en el asiento comprendió que él intentaba lo mismo solo que nunca se atrevería siquiera a tocar la revista de tan mal gusto que en este momento había parecido llamar aún más la atención de Pansy –oh por Merlín… no van a creer lo que hay en esta basura de treinta hojas- por fin después de varias horas de silencio fue la muchacha la encargada de romper el mutismo que habitaba en esos momentos.

-Pansy… me está entrando una pequeña jaqueca, no necesito saber que estupideces puede haber escritas ahí- la voz siempre elegante de Malfoy sonó algo cansada mientras Nott sonreía por la mueca que vislumbro en el rostro de Pansy al escucharlo

-pues estas estupideces te aseguro alimentaran tu ego y el de muchos Slytherin-

-sigue sin interesarme- Draco movió un poco sus manos y la muchacha lo entendió de inmediato echando la revista junto a Nott y dejando que la cabeza del heredero Malfoy se acomodara sobre sus piernas –solo deseo dormir un poco-

-el tiempo que quieras Draco- Theo tan solo los observó por unos segundos, la devoción plasmada en los ojos de la muchacha era tan evidente que logró una sonrisa en su rostro. Sabía que las cosas después de la guerra no habían sido fáciles, especialmente para Malfoy, por el lugar donde se encontraba ahora su padre, y también sabía que regresar a la escuela en estos momentos era, aunque muchos lo duraran, lo mejor para él, por que volvía al lugar donde era el príncipe, donde a pesar de todo era admirado.

-solo no toques mi cabello Pansy- a pesar de todo Nott soltó una pequeña risa cuando vió la mano de Parkinson muy cerca del rubio platinado cabello de su amigo, quien ya tenía los ojos cerrados, la azabache lo miró de mala manera al percibir de quien había venido la risa y con un pequeño puchero desvió la mirada, Nott volvió a sonreír, era bueno ver que la guerra no se había llevado mucho de la personalidad de sus amigos.

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-míralo de este modo compañero, ya no hay mas amenazas, no más peligros, y tan solo es un año más- la voz animosa de Ron logró que Harry suspirara mientras sentía el brazo de su mejor amigo sobre sus hombros

-si, pero hay mucho de Severus Snape hasta que acabemos el año- Harry sonrió ligeramente en cuanto vió a su amigo pelirrojo abrir la boca dispuesto a replicar, pero como ninguna idea corrió por su mente, volvió a cerrarla conciente de que no había nada bueno entre las clases de pociones.

-pociones no es tan malo, si lo piensan bien- la voz de Hermione hizo que ambos amigos rodaran los ojos, para ella cualquier materia estaba bien mientras le enseñaran algo que ella desconociera. Una cuantas risitas de niñas mucho más jóvenes que ellos llegaron a sus oídos y mientras las vieron pasar frente a ellos observando unas cuantas fotos en una revista popular entre las chicas, Ron y Harry decidieron que lo mejor era no saber lo que había allí –todo el mundo anda alborotado con esa revista- comentó la castaña mientras veía a las niñas alejarse –me pregunto que habrá ahí-

-hola Harry, Hermione-

-hola Ginny- los ojos de Granger se posaron de inmediato en la pequeña revista que llevaba la pelirroja en esos momentos en las manos, la misma que circulaba por todos los estudiantes ese día y cuyo contenido ella desconocía, y siendo sinceros Hermione Granger no puede quedarse con la duda de algo, por que su curiosidad siempre ha sido bien recompensada, teniendo respuestas a preguntas que chicos de su edad a veces no podían contestar.

-¿Hermione?- se había concentrado tanto en aquella imagen que aparecía en la portada y por supuesto en los títulos que se esparcían buscando alguno que fuera capaz de revolucionar a medio población femenina que no se percató de la llamada de sus amigos -¡Hermione!- saltó asustada en cuanto vió a Luna frente a ella agitando sus manos en un vago intento por llamar su atención ¿Cuándo había llegado la pequeña rubia con ellos? -¿te encuentras bien?-

-si, claro- sonrió algo avergonzada con su actitud y cuando vió que los muchachos se habían alejado unos cuantos pasos para conversar seguramente de alguno de sus deportes, vio la oportunidad perfecta para preguntarle a Ginny acerca de aquel artículo que estaba llamando tanto la atención entre las jóvenes –Ginny…-

-¡¿ya vieron a Draco Malfoy?!- una jovencita de primer año, obviamente por que parecía muy joven todavía pasó junto a sus amigas frente a los Gryffindor con el rostro al rojo vivo y la emoción palpando sus venas –apenas bajé del vagón lo vi bajando junto a dos amigos… se veía tan…- la muchacha tapó su rostro avergonzada y el grupo de amigas rió ante al expresión de la menor.

Para cuando Harry se dio cuenta, Hermione junto a Ginny y Luna se habían unido a ellos nuevamente y veían al igual que varios Gryffindor como las niñas se marchaban entre palabras precisas como 'apuesto' 'varonil' 'perfecto' y risitas contagiosas. El rostro de Ronald Weasley contraído en una mueca de asco e incomprensión hizo que Harry saliera de su estupor. Nunca. Jamás. Había escuchado a alguna chica expresarse de esa manera tan idealista acerca de un chico. Por lo menos no de manera tan efusiva.

-¿Qué diablos está pasando?- si en algún momento Ron deseó estar en una pesadilla fue en ese preciso momento, no era una novedad que Draco Malfoy llamará la atención de las jovencitas y de varias muchachas de su edad, incluso una vez entre esas charlas que él hubiera preferido no presenciar, escuchó que Malfoy llamaba la atención de muchachas incluso de años superiores. Aquella fue una de las pocas veces en que Ronald Weasley envidió algo de aquel rubio prepotente. El caso era que nunca hasta ahora se había visto que las muchachas de primer año se alborotaran tanto con solo verlo. Malfoy parecía ser la atracción principal ese año, lo primero que deseaban ver al pisar Hogwarts, teniendo a Harry Potter en el mismo lugar.

-mmh… después de todo las revistan influyen mucho- el comentario de Luna que durante varios segundos había pasado desapercibida volvió a la realidad a los demás mirándola sin entender, pero no queriendo explicar demasiadas cosas, Luna les sonrió ampliamente y con ese andar simpático y un sencillo 'nos vemos luego' se alejó del trío dorado y Ginny. La menor de los Weasley observo a Neville haciéndole señas desde uno de los pilares que había e intrigada por el comportamiento de uno de los amigos de su hermano, se alejó sin siquiera hacerse notar, aprovechando por supuesto la distracción de los tres muchachos de séptimo año.

-no es como si importara demasiado- aquel simple comentario por parte de Harry indignó a Ron quien giró para ver a su amigo que bostezaba seguramente cansado por el viaje

-no, sino no nos interesa que el ego del hurón se eleve hasta los cielos-

-¿más?- los murmullos que se armaron en unos cuantos segundos acalló cualquier intento de conversa entre el trío dorado quienes llevados por la curiosidad decidieron ver que era aquello había provocado los susurros.

Draco Malfoy caminaba como habitualmente lo hacía, con aquella mirada altiva que Ron tanto odiaba, mirando a todos por encima de los hombros, con esa elegancia y prepotencia que Harry creía innecesaria siendo tan joven, esa elegancia era para los adultos, y con aquella pequeña sonrisa que Hermione había visto tantas veces en los labios del Slytherin cuando se estaba saliendo con la suya y que una vez ella había borrado con un certero golpe, Malfoy llevaba la chaqueta colgada en dos de su dedos y cayendo por su espalda, con Nott y Parkinson a su lado, con el mismo andar, con la misma prepotencia, entonces Harry se preguntó ¿Cómo aquel idiota podía llamar tanto la atención de las personas?

El rubio se mostraba como muchos esperaban. Perfecto. Con la ropa marcando la diferencia que existía entre el adolescente que ya no era y el adulto que pronto sería, dejando a simple vista que Malfoy no era más un adolescente, todo lo contrario, el cuerpo esbelto y algo musculoso, casi sin notarse demasiado, lo dejaba ver. Theo a su lado llevaba puesto una pequeña leva con una camisa interior blanca, dándole un aire de ejecutivo joven y sin faltar, por supuesto Pansy con aquella blusa de cuello de tortuga y su falda negra acompañada por unas botas haciendo juego entre los colores oscuros y no demasiado llamativos entre ellos.

Harry nunca se había detenido a pensar, pero Malfoy siempre se vestía de aquella manera sobria, elegante y juvenil al mismo tiempo, si mal no recordaba, desde siempre. No entendía la razón por la que les gustaba llevar esa ropa que para el siempre era incómoda, no entendía la necesidad de aquellos muchachos por crecer rápido. Y lo peor es que de alguna manera Harry veía por primera vez que todos los que en este momento cruzaban el último año se encontraban a un paso de la adultez. La verdad le golpeó en la cara. Ya no eran unos niños, eran unos casi adultos y Draco Malfoy parece haberse adaptado a ello con mayor facilidad.

-comadreja, sangre sucia, cara rajada- el corto y sarcástico saludo acompañado por un leve movimiento de cabeza por parte de Malfoy logró que Ron intentara sacar su varita pero fuera detenido de inmediato por una astuta Hermione que previniendo la reacción del pelirrojo lo sostuvo del brazo

-ignóralo Ron-

-¡hurón detestable! ¿Por qué no vas a arrastrarte con tus serpientes?-

-los hurones no se arrastran, comadreja ignorante-

-¿Qué has dicho?- la voz molesta y aparentemente inmutable de Malfoy aumentó el enojo de Weasley quien se adelantó un paso soltándose del agarre de Hermione –vamos… repítelo hijo de mort…-

-¡Ron, basta!- cuando Harry se interpuso entre ambos mirando directamente a los ojos de Malfoy, Ron supo que estuvo a punto de abrir una herida que él aunque odiara a Draco, era incapaz de abrir –Malfoy por favor, vete- la voz calma de Harry molestó al rubio quien no dudó en reflejarlo en cuanto sus cejas se juntaron y su boca se torció en una sonrisa irónica.

-¿Quién te has creído tú para darme ordenes a mi Potter?- Ron pudo ver de reojo cuando Malfoy se acercó desafiante a Harry, como Nott y Parkinson llevaban sus manos a los bolsillos, seguramente listos para sacar su varita cuando fuera necesario. Ron tampoco dudo en tomar entre sus dedos la fría madera

-te lo estoy pidiendo amablemente Malfoy- las miradas se cruzaron intensamente y la tensión se percibió en el ambiente –vete-

-crees que por haber derrotado a… Voldemort te voy a rendir honores como el resto de hipócritas que…-

-calma Draco- el ojiverde observó sorprendido como aquella voz calmó por completo el instinto asesino que habían mostrado los ojos del rubio y cuando el mayor colocó su mano sobre el hombro de Malfoy este pareció relajar por completo su cuerpo, elevando la mirada hacia un serio Snape a su lado -¿algún problema Potter? O como siempre está intentando llamar la atención, con la que tiene ahora creo que es más que necesaria ¿o no?-

-no creo que sea prudente que…-

-no estoy hablando con usted Granger- cortó de inmediato el mayor sin quitar la mano del hombro de Malfoy, Harry no pudo evitar que sus ojos se posaran sobre aquel contacto, nunca había visto que alguien además de un fugaz contacto entre sus amigos, lo tocara, nunca tan permanentemente –procuren no causar problemas por lo menos por este año. Ya no hay excusas- miró a los tres Gryffindor fijamente y cuando notó el pequeño estremecimiento en Weasley supo que su deber de ese día estaba cumplido, les regalo una mirada a modo de saludo de los Slytherin y con la capa ondeando un poco se alejó.

Potter miró sorprendido la manera en que el humor de Draco había cambiado, el enojo se había ido y ahora sonreía como si supiera de sobra que jamás lograrían tener un poco simpatía de parte del profesor de pociones, y no es que lo necesitaran, pero el echo de presenciar aquella sonrisa y de cómo después de aquello Malfoy prácticamente los ignoró, lo molestó. Lo molestó a tal punto de no poder despegar sus ojos de Draco Malfoy. Del insolente, prepotente, orgulloso y detestable Draco Malfoy.

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-¡Ravenclaw!- la mesa de la casa recién mencionada estalló en aplausos y palabras de bienvenida a la nueva chica que se bajaba con una sonrisa en los labios del asiento, para poder cederle su puesto al siguiente muchacho que sería nombrado. La mesa Slytherin hacía un particular escándalo, como si todos se hubieran propuesto hablar en ese instante, Draco sonreía abiertamente ante una torpeza provocada por Crabe, después de todo no podía esconder el alivio que había sido ver a Crabe y Goyle a la entrada del comedor. Temía que hubieran decidido abandonar los estudios.

No es como si hubiera corrido a abrazarlos apenas los vio. Un Malfoy no hace ese tipo de cosas. Pero con un simple 'Que bueno verlos por acá' para él era suficiente, esos dos al igual que sus otros amigos habían estado junto a él mucho tiempo, y aunque no le gustara admitirlo se había acostumbrado tanto a ellos que definitivamente un año en Hogwarts no sería lo mismo sin ellos. Lo único que verdaderamente lo preocupaba era que en ninguna parte, hasta ahora había visto a Blaise.

-Potter esta viendo demasiado hacía acá- pudo sentir claramente el aliento de Pansy cerca de su oído y aunque no la miró deslizó un poco sus ojos hacía el lado izquierdo donde se encontraba la muchacha

-¡Gryffindor!- lastimosamente cuando Draco se disponía a ver a Potter para comprobar las palabras de su amiga, el estúpido sombrero anunció la mesa de los leones y entre brazos levantados y demasiado movimiento para su gusto la cara Potter se perdió, al igual que la supuesta mirada que le estaba enviando.

-Bienvenido- escuchó la voz de su amigo pelirrojo que como prefecto debía saludar al nuevo integrante de la casa y al sentir el codazo de Ron en una de sus costillas giró para ver al muchacho que se sentaba a unos tres asientos del suyo

-¿Qué pas…? Ah claro… Bienvenido- le sonrió al pequeño niño de once años y este asintió a modo de respuesta, comprendiendo que por alguna extraña razón que él no terminaba de comprender, también al igual que los prefectos debía dar la bienvenida a los menores. La selección terminó y con unas cuantas palabras la cena comenzó.

-Harry…- Seamus a su lado habló bajamente sin despegar la mirada de enfrente y acercando su cabeza deliberadamente a la del ojiverde

-¿Qué pasa?-

-Slytherin- con esa sola palabra Harry prestó total atención –planean algo- solo entonces el pelinegro regresó la mirada hacía la mesa de las serpientes. Específicamente en el que siempre estaba a la cabeza de todos los planes en contra de ellos.

Por un momento sus ojos se encontraron con los extrañamente afilados de Malfoy, no se dejaron de mirar y por tanto no se percató de que el rubio le indicaba algo a Goyle a su lado, veía los labios de Draco moverse con lentitud sin alejar sus miradas y por primera vez se sintió como en aquel encantamiento que supuestamente tienen las serpientes para hipnotizar a sus victimas, por tanto no vió nada más allá de los grises ojos del príncipe de Slytherin. No vió cuando Goyle asentía a la petición dicha por el rubio. No vió cuando Crabe le pasó un poco de puré a Goyle, ni mucho menos cuando este colocó un poco sobre una cuchara, y tampoco cuando este finalmente utilizando un método muy infantil se lo lanzaba hasta que el puré se estrellará en plena frente del chico que vivió y de paso venció a Voldemort.

Las risas no se hicieron esperar por parte de la mesa Slytherin y Harry no pudo evitar que su ceja izquierda temblara, cuando vió la abierta carcajada de Malfoy, claramente burlándose de él –malditas serpientes- masculló Ron, y ya conociendo aquel tono de voz en su amigo giró dispuesto a detenerlo, pero fue demasiado tarde en cuanto vió como Weasley en un impulso tomaba una manzana y se la lanzaba de inmediato a la cabeza de Malfoy, desestabilizando por varios segundos al ojigris.

-¡guerra de comida!- no supo de donde vino aquel grito, es más sino fuera por que Fred y George que ya se habían graduado, Harry hubiera jurado que ellos hubieran sido los primeros en lanzar el grito. La situación sucedió impresionantemente rápida, para cuando se dio cuenta los muchachos se entremezclaban entre las mesas dispuesto a lanzar y esquivar comida, Harry observó divertido como parecía que todos se divertían con aquella chiquillada y él no dudo en participar, sabiendo a conciencia que él como muchos otros no habían podido disfrutar a plenitud de su adolescencia y de hacer locuras sin sentido.

Buscó a Malfoy entre la gente y cuando lo vió tomar a Pansy de la cintura alejándola de un lanzamiento de una chica de Hufflepuff se detuvo. Malfoy no hacía nada por nadie, y aunque aquello fuera una muestra casi insignificante no pudo evitar sorprenderse, sacudió la cabeza volviendo a concentrarse en su objetivo y con el puré de quien sabe que en las manos lo lanzó directo a la cara del rubio odioso a unos metros de distancia, la furiosa mirada de Malfoy no se hizo esperar, aunque la verdad le sorprendió que lo hallara tan pronto entre tanta revolución, y cuando una pierna de pavo lo golpeó con fuerza en la cabeza haciéndolo retroceder, la sonrisa en su rostro se borró.

Pansy Parkinson se dejó ver con otra pierna de pavo en la mano y Harry mordió su labio inferior. No le iba a pegar a una chica pero en cuanto escuchó el bajo susurro de Hermione a su lado –wingardium leviosa- levantando una pequeña bandeja que contenía salsa de algo para luego ponerla sobre la cabeza de una Pansy que intentaba limpiar el rostro de Malfoy, volvió a sonreír. La salsa cayó sobre la muchacha y esta emitió un grito de impresión y como no todo es para siempre y al parecer los profesores cansados de calmar a los muchachos por las buenas con un fuerte y sonoro grito por parte de McGonagall todo se calmó.

-¡Petrificus Totalus!-

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-esto es inconcebible- la voz de la profesora Minerva se escuchó fuerte y molesta –son alumnos de curso superior y hace unos minutos parecían unos niños- se levantó del asiento en el que se encontraba y miró con firmeza a los siete chicos que se encontraban frente a ella –se supone que deben dar el ejemplo, en especial si son prefectos- Severus parado a un lado de la mujer se mantenía inmune y Harry no pudo evitar sonreír cuando notó que Draco le huía a la mirada seguramente recriminatoria que le quería enviar Snape.

-Potter, Crabe y Goyle, pueden irse mañana les será impuesto sus castigos correspondientes. Mientras tanto Malfoy, Parkinson, Weasley y Granger por ser prefectos recibirán un castigo mucho más severo. Informen al resto que también recibirán un castigo- los Gryffindor suspiraron resignados y como era de esperarse lo Slytherin ni siquiera se inmutaron. Los seis habían sido llamados por que habían sido quienes empezaron y por que continuaron con la absurda pelea. McGonagall los había divisado desde su puesto –pueden irse-

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Desde entonces Harry no había notado nada especialmente divertido y debía aunque no quería agradecer de algún modo a Malfoy por su estupidez, se divirtió en aquel momento, sintió en esos cortos segundos como si recuperara la infancia que le había sido arrebatada por tener que cumplir con un destino que él no había pedido. No es que se hubiera sentido bien golpeando a Malfoy con aquel puré… bueno en realidad si lo había disfrutado, pero ese no era el punto, el punto era que quizás inconcientemente Malfoy había logrado quebrar aquella pared de tensión que existía después de la guerra. Dejando que olvidaran. Y recordándoles que todavía eran unos adolescentes. Que merecían divertirse de vez en cuando.

Sonrió como pocas veces se permitía, y que desde que llegó a Hogwarts se le empezaba a hacer costumbre –wingardium leviosa- levito la pequeña pluma que había sobre su escritorio como la primera vez cuando aprendió aquel hechizo, aunque esta vez lo hizo por gusto propio de verla en el aire. ¿Y… si Malfoy hubiera comenzado aquella guerra de comidas con la intención de que todos se sintieran más cómodos? La pluma cayó sobre su escrito y la sonrisa en su rostro se esfumó ¡¿Qué diablos estaba pensando?!

-¿pasa algo compañero?- Ron a su lado lo miró preocupado, la palidez en el rostro de Harry no era algo normal y mucho menos cuando su mirada se perdió en el pizarrón como si estuviera asustado

-¿eh?- los ojos verdes de Harry tardaron en enfocar los azules de Ron quien ya tenía una expresión extraña en el rostro y por supuesto como era de esperarse ya había dado un par de golpes a la espalda de Hermione y esta había girado preocupada –estoy bien… solo que un pensamiento tonto se me cruzó por la cabeza- rió un poco intentando despreocupar a sus amigos y a pesar de la mirada extrañada que le envió su castaña amiga, esta volvió a su conversación con una de sus amigas.

-definitivamente las clases de pociones son de las pocas que valen la pena- y otra vez aquella arrogante voz llegaba a sus oídos ¿Por qué siempre compartían pociones con Slytherin? Vió de reojo como Malfoy acompañado por sus amigos se abría paso hasta su asiento, pero en cuanto diviso a Neville recogiendo unos cuantos pergaminos que se le había caído al piso supo que Draco no desaprovecharía aquella oportunidad para humillar a un Gryffindor –apártate perdedor- tal y como lo predijo, Crabe sin esperar orden de parte del rubio empujó levemente con el pie al muchacho haciendo que cayera de bruces, provocando la risa de todos los Slytherin. ¿Cómo pudo haber pensado que Malfoy en realidad quería hacer algo bueno?

Molesto más consigo mismo que con Malfoy, Harry se levantó de su asiento -¡¿Por qué tienes que ser tan insoportable Malfoy?!-

-Uy… San Potter se enojó- el rostro de Draco dibujó un falso temor –que miedo- pero aquellas palabras tan sarcásticas solo molestaron más al pelinegro

-no eres mas que un…-

-bien, tomen asiento-

Severus Snape entró con aquel saludo tan cortante de cada año, ignorando por completo las miradas asesinas que se lanzaban los dos muchachos más representativos de Gryffindor y Slytherin. Draco no lo volvió a mirar y a pesar de que ya habían pasado varios minutos durante la clase, Harry no pudo ignorar la total atención que nunca antes había notado en el primogénito de Lucius Malfoy, su mirada no se despegaba del oscuro profesor de pociones, su atención era exclusiva hacía él. Y sin saber por que, el ánimo de Harry Potter ese día había desaparecido. Y todo era culpa de Draco Malfoy… aunque no supiera muy bien por que, pero siempre que él estaba de mal humor un noventa por ciento de las veces era por culpa de ese insoportable rubio.

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-si… no se puede negar que tienen toda la razón-

-después de todo no están catalogando quien tiene la mejor personalidad- la risa de Ginny junto a una de sus amigas conversando de algo que el trío dorado desconocía llego a los oídos de Hermione, y recordando que al final no había podido averiguar nada se acercó a la pelirroja muchacha mientras ella se despedía de su amiga

-Ginny ¿Qué es lo que trae tan locas a todas las chicas?-

Ron observó con algo de molestia la risita de su hermana, esa risita solo la veía cuando Ginny estaba a punto de hablar de chicos, y era realmente incómodo oír a su hermana menor hablar con tanta facilidad de cuan guapo podría ser tal muchacho de tercero o quinto –vamos compañero, esta conversación me huele a que solo es de chicas- Harry a su lado tan solo asintió, Harry andaba extraño desde ayer

-no se vayan- los retuvo Ginny poniéndose de rodillas sobre el mueble para llamar su atención –después de todo ustedes también están mencionados-

Ron enarcó una ceja –habla de una vez- la sonrisa de Ginny se amplió y los ojos de Hermione parecieron brillar por unos segundos al saber que dentro de poco estaría fuera de la ignorancia

-una revista para chicas, hizo una lista sobre los jóvenes magos mas apuestos- la revista que brillaba por tanto colorido y por letras y fotos que no dejaban de moverse llegó ante ellos –solo pusieron diez lugares en el ranking ¿no les da curiosidad?-

Harry resopló indiferente con aquello y miró ciertamente interesado al recordar las palabras de su hermana #ustedes también están relacionados# ¿eso quería decir que el también estaba en esa lista? -¿y a todas estas que tiene que ver esto con Malfoy?- Hermione miró intrigada a Ginny y por la mirada que la menor le envío no necesito una respuesta –no me digas que…-

-así es-

-¿Qué? ¿Que pasa? ¿El hurón no quedó dentro de los diez?-

-¡hay Ron!- exclamó hastiada Ginny –no puedes ser más despistado por que no puedes ¿verdad?- Ginny se acomodó en el asiento y abrió la revista desde alguna página dispuesta a ir pasando las hojas de atrás hacía adelante –verán los cuatro últimos lugares dentro de los diez no están para menospreciarse pero son chicos que no conocemos y que en este momento no importan mucho, aunque cabe destacar que su gran mayoría son de Hogwarts- Ginny pasó rápidamente la foto donde aparecían aquellos muchachos, muy apuesto en realidad –el sexto puesto lo ocupa ese muchacho que vino al torneo de los magos ¿Cómo se llamaba?-

-Victor Krum- la rápida respuesta por parte de Hermione hizo reír a Ginny por la mirada que seguramente le debe haber enviado Ron a la castaña

-en fin… el quinto puesto lo ocupa Theodore Nott, Ron que la verdad no se que hace aquí ocupa el cuarto puesto-

-¡¿Cómo?!- Ron le arrebato la revista su hermana al ver una foto suya ocupando toda una página con una pequeña biografía suya en una esquina ¿de donde habían sacado aquella imagen?

-como decía- habló la pelirroja menor quitándole la revista a su hermano –el tercer puesto es ocupado por Blaise Zabini-

-¿Zabini esta un puesto más alto que yo?-

-¡Ron deja de interrumpir!- Harry rió junto a Ginny ante la reacción de la castaña quien parecía muy interesada en el tema.

-y Harry está en el segundo lugar- el ojiverde bufó al ver su imagen ocupando toda una página, no es que le gustara aquello, pero ya se había acostumbrado a que su foto saliera en contra de su voluntad en los diarios, así fuera para hablar pura basura

-¡¿eso quiere decir que el hurón quedó en primer lugar?!- el grito exagerado de Ron llamó la atención de varios de los Gryffindor en el salón y Ginny no pudo evitar darle un pequeño golpe en el hombro a su hermano.

-¡no puedes ser más discreto idiota!-

-es que… el hurón…-

-deja de quejarte que no es para tanto-

-pero el hurón…-

-Harry- el pelinegro giro al oír el llamado de uno de sus compañeros –la profesora McGonagall te anda buscando- Harry asintió y viendo que Ron tardaría en asimilar la información se marchó, Malfoy en un primer lugar en una lista como esa no haría mas que elevar el de por si ya elevado ego del rubio, aunque dudaba totalmente que Malfoy leyera ese tipo de cosas. Pero las chicas de Slytherin tal vez… sacudió su cabeza con fuerza dándose cuenta que una vez mas estaba volviendo a pensar en Malfoy.

Camino entre los pasillos con pasividad pero cuando vio la puerta del salón de pociones abrirse se detuvo ¿no se suponía que a esta hora no había nadie en los salones? Por puro instinto se acercó lentamente y cuando escuchó la voz de Malfoy no pudo evitar arrugar el entrecejo -¿deseas decirme algo más padrino?- Harry no se movió ¡por Merlín! se sentía como aquella vez cuando le dio por perseguir al Slytherin, solo que ahora no habían razones para hacerlo.

-creo que es obvio que todo esto no lo puede saber nadie mas ¿verdad Draco?-

-por supuesto que no- la puerta que no había terminado de ser abierta se movió un poco y Harry aunque sonara paranoico estaba seguro de haber escuchado unos pasos más y el juntar de dos ropas ¿un abrazo quizás? Harry hizo una mueca, no imaginaba a Snape expresando cariño de alguna manera. Un leve 'gracias' de los labios de Malfoy lo hizo reaccionar y alejarse de inmediato. ¿Qué es eso que nadie más debería saber? Pero más importante que todo ¿Por qué esos dos se abrazarían?

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Pansy imaginó que cuando viera a Draco con una de esas sonrisas que no pretendían nada en el rostro y que no eran irónicas o de mal gusto, aunque nada en el príncipe de Slytherin fuera de mal gusto, se acabaría el mundo tal y como lo conocía, sin embargo aunque le costó acostumbrarse a esas espasmódicas sonrisas verdaderas por parte del rubio pudo darse cuenta de que Draco Malfoy podía verse aún mas apuesto de lo que ya era. Lastima que esas sonrisas solo lo vieran personas extremadamente cercanas a él. Y saberse dentro de ese grupo exclusivo la hizo sonreír.

-¿ya te vas?- se acercó a Draco con un paso tranquilo y arreglando un poco el cuello de la camisa que seguramente acababa de colocarse

-Pansy creo haberte dicho que no entres de esa manera a la habitación-

-lo siento Dragón- el cuerpo de Draco se tensó y la muchacha comprendió su error –disculpa, se que solo una persona puede llamarte así-

-no deberías disculparte tanto Pansy- Theo arrimado en el umbral de la puerta llamó la atención de los dos muchachos dentro de la habitación –un Slytherin no se comporta de esa manera-

-eso ya lo sé, pero con Draco es distinto- Draco ignoró como sus dos amigos parecían discutir de algo sobre el orgullo y la prepotencia mientras se colocaba el abrigo con un par de rayas verdes que resaltaban la casa la cual pertenecía, había un ligero viento y a pesar de que prefería el frío decidió ponérselo, tampoco quería enfermar.

-nos vemos luego- bajó las escaleras con rapidez e intentando pasar desapercibido y de una manera u otra aprovechando su puesto como prefecto salió de las mazmorras, ya había anochecido y por tanto no se molestaría en ocultarse de alguien más, escondió las manos dentro de su propio pantalón al percatarse que en los pasillos el frío era un poco más intenso y en cuanto diviso al trío dorado caminando en dirección contraria hacía el, no pudo evitar sonreír.

-¿Qué haces por aquí Malfoy? Todavía no es hora de la ronda pero ya es tarde como para que andes por los pasillos como si nada- la voz de sabelotodo que en todos estos años Draco no había aprendido soportar llegó hasta sus oídos. Granger era detestable.

-no creo que sea de tu incumbencia Granger, pero por lo que voy van camino a su castigo… Ah… que hermosa sensación el verlos caminar hacía allá-

-pues no te imaginas la hermosa sensación que vamos a tener nosotros cuando te veamos caminando ha limpiar quien sabe que salón- la siempre imprudente voz de Weasley llegó hasta sus oídos y su sonrisa se amplió

-en ese te equivocas comadreja, mañana yo no limpiare nada- estiró sus brazos en un gesto de alivio y Harry arrugó el entrecejo, no podía, no lo pudo haber pedido, no era justo –si, es tal y como te lo imaginas cara rajada- Malfoy amplio más si se podía su descarada sonrisa –no voy a limpiar nada, ni mañana, ni nunca-

-¡eso es imposible!- saltó Ron molestó y a pesar de ser un poco oscuro, Draco podía jurar que había visto el rostro de Weasley enrojecer de rabia

-la profesora McGonagall dijo que nosotros limpiaríamos hoy y ustedes mañana, pero que todos cumpliríamos con un castigo- habló Hermione orgullosa con la decisión de la profesora de no ponerles un castigo en conjunto, aquello sería iniciar constantes peleas entre las dos cosas y más castigo todavía.

-pues Severus habló con McGonagall y como yo en ningún momento lance algún tipo de comida, pues no me pueden acusar de haber estado en aquella pelea idiota-

-¡pero tu le dijiste a Goyle que me lanzara puré!- estalló indignado Harry -¡yo te vi hablar con él!-

-¿es que acaso escuchaste lo que le dije, tienes tan buen oído Potter? O ¿usaste algún hechizo para mejorar tu audición? ¡Oh no, mejor todavía! ¿Leíste mis labios?- la fingida emoción de Malfoy molestó a los tres muchachos que lo observaron serio.

Draco Malfoy se abrió paso obligadamente entre los Gryffindor con una sonrisa en los labios –no es justo- alcanzó a escuchar de Weasley

-muchas cosas en esta vida no son justas comadreja- detuvo sus pasos y los miró por el rabillo del ojo –esto es para que entiendan que no importa que hagan, a quien venzan, siempre, óiganlo bien, siempre yo estaré por encima de ustedes-

Con la dignidad y el orgullo renovados Draco continuó su camino, con la barbilla levantada, la frente en alto, con pasos lentos disfrutando de las miradas de odio que seguramente le deberían estar mandando los Gryffindor y que en vez de incomodarlo lo hacían sentir bien. Demasiado bien.

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Luego de dos horas limpiando Harry suspiró. Estiró el cuerpo y con sus amigos caminando a su lado continuó su camino, Ron continuaba molesto por el echo de que hubieran absuelto del castigo a Malfoy, Hermione por su parte estaba molesta pero también intrigado puesto que por la conversa acerca del castigo, Malfoy había logrado que olvidaran que estaba caminando por los pasillos de Hogwarts en horas inadecuadas y Harry… Harry tan solo pensaba constantemente en lo que había escuchado esa tarde en el salón de pociones.

-nosotros nos vamos a hacer la ronda Harry, te vemos más tarde- el pelinegro asintió ante las palabras de Hermione y mientras los veía alejarse no pudo evitar volver a suspirar, estaba muy cansado. Una vez más la puerta de el salón de pociones se abrió y al igual que como en la tarde Harry se detuvo, sin embargo cuando diviso la imagen de Draco Malfoy saliendo del salón por impulso se escondió tras una de las paredes. Nunca había visto a Malfoy con el uniforme mal colocado y observarlo de aquella manera no le producía ninguna burla.

Draco inconciente de que era visto por aquellos ojos verdes arregló como pudo su camisa y se colocó el abrigo encima arreglando como podía su cabello que casi nunca se mostraba alborotado, miró de un lado a otro, tan solo por precaución y tomando un poco de aire en señal obvia de no mostrar nerviosismo o algo por el estilo se alejó entre los pasillos, seguramente a iniciar su ronda.

Harry salió de su escondite en cuanto vio salir a Severus Snape del mismo salón que hubiera salido Malfoy hace unos segundos, lo observó cerrar el salón y luego marcharse. Apoyó el cuerpo sobre la pared a su lado, tomo varias bocanadas de aire que parecían faltarle y levantó la mirada hacia el mismo lugar por donde hace unos segundos Malfoy había desaparecido. Una brisa recorrió su cuerpo. Y por primera vez en toda la noche Harry Potter percibió un frío que recorrió cada poro de su piel. Por alguna razón que no entendía su piel acababa de erizarse, el frío había calado tan dentro de su ser que lo sorprendió y por otra razón aún más extraña que no se podía explicar, su corazón… su corazón sentía frío también.

FIN CAPITULO UNO