Ok, esto parecerá raro para todos ustedes, pero en fin. Primero, lo que corresponde: Esto es un obsequio para Suki 90. Su, muchas felicidades, que tengas un excelente día, que la pases de lo mejor y esto es solo una pequeña forma de agradecerte tu amistad, gracias por las pláticas y por dejarnos escuchar tu hermosa voz :3 y por soportarme y por todo. De verdad espero que sea de tu agrado.
También esto va para la chicas del grupo: Saint Seiya - Unión fanfickera, que me han dejado entrar al grupo y... lo siento si no es muy bueno este fic n_n' pero hice mi mejor esfuerzo, lo juro.
***PRIORIDADES***
Capítulo I. Primer Paso
Despertó desorientado por completo sin tener recuerdos coherentes de lo que hubo ocurrido con él. Sonaba extraño, pero la verdad es que se encontraba confundido por la sola sorpresa de hallarse vivo.
Apenas si tenía una vaga noción de todo lo ocurrido en las doce casas, sobre todo el enfrentamiento final en el templo de Atena. Volvían a él fragmentos de memorias: en como empleó todas sus fuerzas para regresar a la vida a su diosa sin estar seguro de que ese esfuerzo hubiese sido suficiente.
Y si todo había sido en vano, si había fracasado, entonces, ¿cómo era que seguía con vida? No solo eso, sino que todos sus sentidos de los que había sido despojado a manos de Saga, habían vuelto.
Ella.
Debía ser la causa de tanto milagro, Atena estaba viva y había sido ella quien lo salvó de morir a manos de su enemigo, restaurando por completo su vida y porque no decirlo, su alma, porque estaba seguro de que, si ella hubiera dejado de existir en este mundo, no habría forma de que se repusiera a su ausencia.
Y no porque se tratara de su deber como caballero, era su parte más humana quien hubiera añorado ver sus ojos de azul infinito, sabiendo que nunca hubiese descansado sino pudiera llamarla por su nombre de nuevo.
- Saori.
Sonaba tan bello, más en ese momento que lo escuchó de su propia voz dándose cuenta de que, al decirlo, evocaba a la mujer que lo portaba. No la pensaba como un deber o un trabajo que tenía para con ella. No, pensaba en la niña malcriada que alguna vez supo torturarlo, pensaba en la bella joven que era ahora y en los sentimientos que había causado desde que la viera transformarse, pasando de ser una aristócrata altanera a la compasiva mujer que lo salvó.
Y pensar en todo eso lo llenaba de dicha... Casi por completo. Solo había una duda que empañaba tantos nobles sentimientos.
¿Era correcto que sintiera así por ella?
Recordaba haber sentido casi desprecio por Saori cuando niños sin encontrarlo difícil, pero ahora que se inclinaba por algo más... Profundo y bueno, se halló un poco incómodo por ello. Tal vez, porque en verdad era incorrecto pensarla de esa manera, de la forma en que la encontraba maravillosa, pero no intocable, porque casi podía jurar que ella...
- ¡Ey Seiya! - Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la intromisión de Kiki. El pequeño pelirrojo entró corriendo y se acercó sonriente hasta la cama donde él descansaba - ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?
- Pues yo...
- ¿Me ves? ¿Si me oyes?
- Kiki - igual que su impaciente discípulo, Mu ingresó en la habitación para verificar el estado del caballero de pegaso - Es obvio que recuperó sus sentidos, solo dale un momento para contestar.
- ¿Es cierto Seiya? - volvió a preguntar un tanto ansioso.
- Si, estoy bien... Solo un poco confundido.
- Es cierto, estuviste inconsciente desde mucho antes que Atena te...
- ¿Esta bien, ella está bien? - Trató de sonar lo mas tranquilo posible, aunque por el sobresalto en el rostro de Kiki era obvio que no lo consiguió. Mu solo asintió con una sonrisa.
- Si, gracias al esfuerzo de ustedes, caballeros de Bronce.
Después de una breve explicación de lo ocurrido, además de enterarse de que había pasado con Saga, Seiya finalmente se dio cuenta de que seguía dentro del santuario, donde llevaba ya tres días dormido, recuperándose de los estragos del enfrentamiento.
- ¿Y dónde están los demás?
- Pues Ikki desapareció de repente, Shyriu regresó a los cinco picos y sinceramente no sé donde están Shun ni Hyoga, solo sé que se tomaron algunos días de descanso. Ya regresarán.
- Días de descanso... - Que gracioso sonaba el término, como si hubieran estado trabajando cuando en realidad el futuro de la tierra pendía de sus jóvenes manos.
- Pues no hacían mas que esperar, me tomará un buen tiempo reparar las armaduras ahora. - Explicó Mu que de alguna forma entendió lo que estaba pensando el joven. - Además, tienen el derecho a disfrutar de la paz que ustedes mismos ayudaron a obtener.
- Bueno, si lo dices así...
- ¿Tiene más sentido? - Seiya asintió, sintiéndose un poco raro por justificar el tiempo libre con el que contaba ahora, lejos de batallas, lejos de peligros. Tal vez es porque también, de cierta forma significaba lejos de ella al no tener que desempeñar sus deberes como caballero - Deben de darse un poco de crédito - continuó Mu - fue una victoria muy grande la que obtuvieron y eso que son solo unos niños.
- No soy un niño, ¡él es un niño! – contraatacó Seiya, señalando a Kiki
- ¡Oye! ¿Qué tiene de malo ser un niño?
Mu sonrió, aunque el chico no se diera cuenta de lo simple que actuaba a veces, había en él un espíritu libre.
- Bueno, adolescente. – corrigió - Claro, se te puede llegar a olvidar ese pequeño detalle, pero lo eres. Así que te recomiendo que uses este tiempo para recordarlo, porque por ahora, no es necesario que seas el caballero de pegaso. Puedes ser solo… Seiya.
Solo un adolescente.
Solo Seiya.
Sonaba de verdad tentador, sobre todo gracias a una idea que se había formado con rapidez en su mente. Si es que él podía dejar de ser caballero momentáneamente, ¿también podría Atena? ¿También podría ella ser solo Saori? Aunque fuera por un día o con unas cuantas horas le bastaba para entonces poder descubrir si lo que sentía hacia ella era solo la veneración que le tenía como deidad o si es que... Ese sentimiento, esa calidez en su corazón podría atribuírsela a otra cosa, con otro nombre.
Pero no lo iba a averiguar quedándose en cama, quebrándose la cabeza pensando todo el día. Sabía con exactitud como salir de su duda y estaba dispuesto a correr los riesgos necesarios, solo había una cosa más que necesitaba saber.
- Kiki, - el niño reaccionó ante la mención de su nombre sin mucho interés, apenas si tornando sus ojos en dirección a Seiya. - ¿Sabes donde está Saori ahora?
oOoOoOoOoOo
Los aposentos dentro del Santuario. Ese era el lugar que le correspondía habitar desde que nació, era el lugar en el que debía permanecer ahora, sin embargo, no se acostumbraba el estar allí y tampoco se sentía segura o protegida.
Seguro eran solo las secuelas de la recién batalla y solo con el tiempo podría estar a gusto allí, más no ahora.
Los caballeros de bronce se habían marchado, tal vez ella debiera de hacer lo mismo y regresar al lugar que ella conocía como hogar. Era mejor si le pedía a Tatsumi que prepara todo para su partida y...
- ¡Saori! - Las grandes puertas de piedra se abrieron de golpe revelando al intruso que sonrió al verle - ¡Oh es verdad que estás aquí! Cuanto me alegro.
- Seiya, - Sonrió, producto de la dicha pura que emanaba de ella al verlo. Después de que lo tuvo tan débil entre sus brazos… Lo que importaba era que estaba bien y no lo que ella sintiera, se obligó a conservar la compostura – ¿Qué haces levantado? ¿No debieras estar descansando?
- No, ya estoy bien, no es necesario que… - Ella se acercó de pronto examinándolo con detenimiento, poniéndolo un tanto nervioso.
- Insisto en que debieras descansar
– Te digo que estoy bien.
- Oh, pues me alegro, supongo que podrás marcharte por unos días ahora, al igual que el resto de los chicos.
- De hecho… de eso es que he venido a hablarte.
Había salido tan decidido a hacerle saber a Saori su petición, ahora que estaba a punto de realizarla, se encontró a si mismo dudando y estuvo tentado a olvidarse de toda la idea, solo que Saori seguía de pie frente a él, mirándolo atentamente, expectante a lo que quería decirle.
- ¿Y bien? – Dijo un tanto impaciente – ¿De qué se trata?
- Yo quería… intentar algo...
- ¿Intentar?
- Bueno, es más bien, que… - Pasó saliva aprovechando los escasos segundos en que lo hacía para acomodar sus ideas, porque tenían tanta coherencia en su cabeza y al intentar convertirlas en palabras… no tanto, sobre todo con ella mirándole con tanta atención – Mu dijo que debiera considerar disfrutar de este momento de paz y creo que… tu también debieras… ¡Creo que es algo que podríamos hacer juntos!
- ¿Qué cosa? – No entendía del todo la sugerencia de Seiya, aunque de todas formas se formó un ligero sonrojo en su perfilada nariz – ¿Qué cosa estás tratando de insinuar?
- ¿Qué? ¡No! Creo que no me he explicado bien… - De nuevo, buscó en su mente la forma más adecuada de darse a entender – Es solo que… hemos pasado por tantas situaciones tan difíciles que no hemos tenido la oportunidad de disfrutar de las cosas que estamos intentando resguardar. Es por eso que creo deberíamos de hacerlo ahora, solo disfrutar de la vida. ¿No lo crees?
- Entonces… quieres que… ¿nosotros?
- Quisiera invitarte a salir conmigo. – Miró hacia otra parte intentando no verse tan nervioso como se sentía en esos momentos. - ¿Sabes? He estado tanto tiempo en Atenas, desde que fui enviado para ganar la armadura y en todos estos años… no conozco la ciudad, solo me dediqué a entrenar sin distracciones. Tal vez es hora de que eso cambie y tu podrías acompañarme… si quieres.
Guardó total silencio, aun cuando Seiya había terminado su explicación y sabía que tenía que responderle algo, pero no encontraba nada que decir.
En realidad, no había nada que le impidiera aceptar la invitación del joven ¿O si?
Ahora que el orden en el santuario se había restaurado y que ella podía asumir por completo su posición como regidora de él y de todos los caballeros… todos, incluyéndolo a él. Tal vez si fuera un poco absurdo que aceptara esa ¿cita? Porque estaba muy segura que de eso se trataba.
- No creo que eso sea… apropiado. – finalmente dijo con un tono firme, pero que dejaba entrever cierta decepción. – Tu puedes salir por supuesto…
- Pero tu no puedes acompañarme – Ella solo negó con la cabeza y aunque había obtenido una verdadera y rotunda negativa, no se veía triste ni decepcionado – Está bien. Solo puedo preguntarte ¿Por qué? – Era claro que la pregunta descolocó a la joven de cabellos violetas, quien se veía un poco más sonrojada y en extremo nerviosa.
- Bueno, es solo que no creo que sea… correcto.
- ¿Por qué? ¿Tienes algo contra los paseos?
- No seas ridículo
- O es que no te gusta la ciudad ¿ya la has visitado?
- ¡No es eso!
- ¿Entonces?
- ¡Solo que no se puede!
Porque siendo la reencarnación de una diosa, las posibilidades de hacer cosas normales se reducían a nada.
Debió decirle eso, pero no se atrevió. Dado el rostro ligeramente decepcionado de Seiya, supo que no era necesario. El mensaje se entendía perfecto.
- Dime una cosa, si pudieras hacer a un lado todo lo demás … ¿Crees qué aceptarías?
Y esa era la verdadera pregunta. Si ella fuera solo una chica normal a quien le hicieran esa sola propuesta... tal vez la respuesta sería diferente ¿O sería la misma? Eso es lo que más estaba temiendo Seiya en esos momentos.
- Si.
Fue dicho de forma débil, casi imperceptible y solo esa simple silaba que enseguida colocó una leve sonrisa en el rostro del joven.
- ¿Perdón? Creo que no te escuché.
- Dije que si aceptaría.
- Entonces... porque no hacemos de cuenta que, solo por hoy yo soy solo Seiya y te pido a ti... solo Saori, - hizo un gesto travieso y de forma cómica para darle énfasis a sus palabras - que salgas conmigo.
- Eso es ridículo.
- Tal vez lo sea, pero no pasaría nada malo si lo intentamos.
Si, era descabellado, en extremo absurdo, pero era verdad... no encontraba motivo para seguir rechazando la oferta, sobre todo porque que la compañía de Seiya era algo que en verdad podría disfrutar.
- Supongo que no haría ningún daño, si salimos hoy por la noche... - Contestó finalmente de forma tímida y nerviosa.
Bueno, inicialmente iba a ser un one shot que después lo pensé como un two shot y finalmente serán tres pequeños capítulos. Como realmente me cuesta trabajo salirme del fandom del que siempre escribo, este será un regalo compartido jaja Así que el final será en el cumple de Sumi :P
Gracias por leer.
