Peter apenas y se había graduado de la Universidad cuando sus compañeros le invitaron a aquel Bar en los Ángeles y donde conoció a Lucifer; el cual en sus palabras era el hombre más libertino que había sido visto en su vida, hasta como de héroe, lo que era decir mucho.

Sin embargo, tampoco se espera que el hombre se acerque más de una vez a ofrecerle más de una copa e invitarlo más de una vez a su cuarto, sin cortes ni rollos, a tener sexo. Lo que logro más de una vez tragara grueso y nervioso, logrando que saliera, casi huyendo, hacia la salida siendo perseguido por aquel hombre.

—Podrías dejar de seguirme —Casi grito al hombre detrás del

Pero si ni siquiera ha tomado dos copas, ni bailado, ni mucho menos ni más ni menos ni más ni menos tiempo, ni se escuchará tocar el piano, sino que también lo haría.

El niño se detuvo para ver unos minutos, admirando a aquel hombre frente a pie de cabeza - si te acompaño y bebo solo, Solo - recalco - una copa más ... me dejas irme tranquilo.

—Solo si pasas una noche conmigo, niño.

Peter suspiro agotado al escuchar cuentos palabras solo tenía que irse y dejarlo nada más, pero joder deseaba enfrentarlo.

—Mira si solo quieres sexo de una noche busca una chica o un chico, yo no estoy para esas cosas.

Lucifer le miro con una sonrisa conquistadora de oreja a oreja, relamiéndose lentamente el labio superior —Entonces acompaña a copa y escúchame cantar con mi piano.

El chico volvió a suspirar al notar que el hombre seguiría hasta que esta oferta se acepte, por lo menos notando que el sexo estaba descartado; así que aún no ha vuelto a entrar en el lugar, donde se le ha escuchado la voz del hombre, que ahora está cortando y con el cual, después de varios tragos, termino en la cama para tener el mejor sexo de su vida.