Este es mi primer fic de Slayers ¡Espero que os guste!

Palabras: 2201 Sin contar Notas de autor ni título.

Los personajes de Slayers Next no me pertenecen.

Todo empezó

Con una carta entre hermanas…

-"Estoy deseando ver a mi hermana. Hace tanto que no la veo ¿Será igual que siempre?"-Pensaba dirigiéndome al lugar en el cual mi hermana y sus amigos me esperan.

Todo empezó con una carta. Tras largo tiempo de no ver a mi hermana, recibí una carta, en la cual decía:

¡Hola hermanita! ¿Qué tal? Espero que bien. Quería preguntarte si te gustaría unirte a mí

y a mis amigos en nuestra aventura. Tu vida es muy monótona,

¡No te vendrá mal algo de aventura! Nos lo estamos pasando genial todos juntos,

somos un grupo algo… peculiar, ya te darás cuenta, aunque solo si vienes.

¿Qué te parece? Sera divertido, de nuevo las dos hermanas,

las mejores hechiceras contra los malvados demonios…

Bueno, tenemos un demonio en el grupo, pero es extraño, te caerá bien.

Comida no nos falta, espero que te animes.

Si te animas ven al reino de Shilon la semana que viene,

Te estaremos esperando en una posada que hay en la plaza de Shilon

A la hora del almuerzo.

Con amor de tu hermana: Reena Invers.

PD: Sigo siendo igual de glotona, te aseguro que comida no falta.

Según recibí esa carta me dirigí hacia Shilon. Desgraciadamente mi orientación es pésima. Ya llevaba un rato caminando, sin llegar a la plaza.

-Disculpe señora ¿Me podría decir, por favor, dónde está la plaza de Shilon?-Le pregunté a la primera anciana con pinta de vivir allí desde siempre.

-¡Oh jovencita! Me alegro de que siga habiendo jóvenes tan educados-habló la señora-pero me temo que no le puedo indicar, yo estoy visitando a mi querido yerno, nunca viví aquí.

-Comprendo, no pasa nada señora.-Dije desilusionada.

-Lo siento de verdad cielo.

-Está bien, no puede guiarme, la intención es lo que cuenta.

-Gracias por comprender cielo, espero que encuentres la plaza.

-¡Pienso encontrarla!

-¡Hasta luego cielo, tengo prisa! ¡Suerte!

-¡Hasta luego y gracias!

Ahí nos despedimos, continúe caminando, hasta dar con una larga cabellera roja como el fuego.

-¡Hermana!-La llamé-¡Reena!

Llamé su atención, y por fin fijó su vista en mí. Dos chicos, y una niña de unos catorce años se acercaron a mí junto con mi hermana.

-¿Ella es tu hermana, Reena? No sé parece nada a ti. Es bastante más mona.-Dijo un chico de cabello largo y rubio.

-¡Gracias Gaudhi, es un gran alago!-Gritó enfadada mi hermana en un tono muy irónico, que el chico no pareció comprender.

-Me alegra que lo comprendas es la verda~d- Continuó diciendo la a "a" tanto tiempo porque la alargó con un grito de miedo y dolor, al ser lanzado por los aires por un puñetazo, cortesía de mi hermanita.

-Bueno, Reena-esta vez habló la joven-no digo nada de quien sea más mona, pero os parecéis poco, aunque si tu cabello y tus ojos... Es decir, su cabello es largo y ondulado como el tuyo, Reena, pero de un color morado pálido, y sus ojos del mismo color, aunque la altura es la misma, por lo demás sois como dos gotas de agua…

Tengo el pelo de un morado pálido y ondulado hasta la cintura, y los ojos del mismo color, soy de tez blanca.

Llevaba una camiseta de manga hasta poco debajo del hombro morada, una falda corta del mismo color, medias negras y botas rosa cerezo hasta las rodillas. Llevaba también unos guantes como los de Reena, y un colgante de cadena de plata, que al final llevaba sujeto un reloj de bolsillo de contorno plateado, con una perla rosa oscura en el centro.

-Somos gemelas.-Dije sonriendo. Para cuando dije esto, el sujeto llamado "Gaudhi" estaba de nuevo con nosotros.

-¡¿Gemelas?!-Exclamó Gaudhi.-¡Pero si no os parecéis en nada!

-¡Gaudhi! ¿Otra vez con lo mismo?-Gritó de nuevo furiosa Reena.

-Reena, ¿Este es el demonio del que me hablaste?-Pregunté.

-No, no es Zel, pero entiendo la confusión.-Contestó Reena. El que supongo era Zel se echó una mano a la cabeza, creo que lo confunden mucho con un demonio.

-¿Zel? No, yo me refería a Gaudhi.

-¿Por qué crees que es Gaudhi?-Preguntaron todos.

-¿Por qué yo?-Preguntó Gaudhi.

-He leído sobre muchos demonios. Uno de ellos son duros de mollera, tienen mala memoria y difícilmente se pueden enterar de las más sencillas de las explicaciones ¿No es Gaudhi uno de esos demonios?

-E-empiezo a…a dudar…-Contestó Reena, mirando perpleja a Gaudhi.

-¿Por qué yo?-Gritó infantilmente.

-No, el demonio aparece y desaparece cuando quiera, y no es tonto, es uno de los mejores.

-¿A quién llamáis tonto?

-Lo siento Gaudhi, no quería darte ese adjetivo despectivo, ni menospreciarte, es que me lo pareciste. A pesar de esa descripción anterior son realmente fuertes, y no abandonan nunca una batalla.-Dije intentando animarle.

-¡Gracias! De verdad no te pareces ni en la personalidad a tu hermana ¿Cómo podéis ser gemelas?

-¡Gaudhi!

-¡Lo siento, lo siento!

-¡No tienes perdón, Gaudhi!

Entonces empecé a reírme.

-¡Sí que no has cambiado, Reena!

-¿Siempre ha sido así?

-Si… Tú eras Zel ¿no?

-Sí, mi nombre entero es Zelgadis… ¡Gracias por no confundirme con un demonio!

-Debe de ser frustrante que solo por tu aspecto te confundan por un demonio.

-Sí, lo es.

-Disculpa, ¿Tú cómo te llamas?-Pregunté dirigiéndome a la niña. Está se subió a un muro cercano, colocó una mano en el centro del pecho, y la otra la elevó al cielo en forma de puño.

-No debiste preguntar…-Dijo Zelgadis en un suspiro desilusionado.

-¿Por qué?-Pregunté ingenua.

-¡Yo soy la princesa Amelia del reino de Shilon! ¡Defensora de la justicia! ¡Conmigo la injusticia y la maldad está erradicada!-Exclamó Amelia sobre, sobre, sobre, sobre actuando… solo un poco.

-¿Te lo explico ahora?

-Déjalo, ya lo entendí.

Entonces empecé a escuchar una risa justo detrás de nosotros. Reena y Gaudhi seguían peleando.

-Valla,-dijo el dueño de la risa… entre risas.-seguís igual que siempre…

El sujeto tenía el cabello morado oscuro hasta poco debajo de la barbilla, tez blanca, los ojos los mantenía cerrados. En un principio creí que era ciego, pero luego giró la cabeza (en mi dirección, creo) y abrió los ojos, mostrando unas pupilas muy pequeñas, en unos iris de color morado un poco más pálido que el cabello.

-¿Tú eres la hermana de Reena?-Se acercó a mí.

-Sí, ¿Y tú eres…?

-Zeros, acompaño a todos estos…

-¿Pirados?-Pregunté soltando una pequeña risa.

-¡Exacto! Me gusta tu sentido del humor.-Dijo Zeros, echándose a reír también.

-Por cierto, tu llevas más tiempo con todos ellos ¿Tardarán mucho Gaudhi y mi hermanita en reconciliarse?

-Tranquila, aunque no lo reconozcan se quieren y todos lo sabemos.

-¡Mi hermanita se enamoró!

-Sí, ¿Por qué te alegras tanto?-Me preguntó Amelia, quien al parecer me escuchó.

-¡Por qué gané la apuesta que hicimos de niñas!

-Si son iguales…-Suspiró Zelgadis.

-¿Y qué os apostasteis?-Preguntó Amelia interesada.

-Amelia, teníamos tres años ¿Tú que crees que apostamos?

-¿Unos caramelos?-Preguntó después de pensar un rato.

-¡Por supuesto que no! Apostamos cinco millones y medio.-Dije alegremente.

-¿¡Cinco millones y medio!?-Exclamaron todos a la vez.

-¡Exacto!

-Era evidente que ganarías, fue una buena apuesta-dijo Zerox entre risas.-menos mal que te acuerdas.

-¡Por si acaso lo llevo escrito en un papel que siempre llevo encima!

-¡Si son iguales!-Exclamaron Amelia y Zelgadis.

-En algo teníamos que parecernos ¿no?

Todos se cayeron (tipo anime) Por fin mi hermana y Gaudhi dejaron de discutir.

-¿Ya estamos todos?-Pregunté.

-Falta una… ¡Qué no sé dónde se habrá metido ya!-Contestó Reena.

-¿Quién?

-Martina.

-¡Qué bien! Me da alegría saber que hay una chica más.

-Que va, que va, nunca te alegrarás de ver a Martina una vez la conozcas…

-¡No puede ser tan mala!

-Pobre ingenua.-Dijeron todos a la vez excepto Zerox.

-¡Siento haber llegado tarde!-Exclamó una chica de cabello corto verde, y muy… justa de ropa.-Es que me perdí un poco…

-¿Eres Martina?

-Sí, ¿Y tú quién eres?

-Soy la hermana de Reena, Nazzaria Invers.

-¿Nazzaria? Qué bonito nombre.

-Grazie! Es italiano.-Conteste felizmente.

-¿Sois italianas?-Preguntó Martina.

-No, no exactamente, creo que tenemos no sé qué antepasado… No lo sé.-Respondí.

-¡Bien, ahora que ya están las presentaciones qué tal si comemos algo! Me muero de hambre.

Entramos al restaurante.

Cuando ya nos dieron la comida, Reena me explicó el porque me llamo.

-Necesito tu ayuda para encontrar la Biblia Cler.

-¿La Biblia Cler? ¡Eh! ¿No me echabas de menos?

-Claro que te echo de menos, eres mi hermana.

-Sólo te creeré si me dejas la última albóndiga.

-Está bien…

-Realmente, son iguales.-Suspiraron todos.

-Pero ¿Por qué me necesitas a mí? Eres infinitamente…-Iba a decir "mejor hechicera que yo" pero observé que a una de las camareras se le estaba cayendo la bandeja tras resbalar con un papel del suelo, me levanté rápidamente, me acerqué allí, y puse los brazos en cruz encima de mi cabeza.

-El tiempo es algo natural, el tiempo pasa, el tiempo acaba con todos. Ahora por favor hazme caso, que el tiempo se pare sólo para ella… sólo para ella…-Entonces tanto la camarera como la bandeja dejaron de caer, recogí la bandeja antes de que nada tocara el suelo, y coloqué a la camarera de forma que quedara de pie sin caer.

-¡Gracias joven hechicera! ¿Cómo lo has hecho?-Me agradeció la camarera.

Yo me pase la mano por la nuca, no sabía que contestar.

-B-bueno…yo…

-Muchas gracias, muchas gracias.-Me agradeció también el posadero.- ¿Necesitas habitaciones? Se nota que eres forastera, si te quieres quedar aquí te damos toda la estancia gratis.

-Esto… no sé si nos quedaremos aquí… depende de los planes de mi hermana… Iré a preguntarle.-Dije con una risa nervios.-"Menos mal que me escabullí" Reena ¿Pretendes quedarte aquí?

-Hasta mañana.-Asintió la chica.-Irnos ahora sería dormir en el bosque ¿Por qué?

-Porque me ofrecieron alojamiento gratis.

-¡Genial hermanita!

-No sé, me da un poco de pena, eso es aprovecharnos de él, alojamiento y comida gratis son muchos gastos…

-¡Tranquila hermanita! Tu siempre tan buena, debes aprovecharte al máximo de los pequeños golpes de suerte de la vida.

-Pero…

-Tu hermana tiene razón.-dijo Martina.-Zhomelsther te ha dado esta oportunidad, aprovéchala.

-¿Zhomelsther?

-Es mi dios, me sorprende que no lo conozcas. ¡Tengo buenas noticias! ¡Vuelvo a mi reino, por fin puedo gracias a Zhomelsther!

-Lo siento, no creo en los dioses.

-¿Por qué?-Se interesó Zerox.

-No quiero hablar de ello.-Dije con la vista baja, y los ojos llenos de lágrimas.

-Nazzaria.-Susurró Reena.

-Estoy bien.-Contesté sonriendo.

-No hace falta que nos digas que te pasó,-Dijo Zerox.-pero no mientas, con sonrisas falsas solo te haces daño a ti misma.-Dijo sonriendo, y acariciándome la cabeza con la mano.

Lo miré y me sonrojé… un poco.

Pedimos las habitaciones, solo quedaban seis, así que Reena y yo dormimos en una con dos camas. Perfecta situación para decirle lo que quería decir.

Ya teníamos el camisón puesto.

-Reena… quería decirte algo…

-¿Qué te pasa? Un momento, no me digas que…

-¡Gané la apuesta! ¡Te gusta Gaudhi!

-¿¡Qué!? Para empezar estás equivocada, y para seguir creí que me dirías que te gusta Zerox.

-Para empezar sé que te gusta, para seguir no, no me gusta.-Dije tranquilamente. Rara vez pierdo la calma.

-¡Maldita tu extraña tranquilidad! ¿Quién te dijo que me gusta Gaudhi?

-Zerox.

-Y creíste en él porque te gusta…

-No. Me lo creí porque para empezar se nota, y para seguir me lo creí porque todos me lo dijeron.

-Malditos traidores…

-¡Gané la apuesta, dame mis cinco millones y medio!

-No tengo ese dinero.

-Recuerda que también valía un objeto, o varios de ese valor.

-No creo tener nada…

-Bueno, no me los des ahora, pero cuando los tengas si ¿vale?

-Está bien, soy honrada, cumplo mis promesas.

-Gracias.

-Sí, si, ahora a dormir.

-Buenas noches.

-Buenas noches.

Dormimos plácidamente toda la noche. Por fin llego el día siguiente.

Nos sentamos todos en la mesa redonda (yo entre Zerox y Reena, y Reena al lado de Gaudhi) y pedimos el desayuno. Desayunamos como reyes.

-Siento no pagar nada, no me siento bien, lo siento.-Le dije al posadero.

-No digas tonterías, es mi modo de pagarte, ayer me ahorraste un desayuno, es equivalencia.

-Pero…

-¡Déjalo Nazzaria! Él lo quiere así. Está bien ¿No es así Zerox?

-Bueno, es cierto que no es muy justo…

-¿¡No es así ZEROX!?-Repitió Reena, esta vez con un tono enfadado y más alto.

-S-í… ci-cierto…

-¿Le das miedo hasta a los demonios? Eres increíble. No te ofendas.-Dije lo último mirando a Zerox.

-Está bien.

Sonreí. Reena me dio golpes con el codo en el brazo, y me miró con una pícara sonrisa, y un extraño brillo en los ojos.

-Oye Nazzaria ¿Ya tienes los cinco millones y medio?-Preguntó Zerox.

-¿Qué cinco millones y medio?-Preguntó Gaudhi, Reena tenía una cara que me asustaba… mucho.

-¡Nada!-Exclamamos Reena y yo.

-Y no, no me los puede dar, ni tiene ningún objeto de tal valor.

-Sí que tiene un objeto de tal valor…-Dijo Zerox.-Las perlas rojas de sus muñecas su cinturón y su cuello, son de ese valor exacto.

-¡Reena! Me mentiste.

-¡Lo siento! ¡No me acordaba!

-Entonces dámelos.

-Vale.

-Gracias por avisar Zeros ¿Cómo lo sabías?

-Tu hermana y Martina me los querían comprar, puse el precio más alto que se me ocurrió para que no me lo compraran, pero Reena pudo.

-¿No querías venderlos?

-No, son regalo de un gran caballero al que debo mucho…

-Entiendo…-Cogí las cuatro y se las di.- ¡Son tuyas!

-¿¡Qué!? Pe-pero…

-¡Las recuperé, son tuyas!

-Pero…

-¡Tu-yas!-Dije en un tono terrorífico.

-S-sí.

-¿Ves? Tú también puedes asustar a un demonio. Viene de familia.-Ante tal comentario de Reena todos nos caímos (tipo anime)

¡Y hasta aquí el primer capi!

¿Qué tal ha estado?

¿Merezco reviews? (ojitos)

Espero que me digáis que hice bien y que mal.

¡Hasta la próxima, nos leemos! Sayonara!