Hola a todos esta es una traducción de un SS/HG una historia muy buena a mi parecer y espero que les guste

Como Siempre las formalidades:

1° Los personajes NO me pertenecen ni los lugares... Son de J.K Rowling.

2° La historia TAMPOCO me pertenece... es de hime to werewolf.

3° Yo SI soy la traductora.

Capitulo Uno.

Estoy aquí para contarles la historia de cómo Snape se quedó sin navidad. Supongo que el momento preciso para comenzar mi relato sería en la mitad de mi séptimo año, bueno, no en la mitad, creo que mas o menos en la época de Halloween, pero yo, como siempre, adelantándome a los hechos.

Mi nombre es Hermione Granger, la única "Sabelotodo Insufrible" residente de la torre de Gryffindor en esta época.

"Ron, Harry, si no nos apuramos llegaremos tarde a las mazmorras para nuestra clase de Pociones nivel EXTASIS y el Profesor Snape nos dejara afuera como la ultima vez. ¡Vamonos Ahora!" Insistí agarrando a Ron por el brazo y arrastrándolo.

"Hermione, Snape nos podría dejar afuera por cualquier razón. En caso de que hayas pasado los últimos seis años ignorándolo, como he pensado a veces, yo te informo, ese bastardo apestoso nos odia. ¡al diablo con él! ¿A quién le importa?" Replicó Ron pero permitía que lo siguiera arrastrando hacia las mazmorras.

"Snape no es tan malo ¿sabes?" le dije reprochándole "quizás, solamente quizás, esto es solo una sugerencia, pon un mínimo interés y esfuerzo en tus trabajos de clase, en vez de intentar hacerlo todo en el último minuto" Dije mientras descendíamos hacia los dominios de los Slytherins.

"Hermione tiene razón, Snape no es tan malo, ¡es peor!...¡Delgado, grasiento, murciélago de Slytherin!" Exclamó Harry riéndose, burlándose de mi después de guiñarme un ojo.

"Eso es lo que yo quería decir Harry" Soltó Ron.

Los miré a los dos de reojo, enojada. A veces podían llegar a ser tan inmaduros que casi me hacían enfermar.

"Veinte puntos menos para Gryffindor por insultar a un profesor, Potter y Weasley. Y diez puntos menos por muestra de afecto en público Granger y Weasley", la fría y calmada voz del maestro de pociones vino desde las sombras enfrente de nosotros. " Ahora, si no creen que Gryffindor ha perdido ya suficientes puntos pueden quedarse aquí hablando como idiotas. Si creen que ya han perdido lo suficiente por un día, permítanme sugerirles que entren a clase en vez de quedarse aquí holgazaneando en el pasillo, insultando profesores y bloqueándole el paso a los estudiantes que si les importan la materia" me dirigió una mirada señaladora cuando dijo la ultima parte.

Yo palidecí visiblemente y me alejé de Ron soltándole el brazo. Ron y Harry vieron al profesor con caras de pocos amigos mientras éste me rozaba con su túnica y entraba al salón de clases.

¿Por qué habrá hecho eso, El mirar hacia mí cuando decía un cumplido. Ya me había dado cuenta de que el había comenzado a comportarse diferente desde hace tiempo. Me alejé de los muchachos y entré al salón de pociones. Me envolví con la capa para contrarrestar el frío y la humedad de las mazmorras.

Harry y Ron me siguieron poco después y tomaron asiento, uno a mi derecha y el otro a mi izquierda. Los otros estudiantes comenzaron a entrar y sentarse en sus respectivos puestos.

Tomé un respiro profundo y exhale lentamente para calmar mis nervios. Casi habían sido destrozados afuera en el corredor.

El profesor Snape se paró al frente del salón y agitó su varita hacia la pizarra. Su ágil, sutil y hermosa letra apareció señalando sus instrucciones.

"comience ahora. Tienen una hora y media. Me entregaran su poción al finalizar el tiempo correctamente etiquetada. No quiero charlas." Dijo el profesor Snape y se sentó en una silla de cuero negro detrás de su escritorio comenzó a escribir lo que parecía ser los ensayos de primer y segundo curso. Juzgando por la cantidad de rasgueo y garabateo el profesor estaba calificando a lo que parecía un gran trabajo, menos de satisfactorio.

Tomé una pluma y un rollo de pergamino de mi bolso y comencé a copiar las instrucciones pulidamente.

Luego comencé a pesar y a medir mis ingredientes cuidadosamente ignorando los susurros de Ron y Harry suplicando por ayuda. Si ellos querían ser aurores necesitaban ser capaces de preparar y reconocer pociones por sus propios medios. ¿Qué harían si se encontraban en un trabajo de campo y necesitaban saber algo sobre una poción?. Viajar por red flú o aparecerse en la puerta de mi casa para preguntarme. No pude evitar sonreír por mi respuesta retórica. Eso era lo que probablemente harían.

Añadí pelos de unicornio al caldero y revolví en sentido contrario a las agujas del reloj durante cinco minutos, luego me senté en un banquillo. Tenía diez minutos libres antes de añadir una infusión de tabaco. Por eso me senté y comencé a revisar mis notas. Se suponía que debíamos averiguar, nosotros solos, qué poción estábamos preparando.

Escribí el nombre el en principio del pergamino. Era totalmente obvio que estábamos haciendo una poción temporal fortalecedora de poderes. Yo ya tenía los ingredientes y el procedimiento memorizado, por supuesto, pero Harry y Ron no tenían ni idea y estaban buscando en sus libros desesperadamente qué poción podría ser. Si solamente hubieran hecho la lectura que se suponía debían haber hecho sabrían de que poción se trataba.

Ron me dirigió otra mirada esperanzadora la cual ignore deliberadamente mientras enrollaba mi pergamino y lo colocaba en mi morral.

Los únicos sonidos que se oían en el salón de clase eran el suave hervir de nuestras pociones, alumnos buscando en sus libros y el rasgueo de la pluma del profesor Snape.

Comencé a mirarlo discretamente mientras revolvía la poción otra vez, solo que ahora en sentido de las agujas del reloj y añadí raíces trituradas de Belladona.

Sabía que mirar a mi profesor así, fijamente, era incorrecto. Ha estado pensando en él mucho últimamente, cuando beso a Ron, me he pillado preguntándome como sería si estuviera besando al profesor Snape. Observé sus largos y delgados dedos cuando, los de una mano sostenía un pergamino y los de la otra sostenían su pluma. Su mano pasó de página elegantemente, la cual tenía manchas rojas donde había tachado palabras y frases. Su cabello color ébano ocultó su cara de mi vista. Comencé a mirar sus hombros y su pecho. Eran realmente buenos cuando te tomabas tiempo para detallarlos. Sus hombros eran anchos, mucho mejores que los de Ron y su pego era lo suficientemente musculoso. Miré hacia arriba para ver su cara otra vez mientras agregaba romero pulverizado a la poción.

Unos ojos negros, profundos y fríos me miraban fijamente, examinándome cruelmente. Temblé por la frialdad que emanaban esos ojos.

Rápidamente miré hacia otro lugar, reprendiéndome a mí misma. ¡MUCHACHA ESTÚPIDA! ¡TONTA! ¿Cómo pudiste dejar que te descubriera? ¿Hace cuánto sabía que lo estaba mirando?

Yo conscientemente evité ver hacia cualquier otro lado que no fuera mi poción por el resto de la clase. Aunque ocasionalmente sentía sus ojos taladrándome como si pudieran abrir agujeros en mi cabeza.

Le entregué mi poción sin decir una palabra a mi irascible profesor de pociones. Tan pronto como la campana sonó huí de las mazmorras y me refugié en la calidez y seguridad de los pisos superiores sin prestarle atención a los gritos de los muchachos para que los esperara.

No detuve mi huida hasta que llegué la las habitaciones de prefectos y prefectas y me hundí en el mueble.