Notas del Capítulo:
Hola gente de fanfiction! Bien me presentare formalmente en este pequeño espacio, Soy "Dangirl" aunque aquí + 95 xD publico mis escritos en amor yaoi pero ahora también aquí y espero sean bien recibidos nwn.
En cuanto al capitulo, bien esta historia como se darán cuenta es de mi pareja yaoi favorita de Koi suru Boukun (MorinagxSenpai 3) La historia se sitúa en Fukuoka, ciudad de origen del pequeño Morinaga *-*, bien debo advertir que habrá algunos acontecimientos que…les marcara el corazón (? Leen bajo su propia voluntad uwu y bueno espero les guste este primer capitulo de "¿Quisieras ser mi estrella?"
Tetsuhiro desea algo con todo el poder de su corazón pero… ¿Cuál será el costo? ¡Disfruten la lectura!
¿Quisieras ser mi estrella? By Dangirl
Capitulo uno: ¿Podemos ir?
"Hola Oto-san. Oka san, ¿iremos al festival de Tanabata verdad? Mi maestra nos ha contado una linda historia hoy en la clase y bueno, quiero decirles de que se trata… ¿Me escuchan? Por favor, quiero realmente ir ¡Todos los de mi clase irán con sus mamás y papás!
Se que ambos están ocupados… no quiero molestarlos como siempre pero... Oto-san…Oka-san… ¿saben que estoy aquí?
El pequeño de 6 años miraba fijamente a la figura de su padre en la sala de estar quien estaba demasiado ocupado en su pasatiempo, este hombre prácticamente utilizaba toda la mesa de baja altura para sus queridos y apreciados bonsáis a los cuales trataba con mucho cuidado y dedicación, podría decirse que le brindaba más importancia a aquellos arbolitos en crecimiento que a sus propios hijos.
Morinaga Tetsuhiro era el miembro mas joven de la familia, después estaba su hermano, Kunihiro, solo le llevaba tres años de edad sin embargo este demostraba una conducta demasiado seria y reservaba , problema para el pequeño Tetsuhiro, le costaba entablar una conversación con su Nii san ya que este se concentraba más en sus asuntos ,tal como su padre. Y no nos olvidemos de su madre que a decir verdad no hay mucho que decir, es solo una ama de casa con…ciertos problemas de menor categoría.
Apretaba contra el pecho un pequeño libro de tapa roja y este era envuelto por sus brazos de forma protectora, ansiadamente se fue hasta al lado de su padre, preparando en su cabecita las palabras correctas que debía usar con aquel hombre de cabello azul oscuro que solo se concentraba en podar uno de sus mas preciados árboles.
-Am…Oto san….
-Tetsuhiro ya te he dicho que no debes hablarme cuando estoy con tijeras ¿verdad? Se paciente y espera allá.
-Yo… yo lo se Oto san pero…después iras al trabajo y…
-Hijo…debes obedecer a tu padre y a tu madre ¿recuerdas? ve a sentarte.
-Hai...
El pequeño Tetsuhiro se dirigió a un cojín de tonalidad barrosa que obviamente para un niño era una cama sumergible, no era propio del estilo japonés pero su padre le gustaba que algo moderno y de otra cultura habitase en la sala por lo que podrías ver una colección de rarezas en esa habitación pero lo único que le parecía bonito al niño era ese cojín inmenso y suave que dejaba una sensación de conformidad al recostar su pequeño cuerpo sobre eso, pero ahora ni eso lo animaba pues ya sabia de ante mano que no podría ir al festival que se haría en Higashi-Ku ,uno de los siete barrios de la ciudad de Fukuoka donde residía esta familia normal de cuatro miembros.
El niño de cabellos azulados desde la esquina miraba insistidamente a aquel hombre con gafas y hacia sus pucheros al inflar sus pequeñas mejillas rojizas queriendo llamar la atención pero prácticamente su querido Oto-san lo ignoraba y solo para podar correctamente las ramas crecidas de su bonsái ¿En serio? ¿Nada de nada ni siquiera una miradita a esos ojos de tonalidad verdosa? Con esa clase de expresión en un niño de 6 años bastaría para romper el corazón de mujeres y hombres sin embargo su padre no tocaba tierra, ya estaba muy alejado residiendo felizmente en el planeta-bonsái.
Tetsuhiro bajó la cabeza no dejando ver una pequeña lagrimita que se escapaba de sus ojos verdes, pues su progenitor ni siquiera volteaba a verlo pero extrañadamente el pequeñín ya sabía de esa "distracción" que su padre dejaba ver.
Aquel libro que estaba apretado contra su pecho terminó en sus diminutas manos, lentamente y con cuidado abrió ese libro para dejar ver una hermosa ilustración, admiraba emocionado el dibujo de un millar de estrellas sobre un manto negro con variaciones de un azul oscuro como el tono de su cabello pero en ese cielo habían tres estrellas que alumbraban y ocupaban un tamaño superior a las otras y formaban un gran triangulo , su maestra explicó que una de ellas tenía por nombre Altair ,la opuesta a esta recibía por nombre Vega y finalmente aquella que se encontraba en medio de ambas era conocido como Deneb .
El pequeño recordó lo que le dijo su Sensei en la clase de hoy:
"Es importante que recuerden esta historia niños, y tampoco olviden el nombre de estas estrellas "
No sabía porque dijo eso pero como buen alumno recordaría esos nombres en su cabecita no importaba cuantas veces debía repetirlo en su mente…Altair, Vega, Deneb…Altair, Vega, Deneb y así fue en todo el camino, diciendo una y otra vez esos nombres que sonaban tan importantes y refinados.
Abrió sus grandes orbes verdes y volteando la página apreció la imagen de una hermosa mujer vestida en prendas reales, un kimono blanco con detalles en rojo realmente mono ante los ojitos de aquel niño que dejó boquiabierto la primera vez que lo vio, al lado de esta mujer se veía a un hombre sencillo y con una expresión pacifica que al pequeño Tetsuhiro intrigó desde el principio, incluso llegó a decir que era una persona hermosa delante de la clase ganando la mirada fija de su maestra , quizás dijo algo fuera de lugar pero el solo dijo con franqueza lo que sus ojos observaban.
Sus deditos voltearon nuevamente la página donde comenzaba a relatarse una leyenda que dio el origen al festival de Tanabata, esta historia se convirtió en algo muy, muy pero muy especial y a pesar de solo tener 6 años este niño leyó con agilidad y sin trabarse aquellas palabras impresas en el papel.
"Un dios llamado Tenkou, el rey celestial, poseía una hija de nombre Orihime conocida como la princesa de los tejidos, esta hermosa muchacha tenía la cualidad de tejer de una forma majestuosa por lo tanto se encargaba de confeccionar las vestiduras de los dioses del cielo,
La mujer trabajaba, día a día para cumplir con sus tareas de tejedora y sin descanso al lado de un río que se encontraba en el cielo llamado Amanogawa, pero su padre comenzó a preocuparse por ella, por su felicidad.
Entonces Tenkou buscó a un hombre que cuidara de su hija y la hiciera feliz, ese hombre apodado Kengyu era un cuidador de bueyes y al ver por primera vez a la joven este muchacho se enamoró profundamente de Orihime, y ella igual de él.
Eran muy felices pero ese amor era tan intenso que ambos se despreocuparon de sus tareas y ante tal conducta Tenkou, padre de Orihime y dios del cielo, tomó la decisión de separarlos colocando a cada uno a los extremos del Amanogawa.
Los amantes muy tristes ya sin poder verse como antes, no tenían la fuerza necesaria para hacer sus tareas. El dios del cielo reflexionó mejor la decisión que había tomado y llegó a una mejor: si ambos trabajaban arduamente y cumplían sus tareas este los dejaría verse una vez al año, el 7 de julio.
Y así fue como los amantes con todas sus fuerzas volvieron a sus tareas para lograr verse aunque sea una vez cada tanto tiempo y así su amor pudiera prevalecer para siempre "
Las paginas con bellas ilustraciones y letras perfectamente impresas llegaron a su fin cuando el pequeño peliazul cerraba ese libro dejándolo entre sus flacuchas piernas.
Este mantenía la mirada hacia ese preciado libro que encontró abandonado en el fondo de unas de las estanterías de la pequeña biblioteca ubicada al final del salón junto a la ventana.
Sus ojitos miraron algo tirado en la oscuridad y la curiosidad pudo más que las indicaciones de sus superiores de no tocar nada sin permiso, por suerte su maestra se lo dio como regalo, ya que se trataba de un libro bastante anticuado y nadie lo usaba.
Y así fue como Tetsuhiro lo terminó trayendo a su casa el primer día de clases.
Por fin había llegado el día soñado por este pequeñito Tetsuhiro, el 7de julio del 1999, ansiadamente deseaba ir al festival de Tanabata que se celebraría en su barrio, donde escuchó por medio de sus compañeros que habría muchos juegos de carnaval súper divertidos, también puestos de comida y al final unos increíbles fuegos artificiales mientras la gente arrojaba al río sus deseos o los quemaban ya siendo medianoche porque se dice que en el día de Tanabata, cuando Orihime y Kengyu se reúnen su felicidad es tan grande que cumplen los deseos de aquellos que lo piden. A Tetsuhiro ese poder que tenían los amantes de conceder deseos le parecía tan mágico e increíble provocando que su corazón latiera como loco. Pero… había un inconveniente y era el hecho de salir de su casa en su hora de dormir.
Miró hacia donde debería estar su figura paternal , ya este se había marchado de la sala seguro para encaminarse a su doble turno en una empresa de farmacéuticos donde el se encargaba la parte de administración, nada relacionado con la preparación de medicamentos solamente supervisaba la comercialización de los mismos, sus costos , ventajas y desventajas de venderlo en el extranjero entre otras de sus actividades, en conclusión era un trabajo bastante pesado y sin sus pasatiempos de podador no podría maneja el estrés cuyo trabajo le provocaba, como sea el punto aquí era que su padre no lo llevaría al festival.
Levantando su liviano y pequeño cuerpo infantil del cojín miró la hora en ese extraño reloj con forma de caballo, marcaban las 19:00 … seguro que había empezado hacía ya una hora, llevando el libro posesivamente contra su pecho este se encaminó hacia las escaleras que lo llevaban a un extenso pasillo donde habían en total cuatro habitaciones y todas ellas eran divididas por fusumas, puertas corredizas y portátiles hechas de papel y madera, las dos de la derecha eran los cuartos de él y de su hermano , una de las habitaciones del lado izquierdo pertenecía a sus padres y la otra era solamente utilizada como un espacio de almacenaje.
El chiquillo manteniendo la cabeza baja llamaba detrás de la puerta a su hermano mayor quien enseguida deslizó la puerta corrediza y manteniendo la diferencia de estatura entre ambos observó al niño delante de su habitación.
-Que pasa Tetsuhiro
-Nii san, bueno yo me preguntaba si…etto…
-Tetsuhiro se directo no aburras a la gente con tus divagaciones.
A pesar de que solo se llevaban tres años de edad este niño de 9 años mantenía un vocabulario sensato y a veces difícil de entender para su edad aunque el pequeño Tetsuhiro ya se había acostumbrado a tal carácter y personalidad.
-Es que hoy es el Tanabata y me preguntaba… si…podíamos…
-Tetsuhiro tengo un examen mañana debo concentrarme, además debemos cuidar de nuestra madre ¿recuerdas?
-… Ah…si.
-Por que en vez de leer estas cosas agarras un libro de verdaderes muy inteligente.
El niño de cabellos castaños oscuros le arrebató con firmeza aquel libro que tanto refugiaba el menor sobre su indefenso y débil pecho.
-¡Nii san!
-Es por tu propio bien Tetsuhiro ten mejor lee este te aseguro que será más entretenido
-Pero...
-En seguida bajaré para preparar la cena así que ven ayudarme.
-E…esta bien.
Kunihiro sin voltear a ver el rostro de su hermano cerro la puerta para seguir con sus estudios, de verdad que este chico se tomaba en serio cada pruebita que la maestra daba en la clase y como siempre terminaba sacando la nota más alta y al igual que él quería que su hermanito se concentrara en sus obligaciones y no en esas tonterías de deseos y cosas fantasiosas. Que crezca siendo un hombre serio sensato y responsable, solo lo hacía por su bien, miró aquel libro lleno de historias infantiles, suspirando pesadamente este abrió el tercer cajón de su pequeño armario y ahí deposito el libro que su hermano traía en manos.
Solo hacia eso por su bien…pero ¿de verdad era eso lo correcto? El más pequeño de los Morinaga se quedó congelado por unos segundos en frente de la puerta hecha de papel, un niño de su edad hubiera hecho un berrinche incluso haberse lanzado sobre su hermano para recuperar lo que le habían sacado pero este niño no era de esos, solo se calló… mantuvo silencio y agachó la cabeza conteniendo la furia infantil que albergaba dentro de su pecho.
No soportaba la sensación de que…no era tomado en cuenta en ese lugar llamado "familia", no ser el favorito o aunque sea ser un poco reconocido por algo pero nada, esa familia no le demostraba nada.
Unos pequeños pasos se oyeron por el pasillo, eran los de Tetsuhiro dirigiéndose hasta su habitación de paredes simples y vacías, muy aburridas sin embargo su padre no le permitía decorarlas como lo hacía en la escuela obvio con el consentimiento de su maestra.
Estaba a punto de adentrarse a ella pero el sonido que hace el fusuma al deslizarse lo dejó quieto, seguido de esto una voz femenina y débil lo llamó a sus espaldas, sabiendo quien era solo se cruzó enfrente de su puerta y espero a que esa voz volviera a decir su nombre.
-Tetsuhiro por favor entra.
El pequeño haciendo caso este se metió al pequeño cuarto decorado con unas flores rosadas en las paredes, le molestaba ver esos dibujos sabiendo que a le no le dejaban, este se centró en el gran futon colocado en el medio de la habitación en el cual una mujer cubierta en sabanas expresaba un mirar delicado y sensible pero… no era Tetsuhiro el motivo de esa tierna cara que su madre mostraba con sencillez.
-Ven aquí ayúdame, necesito prepararle la leche a tu hermanita.
-Mnn… ah ¡hai!..Oka -san…
-Siéntate a mi lado vamos no seas tímido ¿aun estas celoso de la pequeña Mizuki?
-No, claro que no madre.
-Bien tenla mientras yo preparo su comida.
La mujer teniendo a mano el biberón de bebe y ya con la medida de la leche en polvo solo estiró su brazo para alcanzar el calentador de agua, vertió con cuidado sobre el recipiente de vidrio el agua tibia que se fue mezclando con el polvo convirtiéndose en un liquido blanco y aguachento.
Mientras su madre calculaba la temperatura del biberón el menor observaba a…la cosa que tenia en manos, ojos grandes y de un tono oscuro, sus pocos mechones sobre su cabeza eran de matiz rubia, la nariz perfectamente redondita y dura, los labios del bebe eran exageradamente pequeños y rojizos, sin mencionar los grandes cachetes que parecían almacenar todo lo que le dieran al igual que una ardillita. En fin, para Tetsuhiro no era su hermana…estaba lejos de asemejar lo que llevaba en brazos como un miembro de la familia.
-Listo Tetsuhiro dame a Mizu chan.
-Hai…
-He he extrañaste a mami verdad ¿la extrañaste? Venga aquí tiene su biberón.
Viendo que ya no lo necesitaba este se levantó del suelo y sigilosamente dejó a madre e hija a solas disfrutando mutuamente de su compañía.
Llegando a su cuarto este cerrando la puerta se encaminó en la oscuridad hasta que prendió una lamparita en forma del querido y amado gato Doraemon y que servía para al alumbrar un pedazo de papel en el escritorio que se ajustaba perfectamente a su tamaño infantil, agarró un lápiz de madera azul y que tenía a su nombre grabado en letras doradas.
"Jii san"
Sus orbes verdes se llenaron de lagrimas al mirar la única foto en su escritorio, su abuelo y él, era el ultimo recuerdo que ambos tenían del otro antes de que este falleciera hace ya un año.
Su abuelo era el ser familiar más presente en su vida, el quien peguntaba como estuvo su día cuando iba a visitarlo, el hombre que le demostró la rica sensación de que te despeinan graciosamente, la persona que le enseñó que a las lagrimas debían derramarse de adentro hacia fuera y no al revés, solo él marcó su corazón y llenó el hueco vacío que se encontraba adentro de él. Por eso su perdida fue como quitarle su propia alma a rasgadas, dolorosos tirones que sentía dentro de su frágil pecho.
Este secó las gotas de agua que salían de sus ojitos grandes y brillosos, cosa que le molestó pues quería ver la hoja delante de él, ya una vez calmado su mano derecho llevó al lápiz sobre la hoja y trató de escribir lo que no iba a poder llevar al festival.
Su deseo…
"¿Como se escribía? No lo recuerdo…"
Era muy astuto en la lectura y cosa que sorprendió a sus superiores pero su caligrafía dejaba mucho que desear, era bastante aun en el manejo de la tinta y el papel, su maestra recomendó que empezara con palabras sencillos, pero Tetsuhiro no quería conformarse con eso, imploró a su maestra que le mostrara el kanji de cierta palabra, la mujer solo le sonrío con ternura y algo de asombro por la iniciativa de uno de sus alumnos. Sin más le acercó al pizarrón y escribió en grande aquel pedido.
"愛 "
Alzó sus brazos gritando en sus adentros para mantener el silencio un "¡Así era, lo tengo! " Y sin más comenzó a garabatear sobre el papel, pero este fue remplazado por uno y por otro y por otro hasta que logró escribir en el decimonoveno trozo de papel el kanji aprendido en clase hace unos días atrás, tomó el papel en manos y estirando los brazos veía a los lejos su obra maestra, estaba muy feliz, sus piernitas se movían sincronizadamente, una iba hacia adelante mientras la otra hacia atrás y así se turnaban para ambas para mecerse, bajó el papel para acomodarlo sobre la tabla de madera, agarró el retrato de su abuelo y lo apretó contra su pecho fingiendo ser un abrazo ya que prefería desde el fondo de su corazón que esa imagen fuera real y no una fotografía.
-¡Tetsuhiro ya baja!
El chiquito de cabeza grande se asustó ante el grito de su hermano que por poco provoca que este se cayera de la silla, tambaleándose solamente de las patas traseras jugándosela para mantener el equilibrio.
Ya era hora de la cena de acomodar los cubiertos y la comida en la mesa y solo para presenciar incomodes en ese momento silencioso donde se escuchaba el ruido de las bocas masticando y los utensilios moverse.
-¡Ya voy Nii san!
Dejó sobre el escritorio aquel papel que demostraba su anhelado deseo
"Amor"
El reloj Doraemon marcaba las doce menos cuarta pasadas, significaba que pronto sería medianoche y eso también significaba que las personas del festival dejarían sus deseos a Orihime y a Kengyu para que ellos lo cumpliera lo que deseaban pero… ¿él no sería parte de eso? Porque su familia no hacía el esfuerzo de auque sea ir una vez a esos eventos en el barrio, la respuesta ante esto era la misma "trabajo, estudiar, cuidar, trabajo, estudiar, cuidar" ya le mareaban esas palabras dentro de su cabecita.
¿Qué hay de mamá ? si solo por esta noche…saldría esa mujer de su alcoba y llevaría a su hijo menor al festival para al menos dejar su deseo colgado en las ramas del árbol de bambú y volver a casa , solo eso.
Se removió de las sabanas blancas del futon y este saliendo de ahí agarró el papel doblándolo y guardándolo bajo su camisa justo en el elástico de su pantalón para dormir, ahora se escabulló sigilosamente de su habitación hasta la de su madre donde solo la encontraría a ella y no a su padre quien seguro seguía en el trabajo.
-Oka san…
Como lo esperaba su madre dormía complacidamente en el futon tamaño matrimonial sola y sin compañía, el pequeño le daba pena que su propia madre debería esta durmiendo sola en esa habitación, entendía porque a el le pasaba lo mismo, sentía que aquel cuarto era demasiado grande y solitario en las noches, el miedo a veces le invadía y terminaba durmiendo con las luz de la lámpara encendida.
Arrodillándose ante la imagen de su madre quien le daba la espalda este trató de despertarla sin tener que tocarla, dejó oír pequeños susurros diciendo "Oka san, Oka san despierta por favor" y siguió llamándola sin resultado alguno, solamente bajo la cabeza y a se hizo la idea de volver a la cama para no seguir siendo una molestia en un cuarto ajeno pero… antes de ir hacia la puerta su ojitos fueron a parar a un pequeña cuna si patas acomodada a su lado, ahí residía la pequeña Mizuki.
Mizuki…Mizuki, Mizuki ¿Qué tenía ella de especial? ¿Porque recibía mas amor del que el recibía a diario? Un sentimiento de odio hacia ella estaba surgiendo en el pequeño Tetsuhiro…pero nunca se opuso a esa beba, no dijo una palabra alguna cuando su madre la trajo a la casa de repente, no preguntó ni se quejó, trató de aceptarla y todo por amor a su madre pero ¿de que servía si ese pedazo de plástico era el centro de atención?
Su corazón era despedazado cada vez que veía a su madre tan cariñosa con ella y a él ni siquiera es capaz de mirarlo con esos ojos de madre amorosa.
"Porque debiste aparecer, porque me arrebatas a mi madre, la haces actuar extraño y a veces… me hace tener miedo…tu…tu no…¡No deberías de existir!"
No sabia como podía tener estos sentimientos extraños y tan malos en él, como su bronca hacia eso lo llevase al… odio.
Sus manos destaparon a la pequeña Mizuki y agarraron a esa cosa tan preciada por su madre.
-Solo…eres una muñeca porque…te metes en mi familia.
Alrededor del cuello de la muñeca se posaron las diminutas manos de Tetsuhiro con la intención de descargar todo su enojo y su rencor aprovechándose de Mizuki que solamente era una porción de plástico y sin vida.
No sentiría dolor, no lloraría, no lo delataría como un bebe de verdad, esto era lo que realmente no podía comprender ¿Cómo su madre amaba esto…y no a su verdadero hijo?
Se presentó el deseo de querer arrojarla desde el balcón y que se rompiera, o quemarla para que se desasiera y se convirtiese en cenizas, ganas no le faltaban pero…mientras apretaba con fuerza el cuello artificial del bebe este pensó en su madre…seguro lloraría…sin parar y se encerraría de por vida en aquel cuarto oscuro ¿Eso quería hacer? Sus brazos que estiraban a la muñeca por los aires bajaron lentamente para mantener más cerca el rostro falso de su hermana enfrente de el, fijándose en aquellos ojos castaños oscuros artificiales que lo miraban eternamente se dio cuenta de… que los envidiaba…no quería derramar lagrimas delante de ella pero no pudo contenerse, dos caminos de agua salada recorrían sus mejillas hasta terminar en su pantalón.
Porque… ¡Porque sentir envidia de ella, solo era un juguete! sus manos comenzaron a temblar y su cabeza bajó teniendo de vista el suelo. Ya no había nada que hacer , fue con esperanza de que alguien lo llevase al festival de Tanabata pero solo…descubrió que no era un buen niño como creía comportarse, tenían razón sus padres, su hermano, no era una buena persona, era malo, alo muy malo.
Este estaba por abandonar la habitación tan pronto sea posible, pero mientras acomodada a Mizuki en su cuna una corriente fuerza mayor que la de él lo empujó hacia el futon de su madre, su cuello de pronto se sentía invadido por manos grandes que buscaban hacerle daño, abrió enormemente sus ojos para grabar drásticamente la figura de aquella persona que estaba… asustándolo.
-¡AH! O...OKASAN SOY YO, SOY YO ONEGAI PA... ¡AAHG!
-¡DESGRACIADO DEJA A MIZUKI TRANQUILA!
-¡O...OKA SA…AAAH!...
-¡.TE MATARE! NO… ¡NO DEJARE QUE NADIE ME LA QUITE!
Sus pequeñas manos trataban de parar desesperadamente lo que su madre le estaba haciendo , rasguñaba sus brazos, su cara con sus uñas , tiraba del cuello de su camisón pero… cada vez…era más difícil resistirse …de su boca ya no salían palabras de ayuda , solo bocanadas de aire que le hacía mucha falta ¿Qué pasaba?¿esto era su castigo? Porque…su propia madre…las lagrimas no tardaron en salir otra vez, sus manos terminaron en las de su madre que seguían apretando su cuello.
"Oka san…tengo miedo…porque….porque haces esto… ¿Me odias?"
Ya cuando todo parecía estar perdido sintió su cuello libre y la imagen de su amada madre fuera de su vista, al fin pudo respirar, este se alejó con rapidez del futon y se arrinconó contra la esquina totalmente petrificado y respirando forzosamente, miraba como...su hermano contenía a…ese monstruo que se hacía pasar por su Oka san, seguía gritando como si la estuvieran golpeando, pidiendo ayuda para que alguien la salvara.
El pequeño Tetsuhiro solo miraba la escena, su hermano abrazando con fuerza a su madre susurrándole al oído para que esta se relajara ,que extraño Kunihiro estaba raramente tranquilo ante la situación , como saber lo que pensaba si siempre mostraba ese rostro serio ¿no estaba preocupado por el?
-Tetsuhiro ¿Qué ha pasado aquí? Respóndeme que le hiciste a madre
-Yo… ¡lo siento!
-¡Oi! ¡Tetsuhiro vuelve aquí!
Queriendo seguir a su hermano este intenta levantarse pero el peso de su lamentable madre se lo impedía… ¡Maldición! No podía dejarla sola y menos estando en este estado donde podría hacer cualquier cosa, quedó ahí en el suelo, consolando angustiosamente a esa mujer de 30 años que no hacía más que llorar sobre su pecho.
"Soy una molestia…. ¡soy solo un estorbo nadie me ama porque no soy bueno! "
Corrió desesperadamente atravesando la puerta de aquella casa que solo era un lugar para retenerlo, donde solo le daban de comer y un lugar para dormir, solo eso, no sentía el amor de sus padres, ni el de su hermano, quería a su abuelo ¡Quería ir a donde el estaba para ser feliz!
Gritaba con fuerza el nombre de su abuelo porque quizás así él vendría a buscarlo y llevárselo, solo deseaba que su corazón se llene nuevamente de aquel calor que esa persona le brindaba…amor…eso era lo que anhelaba desesperadamente… amor, puro y sincero amor ¿Cuál era el precio por tal deseo?
Sus piernas no sabían que rumbo tomaban, solo se paseaban por las calles vacías del barrio, ni un alma podía seguirle o detenerlo por lo tanto siguió corriendo y corriendo hasta tal punto en que no se percató donde sus pies se detuvieron.
Miraba a su alrededor, un viejo puente donde debajo se apreciaba las aguas frías de un río del que no sabía su nombre pero se veían tan bonitas, atrayentes pero a la vez feroces, su cuerpo agotado se dejó caer sobre los trozos de maderas secos e hinchados de tanta humedad, se tomó el tiempo para agarrar una gran bocanada de aire y ahogarla en un súper respiro ,seguro dejó escapar como miles de momentos felices bueno eso si los tenía, ahora si que estaba en el gran horno, perdido, cansado y para colmo con ganas de llorar.
"No tengo un hogar…lo sabia…"
Se recostó en el medio de ese puente de madera para descansar y aliviar su sollozos que simplemente se le escapaban, bueno al menos estaba a salvo eso pensaba pero...
-mn... ¿ah?
El piso comenzó a temblar y sus oídos percibieron el sonido de algo que se rompía pero ¿qué era? se preguntaba el menor levantando la cabeza y asomándola por el hueco que había entre dos pedazos de madera que sostenían el pasamanos de aquel puente, el piso de madera comenzó a agrietarse y uno por uno esos pedazos fueron acabando en el hondo de aquel río.
Cuando el niño se dio cuenta de que estaba en peligro se levantó precipitadamente y avanzó con sus pequeños pies hasta el fondo de ese largo camino estrecho pero…ya cuando parecía faltar un paso para llegar al otro lado sus pies se fueron envueltos por la nada, estos eran envueltos por las aguas al igual que el resto de si diminuto cuerpo. Movió sus brazos impulsándose para salir de esa pesadilla pero era inútil, toda la fuerza que tenía la utilizó torpemente para huir de su casa.
La visión de la luna era cada vez mas borrosa, y mas lejana ¿se estaba durmiendo? Que pasaría al despertar…
"Alguien… por favor…sálveme alguien… Jii san"
Notas finales:
¡Hola de nuevo! XD Bien señoritas y posibles señoritos(?
Solo espero que les haya gustado este primero capitulo de este fic que ciertamente se esta volviendo un desafío para mi seguirlo pero con ayuda siempre logro seguirlo 3
Quiero dejar escrito aquí que la principal razón de que este escrito saliera a la luz es mi compañera y loca amiga "Aurora la maga" x3 sin ella y sus puntos de vistas sobre esta historia creo que no me hubiese animado a seguirlo (si aurora lo repetiré mil veces porque es cierto! xD) y ella me ayuda a subir la historia a fanfiction porque aun estoy aprendiendo /
Bien pronto será subido el segundo capitulo.
Nos vemos ¡ nwn(comentarios bien recibidos xD)
