Capítulo 1: La admiradora secreta
"Y al cruzarse nuestros caminos, el dilema comenzó"
El primer amor es como una refrescante brisa a la mitad del verano, el más dulce de los néctares, un soplo vital que nos reinventa y causa una radical revolución aún en el temperamento más sensato; es por tanto, un amor que marca de por vida, recuerdo que perdura eternamente en la memoria, capaz de arrancarnos un distraído suspiro al evocar esos días especiales de nuestra juventud perdida.
No existe lógica, motivo ó razón que explique los actos que se comenten en aras del amor, sin importar cuánto nos esforcemos en la batalla, el corazón termina por determinar la contienda y nos dicta terminante estar al lado del ser que causó en primer lugar dicho interés, aún si para lograr el objetivo, la conducta se ve afectada de forma extraña, orillándonos a hacer y decir cosas de las que nunca pensamos seríamos capaces.
Desde hacía casi tres semanas, Hinata había caído presa de la ineludible flecha de Cupido; y desde entonces, no pudo hacer otra cosa que pensar, soñar y divagar con él. Apenas sabía su nombre, no conocía a su familia, ni amigos ó costumbres, pero lo cierto es que éste ya se había convertido en el centro de su universo, atraída por esa vibrante personalidad tan opuesta a la suya, llegó al extremo de seguirlo cual sombra a todos lados.
Su nombre, Hyuuga Hinata, de dieciséis años de edad con un aspecto común y corriente, tímida y con una personalidad más bien insegura. Según su propio criterio, nada sobresaliente y poco agraciada. Sus muchos complejos la obligaban a esconderse bajo holgadas prendas de ropa que la hacían ver más robusta de lo que en realidad era.
Resignada a su nula habilidad social, prefería mantener un bajo perfil, pasar inadvertida; y era precisamente en esta incapacidad para socializar, donde residía su actual problema amoroso, la arraigada introversión de años hizo tarea imposible proferir abiertamente sus sentimientos.
Consideró alternativas a la habitual confesión directa, llegando a la conclusión de que la mejor forma de librarse del problema era por medio de una carta, método sencillo, pero altamente efectivo. Así pues, resuelta a llevar a cabo la encomienda, en una semana no hizo otra cosa que vigilarlo, aguardando la oportunidad perfecta para entregar la importante misiva, sabía bien que sería rechazada, pero creyó que al menos si él le rompían el corazón, el siguiente paso sería aceptarlo y finalmente superarlo, volviendo a la cómoda rutina de ser ignorada por el mundo.
Decidido lo tenía, ese mismo día aquel joven conocería sus sentimientos, nada ni nadie lo impediría, eso la incluía a ella misma, lucharía contra sus propias inseguridades, se tragaría los nervios y sobrepondría al temblor de sus rodillas, que amenazaban con dejar de sostenerla al menor titubeo. Costase lo que costase, iba a declararse apropiadamente.
Con su objetivo en la mira desde media cuadra atrás, esperó paciente, sopesando el momento exacto para actuar, sus inseguridades no eran el único problema al que tuvo que enfrentarse, como si el cielo conspirara en su contra, durante la última semana cada vez que intentó acercársele, un tercero se ponía de por medio en su camino.
Respiró profundamente, oculta tras uno de los pilares que sostenían las pesadas rejas tubulares de la entrada principal. Lo observó a la distancia, rezando por poder hablar a solas con él. Estando en clases separabas, la única oportunidad que Hinata tenía en el día para abordarlo, era precisamente a esa hora. Aguzó el oído, apenas si alcanzaba a escuchar fragmentos de la animada charla que sostenía con el que pronto aprendió a identificar como su mejor amigo.
- Conseguí la espada de Tosuka y pasé al último nivel – Uzumaki Naruto era la clase de chico amigable, con el que todos se llevaban bien, de naturaleza hiperactiva y vivaz astucia, un alma libre y luminosa, cuya resplandeciente sonrisa atraía a los demás, pero por todas sus cualidades, pesaban en igual medida sus defectos, quizás el principal de ellos era su ingenuidad, los otros solían aprovecharse de su buena fe, orillándolo a cometer actos que terminaban por meterlo en problemas, problemas de los que a menudo su mejor amigo solía rescatarlo.
Uchiha Sasuke era la contraparte indiscutible de Naruto, reservado y de austera personalidad, poseía un agudo intelecto, fuerte presencia, pero sin duda lo que más llamaba la atención era su atractivo físico. Su carisma nato y el aura de misterio que parecía rodearlo conformaban un conjunto de cualidades que generaba la admiración de la mayoría de las chicas de su clase y de la Academia Konoha entera. Su persona causaba tanto revuelo, que muy a su pesar, tenía tras él un grupo de seguidoras quienes se autodenominaron su "Club de fans"; y justo en ese momento, Naruto creyó haber detectado a un mimbro del peculiar Club.
Volvió la vista tratando de atrapar infraganti a la acosadora, fue por apenas una fracción de segundo, si bien no le vio el rostro, resultó evidente para él que alguien estaba siguiéndolos.
- ¿Es mi imaginación ó nos está acechando una de tus fans? – sin inmutarse, Sasuke siguió de frente su camino, respondiendo a su amigo con la frialdad que lo caracterizaba.
- Lleva varios días haciéndolo – ante tal declaración, la inmediata reacción de Naruto fue de escandalosa sorpresa.
- ¡¿En serio?!, no me había dado cuenta – Hinata se encogió en su sitio al escucharlo; sobrecogida, llevó instintivamente ambas manos a la altura de su pecho. Sabiéndose descubierta, dio por hecho que su plan había fracasado, de un momento él la encararía.
Un bum bum acelerado martilló sus oídos, no estaba segura de estar preparada para enfrentarlo, mucho menos articular una frase coherente en su presencia. Durante un interminable minuto la ansiedad y la angustia le carcomieron la mente, preocupación innecesaria, los planes de aquellos dos distaban de lo que su activa imaginación fantaseaba.
- Lo mejor será ignorarla – convino finalmente Sasuke, no tenía los ánimos suficientes para lidiar con una de esas molestas chicas.
Hinata exhaló pesadamente, mezcla de alivio y desilusión, nuevamente había perdido la oportunidad de confesar sus sentimientos.
Un minuto más se quedó de pie en el mismo lugar, aguardando a que estuvieran lo suficientemente lejos como para salir de su escondite y pensar en otra forma de entregar la carta a su destinatario.
- Tienes suerte… – prosiguió Naruto, poniendo en práctica lo sugerido por Sasuke: 'ignorar a la acosadora' – cada vez que le pido a Sakura-chan una cita termino con un ojo morado – rió despreocupado al rememorar las muchas veces que Haruno Sakura, la chica de sus sueños, fuente de sus desvelos y causa de numerosas contusiones desde hacía más de un año, lo había mandado literalmente a volar en sus incansables intentos por conquistarla.
- Es porque eres demasiado insistente, ya deberías darte por vencido con ella – opinó Sasuke práctico. Su consejo solo terminó por avivar la llama de la determinación que ardía dentro de Naruto y adoptando una decidida pose, empuñó una mano al frente, con la firme convicción de no fracasar.
- ¡Nunca!, ¡un Uzumaki jamás retrocede a su palabra! – Sasuke le dirigió una mirada reprobatoria, cansado de ser obligado por Naruto a escuchar sus desventuras amorosas cuando Sakura lo rechazaba.
- Entonces no te quejes si Sakura vuelve a golpearte – Naruto hizo caso omiso a sus palabras y siguió adelante, ideando en voz alta una nueva forma de acercarse a su idolatrada Sakura-chan. Sasuke resopló fastidiado al escuchar los temerarios planes que hacía su amigo, seguro de que Naruto sería rechazado por centésima vez, después de todo, Sakura era miembro activo de ese ridículo club suyo, empeñada en "ganar su corazón", tal y como se lo hizo saber apenas la conoció.
Anduvieron en silencio por un tramo más, y justo antes de entrar en el edificio principal, Sasuke volvió la vista, fastidiado por la molesta presencia que se empeñaba en seguirlos.
- ¿Hasta cuándo se decidirá a actuar? – dadas sus desagradables experiencias pasadas con esa clase de chicas, en el transcurso de su vida escolar Sasuke desarrolló anormalmente la percepción que tenía de su entorno, siempre alerta ante la amenaza latente de contacto físico indeseado.
- ¿Por qué no le hablas tú?... – intervino Naruto, adivinando sus pensamientos – así se da por vencida de una vez – Sasuke regresó a él la mirada incrédulo, Naruto retrocedió un paso, asustado por la maniaca forma en que le veía – ¿qué?, ¿por qué me miras así?
- Increíble… – deliberadamente lo señaló con el dedo índice, logrando que Naruto se sintiera más incómodo – tu cerebro realmente funciona – indicó sarcástico, el desconcierto de Naruto inmediatamente dio paso a la furia. Sin pensarlo lo encaró decidido, dispuesto a desquitarse.
- ¡¿Qué insinúas estúpido Sasuke?! – pese a su exaltado tono y tenerlo sujeto por las solapas del saco negro que era parte del uniforme escolar, éste lo ignoró y apropósito se tapó los oídos, sabiendo de antemano que así acrecentaría la ira del otro muchacho – ¡¿Quieres pelea?!
- Ruidoso – murmuró sin variar su apático semblante, ahorrándose la molestia de tomar enserio sus amenazantes palabras.
- Idiota – resignado, lo soltó de las solapas. Al verse libre, Sasuke giró sobre sus talones, emprendiendo inesperadamente el camino de regreso – ¡Hey, espera!, ¿a dónde vas?
- ¡Adelántate!, ahora te alcanzo – se despidió sin volver la vista atrás, dejando tras sí a un desconcertado Naruto, quien al seguir con la vista su trayecto, no tardó en comprender lo que Sasuke pretendía.
Decidió no entrometerse y dejarlo resolver sus problemas, las acosadoras de Sasuke le ponían los pelos de punta, de todos en la Academia era sabido que sin importar si eras mujer u hombre, quien se metía con ellas tenía su sentencia firmada y en el peor de los casos, no sobrevivía al final del semestre para contarlo.
Escondida tras un árbol, Hinata esperaba ansiosa el momento en que los dos chicos entraran en el edificio principal para poder salir de su escondite y hacer lo mismo, pero tal y como venía pasando, sus planes no resultaron según lo pensado. Justo cuando consideraba viable la idea de dejar su refugio, el corazón le dio un tumbo asustado al ser sorprendida por la persona más inesperada.
- ¿Hay algo particular que quieras discutir ó existe otra razón por la que nos estés siguiendo a todos lados? – la pregunta de Sasuke la tomó desprevenida, sus mejillas se colorearon tenuemente al encararlo de frente y durante un par de segundos su mente quedó en blanco, imposibilitándola a proferir palabra alguna.
- Este… yo… yo no… – presa del nerviosismo y la vergüenza, hizo lo que regularmente hacía en situaciones tan estresantes como esa: tartamudear.
Sasuke la observó fijamente a los ojos, logrando con ello que su inseguridad aumentara y otro de sus tics saliera a flote, de la nada comenzó a jugar incesante con los dedos índices de ambas manos, olvidando así la carta que llevaba consigo y por tanto, el motivo que en primer lugar la obligó a seguirlos.
Aquel incidente no le pasó desapercibido a Sasuke, sin dudarlo recogió el sobre de color rosado caído a unos centímetros de sus pies, la incertidumbre se apoderó de Hinata al darse cuenta de su descuido, incertidumbre que se volvió pánico cuando Sasuke comenzó a examinar detenidamente el sobre.
- ¿Una declaración? – dedujo acertadamente él, al ver el stick de corazón que sellaba la lengüeta del sobre.
- No… espe… – inútilmente trató de detenerlo, en su intento por arrebatarle la carta tropezó con una raíz expuesta del árbol en el que en primer lugar se ocultó, cayendo de rodillas en el suelo– ¡por favor no la leas! – contrariada y aún a sabiendas de saberse sin posibilidades, hizo un último intento por detenerlo, no la escuchó.
- ¿Qué significa esto? – murmuró desconcertado, releyendo una y otra vez las palabras ahí escritas – ¿es una broma? – de la carta volvió la vista a la chica y viceversa, indeciso a dar crédito ó tomarlo como una broma, optó por lo último y una espontanea carcajada se dejó escuchar, riéndose abiertamente de ella.
Humillada por su reacción, Hinata apretó fuertemente los puños sobre su regazo, temblaba ligeramente, en parte por la vergüenza, en parte por la ofensa, creyéndolo una descarada burla a sus sentimientos.
- ¿Por qué…? – balbuceó entre dientes, e incapaz de seguir reprimiéndose, lo enfrentó, rompiendo su pasividad habitual para clamar enojada – ¡¿por qué te burlas?! – por primera vez Sasuke se detuvo a considerarla, la observó un minuto en silencio, evaluando si merecía o no, tomarla en serio, al escuchar sus quedos sollozos, decidió apiadarse un poco. Se acuclilló a su altura, dándole un suave golpecito en la cabeza con el propio sobre para llamar su atención – 'Querido Naruto-kun, estoy enamorada de ti...' – leyó en voz alta, pero Hinata, quien pensaba que aún se burlaba de ella, no le prestó atención hasta que Sasuke retomó la palabra – ¿esa es tu idea de una declaración?, ni siquiera está firmada… – observó él, centrando deliberadamente su atención en el sobre, sin verla directamente.
Siendo precisamente él un experto en el tema luego de recibir por años decenas de cartas con igual cometido, le pareció cómico y hasta inocente, su desafortunada intención. Hinata tomó el gesto como una oferta de paz y optó por hacer de lado los prejuicios, respondiendo tímidamente la pregunta.
- No sabía qué más escribir – al no detectar pretensión en sus palabras y descartándola automáticamente como una amenaza (después de todo era a Naruto y no a él a quien perseguía), Sasuke la juzgó sincera, por tanto decidió serlo también.
- Realmente te gusta ese tonto ¿no? – apuntó amistoso, ahondando en los sentimientos de la extraña joven. Si decía la verdad, resultaría interesante ver a Naruto desenvolviéndose ante semejante situación, por primera vez sería Naruto y no él, quien recibiera el asedio de una desconocida.
Abochornada por su franqueza, Hinata asintió con la cabeza, disipando cualquier duda que él pudiera tener.
– Será muy divertido ver la cara que pone ese idiota cuando se entere – exteriorizó sin pensar, Hinata reaccionó al acto, horrorizada ante la sola idea de que él pudiera enterarse por alguien más.
- ¡No por favor…!, no le diga nada… – impulsiva lo tomó del brazo y tan pronto como fue consciente de su atrevimiento, lo soltó – me… me moriría de la vergüenza si él lo supiera – atenuó sonrojada, sin atreverse a verlo.
- No comprendo, ¿entonces por qué llevas ésta carta contigo? – sonsacó él, entretenido con sus constantes arrebatos, dándole la impresión de que aparte de excéntrica, era bipolar.
- Y-yo… yo pensaba dársela – aceptó contrariada, inamovible en su postura de no mirarlo a los ojos.
- ¿Enserio? – la presionó, sin creerle una sola palabra – ¿cuándo?
- Este, este yo… – ya no supo qué responderle.
Si bien sus reacciones lo divertían, Sasuke se compadeció un poco y dejó de hostigarla con preguntas que evidentemente le resultaban incomodas.
- Si no pensabas darle la carta ¿por qué nos seguías? – en ese momento se puso de pie, Hinata se mostró renuente a contestar, pero nuevamente él no pareció darle importancia, tendiéndole una mano para ayudarla a levantarse. Sorprendida por el gesto, le tomó unos segundos decidirse a aceptar su ofrecimiento; al fin decidió confiar en él y terminó tomando su mano, Sasuke la estrechó entre la suya sin saber que ese inocente gesto, desataría consecuencias desastrosas para ella.
- Yo… yo los seguí porque realmente quiero hablar con él – aceptó – pero cuando estoy cerca de Naruto-kun me pongo muy nerviosa y todo me sale mal.
- Eres extraña… – en ese momento Sasuke se percató de un pequeño detalle, no sabía el nombre de la atolondrada chica – por cierto, no me has dicho tu nombre.
- Me llamo Hinata, Hyuuga Hinata… – expresó tímida, recibiendo de manos de Sasuke la carta causante del malentendido.
- Te daré un consejo Hyuuga-san, si quieres que él te note, deja de esconderte tras los árboles… – inspirándole algo de simpatía y movido por el interés de divertirse a costillas de Naruto, antes de despedirse, Sasuke decidió darle un último consejo que sin duda le resultaría útil – ó de lo contrario, creerá que eres una de mis acosadoras – y sin decir más se marchó, perdiéndose de la anonadada mueca impresa en el rostro de Hinata.
- ¡¿Acosadora?! – quedó tan impactada por la última frase que le costó un poco sobreponerse y asimilar las directas palabras de Sasuke.
Hinata era un persona sin malicia, nunca creyó que sus acciones pudieran ser malinterpretadas, mucho menos ser tomada por acosadora. En extremo avergonzada terminó por aceptar lo dicho y darle la razón al Uchiha, cayendo en cuenta de ¿qué clase de persona cuerda se escondería tras un árbol para seguir a un chico?, si Naruto pensaba lo mismo, podría irle diciendo adiós a cualquier acercamiento entre ellos, si es que tal acto podía darse.
Meditando en su desafortunada situación, la primera clase le pasó como en un sueño, el resto de la mañana se obligó a creer que no todo estaba perdido y aún tenía esperanzas de que Naruto no la considerara una acosadora, como le dejó entrever "Uchiha-san". No pudo averiguar su nombre completo, pero casualmente escuchó su apellido cuando otro chico lo mencionó luego de que se despidieran, a decir verdad Uchiha-san era la segunda persona que le dirigía la palabra desde que ingresó a la Academia, la primera fue Naruto-kun.
Para la hora del almuerzo Hinata casi había superado el incidente de la carta, luego de pensarlo detenidamente decidió dejar de seguir a Naruto, convencida de que si sus acciones podían ser interpretadas de forma errónea, prefería no confesarse nunca.
Sintiéndose aislada del resto de sus compañeros, desde el primer día Hinata buscó el sitio ideal para pasar sus recesos en solitario. Estuvo en varios lugares apartados de la escuela, en ninguno estuvo tan a gusto como en la azotea, era su primera vez, pero tenía el presentimiento de que había encontrado un oasis en medio del caos estudiantil.
- ¿Qué debería hacer Naruto-kun?, ya hace un mes que me transfirieron y no he podido hacer amigos… – exhaló apesadumbrada, enfocándose en el único amigo que tenía en ese lugar, un pequeño muñeco confeccionado a imagen de la persona que precisamente pretendía olvidar – si tan solo Neji-kun estuviera conmigo todo sería diferente… lo extraño tanto – elevó la vista al cielo, pensando que tal vez su querido hermano estuviera haciendo lo mismo, después de todo, ambos habían tenido una especial conexión desde que se conocieron.
Recordaba con claridad ese día a mediados del otoño, él la miraba con igual curiosidad que la que ella sentía. Luego de prácticamente ser obligada por su padre a dejar de esconderse tras él, Neji le dirigió una gentil sonrisa que la animó a corresponderlo, después la tomó de la mano y el resto del día jugaron juntos, no volverían a verse hasta tres años después. En ese entonces Neji estaba en primaria y ella en preescolar, la diferencia de dos años no fue impedimento para la fraternal relación que se forjó aquel día, un lazo tan especial que el tiempo solo fortaleció y que Hinata atesoraba más que cualquier otra cosa en el mundo.
– Me pregunto ¿qué estará haciendo Neji-kun en éste momento? – el suspiro que lanzó al aire fue cortado a la mitad. Una fuerte exclamación la sobresaltó, asustada, miró en todas direcciones, aferrándose al pequeño muñeco que aún sostenía con ambas manos. Incapaz de predecir el inesperado evento que estaba por provocar un drástico giro a la cotidianidad de su vida.
- ¡MALDICIÓN! – gritó escandaloso Naruto, tratando de llamar intencionalmente la atención de Sasuke, que caminaba con pasó calmo frente a él, doblando al final del corredor, para subir las escaleras que conectaban a la azotea – ¡olvidé el dinero del almuerzo! – se quejó a todo pulmón, tratando de granjearse algo de compasión por parte de su mejor amigo. Y aún sabiendo el real trasfondo que había en sus quejas, Sasuke lo dejó seguir – ¡Estoy en pleno desarrollo!, ¡¿Cómo se supone que voy a crecer si no puedo alimentarme adecuadamente?! – explicó lastimero, preparándose para abordar el punto que realmente quería tratar – ¿Sasuke, tú podrías…? – no llegó a más, con una simple palabra Sasuke echó abajo los planes de Naruto.
- No – respondió firme y sin titubear.
- ¡Pero ni siquiera he dicho nada! – Naruto renegó descorazonado, consciente de que Sasuke no le daría otra oportunidad.
- La última vez dejé en claro que no habría más préstamos, ya me debes bastante – sentenció Sasuke imperturbable, llegando al final de las escaleras.
- ¡Y yo te dije que voy a pagarte en cuanto el viejo me aumente la mesada! – chilló Naruto adoptando el infantil tono de un niño y testarudamente no se despegó de él, a pesar de que Sasuke casi le cierra la puerta de la pequeña caseta que protegía la salida a la azotea en las narices.
- Llevo años escuchando lo mismo – siguió inamovible en su postura – ¿por qué no buscas un empleo?
- Tengo demasiado qué hacer por las tardes – se defendió él.
- ¿Desde cuándo los videojuegos se consideran una prioridad? – opinó acertado, dejándolo por un instante sin palabras.
- Al menos comparte tu almuerzo conmigo… – interpuso como última opción. Sasuke no dijo nada, repentinamente se detuvo al dar la vuelta a la pequeña caseta, no fue hasta que él mismo quedó a su lado, que Naruto advirtió cuál fue la causa de su comportamiento, encontrando a una sombría chica sentada en el lugar en que habitualmente ambos almorzaban.
Por la forma en cómo se miraron, Naruto notó cierta tensión entre la chica y Sasuke, no alcanzó a ver qué, pero ella se guardó apresurada algo en la bolsa del saco, para luego intentar hablar y romper el silencio.
- Uchi… Uchiha-san – Hinata sonrió nerviosa al ver que no estaba solo, sino que tras él iba el causante de que su vida estuviera cabeza abajo.
- Hola Hyuuga-san – no le dio tiempo de reaccionar; como si no existiera, Sasuke tomó cómodamente asiento a su lado, teniendo en mente comprobar hasta qué punto era verdad lo que la Hyuuga le había confiado esa mañana.
- ¿Se conocen? – a Hinata casi le da un infarto al percatarse de que siguiendo el ejemplo de su amigo, Naruto tomó asiento del otro lado, quedando ella en el medio.
- Desde esta mañana – respondió Sasuke sin mostrar interés, disponiéndose a degustar su almuerzo – los presento… – prosiguió, ignorando deliberadamente la turbación en Hinata y el desconcierto de Naruto – Naruto, ella es Hyuuga Hinata-san y Hyuuga-san tú ya lo conoces… – apuntó desfachatado, lo que acrecentó la confusión de Naruto.
- Es un gusto conocerte Hinata-chan – expresó Naruto tomando la iniciativa, pareciéndole curioso la renuencia de la chica a verlo de frente.
- También me… me da gusto co… conocerte Naruto-kun… – correspondió toda sonrojada y con miras a marcharse de inmediato, así pues, tomó su almuerzo dispuesta a salir corriendo en cuanto estuviera fuera de su vista – se… será mejor que me vaya… – a punto de cumplir su objetivo, Sasuke la sujetó de la manga para impedir su huída.
- ¿Te gustaría almorzar con nosotros? – dijo finalmente, pasando por alto la estupefacción de ella y la sospecha dibujada en el rostro de Naruto, al que sin importar lo despistado que fuera, lo intrigó de sobremanera la peculiar confianza que su siempre flemático amigo, prodigaba a Hinata.
Hinata entendió de inmediato el indirecto mensaje de Sasuke, agradeció sinceramente la oportunidad que le brindaba para estar cerca de Naruto, ahora, de ella dependía no desperdiciar la valiosa experiencia. Insegura, retomó su lugar en el medio de ambos, emocionada por estar tan cerca de su admirado Naruto-kun. Justo cuando se disponía a desempacar su almuerzo, Hinata alcanzó a escuchar un murmullo fastidiado de Naruto, que captó su total atención.
- Almuercen ustedes – renegó de brazos cruzados – "yo me quedaré aquí, muriéndome de hambre"
- ¿No trajiste almuerzo Naruto-kun? – observó Hinata curiosa, manteniendo su distancia.
- Eh, no… – el directo señalamiento lo hizo rascarse involuntariamente la mejilla, culpando mentalmente a Sasuke de su desgracia.
- Yo… yo hice uno extra – recordó de pronto ella, y si bien titubeante, ya que después de todo era algo bastante sencillo y no sabía si a Naruto le agradaría su sazón, decidió arriesgarse – ¿si gustas puedo compartirlo contigo?
- ¿De verdad compartirías tu almuerzo conmigo? – sin creerse el repentino golpe de suerte, no midió la distancia que los separaba y se acercó más a ella.
- Por… por supuesto – asintió Hinata con las mejillas rojas, abochornada al tenerlo tan cerca de sí.
- Muchas gracias Hinata-chan, eres un verdadero ángel – en uno de sus arranques la tomó de ambas manos, feliz de haber obtenido un almuerzo gratis.
A Hinata le tomó unos segundos asimilar lo que ocurría, la palabra 'ángel' flotaba en su cabeza, algo con lo que solo pudo soñar hasta ahora, pero al recapacitar en que Naruto sostenía sus manos la sangre se le agolpó presta en las mejillas, llegando a experimentar tanta vergüenza que no pudo soportarlo y desfalleció en el acto, ante la estupefacta mirada de Naruto.
Sin perder la neutralidad de sus facciones, Sasuke observó entretenido la caricaturesca escena mientras degustaba una jugosa manzana verde. En su desesperación por hacerla reaccionar, Naruto zarandeaba despiadado el inconsciente cuerpo de Hinata, haciendo oscilar su cabeza hacia adelante y hacia atrás.
La diversión que ese hilarante dúo le estaba procurando fue mayor de lo que Sasuke tenía previsto, cuando Hinata mencionó sus problemas al intentar trabar una conversación con su amigo, nunca le pasó por la cabeza que era porque sus desbocados nervios la llevaban al punto del desmayo.
Habían pasado años desde la última vez que alguien logró despertar el interés que Sasuke ahora sentía por esa peculiar chica, dadas las cicatrices del pasado, tenía por regla no involucrarse en la vida de los demás, sin embargo, haría una excepción, ayudaría a Hyuuga Hinata a lograr su cometido, convencido de no solo hacerle un favor a ella, sino también a Naruto, la retorcida entretención que pudiera obtener en el proceso, sería un valor agregado a su esfuerzo.
Continuará…
(Dudas, sugerencias, felicitaciones y jitomatazos favor de dejarlos en un review, gracias =3)
Nota de Salem:
Luego de que Naruto terminó, no estaba segura de volver a escribir o dibujar nada sobre ese manga, pero supongo que para cerrar el ciclo debo primero terminar mis pendientes, si bien es definitivo que ya no terminaré el doujin con el que comencé esta historia, quiero que las personas que lo siguieron en DArt puedan verlo terminado y quien no lo conoce, espero que les guste el fic =D
