Disclaimer: Desde lo profundo de nuestro corazón, hemos decidido rendirle un one a un ser que no debió perecer, que iluminaba con su sonrisa y que injustamente nos ha dejado, hablamos de Fred Weasley. Claro que no nos pertenece, es propiedad de Jk Rowling.

¤°.¸¸.·´¯»«´¯·.¸¸ o .¸¸.·´¯»«´¯·.¸¸.°¤

TRIBUTO A FRED WEASLEY

By

The Darkness Princess & Lady Muerte


Para ustedes que nos miran desde el cielo.

Siempre estarán en nuestros corazones.

D.B.M.

*º*º*º

A través de la ventana sólo se veía la lluvia caer, en el interior, un chico pelirrojo, miraba el exterior sin realmente poner atención, sus pensamientos se encontraban en otro punto, en otro lugar, en otra persona…

—¿Por qué tú? —Pensaba con tristeza, recordando el rostro de su «otra mitad», como desde hacía un tiempo solía llamar a su gemelo—. No le deseo nada malo a nadie, a ninguno en verdad, pero… ¿por qué tenías que ser tú, el que se fuera? —Golpeó la pared sin ímpetu. Su fuerza lo había abandonado, estaba agotado, se sentía sin ánimo para seguir, incluso levantarse cada mañana era un suplicio, la punzada de dolor que atravesaba su pecho parecía no querer desaparecer.

—¿Sabes cómo me siento? Ahora es como si una parte de mi, hubiera dejado de existir, todos me dan ánimos. Me dicen que tengo que seguir viviendo… yo sé que la vida sigue, pero con tu partida, parte de mí se ha ido. No puedo fingir que no pasa nada cuando miro tu cama vacía, tu ropa igual a la mía, todo me trae a ti. Es como estar y no estar… ¡por Merlín!, sé que tengo a todos los demás, hasta a Percy… pero ninguno de ellos es mi otra mitad, con nadie es lo mismo. —Sus ojos comenzaron a escocerle, nunca las lágrimas serían suficientes para liberar su dolor.

—¿Qué es Weasley & Weasley si faltas tú? —Giró el rostro y notó en la habitación la cama vacía con la foto de ambos hermanos en un buró, rodeados de la familia—. Creo que al igual que a mí, a mamá le han arrancado parte de sí misma, casi no sonríe y cuando me mira, sus ojos se llenan de lágrimas. ¡Por todos los magos! ¡Te extraño! —Volvió a mirar a hacia afuera, esta vez fijando su mirada en el reflejo de él mismo en el cristal de la ventana —. ¿Por qué me dejaste Fred? —inquirió desgarradoramente, mientras la imagen se volvía difusa al llenarse sus ojos de llanto de tristeza.

El reflejo en la ventana le sonrió melancólicamente. «Nunca te deje, ni te dejare George.» Se oyó un susurro suave.

George levantó la mirada, limpiándose los ojos con rapidez, mientras volvía a mirar la ventana. —¿Fred? ¿Hermano? —preguntó sorprendido, buscando que el reflejo frente a él le hablara nuevamente, como en otro tiempo lo hiciera su gemelo, pero la imagen no se movió. Sonrió desconsolado, apoyando la frente en el frío cristal.

—Te extraño tanto hermano, ¿me estaré volviendo loco? —susurró pesaroso, mientras cálidas lágrimas resbalaban por sus mejillas.

«No llores hermano, tú y yo somos uno, ¿recuerdas? Un corazón, un cerebro, un cuerpo, yo siempre estaré contigo.» Entonces se dio cuenta que las palabras venían de su interior, tal vez de su alma o quizás verdaderamente había perdido la mente. Nuevamente levantó la mirada y observó su reflejo en el cristal, el cual ésta vez le devolvió una sonrisa triste, una sonrisa que no plasmaba su propio rostro.

—¿Fred? Somos uno, pero yo te necesito aquí, para que pueda decirte: ¿no crees Fred?, y que tú me respondas: «lo mismo opino George». Eso necesito, quiero tu compañía, hermano —manifestó fuertemente, gritándole a la ventana, sabía que corría el riesgo de que alguien lo escuchara, pero el dolor en su interior era tan grande que necesitaba sacarlo de alguna manera.

El reflejo sólo sonrió. «Vamos hermano, somos Weasley, somos los gemelos Weasley, siempre unidos, nadie nos separara, ni siquiera la muerte, tú debes seguir adelante, no llores hermano. ¡Los gemelos Weasley siempre alegres! ¿Recuerdas?».

—¿Alegres? Debes estar bromeando Fred, yo no puedo ser alegre sin ti. Si Fred falta, George Weasley no es nada —profirió sin parpadear, aunque sus ojos enrojecidos ardían por hacerlo, pero no quería… no quería que su hermano desapareciera, no quería dejar de escuchar su voz, no quería perderlo nuevamente, aunque eso solo fuera una ilusión que su mente había creado—. No puedo estar si ti hermano —añadió, sintiendo ese maldito latigazo de dolor destrozarlo por dentro.

La imagen le regresó la mirada con tristeza. «Si tú me olvidas, de verdad moriré hermano, si tu no sigues adelante con nuestros planes, si no ayudas a los demás y vives para hacerlos felices… en ese momento yo de verdad desapareceré. Vive, no llores por mí muerte, mejor alégrate y disfruta la vida al doble, por ti y por mí. Ayuda a mamá, ella necesita de tu consuelo.»

—¿Cómo puedo consolarla, cuando yo mismo no encuentro algo que me haga sentir mejor? No sé que decirle, yo… no sé cómo actuar. ¡No sé que hacer!, es demasiado difícil Fred, yo…

«Lo entiendo hermano, pero tú sabes que vivo en ti y juntos lo lograremos, todos te necesitamos, también los demás. Dile a Harry que no se culpe, mi muerte fue un hecho triste, pero no es para que nadie se martirice.»

George no dijo nada, muy dentro de él culpaba a todo el mundo por la muerte de su gemelo, todos desde su padre, Augustus Rookwood, hasta a Harry… por muy ilógico que eso sonara, pero estaba realmente dolido y enojado con todos. Sabía que era algo que ya no podía remediar y no tenía ningún caso culparlos, pero deseaba tener una escapatoria, algo que lo hiciera curar esa perdida, que lo hiciera querer seguir viviendo.

—No creo que pueda hacer eso hermano… yo… —La voz se le quebró impidiéndole seguir.

«No culpes a Harry, George, él no lo quiso que esto sucediera, él ha sufrido más que nadie. Quiérelo, es como si fuera nuestro otro Ron… otro hermano al que cuidar, él quiere a nuestra familia como nadie y también sufre por las pérdidas.»

—Pero Fred… —No pudo continuar, lloró como no lo hizo cuando su hermano fue sepultado, como no lo hizo frente a nadie que lo mirara, como no lo hizo incluso en la soledad de su habitación. Lloró por todo, por todo el dolor que tenía dentro, por sentirse culpable por la pérdida de su mejor amigo, de su otra mitad, de la persona con la que pensó que llegaría a viejo y sobre todo, por no haber podido ayudarlo en ese trágico momento—. ¡Perdóname hermano! ¡Perdóname por no poder ayudarte! —Gritó de forma desgarradora.

«No hay nada que perdonar hermano. Sonríe, vive, no me llores, yo siempre estaré contigo, dentro de ti, recuerda que somos uno…».

El suave toque de una pluma se deslizó por su mejilla, en un intento de borrar aquellas lágrimas, brindándole alivió y consuelo, quitando de sus hombros aquel enorme peso que lo atormentaba.

La voz de Fred se volvía cada vez más suave y lejana.

«Dile a todos que los quiero y a mamá que lamento hacerla llorar, pero la veré desde donde éste. Cuídate hermano, te quiero. Nos veremos, ¿verdad George?». Con eso la voz se perdió y el reflejo en el cristal volvió a ser el suyo.

—Yo también te quiero, hermano. ¡Cierto Fred! Nos volveremos a ver —dijo a la nada. Sonriendo sinceramente, como no lo hacía desde aquel fatídico día en que su hermano dejó de vivir, sin embargo aún podía verse en sus labios un resquicio de tristeza que siempre lo acompañaría.

Se limpió el rostro y caminó a la cama, tomó la foto de su buró. —Viviré por los dos, ¿verdad Fred? —Dejó el portarretratos y salió para hablar con su madre, la cual sabría estaría llorando escondida donde nadie la viera. No iba a ser una tarea fácil, pero debía intentarlo, por su hermano, por su familia y por él mismo.

En la habitación sólo se oyó el murmullo del viento diciendo: «¡Así es George!».

*º*º*º

¡Gracias por leer!

¿Reviews? ¿Avadas? ¿Algo?