Holiwi :'3

Aquí les traigo un nuevo fic de mis tantas extrañas ocurrencias y lalala -3- okno Espero que les guste mi primer capi y perdón por haberlo dejalo tan corto, intentare hacerlos más largos uwu Ok, cualquier cosa o duda, diganlo no maa'(?) Las quiero y nos leemos po' :'3 ~


I Capítulo:

El silencio siempre otorga mucho; ya sea gran tranquilidad pero a la vez puede ocasionar miedo a lo desconocido. El viento elevaba una y otra vez su largo cabello, su mirada inexpresiva estaba pegada al cielo, sobretodo en la enorme y brillante Luna que se dejaba ver en toda la ciudad de Seor, o más bien conocida como la "Ciudad pecado Lujuria". Era uno de los sectores más peligrosos de toda la prisión, ya que muchos prisioneros estaban ahí sueltos y como estaban libres, no había nada que no les impidiera sacar a relucir toda la lujuria posible.

Su mirada de pronto giro hasta un edificio en total ruinas, un peculiar grito la saco de todo pensamiento e hizo que velozmente sus pies saltasen desde aquel enorme edificio en donde estaba, hasta pisar por completo el suelo frío y duro que abarcaba Seor. Cada paso que daba, era imposible que los demás prisioneros no lo tomasen en cuenta, ella al ser la Guardiana, era la superior en todo; la que hacía pagar todo hecho indebido, oh llevarte al máximo castigo dado por fuerza mayor: La muerte.

Otro grito sonó, Namikaze no lo dudo más y llego a las afuera de aquel edificio de donde provenían los extraños gritos, si en aquella ciudad era imposible que no hubiese gritos, pero el de ahora era diferente, era… ¿De una niña pequeña? Sus ojos azules se mantenían completamente fríos, toda aquella imagen era increíblemente detestable para cualquiera que no tuviera el pecado registrado en sus venas, pero aquel prisionero ya había alcanzado todo su límite llegando a la locura irreparable.

-Con que solo tienes un dije- Sin duda la chica esta vez sonreía diferente, ahora mantenía un aura demoníaco mientras sus ojos ya estaban teñidos de rojo, otro grito se dejo escuchar en la ciudad, pero ahora provenía del tipo que había infringido una regla.

Era Maki, un prisionero de 32 años, registrado como Rango Toshi, y de crimen a pagar por matar y violar a todas las monjas de un convento en una ciudad rural de Japón. Esa era la información que Yoko había leído en la mente de tal tipo y en aquel instante raptarse a una niña de tan solo 10 años, desde el exterior de la prisión, para estar violándola sin ningún cuidado.

-Nai…ffu- Lentamente aquel pelirrojo soltó a aquella niña para ver aterrado a la Guardiana y caminar lentamente hacía atrás, como para querer escapar.

La pelinegro cerró sus ojos levemente, y al abrirlos estos ya habían vuelto a su color original, sus pasos se dirigieron a la espantada niña sin bajar la guardia en cuanto a Maki. Poso su mano sobre su vista para que esta cayera de inmediato en la inconsciencia y ser a la vez tomaba en brazos por un alto rubio.

-Llévala a la sala de enfermería, le cambiare este recuerdo y luego la devolveremos al mundo- Ordeno la chica a aquel rubio, quien esbozo una sonrisa para observar como la ojiazul rápidamente desviaba su mirada al prisionero y al desvainar lentamente su Katana, para atravesar el corazón de aquel tipo hasta la muerte y sentir como en su pálido rostro caía una que otra gota de su sucia sangre.

-¡Dios santo! Hermanita cada día te pones más macabra – Exclamo Deidara, quien evaluaba instintivamente a la Namikaze para luego sonreír y voltear para acatar la regla de su "Jefa" si no quería problemas realmente feos con ella.

Las gotas de sangre seguían cayendo al suelo, Yoko estaba limpiando su preciada Katana mientras la volvía a guardar mientras miraba profundamente al tipo que acababa de mandar al infierno. Una extraña ventisca hizo que la chica levantara la vista hasta el cielo nocturno para luego quitar aquel "dije" sin dueño para tenerlo sobre su mano y hacerlo explotar en miles de cristales brillantes y así sentir como un fragmento de su diamante se rompía levemente.

-Deberías buscar nuevos prisioneros, ¿no Yoko?- Rápidamente la chica se volteo al escuchar aquella voz, encontrándose con la directa mirada hipócrita de su Kiken, haciéndola molestar levemente mientras esta solo cerraba sus ojos y comenzaba a caminar pasando al lado de este –Si no… podrías morir.

-Deberías respetarme y no llamarme por mi nombre Kyouya- Sermoneó la pelinegro parando en seco y mirando como el chico estaba posado sobre una pared como si nada, sin dejar de sonreír lo que estaba colmando a Yoko quien solo siguió caminando y tratar de ignorarlo.

-Hmp, seas lo que seas jamás recibiré tus ordenes- Fríamente hablo, tomando su muñeca obligándola a mirarle a los ojos, para luego acercar peligrosamente su rostro al de la chica al punto de sentir su respiración chocar contra su rostro.

Yoko sonrió de lado. Sabía perfectamente como manejar ese tipo de situaciones por lo que lentamente bajo su vista y luego subirla hasta los profundos ojos de Hibari, para abrir su boca y llevar su mano al mentón de este para bajarlo y así morderle su labio inferior con fuerza sin alejarle su mirada; la cual increíblemente trasmitía su pecado, la Lujuria total.

-Vete a dormir, mañana abra nuevo Random Blood- Ordeno la chica alejándose de inmediato del chico a su acto, que dejo a un serio e indescifrable Hibari empuñando su mano, quien no acato su orden y comenzó a caminar en dirección contraria de la chica para irse a disfrutar de una noche de ferviente sexo con alguna prisionera estúpida que anduviera por ahí.

En una batalla de "Random Blood" uno se juega la vida, todo para sentir que una parte de tu libertad esta próxima a venirte y también para sentir que tu vida es mejor asesinando a otros; Maki aquel prisionero asesinado hace unos instantes, era un Toshi o prisionero de rango A, quien por ello, no puede entrar a un duelo de tal magnitud, ya que para entrar a cualquier batalla, debes tener mínimo 7 dijes y así poder pelear con todo tu poder por tu libertad final, si no… tu muerte en el infierno.

~ / ~ / ~

Su vida siempre había sido así; tan manipuladora y llena de odio, que hicieron que ella desde pequeña sintiera profundo odio a todo. Todavía recordaba como la gente que ella llamaba "familia" la apuntara una y otra vez con el dedo. Yoko lo soporto increíblemente durante gran parte de su niñez, pero a toda persona le llega su límite.

-Es estúpido creer que una mentira como esa, destruyo a mi familia- Soltó aquella frase al aire con un suave susurro, lleno de melancolía como odio. Su mirada estaba sobre el techo de su habitación, estando acostada y encerrada ahí, nadie podía molestarla y por tal dejar salir todo aquello que ella sentía.

Sin dudarlo, cada fragmento de su vida deseaba cambiarlo con su poder, pero imposiblemente estaba prohibido, más bien dicho ella no podía usar sus poderes en contra suyo, era una regla que accedió el día en que acepto ser la Guardiana de la Lujuria, sus pies bajaron de su cama mientras comenzaba a caminar hasta la ventana, la cual abría y dejaba que aire entrara, dejando un entorno más fresco, siendo ya las 4 de la mañana, el sueño era imposible para la pelinegro, quien solo comenzó a mirar hacía la Luna y sintió que ya al menos, nada podría aburrirla en su insomnio y dejarle en claro, que si el destino te trae o convierte en algo, debes hacerlo sin repudiar ya que este mismo lo dejo escrito en la hoja que corresponde a tu vida…~


Que tal(?) Fail cierto...~ ;u;

Espero leer sus reviews y odveo que me sigan leyendo en cada loquera que escriba(?) okno asdaskjas

Dejare en claro una cosa, ire poniendo cada Oc' en el orden en el que mandaron las fichas c': ~

Byebye ~