N/A: Hola! En esta ocasión vengo con un Helia/Flora, porque esta pareja se me hacen de las mejores de la serie aunque no tengan mucho protagonismo, Miele también tiene una gran participación aquí, puesto que es uno de mis personajes preferidos. La historia será muy corta, aún no sé si estará dividida en tres o cinco capítulos, pero por lo mientras espero que la disfruten.
Por cierto, el outfit de Flora es el que lleva en la sexta temporada cuando visita el Colegio Linphea.
Disclamer: Winx Club no me pertenece, pero la historia sí.
¡Disfrúntelo!
INDELEBLE
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PRIMER PARADA
I
Un chico de aproximadamente unos veinticuatro años de edad con cabello negro largo atado en una coleta baja y ojos azules profundos arrugó el papel que tenía entre manos: una carta de la que al parecer ahora era su ex novia. En esta carta le decía que se iba a Linphea, un poblado bastante alejado de Magix, para pasar unos días con su tía y así dejarlo libre a él para que hiciera lo que quisiese. Miró la fecha del sobre, esa carta debió haberle llegado hacia unos tres días atrás, maldita correspondencia atrasada.
Frunció el ceño y arrojó el papel hacia cualquier parte de la habitación que había estado compartiendo con Krystal, ambos llevaban aproximadamente dos años de estar viviendo juntos y tres años como novios, él pensaba que todo iba viento en popa con la chica, pero al parecer no era así.
Y todo había sido por una discusión absurda al punto de vista de él, pues el tema había sido que Krystal empezaba a pensar en matrimonio y en formar una familia junto con él. Pero él le había dicho que ambos eran demasiado jóvenes todavía para pensar en ese tipo de compromisos.
Al parecer la chica se había ofendido por esa razón y le decía que no podía estar con alguien que no compartiera su misma expectativa de un futuro juntos.
Helia miró su reloj, marcaba las once con treinta y tres minutos, lo pensó rápidamente y empacó lo más necesario, no se tomó la molestia de cambiarse su elegante traje gris con su perfecta camisa blanca; agarró dinero y las llaves de su automóvil y partió rumbo a Linphea para buscar a Krystal a tratar de solucionar las cosas.
II
Ya llevaba aproximadamente doce horas conduciendo sin descansar, y según lo señalamientos y lo que la gente le había informado al pasar por pequeños poblados aun le faltaban cuatro días para llegar a aquel lugar. Suspiró cansado, al menos tenía su carro para llegar.
O tal vez no.
―Maldición, debes estar bromeando ―dijo golpeando el volante y buscando un lugar en la carretera para estacionarse.
Bajó del auto quitándose el saco y subiéndose las mangas de su camisa para mayor comodidad abrió el cofre del automóvil para sólo darse cuenta de que todo el motor echaba humo, eso le pasaba por no revisar su carro antes de salir a viajes largos, pero con toda la prisa que llevaba ni recordó hacer eso.
Se recargó en una de las puertas de adelante para idear algo, checó su celular y vio que no tenía señal, no podía realizar ninguna llamada de emergencia; los carros ahí transitaban poco, pues hacia Linphea casi nadie iba por su lejanía. Tampoco se veía ninguna señal cerca que le indicara que llegaría a alguna caseta próximamente y eso lo vio lógico, apenas hacía una hora que dejó la anterior caseta. El intenso calor tampoco lo dejaba pensar con claridad e incluso lo ponía de pésimo humor.
El tiempo transcurrió y cuando se percató el sol ya se estaba ocultando y él no tenía ni la más puta idea de qué hacer. Debió quedarse en Magix respetando la decisión de Krystal y con suerte esperar a que regresara y se le pasara el coraje.
― ¿Necesitas ayuda? ―preguntó una voz muy cerca de él. No se había percatado de que otro vehículo se había parado delante de él.
― ¿Tú qué demonios piensas? ―contestó rudamente, pues estaba de muy mal humor. Volteó el rostro para encontrarse a una chica, se veía muy joven, seguro no pasaba los veinte años; su tez era morena, cabello color chocolate con destellos de oro y sus ojos verdes hacían un perfecto juego con ella. Parecía un regalo envuelto de rosa, pues llevaba puesta una falta larga con cuadros de ese color junto con un crop top ajustado que hacia juego y unas sandalias doradas. También llevaba muchos collares y pulseras, su cabello iba amarrado en una media coleta adornada con muchas florecillas. Muy hippie.
La chica se sobresaltó un poco por su reacción y dudó si en seguir o no avanzando, pero tuvo que hacerlo, el pobre se veía tan desesperado al pasar junto a él que no lo pensó y detuvo su marcha.
― ¿Qué es Flora? ―preguntó una vocecilla más infantil del vehículo delantero. Una niña de trece años que asomaba su cabecita.
―No te salgas, espérame ahí Miele ―ordenó la morena a la menor.
Él suspiró y se acercó a ella ―Lamento haberte hablado de esa manera, hoy no es mi día.
La chica le sonrió cálidamente y suavemente le habló ―No es por quererte arruinar más el día, pero al ver tu motor puedo decir que tu carro ya no funcionará.
―Es la suerte que normalmente tengo ―mencionó con sarcasmo mientras veía el desastre de su motor.
― ¿Vas rumbo a Linphea, no es así? ―preguntó sonrientemente la chica. ―Si quieres te podemos llevar ―dijo señalando su furgoneta Volkswagen.
El chico la miró, no estaba feo, de hecho podría asegurar que estaba de lo más cuidada y su color verde parecía bastante alegre, además tenía unas cuantas calcomanías de flores y mariposas por allí y por allá ; sin embargo se veía muy vieja y dudaba que eso los llevaría sanos y salvos a Linphea ―No quisiera ser una molestia.
―Para nada ―añadió la morena. ―Además pronto anochecerá y empezará a refrescar, cuando lleguemos a la próxima caseta puedes reportar tu carro.
Él no tuvo opción, la chica hippie tenía razón ―Bien, por cierto, soy Helia Knightly.
Ella estrechó la mano con él ―Flora Welch. Vamos, aún queda mucho camino por recorrer.
Helia bajó todas sus pertenencias de valor de su carro dejándolo vacío. Le daba un poco de tristeza dejar su querido BMW abandonado en medio de una carretera, pero tampoco podía darse el lujo de esperar a que milagrosamente apareciera una grúa que lo ayudase, además la morena estaba siendo muy amable con él.
―Miele ayúdame ―pidió Flora a una chica de cabello pelirrojo hasta la cintura, ojos verdes un poco más opacos que los de la morena y tez más blanquecina. ―Abre la puerta de en medio.
La niña de trece años bajó del asiento delantero y obedeció las indicaciones de su hermana mayor, dejó que los dos adultos acomodaran el equipaje del chico.
Helia inspeccionó la parte de en medio de la furgoneta y la vio bastante amplia, había un pequeño sillón para dos personas, unos cuantos cobertores, una pequeña hielera y muchos libros y cuadernos regados por ahí además de las maletas de cada una.
― ¿Flora?
La ojijade volteó a ver a su hermanita ―Oh, cierto. Ella es Miele Welch, mi hermana menor.
―Es un placer Miele, soy Helia Knightly ―saludó Helia poniéndose en cuclillas para alcanzar la altura de ella y le estiró su mano para estrecharla.
La menor le sonrió y le estrechó la mano por igual ―Es un placer joven Knightly.
Helia se sorprendió por lo educada de la menor, normalmente los pre adolescentes de su edad hablaban muy mal e irrespetuosamente. Seguramente ellas venían de una familia buena.
―Mie, pásate a la parte trasera para que Helia vaya como copiloto.
―De acuerdo ―la pelirroja se subió al lugar asignado y cerró la puerta corrediza de en medio, ambos se subieron en la parte delantera y Flora comenzó a conducir. ― ¿Aún falta mucho Flo?
La morena asintió viéndola por el retrovisor, Miele se recargó en el respaldo del asiento abrazando a Flora delicadamente por el cuello y la hermana mayor sonrió ―Si quieres puedes dormir un rato.
Miele suspiró y se dirigió a la parte trasera de la furgoneta, tomó un libro y comenzó a leer.
Helia, que había estado atento a cada movimiento de las hermanas se dirigió de nuevo a Flora ― ¿Cómo supiste que iba a Linphea?
―El único destino al que lleva esta carretera es Linphea, hay una desviación más adelante que lleva a la prisión de Torre Nubosa, pero dudaba mucho que ese fuera tu destino ―dijo la morena simplemente con una sonrisa en su rostro.
Helia le devolvió la sonrisa y la vio seguir conduciendo hacia el pequeño poblado ―Voy en busca de mi ex novia, se molestó por una tontería.
―Oh ―exclamó Flora. ―Bueno, si hubiese sido una tontería dudo mucho que se hubiese ido.
Helia suspiró ―Ella comenzó a hablar acerca de matrimonio y de hijos, es decir, no es que no quiera una familia, simplemente nunca pensé en eso tan pronto.
― ¿Y te imaginas esa familia con ella? ―preguntó Flora tranquilamente.
―Sinceramente no, es decir, le tengo mucho cariño a ella pues hemos sido amigos desde que aprendimos a caminar, pensé que todo estaría bien entre nosotros si las cosas seguían como estaban ―dijo un poco confundido. ―Nunca pensé que todo se saliera de control.
― ¿La amas?
El chico Knightly se quedó pensativo y después de un buen rato miró a Flora y con firmeza dijo ―No. La quiero mucho, pero no la amo, estoy tan acostumbrado a ella que simplemente eso pensé. No sé entonces porqué la estoy siguiendo.
―Sabes, mi abuela dice que nosotros tenemos un destino que construimos a base de decisiones, estas decisiones nos llevan a un camino que debemos recorrer y que nos hará encontrar lo que queremos y necesitamos. Tal vez este camino que estás haciendo te llevará a aquello que siempre quisiste y necesitaste pero nunca supiste que existía.
El chico de cabellera negra sonrió y miró a través de la ventana ―Tienes razón, ¿tu abuela es acaso una adivinadora del futuro o algo así?
―Es una curandera ―respondió Miele con firmeza. ―La mejor en Linphea.
Helia le dirigió una media sonrisa a la niña y ella le correspondió de la misma manera.
III
El tiempo pasó tan rápido que cuando la morena decidió ver su reloj de pulsera se dio cuenta de que ya era la una y tantos de la madrugada, el tiempo se le había pasado muy rápido, y no fue porque su copiloto se pasara hablando con ella, de hecho se quedó dormido en la primera media hora de recorrido, no lo culpaba pues él le había dicho que no estaba acostumbrado a hacer recorridos largos ni manejar tantas horas.
Flora se estacionó en un lugar desierto de la carretera, no se molestó en buscar algún hotel de paso. Afortunadamente la carretera era segura, así que podían dormir en la furgoneta cómodamente y sin preocupaciones.
―Mie, pásame un cobertor para taparlo, está empezando a refrescar más ―pidió la mayor a la menor y esta última obedeció entregándole una manta lo suficientemente gruesa para tapar a Helia.
―Flora, creo que lo he visto en alguna parte ―informó la pelirroja buscando algo entre los libros y cuadernos que tenían en una parte de la furgoneta y lo encontró. ― ¡Lo sabía! ―exclamó la pequeña mientras veía una hoja de un periódico y la morena inmediatamente le indicó que no hablara tan fuerte.
La ojijade se cercioró de que el chico siguiera dormido ― ¿Y bien?
―Es el nieto de Saladino Knightly, uno de los altos directivos de la Universidad de Magix.
Flora asintió y arrugó el entrecejo mientras se pasaba sigilosamente para la parte trasera del vehículo brincando el asiento ―Y entonces…
―Hermana, esa familia nada en dinero, es muy poderosa económicamente hablando ―explicó mirando a la mayor de las Welch directamente. ―Podríamos pedirle una recompensa por llevarlo a Linphea ―propuso feliz.
―No Miele ―regañó Flora por la propuesta de su hermana menor. ―Nosotras las Welch nunca hacemos favores con la intención de pedir algo a cambio, recuerda que la abuela siempre dice que…
―Las buenas acciones siempre tienen su recompensa ―completó la pequeña un poco avergonzada. ―Pero Flora, piénsalo. Las consultas salen cada vez más caras al igual que los medicamentos, además el estar yendo hasta Magix es gastar mucho… todos ustedes sacrificaron cosas por mí, incluso tú que deberías estar estudiando la Universidad dejaste los estudios para hacerte cargo de mí cuando mamá y papá decidieron trabajar tiempo completo y la abuela tuvo que encargarse de lo demás.
Flora agarró el rostro de su pequeña hermana con ambas manos para que esta la mirara directamente a los ojos ―Escúchame atentamente Miele Welch, mamá, papá, la abuela y sobre todas las cosas yo, te amamos. Y haremos lo que sea necesario para que te cures, no me importa haber dejado los estudios porque me importa más que tú estés bien. ¿Crees que yo podría estar tranquilamente estudiando sabiendo que tú estás mal y que ni siquiera puedes asistir a la escuela sin preocuparte por que te suceda algo ahí?
―Sus vidas no han sido normales por mi causa ―admitió la niña.
Flora le sonrió cálidamente ― ¿Y yo para qué quiero vivir una vida normal? Arriesgarse a nuevas aventuras con las personas que amas es la manera más satisfactoria de gozar la vida.
Miele sonrió sintiéndose mejor, su hermana mayor siempre tenía las palabras correctas en el momento preciso ―Bueno pero, al menos un beso sí le deberías pedir.
La morena le dio un codazo a su hermana y se rio bajito ―No seas tonta Mie, tiene novia.
―Ex novia ―corrigió la chica de trece años. ―Además no me vas a negar que es bastante atractivo.
Flora roló los ojos y se sonrojó un poco ―Lo es, pero no, está ocupado ―le recalcó mientras extendía algunas cobijas en el suelo de la furgoneta y acomodaba otras como bultos para almohadas. ―Y la abuela siempre dice, si la casa ya está ocupada…
―A seguir buscando vacantes ―le completó Miele ayudando a su hermana a hacer su cama improvisada y acomodándose a su lado para dormir.
Miele la abrazó por la cintura y se acomodó entre el hueco de su cuello para sentir mayor confort. Flora también la abrazó y le dio un dulce beso en la cabeza para después desearle bonitos sueños y así ambas cayeron en los brazos de Morfeo.
IV
Helia sintió los rayos del sol colándose traviesos por la ventana de su asiento copiloto, arrugó el entrecejo y se estiró para después bostezar. Volteó al lugar del piloto y lo vio vacío, escuchó unas voces en la parte trasera y se volteó para ver a las dos hermanas desayunando y cantando una canción bastante animada.
―Buenos días ―saludó Miele entregándole un sándwich de mermelada de fresa y un pequeño jugo en envase de cartón. ―Espero que te guste.
Helia lo recibió gustoso ―Es un verdadero manjar.
― ¿Dormiste bien? ―preguntó Flora a modo de saludo.
El chico asintió ―Increíblemente no había dormido tan bien en tanto tiempo, me sentí bastante relajado.
―La abuela nos contó una vez que si duermes bajo una noche estrellada tu espíritu encontrará relajación y podrás tener un buen descanso ―contó Miele.
―Tu abuela me suena a una mujer muy sabia ―comentó el chico Knightly mientras le mordía a su comida y se hincaba en el asiento para tener una mejor conversación con las chicas.
Flora y Miele se miraron y se rieron un poco ―Te sorprenderías al conocer a la abuela. Está un poco loca, pero en el buen sentido ―dijo Flora terminándose su emparedado.
―Cuando lleguemos a Linphea te la podemos presentar ―propuso contenta Miele.
Él asintió.
― ¿Aún queda más? ―preguntó Flora a Miele en referencia a la comida.
La menor asintió y le pasó otro emparedado extra que había hecho en caso de que su hermana mayor se quedara con hambre, y es que Flora comía demasiado ―Con este ya son tres Flo, si sigues así no le parecerás atractiva a Helia.
El chico miró a morena un tanto impresionado, pues el cuerpo de ella no indicaba que comiera tanto, pero eso le agradó ―En realidad las mujeres que comen mucho me parecen sumamente sensuales ―coqueteó él siguiéndole el juego a la pequeña y vio como Flora se sonrojaba.
―Entonces Flora es la mujer más sexy que puedas conocer, ha ganado la competencia de comer tantos pies de zarzamora con queso en Linphea como puedas ―contó la menor terminando su comida. ―Ha sido campeona invicta por cuatro años consecutivos y este año no será la excepción.
No, para nada Flora aparentaba el que comiera tanto. Ella no tenía un abdomen marcado ni parecía que fuera una chica fitness, pero si tenía un buen cuerpo con curvas pronunciadas.
―Basta Miele ―ordenó Flora avergonzada, no era muy lindo que tu hermana menor contara que comías como bestia salvaje a un chico guapo que apenas conocían.
Helia ignoró eso y le preguntó a la menor ― ¿Cuál es su récord?
―Siete pies en doce minutos.
―Increíble ―dijo Helia mirando a Flora quien inmediatamente se escondió de su escrutinio.
―Platiquen de otra cosa en la cual yo no sea el tema de conversación ―pidió la morena.
Helia volvió a ignorar a Flora ― ¿Tienes alguna otra cosa que contar para hacer que Flora se sonroje aún más?
―Podría hacer un libro con las anécdotas vergonzosas de Flo.
Flora suspiró resignándose del hecho de que ellos no la dejarían de molestar y terminándose su tercer emparedado se levantó de su asiento encima de las cobijas en las que había dormido y se brincó de nuevo a la parte delantera para seguir su camino ―Malvados.
Helia detalló sus movimientos y sonrió para volverle a prestar atención a la chica menor nuevamente.
V
Durante todo el trayecto Miele no paró de hablar de todas las aventuras que ella y su hermana mayor vivían en Linphea, a Helia le pareció muy entretenida la charla y quiso conocer Linphea lo más pronto posible, y no era precisamente por Krystal, de hecho esta le había dicho que tal poblado era de lo más aburrido que se pudiera imaginar y que no había absolutamente nada de interés que valiera la pena para realizar un viaje tan largo.
Pero por todo lo que la menor hablaba estaba completamente seguro de que su ex novia se equivocaba, claro que había muchas cosas hermosas en Linphea, ya había conocido a dos de ellas. Y por cómo Miele le había contado del campo de flores de ahí fue lo primero que le pidió a las chicas que le enseñaran cuando llegaran a su destino. Después de eso le siguió contando cosas graciosas acerca de Flora.
― ¡Y luego Flo se cayó con el extintor en manos y todo le cayó a su profesora Griselda! ―contó Miele entre risas agarrándose la barriga de tanto haber reído.
Helia también se había reído bastante de lo que la menor le estaba contando ―Parece que es una caja de pandora.
―Hey, en serio ya paren ―pidió Flora con toda la cara roja, Miele le contó de los momentos más tontos e insignificantes hasta de los realmente más vergonzosos como cuando el sheriff de Linphea, Codatorta, casi le vomita encima al terminar el concurso de los pies.
A pesar de que Helia no llevaba más de cuarenta y ocho horas con ambas hermanas él ya sentía que las conocía de varios años atrás. Con Miele tuvo una conexión excelente y sentía que podrían llegar a ser muy buenos amigos, incluso ya habían intercambiado números telefónicos y de paso pidió el de Flora también, sólo por si alguna vez se volvía a quedar varado en una carretera desolada, o al menos esa fue su excusa.
― ¿No estás cansada? Si quieres puedo manejar yo ―ofreció Helia mirando a Flora.
Ella le dio una rápida mirada y sonrió ―No te preocupes, está bien. Sigue hablando con Miele, pero ya no de mí, me da pena ―admitió soltando una ligera risa.
― ¿Por qué? Me parece muy interesante todo lo que has hecho. Especialmente eso de construir una casa de queso para un ratón esperando que pudiera vivir ahí.
―Tenía cuatro, ¿cómo iba a recordar que los ratones aman comer queso? ―se defendió. Ciertamente de pequeña había sido una persona bastante distraída.
―La verdad es que me parece genial, no muchas niñas de cuatro años logran hacer una casa de comida, con todo y puerta.
Miele se integró a la conversación de ambos ―Mi hermana es una chica bastante inteligente ―dijo orgullosa, aunque después recayó un poco. ―Ella debería estar haciendo mejores cosas.
Flora supo inmediatamente que se refería a lo de sus estudios, se sentía tan mal por el hecho de que su pequeña hermana sufriera tanto y se culpara por todo lo que le ocurría a ella. Miele no la había obligado a tomar las decisiones que eligió, fue por su cuenta y no se arrepentía de nada.
Helia se dio cuenta de que una atmósfera incómoda se había formulado después de las palabras de la menor, así que inmediatamente cambió el tema agarrando una hoja de un cuaderno que estaba por ahí y empezando a hacer un origami en forma de ave el cual le regaló a la pequeña Welch.
― ¡Increíble! ―aclamó Miele entusiasmada
Helia sonrió ―Si quieres yo te puedo enseñar.
La pelirroja asintió feliz por el hecho de que le enseñarían a hacer algo, pues por su enfermedad sus padres prefirieron sacarla de la escuela para tenerla más controlada y la tenían muy vigilada. A pesar de que amaba mucho a su familia, ésta la sobreprotegía mucho. Y no es que le molestara, pero había veces en que definitivamente no la dejaban hacer nada, especialmente sus padres. Desde que Flora había decidido hacerse cargo de ella había tenido un poco más de libertad, pero aun así su hermana mayor también tomaba mucho control en ella y no la permitía hacer cosas que Miele sabía que podía si se lo proponía.
V
El tiempo siguió pasando y cuando menos lo esperaron la noche ya había caído, Miele fue la primera en rendirse e irse a dormir sin esperar a que su hermana mayor también lo hiciera.
Finalmente Flora decidió que era hora de dormir, repitió la misma acción de ayer en estacionarse y apagar el motor para después agarrar el cobertor con el que ayer su copiloto había dormido.
Un silencio se había formado entre Flora y Helia, y no era para nada incómodo, pero él decidió hablar primero ― ¿Qué tan grave es la enfermedad de Miele?
Flora volteó a verlo sorprendida, pues no esperaba que se enterase de que su hermana estaba enferma ― ¿Cómo…?
―Escuché sin querer su conversación anterior ―confesó. ―Les pagaré lo que necesiten.
La morena frunció el ceño mirándolo directamente ―No Helia, yo no te subí y te ofrecí llevarte a Linphea para sacarte todo el dinero que traigas.
Helia sonrió ante esto, él ya sabía que diría eso, pero quería escucharlo ―Pero dime entonces, ¿Miele se va a curar?
―No lo sé ―dijo Flora. ―Me dijeron que la opción más confiable es una cirugía, pero es demasiado cara. Nosotros no provenimos de una familia de dinero ni mucho menos. Y para lo único que nos logra alcanzar es para comprarle las medicinas.
― ¿Es por eso que te saliste de estudiar?
Flora asintió ―Había logrado sacar una beca en la Universidad de Magix para estudiar biología. Pero en esos momentos Miele se comenzó a poner mal y cada vez empeoraba, no tuve otra opción más que empezar a trabajar.
― ¿Y qué haces?
―Soy mesera en el restaurante más popular de Linphea, la Rosa Blanca ―contó sonriendo. ―En mis tiempos libres ayudo a la alcaldesa del pueblo con lo que me pida.
Helia la miró y juró que nunca había conocido una persona tan noble como la chica que tenía frente a él ―Entonces, ¿van hasta Magix sólo por eso?
Flora asintió ―Cuando Miele se comenzó a poner mal y mi abuela nos dijo que teníamos que llevarla a un lugar en donde hubieran aparatos tecnológicos adecuados fuimos a la clínica de Linphea, pero nos dijeron que ellos no tenían el material necesario y que teníamos que trasladarla a un hospital especializado. Nos aconsejaron el de Magix, el mejor hospital de todos, pero nosotros no tenemos cobertura del servicio así que nos cobran todo, las consultas no son muy excesivas, pero lo demás… no ha sido fácil ―admitió bajando la cabeza mirando hacia el asiento.
Entonces él entendió por lo que sufría Miele, por qué se sentía tan culpable, sin embargo Flora tenía razón, no era culpa de la niña. Y se sorprendía de que a pesar de todo ambas hermanas eran felices y se querían sinceramente, a él le hubiera gustado mucho tener una compañía así, pues él era hijo único y siempre fue llenado de todo lo que él pedía.
―Ambas son muy valientes ―tomó a Flora por la barbilla para hacerla que lo mirara con sus preciosos ojos jades. ―Miele estará bien, ya lo verás.
Flora le sonrió y se sonrojó, nunca había estado tan íntimo con un chico, por su estilo de vida no le daba tiempo, se empezó a poner nerviosa cuando se percató de que Helia no pensaba soltarla ni dejarla de ver muy pronto ―Así que… ¿nieto de Saladino Knightly?
―Exactamente ―confesó Helia dándose cuenta de que no quería soltarla, pero lo hizo. ―En realidad, yo también trabajo como directivo en la Universidad de Magix.
― ¿Entonces estudiaste finanzas y esas cosas? ―preguntó Flora tímidamente.
―Sí bueno, en realidad hice dos carreras, una en administración empresarial y la otra en arte con especialidad en pintura.
― ¿Arte? ―preguntó maravillada la morena. ― ¡Helia eso es fantástico! Me encanta todo lo relacionado con dibujo y pintura, no soy muy buena debo admitir, pero siempre había querido conocer a un artista.
Helia sonrió orgulloso, la mayoría de la gente siempre lo aclamaba por ser un CEO, sin embargo esta chica lo aclamaba por ser un artista. Cosa que todos siempre le restaban importancia, incluso Krystal, que sabía la gran pasión de él por el arte, nunca había estado muy interesada en apoyarlo en ese aspecto pues ella decía que él era demasiado bueno como para interesarse en algo tan vago como la pintura.
―Puedo ser tu maestro algún día si me lo permites.
― ¿De verdad? ―Flora saltó en asiento de la emoción cuidando de no hacer mucho ruido para que Miele no se despertase. ―Muchas gracias Helia.
―Yo soy el que te está agradecido, Flora. Y ya que no quisiste aceptar el pago por el viaje hasta Linphea, ¿qué tal el beso que propuso tu hermana?
Flora se sonrojó inmediatamente ― ¿También escuchaste eso?
―Sí, y también escuché que piensas que soy atractivo ―dijo para hacerla avergonzar más.
―B-b-bueno sí, pero… yo sé que tienes a tu novia y n-no creas que soy una de esas chicas aprovechadas, yo en verdad espero que arregles todo con ella.
―Dijiste que mis decisiones me llevaban a un camino a lo que en verdad quería y necesitaba, ¿cierto?
Flora asintió y lo vio acercarse más a ella ―Eso dice siempre mi a-abuela.
Helia sonrió de lado ―Creo que necesito hacer algo en este preciso momento.
― ¿Qué cosa es? ―preguntó Flora hipnotizada por los ojos azules profundos de él.
― ¿Te molesta si te beso? ―y lo hizo antes de que Flora siquiera pudiera responder, sintió tanto, tanto y cómo nunca había sentido con Krystal.
Después de un rato se separaron y Flora miró los labios masculinos un poco rojos ―Para nada.
P.D.: Espero que les haya gustado el primer capítulo, sé que va rápido, pero como es una historia corta todo irá a un ritmo más acelerado.
P.D.2: Si alguna de aquí está siguiendo "Como Soy" lamento demorarme tanto en actualizarlo, pero me robaron mi computadora y el siguiente capítulo que ya lo tenía listo se perdió para siempre :( y la verdad como lo he vuelto a escribir no me ha gustado porque obviamente no es lo mismo a comparación del original, así que estoy modifique y modifique partes, espero sean pacientes. Este fic también ya lo tenía listo pero pues tuve que volverlo hacer, no quedó como el primero pero la verdad no me quejo.
Un beso!
