Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Son propiedad de J.K. Rowling.

Advertencias:

EWE?/Slash

Pairing: Harry Potter/Draco Malfoy.

Teddy.

Capítulo I.

"Mi padrino".

Mi padrino Harry es mi persona favorita en el mundo.

Luego de abuelita Meda. Y de mamá. Y de papá.

Mi padrino Harry es el mejor.

Por las mañanas me levanta con un abrazo, me prepara el desayuno y me deja ver la T.V. Me da zumo de moras y le pone miel a mis panqueques. Me lleva de paseo y a veces, me lleva a su trabajo a ese edificio enorme, oscuro y aburrido. Aunque si voy con mi padrino Harry no es aburrido. Me gusta, es divertido.

Aquella mañana, me despierto más temprano que mi padrino y camino por esa gran casa en la que el vive. No vivo con mi padrino Harry, sino con la abuelita Meda, pero ella cómo es tan buena, al igual que mi padrino Harry, me permite quedarme Sábados y Domingos en el hogar de mi padrino Harry.

Él está dormido.

Y le saltó encima, emocionado. ¡Hoy iríamos al zoológico! Me lo dijo ayer durante la cena que compartimos con la abuelita Meda y estoy muy contento. ¡Hasta soñé con que él y yo luchábamos contra un poderoso león!

Él sonríe, me envuelve en un abrazo de oso y yo cierro los ojos. Aunque estar con mi padrino Harry es fantástico, cuándo voy con él, de la mano, por la calle no puedo evitar imaginarme que no es mi padrino Harry. Sino que quién me lleva de paseo, me compra helados y le echa mucha miel a mis panqueques es mi papá.

Papá Remus. Mamá Tonks. A veces me duele mi pecho cuándo pienso en ellos. Sólo los conozco por fotografías que a veces me muestra la abuelita Meda. Ella era muy bonita. Y la sonrisa de papá era muy dulce, cómo la de mi padrino Harry.

A veces deseo que estuviesen conmigo. Para que vean qué feliz soy con la abuelita Meda y con mi padrino Harry. Para que vean que soy un buen niño.

Para que vean que a pesar de que soy un enano, cómo me dice el tío Ron, y no entiendo muchas cosas, los sigo queriendo. Aunque no estén conmigo y jamás los haya conocido.

Aunque les eche tanto de menos.

-¿Teddy? ¿Tuviste malos sueños?.—Mi padrino Harry me mira, y sus grandes ojos del color de uno de mis crayones favoritos están preocupados. Niego con la cabeza.—No, padrino. Estoy bien.

-¿Entonces por qué lloras?

-Pensaba en mamá y en papá.—Él se queda en silencio. Cómo siempre hace cada vez que menciono a mamá y a papá. Pero me abraza más fuerte y yo sé que estoy a salvo. Que siempre estaré a salvo. Que aunque mamá Tonks y papá Remus estén lejos, siempre tendré a mi padrino Harry conmigo.

Y eso me hace sentirme contento. Contento cómo la abuelita Meda cada vez que cambio mi pelo de color. Contento cómo el tío Ron durante los partidos de Quidditch.

(…)

Pronto será Navidad y mi padrino Harry me pregunta qué es lo que quiero.

Uh, se me ocurren muchísimas cosas.

Quizás una escoba, para demostrarle al tío Ron que no sólo soy genial cambiando mi pelo de color. O tal vez una caja enorme de ranas de chocolate. O a lo mejor un cuento muggle, de esos dónde los caballeros van e busca de aventuras locas contra dragones.

Me río con esos cuentos. Me pregunto, ¿en qué estarán pensando los muggles cuándo se les ocurre ir y buscar un dragón? El tío Charlie siempre ha dicho que son feroces. El tío Charlie dice la verdad, siempre me trae fotografías mágicas de ellos y son aterradores.

Es Sábado y luego de haber desayunado muchos panqueques con miel y bebido mucho jugo de moras mi padrino Harry y yo caminamos por el Londres Muggle viendo las tiendas de juguetes. El tío Harry me dijo que cómo me porto muy bien con la abuelita Meda me comprará todo lo que quiera.

-¿Qué tal un león?

Mi padrino Harry suspira.—Teddy, ya habíamos hablado de esto. No podemos tener un león en casa.

-¿Por qué no?

-Porqué sería peligroso.

-Entonces me gustaría un oso.—Mi padrino Harry se ríe y yo también. Bien, entonces me conformaré con una escoba. Pero dice que cómo estamos en el Londres muggle, tendremos que esperar hasta mañana e irla a buscar al Callejón Diagon. Mientras tanto podré escoger juguetes muggle y cómo me gustan me emociono cuándo llegamos a la juguetería.

Mi padrino Harry juega conmigo a las pelotas y me ayuda a escoger juguetes geniales.

Al final, con muchas bolsas cargando vamos a comer algo que mi padrino Harry llama.- ¿Berguesa?

Mi padrino ríe.—No, Teddy. "Hamburguesa", comeremos unas "hamburguesas"

Vaya nombres tan raros les ponen los muggles a sus comidas, ¿Eh?

No saben mal. Tomo mucha gaseosa y como muchas papas fritas. Son ricas. Y luego pido un helado. Mientras me como mi último pedacito de "ham-bur-gue-sa" y miro por la ventana, un delgado hombre se cruza la calle. Lo conozco.

Lo he visto en ciertas fotografías que la hermana de la abuelita Meda a veces envía.

La tía Cissy, la llama la abuelita Meda.

Y él es.—…el tío Draco.

Mi padrino Harry me observa.—¿Cómo?

Extiendo mi mano hasta el delgado joven vestido todo de negro que habla por móvil, esas raras cosas muggles pequeñitas y cuadradas, que hacen algo parecido a lo que hace la Red Flu.—Ese es el tío Draco, padrino. El sobrino de la abuelita Meda. El hijo de la tía Cissy.

Mi padrino me mira sorprendido.—¿Lo conoces?

Asiento, mientras me pongo de pié de un salto y corro hacía él. Hacía mucho que no veía al tío Draco. Él es muy serio, pero me da dulces a escondidas de la tía Cissy siempre que lo veo. El tío Draco es amable.

-¡Teddy, aguarda!

Abro la pesada puerta de vidrio y grito.—¡Tío Draco, tío Draco! ¡Hola!

Él me mira. Tiene los ojos del color del cielo nublado y siempre parecen tristes, pero siempre sonríe cuándo me ve. Lo abrazo, rodeando sus piernas con fuerza.—¡Hola, tío Draco!

Él ríe.—Hola, Teddy. ¿Qué haces por aquí? ¿Vienes con tu abuela?

Niego, feliz.—¡Mejor, tío Draco, mejor! ¡Vengo con mi padrino Harry!

Y en ese momento, cuándo mi padrino me llama de nuevo y el tío Draco alza los ojos, veo cómo la sonrisa desaparece y sus ojos parecen más tristes que nunca. Me duele el pecho de nuevo y siento ganas de llorar al ver la cara que pone. Esa cara es la que pone la abuelita Meda cuándo recuerda a mamá Tonks y a papá Remus. Y al abuelito Ted.

Esa cara es la que pone mi padrino Harry cuándo habla sobre su padrino Sirius.

Esa cara es la que pongo yo cuándo me acuerdo que a pesar de todo, mamá y papá no están.

Es cuándo empiezo a preguntarme, ¿Por qué el tío Draco es diferente? ¿Por qué no es cómo el tío Ron, la tía Mione, Ginny y todos los demás? ¿Por qué no sonríe cómo ellos lo hacen cuándo ven a mi padrino Harry? ¿Por qué pone una cara tan, tan triste?

No puedo preguntárselo. Porqué mi padrino Harry me levanta en sus brazos, se excusa con mi tío Draco y nos mete de nuevo al restaurante de las "ham-bur-gue-sas".

No es la última vez que nos encontraremos al tío Draco. Pero cuándo veo cómo nos alejamos de él, decido, que no me rendiré hasta saber, ¿Por qué el tío Draco parece estar a punto de llorar cada vez que ve a mi padrino Harry?

¿Por qué parece estar lastimado?

La abuelita Meda dice que mamá Tonks siempre fue muy necia.

Imagínense cómo seré yo.

Continuará.

Espero que les guste éste pequeño fic. Constará de tres partes narradas por Teddy y una más que será una sorpresa. Espero de todo corazón que la encuentren agradable.

Elisa