-Fragmento tomado del periódico local de Zootopia el pasado viernes 28 de abril-
Artículo escrito por el Lic Steven Loraine "Hornman"
Dicen que ser oficial de policía es algo sencillo, algo genial, que es tan solo el ser un repartemultas malhumorado o un oficial de tránsito acabado, pero es más que eso. Y hace poco esto pudo verse el pasado sábado 15 de marzo en Aero
Como muchos saben, Aero es conocida como la primera ciudad voladora fundada desde la repentina evolución de las bestias como especie, luego de un inesperado virus que extinguió a los seres humanos de la faz de la tierra. Esta, fue fundada para todos los animales con la capacidad de volar, y ha llevado un registro de paz desde que se fundó, o eso podía presumir hace una semana.
Todo comenzó con una pequeña manifestación hacia el alcalde Victor Peakinez por parte de unos jóvenes estudiantes. Preocupados por un posible atentado hacia la influencia que ellos exponían a sus ciudadanos, la policía local no tardó en intervenir.
Los informes de las dos primeras semanas explican que los manifestantes se mantuvieron inmóviles en la calle que conectaba con la alcaldía, en donde un grupo de los más capacitados agentes de la fuerza policial protegían tanto al alcalde como a los civiles, evitando así daños colaterales mientras una joven gata de 26 años trataba de negociar con los enmascarados y encapuchados manifestantes. Ninguno se atrevió a abrir la boca.
Después de la primera semana, los agentes ya no buscaban como ocupar los turnos de guardia, por lo que tuvieron que llamar a varios agentes de distintas ciudades y países vecinos. Raftel, Tharton, y por supuesto, Zootopia, de donde podrá imaginarse, fueron llevados hasta el lugar atentado los mejores cadetes de la central de policía, la gran pareja tabú de Zootopia: los condecorados agentes Judy Hopss y Nick Wilde.
Según informes, más de 5000 agentes calificados fueron llevados hacía la ciudad, de donde solo 150 fueron de parte de Zootopia, dejando en duda sobre la capacidad de los demás fuerzas seleccionadas por las demás agencias.
Cumplidas las dos primeras semanas de la manifestación, el primer día de la tercera semana estalló un ataque a mayor escala hacia las fuerzas policiales. Los muros de la alcaldía fueron atravesados brutamente con un camión tripulado y conducido por un manifestante extremista (la implicación de la tripulación todavía sigue investigándose) a manera de ariete, matando así a algunos miembros de la policía y a unos cuantos Regidores que se encontraban dentro del ayuntamiento. Por motivos claros la respuesta de la fuerza policial fue inmediata. Hasta el momento se han declarado 82 bajas en las fuerzas de nuestra central en Zootopia, agregando a 37 agentes desaparecidos, sumando en total a 119 de los 150 personales enviados en auxilio fue afectado por los disturbios.
Los bélicos movimientos cesaron al cumplir la sexta semana de prolongación, provocando pérdidas multimillonarias al ayuntamiento de Aero, al sector comercial y sobre todo al sector turístico. Todo esto ha dejado un amargo sabor de boca en todos los habitantes de las agencias que fueron en auxilio de su hermano, los habitantes de dichas localidades todavía están cumpliendo con vigilias en honor a los cadetes fallecidos en los atentados del mes pasado.
Después la recuperación de los agentes sobrevivientes, por una orden de la Secretaría de Asuntos Internos de Zootopia, se les ha dispuesto una prueba psicológica a sus integrantes para asegurarse que todavía pueden trabajar en la fuerza, todo con el fin de evitar una segunda barbaridad.
Este es el sexto atentado por parte de los depredadores en este año, y los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no pondrán marcha atrás ante sus medidas de prevención.
-Steven Loraine-
Prueba psicológica hacia la oficial Judy Hopss
Fecha: 30 de abril de 1754
Hora de la prueba: 18 hrs
Lugar: Clasificado
La oficial Judy Hopss presenta una mirada perdida desde que la prueba dio inicio. No puede evitar sentir dolor en su espalda al momento de sentarse debido a las múltiples quemaduras graves que se llevó por culpa de explosivos por parte de los extremistas, además de esto, necesitó de una operación para reparar su tímpano derecho, el cual, fue dañado después de haberse expuesto a la onda expansiva de una bomba casera, por lo que tenía toda la oreja cubierta de vendajes.
-Veo que está rascándose mucho señorita-el psicólogo encargado da un fugaz vistazo a su portafolio con los datos básicos de su paciente, en donde estaba su nombre-Hopss. ¿Hablar de esto le incomoda, no es así?-Judy no podía evitar rascarse el brazo siempre que tocaba el tema a causa de los nervios, efecto secundario de lo que vivó.
-Bastante-confiesa la joven coneja, con una sonrisa débil. Para de lastimarse el brazo
-¿Cómo se encuentra su familia señorita Hopss? Me imagino que no debió de ser fácil para ellos dejar a su hija irse a cumplir sus sueños de ser policía-el psicólogo de descendencia canina cruza sus piernas mientras se acomoda en la silla, como si se preparara para una larga conversación
El encargado de checar que Judy no se haya vuelto loca era un gran danés gris con las orejas caídas, una raza bastante atractiva entre los perros por su gran estatura, y ese no se quedaba atrás.
-Bien, hasta ahora no he podido decirles que me sometieron a una operación para no perder mi sentido de la audición-respondió Judy-y tampoco es que tenga en mente decirles
-¿Padres sobreprotectores?-preguntó el gran danés mirando a la coneja por encima de sus anteojos, acompañado de una risa franca que automáticamente generó algo de confianza en Judy hacia él
-Teniendo doscientos setenta y cinco hijos hasta yo lo sería-y Judy ríe por un momento de manera silenciosa
-No está mal para un conejo
-¿Por qué lo dice señor?...-la coneja intentaba recordar su nombre, debido a que se había presentado al principio de la cita, pero no era capaz de recordarlo
-Labradoires-responde, sonriente-Pero puedes llamarme Kurt
-¿Por qué dices eso, Kurt?-dijo Judy, haciendo énfasis divertida en su nombre
-Yo tengo quince hermanos, contándome-explicó Kurt, tomando su derrota con orgullo-un poco más y te alcanzaba
Judy se ríe un rato con él.
Pasadas ya dos horas repletas de preguntas mecánicas, en las que la joven policía se sentía cómoda de responder gracias a la amabilidad de su psicólogo, era la hora de acabar y que otro agente policial sea checado.
-Muy bien Judy, solo tengo una última pregunta para ti
-Puedes preguntarme lo que sea-Judy se sentía tranquila y confiada, no había motivos para asustarse de una sola pregunta.
-¿Qué le sucedió a la agente Aelen?-preguntó Kurt mostrándose por primera vez como alguien con un gran sentimiento de apatía
El encargado de llevar a cabo el análisis mental del paciente no era del todo competente, no era la primera vez que cometía un error, una equivocación fatal en el trato que deben de tener cada especie. Otros animales no sufrían de trastornos tan explosivos como el de los mamíferos más pequeños, había tratado con rinocerontes, elefantes, cabras, osos; animales con una ímpetu tosca, sin elegancia, sin la belleza de la fragilidad que suponían algunos animales como los colibríes o los conejos. Judy, o mejor dicho, toda su especie, son seres con un corazón que late más rápido de lo normal, característica que se veía compensada con la velocidad de sus pulmones al momento de respirar, lo que, de un cierto modo, los hacía animales sumamente propensos a la hipertensión, ansiedad y la locura, es por ello que tienen un habitad entero para que las necesidades de su especie y uno que otro animal rezagado por la edad se vean cumplidas. Esta constaba claramente de una gran tranquilidad, y hectáreas llenas de vida que le proporcionaba la naturaleza misma. La coneja había entrado en un instante en la que la razón se veía nublado por el miedo y los instintos más salvajes te obligaban a moverte para evitar la muerte.
-Judy, ¡Judy!-el perro agitaba a la indefensa oficial en su momento de debilidad en un intento de hacerla volver al mundo real-¡JUDY!-Kurt termina abofeteándola, recibiendo una fuerte patada en la entre pierna como resultado reflejo
-¡Santa zanahoria!-la coneja se inca para ayudar al canino a levantarse del piso a donde había llegado a para por el dolor-Lo siento mucho, Kurt-de verdad lo sentía
-No, yo soy el que debe disculparse-dijo mientras se levantaba y volvía a acomodarse en la silla, acto que le costó trabajo-sabía que te pondrías así al mencionar eso, ya me habían informado de lo ocurrido, lo lamento, solo quería asegurarme el sí estabas bien-el definitivamente no lo estaba.
-¡Estoy bien!, solo fue un momento de
-No Judy, no lo estas-le corrigió él gran danés duramente a la par que apuntaba más cosas en una libreta, provocando un largo gemido de pena de parte de su paciente
-No quiero perder mi trabajo-Judy mira hacia el suelo, triste, de verdad tenía miedo de perder el trabajo de sus sueños después de ir gustosa a una misión fuera de la ciudad, la cual, jamás se imaginó que le costaría tanto olvidar. Sin embargo, no iba a rechistar las órdenes de un profesional, no importa cuánto le doliese
-No lo vas a perder-las orejas de la chica se alzaron con esperanza al oír esas palabras-pero eso sí, tendrás que tomarte un mes libre por lo menos para que pueda categorizarte como libre de repercusiones psicológicas-Judy alza la mano penosa, cual niño que le quiere preguntar algo a su maestro-y si, te pagarán-se levanta de su silla, demostrándole a la coneja que la prueba había terminado-Hemos terminado señorita Hopss-el gran danés extiende su mano en forma de una cortés despedida-fue un placer conocerla
-Igualmente, giganton-dice Judy juguetonamente al perro, la cual, tuvo que pararse en su asiento para poder estrecharle la mano
-Dígale a su compañero que ya puede pasar-dijo mientras se quitaba los anteojos con cuidado-solo que me tendrá que perdonar unos minutos para que pueda refrescarme y conseguir algo de hielo para el golpe
-De nuevo, lo lamento-dijo Judy, con una risa nerviosa mientras se jugaba su oreja sana
-No te preocupes-responde-una última cosa, lo que usted ha vivido no es algo que pueda tomar a la ligera-Kurt busca en sus cajones, haciendo que la coneja se preguntara que es lo que trataba de hallar-así que, si alguna vez quieres sentarte y hablar, no como doctor y paciente, sino como amigo, puedes llamarme y podemos tomar un café mientras hablamos
A Judy le es entregado un pequeño papel, en dónde estaba escrito con letras rojas "Kurt :)" junto a su número, el cual guarda con gusto.
-Muchas gracias doctor, y de nuevo, siento lo de su entre pierna-Judy finalmente sale de la oficina del psiquiatra, encontrándose primeramente con Nick
Nick se había llevado varios...recuerdos igualmente, moretones, rasguños, operaciones en las piernas, varias costillas rotas y un brazo el cual hace poco había recuperado su movilidad. También le habían dejado el ojo derecho como un betabel, pero eso se había curado hace unos días.
El zorro y la coneja contemplaron como un perro de gran estatura vestido con una bata y pantalones beige, caminaba de manera algo difícil por el pasillo, con un rostro que parecía inquieto por alguna razón, razón que Judy conocía. Ambos no pudieron evitar el soltar unas risas, devolviéndole algo de calor corporal a sus almas intranquilas.
-¿Qué tal te fue, saltitos?-le pregunta Nick con una media sonrisa en su rostro-por un segundo pensé que necesitarías refuerzos
Judy ríe desde dentro, agitando un poco sus hombros cubiertos por unos tirantes rosados de una blusa sencilla que le gustaba ponerse cuando no llevaba el uniforme.
-Tu eres todo el refuerzo que necesito-le dice Judy a su confidente de manera picara, llevando una mano a su pierna y acercándose peligrosamente a su cara, parando en seco a unos cinco centímetros aproximadamente
El animal ni se inmuta de la seducción de su pareja de trabajo, ya estaba acostumbrado a ese tipo de tratos en ocasiones específicas.
-No nos estamos ni despidiendo, ni disculpándonos por alguna ridiculez, ¿acaso me estás escondiendo algo?-no por nada Nick era "el astuto" en su relación de trabajo. Por fuera estaba tranquilo, pero por dentro estaba preocupado por su amiga
-No te escondo nada, Nick-dijo Judy, compasiva y con sus patas en sus anchas caderas. En ese instante Kurt llegó y le puso una mano en el hombro a Nick para luego llevárselo a la sala en donde le harían la prueba
Judy se acomodó en el banco de metal, pensando en lo estúpidamente grande que es la central de Zootopia, equipada hasta la última esquina con todo lo que pudiera necesitar un buen agente de policía, incluso lo más ridículo que alguien podría imaginarse. ¿Por qué alguien necesitaría una pequeña pista de carreras para autos a escala? Hay cosas que la pobre coneja nunca sabrá o entenderá, cosas como la amistad de sus padres con un zorro que la hirió en su infancia, el qué será lo que platicará Nick con el psiquiatra, ¿estará igual de paranoico que ella?, el por qué el virus savage solo podía afectar a los depredadores.
Dentro de su cabeza, rondaba la argumentación de que si no fuese por la alimentación de las presas, fácilmente podrían ser confundidos con un depredador, el jefe Bogo era un claro ejemplo, cualquiera diría que no quisiera tenerlo como enemigo, ¿o que tal las cabras de los Aipes?, capaces de atravesar tu cuerpo de una cornada si se lo proponen.
Judy se da varias palmaditas a la cara, la soledad le acongoja sobremanera. Solo le quedaba esperar a que su compañero saliese, además, no es que tuviese mucho que hacer con el mes de vacaciones obligatorias que le otorgaron.
(...)
La joven oficial estaba dormida en la silla de hierro, la cual, aun siendo incomoda, por el tamaño de la criatura y el no haber ningún otro ocupado, le permitía estirarse lo suficiente como para su comodidad.
-Hopss, Hopss-la voz de Nick la arrullaba con algo de violencia para que se despertara, cosa que no era tan complicada para una hija de madrugadores granjeros-es viernes de pizza, no voy a poder acabármela toda-y se ríe ligeramente, al igual que su amiga recién despertada
-Eso no me dijiste anoche-dijo la coneja, pícaramente mientras se tallaba los ojos y sonreía ligeramente mostrando los lentes
-Pensé que yo era el de los chistes-comenta Nick, divertido
-Cuando alguien te ve todos los días, puede agarrar ciertos hábitos-dijo la chica mientras acomodaba su ropa y se limpiaba la baba de la cara
Los oficiales Wilde y Hopss viajaban tranquilamente en el automóvil que la central les había brindado, según el reglamento, técnicamente solo podía usarse en momentos de servicio, pero Bogo les brindaba a la pareja ciertos beneficios desde que cierto zorro lo encontró cantando a la par de un video de Gazelle. Además de esto, desde lo que pasó en Aero ha estado muy apagado para todos, podría decirse que incluso deprimido, no todos los días mandas a tantos agentes a morir.
Wilde paró en su pizzería habitual, Ready and Hot, en dónde se llevaron una pizza de orillas con queso y cuerpo muy grueso. Como un pan esponjoso con salsa de tomate, como a ambos les gustaba. Ya con la pizza en sus manos, el zorro se puso en el asiento del copiloto, el cual estaba obligado a ocupar por las reprimendas de su compañera y amiga hasta su sanación.
-¿Hoy me toca pagar todo verdad?-pregunta Nick mientras sacaba el dinero de su billetera, acción algo complicada para una sola pata. El zorro solo tuvo un sonido afirmativo como respuesta-¿Se te antoja alguna bebida para acompañar la tarde? ¿Un café quizá?
-Te lo agradezco Nick, pero esta vez me gustaría algo más...fuerte, si quieres podemos comprar una cajetilla para ti en el trayecto
-Me encantaría
Antes de volverse un gente de la ley, Nick no se acercaba a un cigarrillo ni por kilómetros, es más, incluso era lo suficientemente valiente como tirar los pitillos de gente que fumase al lado suyo como si no estuviera ahí. En pocas palabras, lo volvía loco, pero ahora lo necesitaba de vez en cuando para no desquiciarse. Jamás había entendido lo que era tener un vició así, y pues Judy, beber no es algo nuevo para ella, al fin y al cabo son adultos hechos y derechos, ambos tuvieron su etapa de borracheras cada noche de fin de semana.
Muchos animales estaban listos para irse a dormir a esas horas de la noche, pero aquel par no, por lo menos no los viernes de cada semana. Judy y Nick siempre solían sentarse junto a un árbol de una colina por los límites de la ciudad, punto en donde es posible ver todo, Tundratown, sus respectivos hogares, Aero. Les gustaba sentarse ahí, acurrucarse junto al naranjo y ver como la ciudad cambiaba pasadas las ocho de la noche, debido a que los animales diurnos se iban a descansar de sus agobiantes trabajos, para darle paso a los animales nocturnos que iban a sus igualmente agobiantes trabajos, es una hermosa transición que cualquiera debería ver una vez en la vida.
-Pienso que algún día debemos de viajar a algún lado-expresó Judy después de su segundo trago de wisky directo del cristalino embaze y fin de su primer trozo de pizza-no lo sé, ¿has escuchado de las ruinas de Venecia?, me parecería lindo ir allá algún día
-Con mi sueldo lo dudo, cariño-dice el zorro con franqueza aunque su sonrisa era cálida y hogareña como un café recién hecho. Aspira varias humaredas de aquel trozo de papel enrollado para luego pasárselo a su amiga, dejando caer las ascuas encendidas en el verde pasto de sus pies
-No seas tan amargado Nick, podríamos ir de polizones en un tren...-respondió ella, calando todo lo que sus pequeños pulmones podían soportar
-¿Sin saber hacia dónde nos dirigiríamos?
-¿Eso es lo divertido no?-Nick ríe por lo bajo
-Iría a donde fuera contigo, linda-dice el zorro con simpleza e inmediatamente levanta la botella de licor para darle varios sorbos. Eso dejó a la coneja sin la capacidad de ver su expresión ante tal inesperada actuación. Al fin y al cabo, era algo prohibido nombrar al conejo con tal adjetivo a menos que no fueras uno, pero al tratarse de él, podía ignorarlo
Un silencio inundó el prado por unos minutos, los animales nocturnos finalmente estaban listos para llenar ese lugar en su oficina, o quizá acechar desde las sombras a algún supermercado recién reabastecido. Y en el fondo de todo este paisaje, muy en el fondo, se encontraba un zorro de ojos verdes recostado en las voluminosas piernas de una coneja, una dulce escena en verdad, si no fuese por el gran tabú que existe incluso podría decirse que hacen una linda pareja.
No solo la pareja de policías más famosa de Zootopia se encontraba en el gran naranjo esa noche, de hecho era un lugar relativamente conocido, pero no lo suficiente como para dejar de ser tranquilo, incluso personal. Esa misma noche, habían varías parejas de animales, juntas de manera amorosa, las cuales no habían reaccionado ante la cercanía de esos dos debido a que pasaba desapercibido como una amistad común y corriente, hasta que Nick se recostó en sus piernas, motivos suficientes para llevarse las especulativas y despectivas miradas de las parejas.
Existen tres niveles de relaciones interespecies; el primer nivel consta de animales provenientes de la misma especie solo que de otra raza, como un oso gris y un oso polar; en el segundo nivel están los animales con parentesco genético, perros con lobos es lo más "habitual"; y el tercer nivel, él acoso ininterrumpido de la población, las relaciones depredador y presa.
-Nick, todos nos están viendo-dijo la coneja, mirando hacia una pareja de elefantes que los veía con asco, mientras que quitaba a Nick de su regazo-míranos, un zorro y un conejo-dijo sin dejar de recibir las miradas con nervios-¿qué dirán los otros animales de nosotros?-exclama, sonriendole a su resentido amigo
Inmediatamente Nick se levantó de su lugar, y se fue caminando hacia el auto, en dónde dejó descansar su cuerpo mientras terminaba su cigarrillo. Su mirada era turbia, no mostraba enojo sino un completos motivos de decepción. Judy se sorprende de esto, Nick jamás había demostrado sus sentimientos en público, más que con ella, de hecho estaba en contra de sus principios. De modo que no tardó en sentirse culpable, pero sabía que no podía hacer nada para resolver lo ya acontecido.
La coneja simplemente se para al lado de él luego de terminar de limpiar su pequeño desastre, para ese entonces los ojos se habían esfumado, esperando a que Nick acabase mientras arrancaba algo de pasto con las patas y se mordía la lengua, con la vista atravesando el suelo.
Nick se había terminado el paquete completo, algo extraño en su comportamiento, para luego tomar el asiento del conductor y esperar hasta que su compañera se subiera. Se pone el cinturón de seguridad, prende la calefacción y pone en marcha el vehículo, en el cuál, no se expresó ni una sola palabra acerca de lo ocurrido, no importaba cuanto lo intentase Judy, no sabía cómo iniciar una conversación después de eso.
Fueron veinte agobiantes minutos hasta que el auto policial se detuvo en el edificio de la coneja.
Judy saluda al encargado de la seguridad del edificio, una ardilla macho de avanzada edad que, al ver cómo Nick la seguía por detrás, mirando tan perdidamente, entró en pánico, meramente por ser un depredador, pero no llegó a mayores.
-Gracias por acompañarme hasta mi casa, Nick-dijo Judy con las manos sujetas entre sí, mirando hacia arriba para ver sus ojos verdinegros mientras sonreía levemente. Sin embargo Nick solo se le quedó viendo sin ninguna expresión reconocible en su rostro, acto que derrumbó a la hembra internamente. Judy abrió sus brazos con cuidado e intentó rodear los hombros de Nick entre que ponía su rostro en su hombro, como una muestra de afecto al despedirse que no fue correspondida-que descanses Nick
-Que descanses, Hopss-respondió él, mientras se alejaba por la puerta
-Puedes llevarte el auto si quieres-intentó intervenir de repente, pero ya era muy tarde. No fue mucho tiempo hasta que se dio cuenta que dejó las llaves en su mesa de noche
La noche se había vuelto intranquila, con un aire difícil de respirar por culpa de la lluvia y el sereno.
Una coneja yacía agitada, solitaria en su gran cama reflexionando sobre lo ocurrido en esa noche. Sus errores no la dejaban conciliar el sueño, y temía el haberle hecho un gran daño a Nick. Jamás se había sentido tan sola y vacía como aquella noche.
En otra parte de la ciudad, un zorro vestido con camisa y corbata caminaba en medio de las calles a oscuras, en donde solo la luz de su teléfono impactando en su rostro arrugado por el esfuerzo de la vista podía percibirse. Nick había dejado el auto con Judy, aun sabiendo que vivía a más de hora y media a pie, pero no es como si aquello le molestase, solo quería pensar, mantenerse alejado de todos durante un rato para pensar en la manera en la que le trató Judy hace unas horas.
En cierto modo esa noche podría no maldecir al mundo por haber nacido depredador, nadie suele meterse con uno por las noches por el miedo a que les haga daño, incluso después de varios años sin reportar algún tipo de salvajismo por estos nadie podría cambiar la imagen que todos les tienen, o por lo menos eso creía Nick desde que conoció a Judy, hasta que ella le demostró que si le importaba lo que los demás digieran sobre ambos. Este pensamiento rompía el corazón del atormentado Nick.
Hubo una repentina explosión unas calles más delante de donde él estaba, y debido a que su curiosidad y sentido del deber eran grandes, corrió hasta donde sus oídos pudieron entender que estaba.
Era una gran camioneta negra la cual había chocado con fuerza en un edifico que estaba en el costado de la calle. Ardiendo en llamas.
-Ayuda-dijo una voz débil en el automóvil. Nick apenas pudo escucharla como para ir en su auxilio
El vehículo estaba de cabeza, en llamas y con media coraza dentro de un edificio residencial. Nick tuvo que disponer de todas sus fuerzas como para abrir la puerta más floja, para poder contemplar la escena.
Había cuatro animales dentro, de los cuales tres estaban muertos y uno apenas se movía. Dos de ellos eran rinocerontes con el cuello partido y vestidos formalmente, y como piloto, se encontraba el cuerpo inerte del alcalde Lionheart, el cual, tenía la garganta atravesada por los mismos vidrios de la camioneta, de dónde su traquea ahora podía percibirse. La única que quedaba con vida era una pequeña ratón, la cual estaba con una gran herida que no paraba de sangrar.
Nick, ignorando toda la horripilante escena, se dispone a romper el cinturón de seguridad de la chica con sus garras y arrastrarla hasta la calle, en donde hizo de todo para mantenerla con vida
-¡Ayuda!, ¡por favor que alguien me ayude!-gritó Nick con desesperación. Pero, nadie vino. Con un rápido gestionamiento de sus capacidades mentales, Nick interviene al llamar a emergencias con su celular. No debían de tardar mucho, pero tendría que mantenerla con vida. Al terminar y ver que la hembra no respiraba, tuvo que recurrir al RCP y a la respiración boca a boca, sin importarle el mancharse de sangre
Nick no se había dado cuenta pero un montón de animales habían salido de sus casas un poco después de escuchar la explosión, y lo único que podían ver sus ojos era como un zorro manchado de sangre ponía sus fauces entre una inmóvil ratón. Nadie se atrevía a mover un musculo por el pánico, solamente una jirafa tomado de la mano con su esposa fue la que intervino llamando a la policía.
La ratón expulsa una preocupante cantidad de sangre de su esófago, pero por lo menos ya podía respirar un poco mejor.
-Escúchame, dile a todo el mundo que esto no fue un accidente, alguien quiso matarnos-dijo la ratona, tomando el rostro de Nick con su debilitada pata
-¿De qué hablas?,¿cómo qué un accidente?, la ambulancia no tardará en llegar-dijo el zorro preocupado, entrando en la desesperación
-Tú eres Nick Wilde, todo el mundo te conoce-exclamó ella con una leve sonrisa, sosteniendo sus ojos con dificultad-demuéstrale a todo mundo que los depredadores no son malos-y por consiguiente, expiró
-Nononononono-dijo Nick de un solo tirón, buscando resucitar a la mujer de la misma manera, pero no pudo
La ambulancia había llegado, pero no estaba sola, varios agentes del turno nocturno habían llegado con la información de que un zorro se había vuelto loco y había comenzado a devorar a una inocente ratón, por lo que no se contendrían.
Un rinoceronte y un cerdo fueron los encargados de llevarse a Nick, los cuales, no dudaron en abusar de su fuerza para hacerle daño. Para ellos, para todos los que habían estado ahí, Nick era un criminal, un asesino a sangre fría común y corriente, un depredador.
-No es lo que creen, solo quise ayudarla, ¡no he hecho nada malo!-fue lo último que pudo decir Nick, antes de haberle puesto un bozal y una correa, y ser violentamente golpeado por los dos agentes incluso hasta después de quedar inconsiente
En otro lado de la ciudad, una coneja salía corriendo de su apartamento, con lágrimas escurriéndose en sus ojos.
En su habitación, estaba su teléfono encendido, con una página de noticias abierta en donde es posible ver imágenes de un zorro con el hocico lleno de sangre siendo masacrado por dos agentes de la ley.
Creo que esto significa que he vuelto.
Si es que alguno me conoce (cosa que dudo porque no he publicado nada durante muchos meses) supongo que se alegrará, y si no, pues es un gusto.
Realmente no tengo mucho que decir, más que esta obra es una de las mejores que he hecho a mi parecer, tanto en la narrativa como en el desarrollo de los personajes, además, que he tomado varías precauciones antes de plantearme publicar este capítulo. No miento, tenía planeado publicar esta historia desde Abril o incluso un poco antes, sin embargo, no quería volver a caer en un mismo charco de lodo dos veces seguidas.
Este fic nació gracias a muchas cosas, especulaciones, huecos en la trama de la película, y sobre todo, de un fic ya escrito. Su nombre es Original Sin, del autor Tepo. Ojalá pudiese ver este fic algún día, soy un encantado de su trabajo. Como sea, hace mucho terminé de leer su historia, una muy buena, pero lamentablemente por cosas del destino no pudo terminarla, dejando al aire la propuesta de continuarla a quién lo desease, esta es una historia basada en su trabajo, mas no tiene nada de parecido. Contiene ciertos aspectos que le dan un alma a la narrativa, lo demás simplemente sale de mi imaginación, la cual veo tiene una buena sinergia con la de él. Repito, no es la misma historia, es la continuación espiritual.
Unos cuantos detalles míos, necesito apoyo de unos cuantos lectores, tengo uno que otro amigo que me apoyará pero creo que es momento de reclutar a más gente a convertirse en Betta Readers. Si no saben qué demonios son, en pocas palabras les mandaré por PM un borrador del siguiente capítulo, en donde solo me darán su opinión antes de su publicación, SOLO LA OPONIÓN.
Eso es todo lo que tengo que decir por ahora, intentaré publicar pronto pero no demasiado, tengo unos cuantos capítulos que sólo necesitan unos retoques antes de ser publicados, pero tampoco quiero gastarlos tan pronto. Agradecería mucho sus comentarios, favoritos y que compartiesen esta historia, de verdad ha sido un gran esfuerzo para mí.
