Disclaimer: Harry Potter es propiedad de JK Rowling y no gano dinero haciendo esto -we, ya quisiera xD-.

Resumen: Una misteriosa viajera del tiempo toma a Tom Riddle de un año y lo deja en la puerta de los apenas graduados James Potter y Lily Evans quienes lo adoptan. Tom crece siendo un Potter, hermano mayor ejemplar y ahora en Hogwarts no se puede esperar menos de él.

Advertencias: Viaje en el tiempo, Out of Character, Alternative Universe, Personajes Originales.

N / A: Es la primera vez que me decido a publicar un longfic de Harry Potter y la verdad es que no sentía mucha confianza en mis capacidades.

No sé cada cuanto publique, porque solo tengo escritos los dos primeros capítulos pero está estructurado hasta el final.

En este primer fanfic abarcaré solo el primer año de Tom y algo de la infancia de Harry.

No habrá romance, al menos no en este ¿libro? Lo que el sea, quizás en las futuras secuelas puedan encontrar algo de Tomarry, pero la historia no gira en torno a eso.


11 de noviembre de 1927

00:37 Horas.

— Señorita... —La mujer no pudo terminar de hablar cuando la dama encapuchada movió una varita e hizo que la encargada de aquel orfanato se fuera por donde vino con rostro confundido.

— ¿Dónde estás? —gruñó por lo bajo la mujer por fin llegando a un cuarto lleno de cunas, los bebés dormían, aunque era de esperarse cuando son pasada la media noche. La chica empezó a revisar cuna por cuna, ella buscaba a un niño en específico, mascullando un "No" cada vez que fallaba. Finalmente al fondo le encontró, sus ojos brillaron con odio y levantó su varita con la maldición asesina en la punta de la lengua.

Ella no puede explicar con claridad que la detuvo, que hizo que ella bajara su varita cuando el pequeño despertó y rompió en llanto, quizá esos ojos llorosos e inocentes no tenían la culpa de todo el mal que haría en el futuro.

Sus manos temblaron, respiró profundamente y tomó al pequeño meciéndolo con suavidad, susurrando de forma cariñosa que se calmara.

Un "crack" despertó a varios de los pequeños de aquel cuarto, pero ya ni la mujer, ni el niño se encontraban allí.

11 de noviembre de 1978

— James he escuchado algo —murmuró una joven Lily Potter viéndose inquieta y haciendo que su esposo se detuviera de cambiarse la ropa y empuñara su varita saliendo de la habitación.

Abajo una dama encapuchada dejaba a un pequeño que parecía tener casi un año de vida. Ella miró sus manos como comenzaban a desvanecerse y suspiró con alivio.

Cuando la puerta fue abierta lo único que quedaba era un bebé con una nota encima.

— ¡LILY!

[...]

James estaba dando vueltas por la sala mirando al bebé ahora en brazos de su mujer el niño había despertado y miraba a el hombre dar vueltas embelesado.

— ¿Por qué nosotros? Soy demasiado joven aun para cuidar un niño —exclamó finalmente James en pánico, Lily soltó una risa y miró al pequeño, sus bonitos ojos ya la habían cautivado.

— La nota solo dice su nombre y su cumpleaños además de un "Cuiden de él, por favor". No sale de quién es o por qué nos eligió... —respondió ella acariciando la cabecita del menor quien se acomodó de tirón contra ella haciendo que tuviera que tragarse un ruidito enternecido.

— Lily, apenas nos graduamos. Estamos pensando en seguir nuestras carreras. ¿Quién lo cuidaría? —exclamó alterado viendo como la pelirroja ya estaba claramente encariñada con la criatura.

— Tu madre o mi madre. Da igual —respondió con simpleza abrazando al menor que comenzaba a verse adormilado de nuevo.

— ¿Por qué presiento que ya asumiste que vamos a quedárnoslo? —dijo sintiendo una jaqueca inminente.

— Porque si nos eligió a nosotros por algo será, además... Míralo~ —dijo enternecida levantándose para acercarle el pequeño a James quien no se sentía listo para tomar a ese pequeño en brazos otra vez—. Oh vamos James, ni que fuese a arrancarte una mano —Se burló logrando que su marido tomara al menor y le mirase con detalle.

— Si... Es lindo, pero aun soy joven, Lily. ¿Qué sé yo sobre ser padre? —susurró exasperado devolviéndole el pequeño a su mujer quien sonrió tranquila.

— Aprenderemos y le pediremos ayuda a nuestros padres. James estás haciendo una tormenta en un vaso de agua —dijo volviendo a sentarse con el pequeño ya dormido en brazos—. Además, si recuerdo bien... ¿No tuvo Molly gemelos? Ella seguro sabe sobre cuidar bebés también. Ayuda no nos falta.

— Bien... Ahora volvamos a dormir que no sé si pueda con más sorpresas... —Lily soltó una risa, era sábado al menos, mañana iría con su suegra a ver todo sobre esta nueva adquisición sorpresiva a su recién formada familia.

31 de octubre de 1981

— ¿Por qué debo ir a buscar dulces? —preguntó el menor quizá por tercera vez ese día, Tom siempre era reservado y desde que Lily había empezado a enseñarle a leer viendo el potencial y la gigantesca capacidad de aprendizaje de su primer hijo este solo quería quedarse en casa leyendo o intentando hacerlo cada vez mejor.

— Porque es Halloween —respondió ella poniéndole un gorro negro con forma de orejas de gato a su hijo menor, el bebé de un año soltó una risa y trato de agarrar el cabello rojo de su madre.

— Pero no quiero —dijo en un suspiro cansado mientras de fondo se escuchaba el jadeo escandalizado de James.

— Bien, pongámoslo así, vas a ir porque eres muy responsable y un excelente hermano mayor y cuidarás que tu padre no mate a tu pequeño hermano en su primer Halloween —dijo Lily lanzandole una sonrisa burlona a su esposo, quien dramatico como siempre puso una mano en su pecho con una exagerada expresión de sorpresa.

— ¡Hey!

Tom se lo pensó un poco antes de asentir y tomar en brazos al pequeño y delicado Harry que movió sus bracitos emocionado.

— Está bien, nada le pasará a Harry mientras yo y Remus estemos allí —Lily asintió orgullosa y apareció un gorro verde que puso en la cabeza de su hijo mayor a pesar de los reclamos de este.

James también sonrió orgulloso y una vez Sirius junto a Remus llegaron salieron en busca de dulces. Tom se aseguró de que Harry no comiera demasiado, que Remus no se comiera todos los chocolates, que Sirius y su padre no jugarán muy brusco con Harry y al final también comió algunos dulces.

25 de marzo de 1985

Tom miraba como su hermano trataba de subir a su cama y una sonrisa de ternura adornó su rostro por unos segundos, luego suspiró volviendo a su aspecto serio y levantó a Harry para ayudarlo a subir.

— ¿Qué se te ofrece Harry? —preguntó volviendo a su libro, los grandes ojos verdes del pequeño se asomaron al libro con curiosidad, Lily, contra las órdenes de James permitía que Tom leyera toda clase de libros fuesen mágicos o muggles y claramente ya estaba adelantado en los libros de Hogwarts.

— ¿Qué lees? —preguntó Harry, Tom levantó la mirada del libro. Harry a sus cuatro años era pequeño, sus gafas eran más grandes que su cara y una parte de Tom le susurraba con burla que los ojos de Harry crecían más que el mismo, era dulce, curioso, mimoso y cualquiera caía ante sus ojitos verdes, incluso su pequeña hermana Dorea que con sus rizos rojos y pestañas largas enmarcando sus ojos marrones no llegaba a ser tan linda como Harry.

— Pociones. Severus me recomendó algunos libros —respondió acomodándose para permitir que el pequeño Harry viese mejor el texto, el niño de ojos verdes apenas y estaba aprendiendo a leer, pero admiraba a su hermano mayor y realmente estaba esforzándose por leer y poder estar al nivel de Tom.

— Oh, genial... Papá dijo que te dijera que bajes a comer —Tom sonrió revolviendo los cabellos ya desastrosos de Harry.

Tom sabía que era adoptado, que no era un "Potter" de sangre, pero no quería decir que no amara a su familia y más si esta lo amaba tanto a él. Pero había algo en él que le inquietaba, como si algo no estuviera realmente bien.

Miró a Harry otra vez que bajaba las escaleras de a poco y recordó que ese enano era quien le causaba mayor paz. Nadie podía decir que él no amaba a Harry, el ADORABA a Harry y aunque no lo dijera nunca, se notaba.

— Vaya, yo pensé que se habían perdido, la casa no es tan grande hasta donde yo recuerdo —bromeó James que se encontraba dándole de comer a la pequeña Dorea, lo cual no era fácil. Criar a Tom y Harry había sido tranquilo, no eran niños muy inquietos, pero Dorea era punto a parte, todos los problemas que no vinieron con Tom y Harry venían con ella.

— Harry estaba más entretenido en saber que leía que en avisarme que teníamos que venir —contestó Tom sentándose a la mesa Lily sonrió viendo como su pequeño Harry enrojecía algo avergonzado, el elfo ya había puesto todo en la mesa y así la pelirroja se dispuso a repartir comida en el plato de Harry, de Tom no pues él ya tenía edad para elegir o al menos eso había dicho cuando cumplió los 6 años.

— Harry, me llegaron rumores de que en tu paseo con Sirius hiciste buenas migas con el niño Malfoy —habló James que en un pequeño momento de despisté recibió un poco de comida en la cara de parte de su adorable pequeña.

— Draco, es algo mandón pero divertido —Empezó a hablar Harry mientras Lily ponía el plato frente a él, con su apropiada porción de comida, en especial porque Harry tenía problemas para comer, muchas veces incluso vomitaba tras las comidas y por ello estaba muy delgado.

— Harry come —dijo Tom tratando de ocultar su preocupación mientras veía como el menor solo jugaba con la comida, había dado unos cuantos bocados, unas verduras sueltas en su boca, un poco de carne, la mitad de una patata pequeña, pero a pesar de tener un plato relativamente pequeño, solo era 1/4 de todo.

— No tengo hambre —susurró mordiendo su labio, Lily miraba a los niños en silencio vigilando si se vería en necesidad de intervenir.

— No es si tienes hambre, es que debes comer. El medimago dijo que no podías seguir así, estás muy delgado —insistió moviendo su silla más cerca y tomando el tenedor de Harry para darle el de comer. El menor se sonrojo y frunció el ceño.

— ¡No! ¡Yo puedo comer solo! —exclamó tratando de quitarle el tenedor a Tom quien se veía molesto.

— Pues no lo estás haciendo, el no comer te hace daño —gruñó Tom alejado el cubierto de las manos del menor.

— ¡Mamá!

— Tom tiene razón, Harry. Come.

— ¡Pero no puedo! —exclamó con los ojos llorosos, Lily sintió que le apretaban el corazón, ver a Harry llorar era muy doloroso. Suspiró y sacó una poción que le había dado el médico echando solo una gotita en el jugo de su hijo.

— Bebé eso —dijo acercándole el vaso, Harry se movió inquieto, pero tomó el jugo. Luego de unos tres minutos volvió a comer solo.

Tom suspiró mirando como Harry comía, esa poción le causaba hambre, pero muchas veces el comer más, por más poción que tomara, lo hacía vomitar al rato, por eso Lily no quería dársela.

5 de junio de 1987

Tom aun no alcanzaba a comprender la insistencia de su madre en arreglar las cosas con su hermana Petunia, era absurdo, la mujer y su esposo eran insufribles, la bola de grasa que tenían por hijo era aún peor. Tom suspiró cansado fingiendo oír el parloteo insoportable de una de las niñas Dursley, la chica tenía un crush por él e insistía en tener su atención. Pero Tom estaba más preocupado por Harry, era el más acosado, esa imbécil de Marge no para de hacer comentarios insidiosos al pequeño, claro porque Harry era el que menos se defendía, muy diferente de él y Dorea, que con cinco años y clara influencia de Sirius y los gemelos empezaba a hacer bromas a quien la molestara, además Dudley también acosaba a Harry y este terminaba escondido tras las faldas de Lily.

Finalmente en la mesa -y para alivio de Tom- pudo liberarse de la niñita estúpida que le hablaba y se sentó junto a Harry esperando que Dorea se pusiera al otro lado y hacer una barrera de protección, pero Dorea termino sentada junto a su madre para controlar que no hiciera ninguna broma y Harry tuvo la HORRIBLE suerte de tener a Marge sentada al lado.

La comida iba tranquila, cualquier cosa que dijera Marge, era ignorada por Harry hasta que claro terminó de colmarle la paciencia. Harry era un niño tranquilo, Lily estaba orgullosa de que fuese tan bien portado, en especial porque ella había puesto de regla controlarse con su familia muggle, pero Harry tenía su límite, a fin de cuentas, seguía siendo un Potter.

— ¿Solo eso comerás? Con razón eres un fideo, si fuera tu madre te estaría obligando a comer.

— Podría usted también comer un poco menos ¿No? —comentó de vuelta mirando con desprecio el enorme estomago de la mujer, Marge enrojeció de furia e iba a contestar cuando la risa estridente de James se escuchó del otro lado. Tom se cubrió la boca para no reírse también y Lily tenía esa mirada de "James, cuando lleguemos a casa tendremos una conversación", pero aun así la comisura de sus labios temblaba hacia arriba.

Harry se levantó de la mesa agradeció por la comida y fue a buscar sus cosas. Tom como sabía lo que el niño quería, le acompañó pidiendo permiso. Harry iba a llamar a Sirius para que le sacara de allí.

31 de diciembre de 1988

Harry corrió a lanzarse a los brazos de Tom, este le recibió con torpeza y agradecía el que Harry fuese ligero, porque de no ser así estarían en el suelo.

— Feliz cumpleaños Tom —dijo con una sonrisa, el mayor le acarició los cabellos negros y sonrió ligeramente—. El año que viene te irás a Hogwarts —susurró algo deprimido y haciendo un adorable puchero.

— Ya habíamos hablado de esto Harry —respondió tomando al niño en brazos que con lo mimoso que era le rodeó con más fuerza el cuello y acurrucó su cara en el cuello de Tom.

— Pero no será lo mismo cuando te vayas —dijo levantando su mirada y poniendo esos malditos ojos bonitos y llorosos, esos que hacían que todos estuvieran en su meñique.

— Tengo que hacerlo Harry. Además, vendré en vacaciones y mientras no estoy tú debes hacer el trabajo de hermano mayor con Dorea —dijo con cariño acariciando la mejilla de Harry que se inclinó hacia la palma de Tom como un gatito.

— Pero Dorea solo te hace caso a ti. ¿Y si encuentras en Hogwarts a alguien a quien quieras más que a mí? —dijo con voz cortada, Tom lo veía venir, Harry lloraría y no quería que Harry llorara, cuando Harry lloraba todo era un caos, él era un caos, las lagrimas de su pequeño hermano eran lo único que no podía controlar, lo único que lo hacía sentirse debil.

— Harry no encontraré a nadie que quiera más de lo que te quiero a ti. A ti te amo y sabes que serás siempre mi favorito —Trató de consolar al menor pero este ya había empezado a llorar.

— ¡No lo sabes! ¡No quiero que te vayas! —Lloraba llamando la atención de su madre que entro en pánico también.

— Harry, cálmate. Siempre voy a quererte mucho. Vamos, Harry. Es mi cumpleaños, cálmate, por favor ¿Por mí? —susurró limpiando las lágrimas del menor que asintió y se colgó de él. Ese día no hubo quien lograra quitárselo de encima hasta que se quedó dormido.

— Lo tienes muy mimado —dijo Sirius arropando a Harry en la cama de Tom pues se había negado a dormir en su habitación.

— ¿Solo yo? —respondió acariciando la cabeza de Harry.

— Touché.

Tom sonrió cuando Sirius dejó la habitación y dejó un beso en la cabeza de Harry.

31 de agosto de 1989

— Sigo preguntándome por qué le dejaste llevar tantos libros —dijo James mirando a su hijo mayor entrar con una pila de libros tras otra a su baúl, si ese niño no terminaba en Ravenclaw pediría que lleven a revisar al sombrero.

— Porque él lo quiere, le hará bien, siempre tendrá a mano textos con los que investigar en sus tareas —respondió con tranquilidad Lily quien también ayudaba a su hijo a llevar libros.

— Hogwarts tiene una inmensa biblioteca, no necesita él llevar una también —dijo mirando como Harry revisaba algunos libros con curiosidad, así como iba sus dos hijos terminarían en Ravenclaw, al menos aún tenía esperanza de que Dorea acabara en Gryffindor, pero Lily decía que tenía potencial de Slytherin.

— Harry me pasas ese libro, ya viene siendo lo último —dijo Tom recibiendo el texto de los brazos de Harry.

— ¿Me mandarás muchas cartas? —preguntó Harry ligeramente demandante, mientras se asomaba al baúl donde su hermano acomodaba los últimos libros.

— Te diría que todos los días, pero seguramente tendré muchos deberes, pero tendrás una carta mía todas las semanas —contestó saliendo del baúl y tomando a Harry en brazos a la salida.

— Tom no hagas eso, Harry ya está grande para que lo sigas tomando en brazos —regañó Lily y sólo logró que su hijo menor se aferrará a Tom con una sonrisa traviesa, sabía que su hermano le tomaría en brazos tuviera 8 años o 20 años.

— Es mi último día con él, déjame mimarlo un poco —Lily negó con la cabeza y se acercó a separarlos, logrando que Harry hiciera un puchero.

— Lo haz mimado lo suficiente durante sus 8 años de vida —contestó con una sonrisa de todas formas esa noche dormían juntos, Lily esperaba que estando lejos de Tom, Harry aprendiera a ser más independiente, le preocupaba que su pequeño fuese tan apegado al otro.

1 de septiembre de 1989

— Mamá, yo también quiero subir al tren — exclamó Harry con ojos brillante de ilusión apuntando la locomotora escarlata, Tom sonrió aliviado de que al menos su hermano no estuviera llorando y miró a Dorea quien también parecía encandilada por el Expreso Hogwarts, tanto que no había dicho ni una sola palabra desde que lo vio, que la pequeña niña se quedara callada por más de un minuto era algo realmente raro.

— Ya tendrás tu oportunidad dentro de unos años —contestó Lily sonriendo mientras Sirius hacía lo que le habían dicho a todo el mundo que no hicieran, tomar en brazos a Harry.

— Si y seguro serán tus años más divertidos —Animó el adulto ignorando la mirada molesta de la pelirroja que estaba agotada de insistirle a todos que no tomaran a Harry porque estaba demasiado mal acostumbrado. La mujer respiró profundo, contó hasta tres en su mente y miró a su hijo mayor alisando arrugas invisibles de su túnica, que había sido oculta con un glamour antes de entrar al andén 9 3⁄4.

— Sé que tu padre y Sirius van a insistir que hagas bromas, pero ignóralos, preocúpate por tus calificaciones, aunque sé que no debo decírtelo porque seguramente será el mejor, envíanos una carta después de la cena para saber cómo fue tu selección y recuerda que no importa lo que diga tu padre, estés en la casa que estés nosotros nos sentiremos orgullosos de ti —habló sonando cada vez más emocionada, sus ojos se habían llenado de lágrimas y Tom sonrió llevando su mano a acariciar la mejilla de su madre.

— Haré que se sientan más que orgullosos —James había aparecido luego de ir a saludar a los Weasley y sonrió emocionado al escuchar a su hijo y se acercó a tomarlo en brazos—. ¡Padre suéltame! —exclamó el menor enrojeciendo, su padre no podía pasar un día sin avergonzarlos.

— Ya eres nuestro orgullo Tommy —dijo bajando al chico y revolviéndole el cabello para disgusto de este, pero antes de que pudiera reclamar sus dos hermanos menores se le tiraron encima.

— Tienes que contarnos como es Hogwarts —dijo Dorea con ojos llorosos aferrándose a su pecho.

— Te extrañaremos mucho —susurró Harry escondiendo su cabeza en su cuello, Tom abrazó a los dos sonriendo divertido y deseo poder besarles la cabeza, pero ya habían sido suficientes demostraciones públicas de afecto.

— Suenan como si me fuese para siempre, nos veremos en unos meses durante las vacaciones —Pero ni con eso podía calmar a sus hermanitos.

El silbato del tren les alertó de la hora y el muchacho se quito a los pequeños de encima con ayuda de su madre y Sirius, tomó su baúl donde reposaba su búho luciendo orgulloso y despiadado. Había sido un regalo de su padrino Remus, cuando fueron de compras.

Una vez en el tren buscó algún compartimiento vacío y acomodó sus cosas, desde la ventana vio a su familia y sonrió despidiéndose con la mano, pareció empeorar la situación porque Harry rompió en llanto más fuerte, esperaba que pudiese calmarse una vez en casa.

El tren empezó a moverse y tomó una profunda bocanada de aire.

Aquí empezaba su aventura.


N/A: -Sigh-

Ya saben arriba dije que no le tengo mucha confianza y en fin, de todas formas espero que les haya gustado y un comentario haciéndome saber su opinión podría ayudarme algo incluso si es negativa pues me ayudaría a mejorar.

Creo que revisé como tres veces esto para corregirlo, pero cuando lo hago para ponerlo en mi cambiaba palabras, pongo o quitaba espacios y esas cosas, así que me has pasado un dedazo, agradecería que me avisaran U/U