Ya había pasado cierto tiempo desde aquello, desde que a Loki se le ocurrió la gran idea de ir tomar un par de tragos... Los cuales se volvieron en botellas y así, lo llevaron a la perdición de esa noche. Una noche que para ser sinceros, ni Loki, ni Stark estaban dispuestos contar.

Loki se lamentaba día con día el hecho de recordar lo que había pasado, o bueno... Algo de lo que paso, pues su mente se había nublado y de lo único que estaba consiente es que se dejo seducir por ese estúpido Vengador cediendo como si de un asqueroso mortal se tratase a tan simples caricias para terminar en vuelto en aquellos brazos y después simplemente despertar al lado suyo con una resaca terrible, sintiendo dolor en su cuerpo y descubriendo que no se encontraba en su guarida sino se encontraba en la torre de los Vengadores, que estaba al lado del que se suponía que era su enemigo y que ambos... Estaban completamente desnudos.

Si. Fue el peor día de la vida de ambos. Y Stark al contrario de Loki, no recordaba como termino así... En su mente solo llegaban escenas confusas en donde tenía al Dios del Engaño gimiendo su nombre bajo de él y sudando, lleno del éxtasis que ambos compartían. Sin duda, los peores recuerdos de nuestro amado playboy.

Esa mañana había sido todo un espectáculo. Loki discutiendo con Stark, ambos sintiéndose horriblemente mal por la resaca, lo malo que fue tener que aceptar lo que había pasado entre ellos esa noche... Eso y otras cosas mas.

Loki se termino yendo, adolorido.

Tony se quedo sentado en el borde de su cama, avergonzado.

Y fue entonces, cuando ambos prometieron... No volver a beber jamás.

Aunque conociendo a Stark tal vez esa promesa no se cumpla.