UNA NUEVA GENERACIÓN, UNA NUEVA AVENTURA
Nota.- Esta es la continuación de mi Fic: "un final y un principio", si no han leído el otro y quieren leer este, no hay problema, lo más importante es que lo disfruten. Muchas gracias por todo!
Capitulo 1. Las nuevas generaciones.
El verano estaba en su mayor punto, la calidez del viento de la época antigua seguía siendo el mismo: lleno de paz y tranquilidad desde que Náraku ya no estaba, ahora todo era diversión y alegría, el mejor ejemplo de ello, era aquella pelota de juego que era empujada por el aire, una linda niña de cabello blanco muy linda y risueña corría tras la pelota hasta que por fin la pudo alcanzar, la tomó entre sus manos y sonriente le haló a alguien.
-Señorita! Sigamos jugando-Gritó muy alegre la pequeña a una sacerdotisa.
-Si pequeña, sigamos jugando-Le contestó la mujer.
-Si!-Gritó de emoción y la linda niña de cabello blanco y la sacerdotisa siguieron jugando con esa pelota.
-"Hola, yo soy Isis y tengo 8 años de edad, se han de preguntar el porque de mi cabello blanco, es raro en una niña, no?, pues en mi no, ya que soy una niña mitad bestia, la persona con la que estoy jugando es la sacerdotisa Kikiou, es una mujer, aunque algo fría por ratos, es muy buena; la razón por la que soy una niña mitad bestia es porque mi papá es un hombre mitad bestia, muy famoso por cierto, se llama InuYasha, pero mi mamá, a diferencia de mi padre, es totalmente humana, se llama Kagome, de mi familia quien sacó lo humano fue mi hermano Aron, ahora él esta con su mejor amiga, su nombre es Sally, ella es más grande que yo, es de la edad de mi hermano; Sally es hija del monje Miroku y la exterminadora Sango, ella al igual que su madre, es una gran exterminadora, ella maneja la espada con gran destreza, pero también es una aprendiz de sacerdotisa por su padre, este lugar está lleno de lindos árboles, no hay edificios y es porque esta época, que es en la que vive Sally y sus padres, es una época antigua y yo vivo en la época actual; lo que pasa es que mi mamá puede viajar a una época antigua a través de un pozo, aquí conoció a mi papá y después, cuando nacimos, nos enseñó cómo llegar a esta linda época y así es como conocimos a los demás, mi papá en noches de luna nueva se convierte en humano, pero yo, a diferencia de él, me convierto en una especie de demonio y a mi en lo personal no me desagrada, la verdad me gusta ser diferente a los demás"-
Din don dan don-Se escuchaban las campanadas de la preparatoria anunciando que dentro de poco comenzarían las clases, la mañana era fresca adornada con un cielo maravillosamente despejado, en la casa de la familia Higurashi ya había movimiento pues aquella joven tenía que ir a clases.
-Isis, apresúrate o se te hará tarde-Gritaba una madre algo desesperada y casi al instante se escuchaban unos pasos bajando de las escaleras a toda prisa, en verdad sabía que se le haría tarde.
-Mamá- le llamó la joven chica para hacerle saber que ya estaba lista para partir.
-Hija, ya se te hizo tarde-Le dijo la afligida madre.
-Si mamá, no te preocupes, por cierto, recuerda que me diste permiso de ir al baile-Le dijo la linda chica con una sonrisa, Isis era muy linda, portaba hermosos ojos alargados color miel, de cabello blanco con un largo hasta un poco debajo de sus caderas, vestía su juvenil uniforme el cual era una pequeña falda negra y una playera blanca marinero adornada con listón negro al centro.
-Si hija, pero recuerda que no daba ser luna nueva-
-Si, si, bueno, ya me voy mama-y rápidamente Isis desapareció del comedor.
-Ya se fue-Dijo Kagome.
-Hay esa niña-Interrumpió la voz de un hombre que estaba recostado cerca de donde se encontraba Kagome.-Por más que intento no ver, esa niña me recuerda mucho a mi pasado-Decía InuYasha algo molesto.
-"Se a lo que se refiere InuYasha"-Pensaba Kagome.-Isis tiene un impresionante parecido al hermano mayor de él, Sesshomaru, entiendo que se parezcan ya que son familia, pero eso perturba mucho a InuYasha-Decía la joven madre mientras contemplaba a su amado esposo.
Por otro lado, Isis corría, pero sabía que por medios humanos no llegaría pronto.
-Si no me apuro no voy a llegar, ya se!-Dijo y se paró en seco.-Creo que esta es la única manera de llegar. Entonces lo haré-Y de una manera impresionante y con una extrema agilidad, se fue saltando de techo en techo hasta llegar a su escuela, aún estaba a tiempo, pero corrió hasta su salón y precipitadamente abrió la puerta.
-Buenos días!-Dijo casi en un grito mientras jadeaba un poco.
-Valla, llegaste Isis-Le contestó un apuesto joven de cabello negro.
-Si, por poco y no llego-Le dijo ella sonriente.
-Dime Isis, irás al baile?-Le preguntó entusiasmado.
-Pero pro supuesto que si voy a ir Hakuba-Le dijo ella.
-Valla, valla-Les distrajo la voz de una chica que estaba junto con otras dos, Isis y Hakuba las voltearon a ver de manera no muy cortes.-Así que la niña de cabello blanco irá al baile-Le dijo en un tono de burla.
-Eso será divertido-Dijo otra siguiendo la burla.
-Claro, si es que es una fiesta de disfraces-Comentó otra y enseguida las tres se echaron a reír y caminaron hacia otro lado, pero Isis había quedado algo lastimada.
-Vamos Isis, sabes como son, no les hagas caso-Trataba de calmarla Hakuba, su mejor amigo.
En la época antigua, al igual que en la actual, había un día maravilloso, su temperatura era perfecta y el cielo estaba puro; en una casita que estaba entre los árboles, una familia platicaba muy contenta.
-Hay papá, yo creo que hubiera sido más divertido tener un agujero negro en la mano-Dijo una joven de cabello largo color negro vestida como sacerdotisa.
-Cuanta ingenuidad hay en la mente de un joven-Decía Miroku mientras tomaba un poco de té.
-Con un agujero así, podría exterminar a un monstruo con gran rapidez-Decía Sally con una sonrisa en el rostro.
-Créeme pequeña, no es muy bueno ya que tarde o temprano serías absorbida por ese agujero-Le dijo Sango mientras acomodaba algunos jarrones.
-Yo sufría mucho por ello-Le corroboró el monje, mientras esta plática se llevaba acabo, una visita se acercaba a la puerta de la linda casa.
-Hola, buenas tardes-Saludo la visitante.
-Hola Isis, buenas tardes-Saludó Sango.
-Hola Isis, que sorpresa-Le saludó Sally, habían crecido juntas, desde niñas habían hecho gran amistad, Sally recordaba a Sango en su físico y los ojos de Miroku.
Al poco rato, Sally e Isis estaban en el pozo ya que Isis le había pedido a su amiga que hablaran a solas un poco, a su vez, Sango entrenaba para no perder sus habilidades y Miroku la acompañaba.
-Oye Miroku, no crees que Isis se parece mucho a ese Hanyou?-Le habló Sango mientras la observaba.
-Si, es cierto... Se parece mucho a la señorita Kagome, sin embargo es muy parecida a InuYasha en especial en esos ojos llenos de tristeza, pero, también se parece extremadamente al hermano mayor de InuYasha, me refiero a Sesshomaru-Fueron las palabras de aquel monje.
-Oye Sally-Le llamó Isis ya que la joven sacerdotisa estaba viendo unos árboles.
-Que sucede Isis?-Le contestó poniendo atención a su amiga.
-Estoy cansada de ser mitad bestia-Dijo.
-¡¿Qué?-Se sorprendió Sally ya que nunca había escuchado semejante cosa de su amiga.
-La gente se burla de mi, me ven mal o extraño, dicen que soy extraña, diferente, que no soy igual a ellos-Decía mientras se le llenaban los ojos de lágrimas y esto le sorprendía mucho a Sally.-¡Demonios! Como me gustaría ser totalmente humana como Aron-se quejaba la joven niña y de Sally recibió una sonrisa llena de compasión, se acercó y tomó en sus manos el rostro lloroso de su amiga para que levantara la cabeza y la viera a los ojos.
-¿Quién es esta niña? La Isis que yo conozco se enorgullecía de ser lo que era, decía que le gustaba ser diferente, que era algo divertido-Le recordaba la linda jovencita.
-Esa niña no conocía la verdad, estaba equivocada-Se excusaba la chica de blancos cabellos.
-No, esa niña conocía la verdad, ella lo sabía en verdad-Le dijo en una segura sonrisa.-Esa niña sabía que el ser diferente no era un obstáculo para ella, que siendo así, lo aprovecharía... La verdad es que yo no quiero perder a esa niña que es mi amiga-Le dijo Sally mientras Isis escuchaba detenidamente y algo sorprendida.
-Si, es verdad-Dijo Isis en voz baja mientras cerró un rato sus ojos para asimilar lo que le había dicho su amiga.-Tienes razón, el ser como soy no es algo que me detenga de demostrar mi verdadera personalidad-Dijo muy segura y Sally la miraba llena de alegría.-Gracias Sally, realmente sirves como sacerdotisa-Dijo en una ligera risita.
-Lo se, es mi trabajo-Dijo Sally con aires de superioridad; pero ni Sally ni Isis se percataron de que una sombra misteriosa las observaba desde un árbol cercano mientras esbozaba una misteriosa sonrisa.
Esa noche era cálida, pero soplaba un viento fresco a su vez, esa noche era diferente a las demás porque sólo el hermoso brillo de las centellantes estrellas iluminaban los cielos, era noche de luna nueva y en la casa de los Higurashi, InuYasha estaba sentado junto a Kagome e Isis, habían terminado de cenar y ahora disfrutaban de un lindo momento de familia.
-Lo vez mamá, es probable que el día del baile no halla luna nueva-Decía triunfal la chica de cabello blanco, con orejas de perro y lindos, pero filosos colmillos.
-Es probable, hay que ver el calendario-Decía Kagome con una taza de té en sus manos.
-¡Sí! Voy a ver-Dijo levantándose precipitadamente y corriendo hacia donde se encontraba el calendario, pero cuando se fijó en la fecha del baile, la desilusión llenó sus ojos.-¡¿Qué? Pero si el baile es dentro de un mes exactamente, si cae en luna nueva-Decía Isis con notable desesperación y sorpresa a la vez.
-Entonces no vas a poder ir a ese baile-Dijo InuYasha con indiferencia.
-Pero papá! Tengo que ir, mi vida social aguarda por mí-Dijo con notable preocupación.
-Pues tu vida social tendrá que esperar-Dijo InuYasha haciendo escuchar la voz del padre que ahora era.
-No es justo-Dijo Isis muy molesta cerrando sus puños en seña de desacuerdo.-No es justo papá, si tu fueras... si te hubieras convertido en humano.. yo no sufriría tanto-Dijo Isis con el ceño fruncido e InuYasha no tuvo palabras para contestarle, solo la miró sorprendido por el comentario.-Te odio-Se dejó escuchar unas palabras que sonaban igual a un suspiro, pero eran audibles.
-Isis!-Le reprocho su madre.
-TE ODIO PAPÁ-Le gritó la enfurecida mujer demonio y salió corriendo rumbo a su cuarto.
-Isis-Dijo Kagome muy consternada por lo sucedido.
-Kagome-Le llamo su esposo y ella lo volteó a ver-Dime... ¿Acaso hice algo malo?-Preguntó InuYasha, el cual estaba confundido y algo sorprendido.
-InuYasha-Fue lo único que pudo decir, en verdad no tenía palabras.
-Se muy bien que es difícil ser mitad bestia, pero ella es mujer y no puedo entender lo que ella quiere-Decía InuYasha de una manera extraña, estaba preocupado, se veía tan indefenso y tan tierno, pero esto a Kagome le preocupo mucho, nunca lo había visto así.
-"Kagome, ayúdame, tu siempre me haz ayudado y ahora te necesito más que nunca"-Eran las palabras que Kagome recordaba una y otra vez mientras subía las escaleras para ir al cuarto de su joven hija; cuando llegó, tocó la puerta, pero nadie le abrió, así que ella decidió abrir la puerta y entrar en el cuarto.
-¿Puedo pasar?-Dijo al entrar, pero no recibió respuesta y cuando hubo entrado por completo, su rostro se llenó de tristeza, en verdad era doloroso entrar a un cuarto oscuro con una linda jovencita llorando en las sombras del mismo y es mucho más doloroso ver que tu hija estaba sumida en un tremendo llanto; Isis estaba sentada en su cama llorando y Kagome se sentó a su lado.
-Isis, hija-Le llamó y en el instante en que la chica escuchó la voz de su madre, levantó la cabeza y la miró.
-Mamá-Dijo y ella se arrodilló en el suelo para acomodarse en las piernas de su querida madre, Kagome la abrazó para que se desahogara y llorara todo lo que quisiera, después de un rato, cuando su hija ya estaba más tranquila, pero aun acurrucada en sus piernas, decidió romper el silencio.
-Hija linda, sé que no te puedo comprender a la perfección ya que no soy como tú-Le hablaba su madre e Isis escuchaba atenta.-Sin embargo, tu padre si, ya que son iguales, tu padre te ama y solo quiere lo mejor para ti-Dijo tratando de hacer crecer un poco de conciencia en su hija, pero ella la interrumpió.
-Si... lo sé-Dijo la chica y Kagome se sorprendió.-Se muy bien que mi papá quiere cuidarme y protegerme de los humanos, ya que tuvo experiencias que le enseñaron a cuidarse, pero lo que me molesta es que... es que no me deja vivir mis propias experiencias-Dijo para sorpresa de Kagome, no se esperaba una reacción así...
-Es verdad..-Hablaba una chica entre la oscuridad, sólo su cabello blanco brillaba entre tanta oscuridad, tenía rato que su madre la había dejado-Tengo que vivir mis propias experiencias-
Isis se colocaba un abrigo y tomaba una mochila, enseguida se la colgó, abrió la ventana y de un ágil salto, llegó hasta el patio, en silencio caminó hasta el pozo y sin titubear saltó al otro lado.
También era de noche en la época antigua, estaba fresco e Isis no sabía que hacer, así que se quedó sentada un rato en el pozo.
-Bueno ya llegué y... ¿Ahora qué?-Se preguntaba la joven mujer, pero algo llamó su atención, a un lado de su pie algo parecía brillar, parecía el fragmento de un cristal, Isis se agachó y lo recogió.-¿Que será esto?-Se preguntaba mientras lo observaba, pero alguien le interrumpió sus pensamientos.
-¿Isis? ¿Qué haces aquí?-Dijo la mujer que estaba paseando en ese momento.
-Sango-Dijo Isis sorprendida de verla ahí y entonces se encaminaron al hogar de la exterminadora.
