¡Mi gente linda, mi gente bella!

Segundo intento, a ver si me va mejor que en el anterior.

Esta vez vengo con mi pelirrojo favorito y lo entrego justo hoy, el día de su cumpleaños, porque pues ajá.

No doy más vueltas.

¡El fic!


Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad y obra del mangaka Masashi Kishimoto; la imagen pertenece a su respectivo autor. El texto aquí presentado se escribió y pública con carácter único de entretenimiento y sin ánimo de lucro.

Aviso: Este fic participa del reto especial: Protagonismo de Enero del foro La Aldea Oculta Entre las Hojas.

Número de palabras: 356.


Hay que cerrar los ojos.

De tener cejas, Gaara habría arqueado una en el momento en que Temari puso frente a él el redondo pastel de fresas con glaseado blanco. El propósito del mismo queda en evidencia cuando la rubia se saca del bolsillos del delantal, cinco coloridas velas de cumpleaños y las acomoda sobre la cubierta del pastel.

—¿Segura que esa cosa es comestible? —pregunta Kankuro observando el decorado irregular del glaceado.

Gaara ya lo había notado; que Temari está cubierta de harina y otros ingredientes.

La rubia golpea la cabeza del marionetista con el puño cerrado y evidente enojo, para luego suavizar la expresión y mirar a Gaara.

—Feliz cumpleaños —dice.

Gaara la observa en silencio sin estar seguro de cómo definir el calor extraño y agradable que se le anida en el pecho.

—No tenías qué —habla finalmente el bermejo.

Una parte de él sigue creyendo que es la culpa lo que mueve a Temari, aún cuando ella le ha dicho que sólo quiere recuperar los años perdidos.

—Ya te dije que no es eso —suelta con molestia al suponer los pensamientos del menor—. Eres mi hermano—. Le recuerda y se inclina para encender las velas—. Ahora pide un deseo, ¡y recuerda cerrar los ojos!

Según Temari, su madre creía que si no se cerraban los ojos al pedir el deseo, éste no se cumpliría.

La rubia golpeó nuevamente a Kankuro al descubrirlo tratando de mandarle mano al glaseado.

—¡¿Pero qué demonios crees que haces?!

—¡Yo también soy tu hermano y a mí nunca me preparas pastel! —. Le reprocha el castaño sobandose el lugar del golpe.

—¡Lo haría si no te pasaras la vida diciendo que mi comida sabe horrible!

—¡¿Y yo que culpa tengo de que cocines mal?!

Gaara se limita a observarlos en silencio. Los labios del pelirrojo se fruncen en una mueca curva que hace las veces de sonrisa y baja la mirada mientras agradece en su interior el estar vivo.

No necesita pensarlo dos veces para saber cuál será su deseo. Decidido, cierra los ojos con fuerza, aprieta los puños y sopla.

«Mamá, permítenos seguir así por siempre».

Fin.


Y bueno, eso sería todo.

Creo que un poco más larga la historia y me hubiera servido para el reto anterior. XD

Creo que me siento más satisfecha con éste que con el anterior, pero una parte de mi me dice que siga escribiendo… ya lo sé, tengo problemas.

Confieso que ésta es la versión 2.0. Escribí otro antes con el mismo título, pero al final no quedé contenta con la narrativa y lo deseché. Luego de mucho darle vueltas, terminé por escribir esta mini historia luego de encontrarme con la imagen y debo decir que quedé mucho más conforme.

Me despido mandando un beso en rojo para todos. ¡Muack!

¡Nos leemos!

#sesuplicancríticas