Se busca cangrejo de fuego
Había terminado el primer día de clases en Hogwarts. Sorprendentemente, a Luna no le había ido tan mal como había pensado. Nadie le embrujó sus zapatos para que caminaran hacia tras y sólo se tropezó una vez con las escobas de los de tercero.
Se fue a sentar en una pequeña maceta mientras todas las chicas salían en grupitos de tres o cuatro riéndose de quién sabe qué. Probablemente de quién de los gemelos Weasley se puso más guapo: ¿Fred o George?
En eso se le acercó un pelinegro alto con dientes más grandes de lo normal y se sentó.
-¿Cómo estuvo tu primer día de clases?
¡Oh, por Dios! Alguien le había hablado, y no para decirle que se quite ni para preguntarle de qué manicomio había salido. De hecho había sido bastante amable.
Quería decir que el castillo era enorme así que era fácil perderse; le daba miedo ir a los baños; tenía 12 clases nuevas con personas que nunca en su vida había visto (y era probable que no les cayera bien); había un profesor fantasma que su voz sonaba más como un susurro que otra cosa. Hace unos días su mundo giraba alrededor de su padre y los nargles, la vida era mucho más fácil.
Luna abrió un poco la boca para decir algo, pero en ese momento se oyó desde el fondo del pasillo:
-¡Longbottom! ¿Qué hiciste en las vacaciones? ¿Llevaste a tu abuela al bingo? ¿Te golpeaste con una pared? Cuéntanos, Neville - típico de Malfoy. Atacar a los más débiles.
-Disculpen, - los interrumpió la rubia de ojos saltones- ¿de casualidad han visto mi cangrejo de fuego? Se llama Rol, estaba en mi bolso hace un minuto…
-¿Estás loca? Esas bestias son peligrosas. Te acusaré con Dumbledore- pero nadie lo acusa de las maldades que él hace, ¿verdad?
-No se asusten. Es inofensivo y le encanta subirse al cuello de las personas.
-Sí, para quemárselas- para hacerse el valiente buscador de Slytherin, temerle a un pequeño crustáceo rojo no parece muy impresionante.
-¿Quieres que te ayude a buscarlo, Luna?- recordó lo preocupado que estaba cuando se perdió su sapo, y no se vería más ridículo que normalmente agachado por los pasillos de la escuela y en los uniformes de sus compañeros.
-Gracias, Neville.
En 5 minutos había hecho un amigo y un enemigo. Había perdido a su mascota, pero se sabe cuidar solo. Tendría mucho que escribirle a su padre esta noche. El calamar gigantese veía amigable y no podía esperar a nadar con él este fin de semana. Tal vez Hogwarts no sea tan mala escuela.
Para Unii. Ojalá te de suerte n.n Decir que te extraño no es necesario porque ya lo sabes ¿verdad? El cangrejo me recordó a tu erizo
