Todos los personajes que aquí aparecen pertenecen a sus creadoras: CLAMP
***Cuando Sakura y Syaoran se separaron estudiaban el primero de secundaria y 13 años después de la partida de Syaoran...***
El viento era cálido, las ramas de los árboles se mecían con extrema delicadeza y elegancia, las flores de cerezo dejaban caer esos lindos pétalos logrando que el pasto fuera adornado con su dulce color rosa, el cielo era de un azul puro casi increíble, el cual era adornado por lindos cúmulos de nubes, el sol estaba en su mejor punto ya que no calentaba demasiado. Una linda mujer estaba en aquel parque observando el lindo árbol y a los pétalos caer mientras sentía el cálido viento acariciar su rostro, su cabello castaño claro era adornado por un broche de flor de cerezo y sus lindos ojos verdes, fijos en el árbol, brillaban tanto como el sol, recordando momentos del pasado.
-Veo que mi linda amiga está de melancólica- Le distrajo la dulce voz de una amiga suya, la mujer de ojos verdes volteó a ver y se encontró con la frágil figura de una mujer muy hermosa de cabello ondulado color negro azabache, con un largo hasta la cintura contrastando con su piel blanca como la leche, sus lindos ojos alargados combinaban con el lindo azul del cielo, el cabello de la linda chica danzaba en el viento como una linda bailarina de balett –Pero veo que no pierdes esa linda sonrisa, Sakura –Dijo sonriéndole.
-Claro que no Tomoyo, ¡por fin me voy a casar!, como siempre lo soñé, con un hombre lindísimo-Decía la linda Sakura notablemente feliz. –Tomoyo, es el muchacho mas lindo, es el chico más dulce, es el perfecto, lo adoro, lo amo-Decía con infinita ternura y alegría, se notaba que en verdad estaba enamorada y ante este hecho, Tomoyo simplemente sonrió.
-Amiga, soy tan feliz de verte así de feliz y lo bueno es que sabes que él es el indicado –Decía mientras le tomaba las manos en señal de apoyo y aprobación.
-Si, Kenshin es el indicado y lo quiero muchísimo!-
-Y él lo sabe y te ama también-
-Si, lo sé-Dijo Sakura bajando la cabeza un poco ruborizada, festejando al igual que una pareja lejos de Tomoeda, en otro continente.
El viento soplaba ligeramente en ese lugar, los pájaros volaban ya en busca de refugio pues la noche comenzaba a caer en los cielos de China, los retoños de flores en los árboles ya estaba abiertos en su mayoría y el verde del follaje era hermoso en aquel parque ya casi no había nadie, de la gente que quedaba sobresalía una pareja de novios que se veían muy felices juntos, como un cuento de hadas, la joven chica corría alegre entre los árboles de cerezo, era muy linda, se veía frágil y tierna, su cabello lacio era de color madera, le llagaba hasta los hombros sedoso y brilloso, sus ojos pequeños y alargados, el color miel era perfecto para su piel blanca; su linda y fresca figura se veía hermosa mientras bailaba ente los pétalos de flor que caían de los árboles, parecía una bella hada revoloteando por las flores.
-Ven amor, vamos por ahí, hay un lindo lago- Dijo la linda joven china a un muchacho muy apuesto que estaba observándola, este hombre era notablemente más grande que ella, por lo menos 7 años de diferencia, sin embargo, se veía que estaban muy enamorados, al final, la edad no importa.-Vamos Syaoran, vamos rápido-Dijo ella mientras corría para tomar de la mano a su novio y caminar juntos hasta ese lindo lago, Syaoran sólo sonrió en señal de aprobación, caminaron poco hasta llegar a un pequeño lago rodeado de árboles rosas y lindos arbustos arreglados.
-Es lindo mi amor-Dijo la joven llamada Azuza.
-Si, es verdad-Le confesó él. La joven se acercó al lago y se agachó a contemplar el agua.
-Mira, el agua es tan cristalina y pura-Decía cuando algo que flotaba en el agua le llamó la atención, una linda flor se dirigía directo a ella y ella gustosa la tomó en sus manos. -Mira Syaoran-Le llamó mientras contemplaba el cielo.
-Que pasa Azuza?-
-Esta flor es muy linda, es fresca, dócil y sensible-Decía la joven contemplando la flor en sus manos.
-Se nota que te gusta mucho esa flor, ¿cual es?-Dijo él sonriendo.
-Es la flor de cerezo-Dijo mientras se la mostraba y Syaoran se sorprendió un poco, la vio y la tomó en sus manos.
-¿Sabes?, esta flor se llama Sakura en Japón y tienes mucha razón cuando dices que es muy linda y sensible-Dijo el apuesto hombre mientras se la colocaba en el cabello de manera que se figurara a un pasador de cabello.
-Oye amor, en tu adolescencia viviste en Japón, ¿verdad?-Dijo al joven chica algo ruborizada por el acto de su novio.
-Si, así es- Contestó él algo extrañado.
-Oye, ¿porque no vamos de viaje ahí?-Dijo ella muy efusivamente.
-¡¿QUÉ?-Exclamó él muy conmocionado.
-Si, quiero conocer ese lugar y ver a los amigos con los que hablas por teléfono o escribes cartas-Dijo ella sonriendo mientras tomaba las manos de su amado para tratar de convencerlo.-Y bueno, tal vez conocer alguna novia que tuviste-Dijo ella dándole la espalda y volteándole a ver de una manera pícara.
-No se Azuza, no me convence-Le contestó con una cara algo desconfiada.
-Ándale amor, nunca te pido nada, ahora en verdad me interesa ir-Dijo ella tomándole el rostro con sus suaves manos.
-Pero Azuza...-Aún no le convencía la idea.
-Ándale si...-Insistió sonriendo de una manera en la que Syaoran no podía decir que no y él sólo sonrió.
La noche ya había caído por completo sobre Tomoeda y la estrellas brillaban en su mejor manera, en la mansión de los Daidouji había una pequeño reunión de amigos.
-Me alegra verlos tan contentos y seguros de pasar una vida juntos-Dijo un joven de lentes, ojos azules y cabello oscuro mientras estaba sentado en un sillón individual; la verdad Eriol no había cambiado mucho desde que estaba chico.
-Claro que si Eriol, somos muy felices-Le contestó Sakura mientras estaba siendo abrazada por un joven totalmente apuesto y atractivo, sus facciones eran perfectas y finas y su cabello negro contrastaba lindo con Sakura y esos profundos ojos negors habían sido lo que habían atrapado a Sakura.
-Lo bueno es que están bien seguros de los suyo-Corroboró la linda Tomoyo, quien fue interrumpida por el sonido del teléfono que demandaba atención.
-¿Si diga?- Contestó Tomoyo.
-Y dime Eriol, ¿Has pensado en casarte con Tomoyo?-Le preguntó Kenshin, el novio de Sakura aprovechando que la aludida no se encontraba.
-Si, lo he pensado, pero no se, no he hablado de eso con ella-Contestó el guapo hombre de 26 años con su linda y peculiar sonrisa.
-Estoy segura de que Tomoyo aceptará-Dijo Sakura para dar ánimos.
-Gracias Sakura-Contestó Eriol.
-¡¿Qué?-Se sorprendía Tomoyo mientras estaba al teléfono-Pero esa si que es una noticia-Sonreía la linda mujer.-Entonces si, ahí estaré- Dijo para concluir la plática y volver a la sala con sus amigos sin dar explicación alguna, solo compartió una discreta mirada con su amado Eriol, quien al parecer, entendía la situación.
Al día siguiente había un poco más de frío en Tomoeda, en el aeropuerto un avión procedente de Honk Kong estaba próximo a irse de regreso y una pareja estaba recién llegada esperaba que llegaran a recogerlos.
-Fue un viaje muy largo-Dijo a su novio una jovencita muy hermosa mientras se estiraba.-¿Syaoran?-Lo llamó ya que no le hacía caso al llamarlo ya que Syaoran estaba contemplando aquel aeropuerto que hacía algunos años no veía y ahora se notaba un poco diferente, pero por fin logró escuchar a la insistente chica.
-¿Qué pasa?-Preguntó la chica ya que le prestó atención, pero no hubo tiempo para una respuesta ya que alguien los distrajo.
-Hola, buenos días-Se escuchó la dulce voz de una mujer.-Bienvenidos-Dijo la mujer de cabello largo y negro recogido en media cola y lindos ojos azules.
-Hola Daidouji-La saludó Syaoran sonriendo muy contento.
-¿La conoces?, Syaoran-Preguntó la chica desconfiada mientras alguien tomaba las maletas de Azuza.
-Es un gusto conocerte y el que estés aquí también.-Le dijo sonriendo Eriol.
-Hiraguisawa-Dijo Syaoran.
-Hace mucho que no te veíamos Lee-
-Syaoran...-Le hablaba confundida la linda Azuka.
-Azuza..., ellos son dos de mis mejores amigos, ella es Tomoyo Daidouji y él es Eriol Hiraguisawa-Presentó él y ellos sonrieron afirmando lo dicho por él.- Chicos, ella es Azuza Chow-Dijo Syaoran volteándola a ver –Es mi novia- Concluyó.
-Es un placer conocerlos-Saludó ella haciendo una reverencia.
-¿¡Que?-Se sorprendió Eriol.
-¿Su novia?-Se preguntaba Tomoyo desconcertada, pero actuó de inmediato acercándose a ella –Es un gusto conocerte –Dijo muy amablemente mientras tomaba su mano en forma de saludo.
-Igual el mío-Le contestó Azuza algo extrañada por la actitud de Tomoyo.
-Bueno, que tal si nos vamos ya-Propuso Eriol.
-Si-Apoyó Azuza y entonces emprendieron la marcha.
Mientras caminaban y Eriol platicaba con Azuza, uno de los cuatro integrantes se detuvo en seco, Syaoran se detuvo un momento para contemplar un lugar de ese aeropuerto que le traía recuerdos de su juventud.
-No está-Lo interrumpió la voz de Tomoyo.-Como tú bien me lo pediste, ella no está aquí, ella no sabe de tu llegada-Le dijo ella.
-Si, lo sé-Dijo Syaoran girando la cabeza a modo de evadir la mirada de Tomoyo.
-¿Sabes algo?-Siguió ella para llamar su atención.-Ella a avanzado mucho desde que tú la dejaste, a cambiado un poco, así que...-Decía ella y él no perdía nada de la conversación.-...Que no te sorprendan las sorpresas que hay para ti.-Concluyó ella y él contempló una vez más ese lugar antes de seguir su camino.
Era temprano en la casa de los Daidouji cuando las visitas del extranjero llegaron para buscar techo donde dormir.
-¡Que linda y que grande es tu casa!-Decía impresionada la joven Azuza.
-Que amable eres Azuza -Agradeció Tomoyo sonriendo amablemente.
-Tengo una idea-Intervino Eriol.-La señorita Azuza vino a conocer, porque no se acomodan y luego salen a pasear-Dijo él amablemente.
-Me gusta mucho la idea, solo me cambio y nos vamos-Dijo felizmente.-¿Te agrada la idea Syaoran?-
-Sí, está bien- Le apoyó y corriendo subió a cambiarse, se soltó el cabello y del lado derecho se lo recogió con una trenza, como hacía calor se vistió con un lindo vestido blanco y unas lindas calcetas cubrían sus delgadas piernas.
-Ya estoy lista, ya nos podemos ir-Dijo alegremente mientras bajaba las escaleras corriendo.
-Si, vámonos-Dijo él un una ligera sonrisa.
-Ya nos vamos, nos vemos al rato, adiós-Dijo ella mientras tomaba el brazo de su amado novio y salían por la puerta.
-Si, adiós-Se despidió Tomoyo y Eriol sólo se despidió con una linda sonrisa. Ya iban lejos y ellos no los dejaban de ver.- Te conozco y se que hay algo más mi amor, ¿que es?-Dijo ella algo misteriosa.
-Ya lo verás a su debido tiempo amor-Le contestó él aún mas misteriosamente.
Era de tarde en Tomoeda y el sol caía lentamente, los bellos rayos que se dibujaban en el cielo daban la impresión de que el cielo se quemaba, el viento soplaba cálido y mecía los lindos follajes de los árboles; una linda chica corría muy contenta por las calles junto a su apuesto novio y este disfrutaba tanto verla así que se notaba infinitamente feliz.
-Ven amor-Decía la feliz mujer mientras tomaba la mano de su novio.-Vamos a esa tienda y luego me acompañas a mi casa, ¿si Kenshin?-
-Si, vamos Sakura-Le aceptó sonriente y entraron a una linda tienda, mientras que al mismo tiempo un muchacho esperaba a su joven novia volver de una tienda cercana a la que entraron Sakura y Kenshin.
-Syaoran-Se oyó el grito de alguien que lo llamaba.-Mira lo que compré, ¿Verdad que está muy lindo?-Dijo muy contenta, como una niña pequeña.
-Sí, es verdad-
-Oye amor, vamos a comer y luego vamos a una tienda linda de la que me contaron-
-Si, está bien-
La noche había cubierto los cielos con su negro manto y las estrellas brillaban como delicadas luciérnagas; una pareja de novios caminaban rumbo a la casa tomados de la mano.
-Kenshin, me divertí mucho, muchas gracias-Le comentó ella con cierta luz en sus ojos.
-Yo también me divertí mucho, mi amada Sakura-
-Voy a entrar a esa tienda, no tardo-Dijo una joven chica a su novio que estaban por ahí cerca.
-Sí, aquí te espero Azuza-Aceptó él.
Sakura y Kenshin ya estaban en la puerta de entrada y estaban en el momento más triste del día para ellos, su despedida.
-Te quiero mucho, amor mío-Dijo ella mientras rodeaba por el cuello a su apuesto novio.
-Y yo a ti, mi princesa, mi Sakura-Dijo él rodeándole por la cintura.
-Pero...-Dijo un chico que esperaba a su novia mientras observaba los alrededores.- "Su casa es por aquí"-Pensaba mientras caminaba hasta llegar a una esquina cerca de una casa ya conocida para él; cuando llegó, vio algo que lo dejó algo perpleja, en la puerta de esa casa ya conocida, había una pareja de novios compartiendo besos a la luz de las estrellas.
-Ya me tengo que ir amor, nos vemos mañana-Dijo Kenshin despidiéndose de su amada.
-Si mi amor, hasta mañana-Dijo ella con un ligero sonrojo.
Kenshin ya se marchaba y Sakura lo miraba fijamente, sin darse cuenta de que alguien la observaba. Syaoran estaba ligeramente rojo de sus mejillas mientras contemplaba la linda figura de Sakura, ya no era la misma niña de ese tiempo, ahora era toda una mujer y el cálido viento le mecía esos lindos cabellos.
-Esa energía...-Dijo Sakura percatándose de que alguien la observaba y cuando volteó a ver, se encontró con la mirada de alguien conocido.-Eres tu...-Dijo en voz baja.
Los dos se aproximaron cautelosamente el uno al otro hasta quedar a una distancia aceptable para verse detenidamente.
-"Ella ya cambió un poco...-Escuchaba Syaoran la voz de Tomoyo resonar en cu cabeza.-..Así que no te sorprendas si te encuentras con una sorpresa" Ahora sé a lo que se refiere-Pensaba Syaoran mientras sonreía un poco.
-Y ¿Cuando llegaste?-Se escuchó la seria voz de Sakura que lo sacó de sus pensamientos.
-Hoy apenas-Le contestó con una linda sonrisa.
-Ya veo-Dijo ella mientras giraba la cabeza para evadir la mirada de Syaoran.
-Y dime, ¿Quien es él?-Preguntó Syaoran.
-Él, es mi novio-Dijo algo apenada.
-Y ¿Te trata bien?-Preguntó algo preocupado.
-Si, es muy lindo-Dijo ella sonriendo satisfactoriamente.
-Que bueno, más le vale-Dijo él evitando la mirada de Sakura con su habitual frialdad y Sakura lo vio con cierta ternura.
-¡Syaoran!-Se escuchó la voz de una joven chica de vestido blanco que corría hacia donde estaban ellos.-Encontré este libro, mira, es muy interesante-Decía la chica a Syaoran muy animada mientras este la escuchaba con ternura, Sakura miraba a la linda chica, observaba lo joven que se veía, lo linda que era; después de un momento, Azuza se percató de que alguien la miraba y la volteó a ver.-Perdón, interrumpí-Dijo ella en el momento en que vio a Sakura.
-No, para nada-Contestó Sakura con una linda sonrisa.
-Lo que pasa es que me encontré con Sakura, una persona que yo quise mucho en mi adolescencia-Explicó Syaoran mientras que Sakura escuchaba atentamente.
-Ahora veo porque te familiarizaste con aquella flor de cerezo-Dijo ella algo seria al recordar aquel día en el parque.
-Si, así es-Contestó Syaoran sonriendo.-Mira Sakura –Le habó a la chica, pero Azuza notó algo extraño, Syaoran no dejaba de sonreír desde hacía rato, era una sonrisa diferente a otras.-Sakura, ella es Azuza, es mi novia-Presentó.
-Ah ya veo-Dijo Sakura sonriendo, se acercó a Azuza y le tomó la mano para saludarla.-Es un gusto conocerte-Dijo sonriendo con la misma ternura de siempre y esto hizo que Azuza se sonrojara un poco, pero algo le sorprendió mucho más, vio de reojo a Syaoran y vio que estaba sonriendo de una manera muy extraña, era raro verlo así, nunca lo había visto sonreír de esa manera.
-Bueno, me tengo que ir así que luego nos vemos-Se despidió Sakura y emprendió el camino de regreso a su casa, Syaoran no le quitaba la mirada de encima mientras que Azuza lo vio y sólo pudo sonreír.
-Sabes Syaoran, ella es una buena persona-Dijo ella con una linda sonrisa.
-Si, tienes razón Azuka-Dijo sin dejar de reír.-¿No vamos?-
-Si- Y emprendieron su camino de regreso a la casa de Tomoyo, pero alguien los observaba desde una ventana de una casa cerca de ahí.
-Que decepción-Se dijo a si misma Sakura desde la oscuridad de su casa mientras algunas involuntarias lágrimas caían por sus mejillas.
-Tu habitación ya está lista para que duermas-Decía Tomoyo a Azuza abriéndole la puerta.
-Muchas gracias-Dijo y entró en su habitación directo a la gran ventana que estaba en dirección al gran patio.-Las noches aquí son muy lindas Tomoyo-Dijo al asomarse por la ventana y ver a alguien amado por ella paseando por el patio.- Tomoyo.. ¿Te puedo hacer una pregunta?-Dijo muy extraña volteándola a ver.
-Si claro, que pasa-Le contestó amablemente mientras la jovencita se sentaba en la cama.
-Dime, ¿Quién es Sakura y que fue para Syaoran en el pasado?-
-¿Sakura? ¿Porque lo dices?-Dijo Tomoyo muy impresionada por la pregunta, esto era algo totalmente fuera de los planes.
-Es que hoy la conocí y pues como haz de saber, Syaoran no sonríe con cualquiera, con ella no dejaba de sonreír y eso es algo muy raro-
-Así que vieron a Sakura, ya veo-Dijo con sus ojos cerrados dando una expresión de resignación.-Mira, yo no soy la persona indicada para decirte todo, pero si te puedo decir que ella cambió mucho a Lee y él la cambió mucho a ella-Le explicaba a Azuza.-Ambos fueron personas sumamente importantes para el otro-
-Dime ¿Fue su novia?-Preguntó intrigada y solo recibió de respuesta una sonrisa y seguido Tomoyo caminó rumbo a la puerta.-Tomoyo, no me contestaste-Insistió Azuza.
-Que duermas bien pequeña, cualquier cosa, no dudes en buscarme-Fue la respuesta de Tomoyo junto con una linda sonrisa, pero Azuza no era ilusa, sabía que había algo que le ocultaban.
En el patio las estrellas brillaban mientras un apuesto hombre meditaba a cerca de una linda chica que creía ya haber olvidado; Sakura había cambiado, lo sabía Syaoran, pero a su vez seguía siendo esa misma niña llena de bondad y ternura, pero no había sido fácil verla junto con otro hombre, su novio, Syaoran ahora estaba confundido, no sabía que sentir o que pensar.
-Es verdad, Sakura sigue siendo igual de linda-La voz de Eriol lo sacó de sus pensamientos.-Y puedo ver que conociste a su novio Kenshin-Dijo el joven Hiraguisawa con su ya conocida sonrisa misteriosa.
-Tú lo sabías-Dijo algo serio y recibió una sonrisa de respuesta, Syaoran siguió contemplando las estrellas.
-¿Que vas a hacer Syaoran?-Preguntó con un tono lleno de complicidad, Syaoran siguió viendo las estrellas sin decir palabra alguna
Pero la noche no solo consolaba el pesar de Azuza y Syaoran, en una casa no muy lejos de la mansión, una linda mujer estaba sentada en su cama lista para dormir, pero las lágrimas no le permitían conciliar el sueño: Sakura desde que vio a Syaoran por algún motivo no dejaba de llorar, no lo entendía, pensó que ya lo había superado y por eso se iba a casar con Kenshin, pero ¿porque lloraba? "Syaoran" pensaba mientras en su mano derecha jugueteaba con un anillo de compromiso.
El día llegó y aún era cálido, Kenshin llegó temprano a la casa de Sakura, entonces tocó el timbre y salió de la casa una chica vestida como colegiala: una playera estilo marinerito azul con blanco, una linda faldita azul y dos colitas adornando su cabello.
-Hola Kenshin- Saludó ella algo desganada.
-Hola amor, veo que te pusiste esa ropa parecida a la de tu uniforme-Dijo él con la misma alegría de siempre.
-Si, bueno, vámonos- Dijo de manera cortante.
-Sakura-Dijo en voz baja Kenshin preocupado por su actitud.
Toda la mañana Sakura estuvo con la cabeza en otro lado, hasta que llegaron a un café para descansar un poco, café que era conocido no solo para Sakura, sino también para Tomoyo y así, Tomoyo llegó a ese mismo café junto con ellos, pero Sakura no se percató de que ahí estaba su amiga, sin embargo, Kenshin si la vio.
-Mira amor, ve y aparta una mesa, ahora voy- Le pidió Kenshin.
-Si-Le dijo y Kenshin fue a su encuentro con Tomoyo, ella ya lo esperaba.
-Así que quieres que hable con ella-Concluyó Tomoyo después de un momento de plática.
-Si, porque desde la mañana está muy seria y eso es muy raro en ella y tú mejor que nadie lo sabe Tomoyo; por eso creo que algo está mal y por ello te pido ayuda-Suplicaba preocupado el joven hombre.
-Sí, está bien Kenshin-Afirmó la linda mujer.
-Gracias Tomoyo-
Sakura esperaba sentada en una mesita a fuera del local del café, esta ya tenía una taza medio llena mientras que contemplaba el anillo de compromiso en su mano izquierda, el anillo que Kenshin le había dado y que ella gustosa había aceptado, pero ella no pensaba en él, sino que estaba pensando en ese hombre, en que Syaoran se veía muy atractivo, pero que él tenía una novia, novia muy joven para su parecer, si, muy linda, pero muy chica.
-No sabía que le gustaban las niñitas-Dijo algo molesta.
-Hola Sakura-Interrumpió alguien sus pensamientos.
-Tomoyo-Le sorprendió verla ahí.
-¿Cómo estas Sakura?-Decía mientras se sentaba en la mesa.
-Bien, muchas gracias por preguntar-
-Sabes, Syaoran llegó ayer de China-Le comentó con una pequeña sonrisa.
-Si, lo sé, lo vi ayer con su novia-Parecía que a Sakura le dolía decirlo.
-Entonces ya conoces a Azuza- Dijo mientras bajaba la cabeza en señal de aceptación.-Y dime Sakura, ¿Cómo estás?-Le preguntó algo preocupada.
-Hay Tomoyo, si lo dices por lo que pasó, yo ya lo superé-Dijo simulando alegría.-Éramos jóvenes y pues solo fue un amor de juventud, solo un amor de juventud-Repitió como para convencerse, pero algo en esas palabras transmitía dolor y Tomoyo la miró con inmensa ternura ya que ella sabía que era lo que pasaba por la cabeza de su amiga Sakura.
-Sabes, Kenshin está preocupado, no sabe que es lo que pasa-
-¿Kenshin?-Se sorprendió Sakura.
-Sakura, yo soy de la idea de que le cuentes de Syaoran, él merece una explicación y aún así, si no se casan...-Decía Tomoyo con tanta verdad, con tanta ternura que hizo sorprender a Sakura, hacía mucho no tenían una plática como esa.-...Aún así, no te sentirás tan mal por él, porque al final supo la verdad-Esto dejó pensando muy seriamente a Sakura.
-Bueno, ya me tengo que ir-Dijo Tomoyo mientras se levantaba de su silla.-A propósito... arreglada así, me recuerdas mucho cuando íbamos en preparatoria-Fue lo que Tomoyo dijo para concluir, pero estas últimas palabras desconcertaron mucho a Sakura, era como si en preparatoria estuviera lo que le atormentaba y por eso, los lindos ojos se le llenaron de lágrimas.
-Hola amor, ya vine, como vi que estabas platicando con Tomoyo no quise interrumpir-Dijo Kenshin con una linda sonrisa.
-Kenshin, tengo que decirte algo-Dijo Sakura con la voz cortada y la sombra de su fleco tapándole los ojos.
-Sí, ¿Qué pasa?-Dijo preocupado mientras se sentaba y entonces Sakura comenzó a hablar.
-Desde la primaria conozco a Syaoran, un niño al que amé con toda mi alma..-Sakura trataba de reunir todas las fuerzas posibles para acomodar su voz.-...él vivía en China, pero por otras causas vino a Tomoeda y después de muchos acontecimientos yo...me enamoré de él y él de mi... Él tuvo que regresar a Honk Kong cuando empezábamos a estudiar el primero de secundaria, pero yo le prometí que lo esperaría hasta que pudiera regresar y cuando yo estaba empezando a estudiar la preparatoria él... él volvió y yo fui totalmente feliz, desde que volvió fuimos novios, toda la preparatoria y desde el principio ya teníamos planes bien formados y decidimos que al final de la preparatoria nosotros... decidimos casarnos-Dijo Sakura sin poder evitar derramar lágrimas de dolor.
-¡¿Qué?-Exclamó Kenshin muy consternado.
-Pero las cosas no salieron bien-Sakura lloraba como lluvia de Agosto y tomaba muchas fuerzas para poder seguir hablando.-...Las cosas se complicaron y nuestros sueños se desmoronaron, él tuvo que regresar a Honk Kong...-Y ya no pudo decir nada más, las lágrimas brotaron por sí solas y aunque Kenshin estaba impactado con lo que le acababa de decir, le dolía más verla sufrir y llorar.
-Tranquila amor-Dijo él por fin tomándole la mano, se levantó y se acercó a donde estaba ella.- Pequeña, es normal lo que sientes, pero recuerda que te vas a casar conmigo y no con él, con Kenshin, no con Syaoran, yo no te voy a dejar-Decía de la manera más tierna y comprensible, mientras le tomaba su delicado rostro en seña de apoyo.-...así que ya no llores más, además, en mi tienes un fiel amigo-Concluyó y recibió una linda sonrisa de aceptación, aunque no era lo que en realidad quería transmitir.
El sol aún estaba brillando en el cielo, pero Sakura ya estaba en casa, sentada en un sofá en medio de su cuarto de libros, en medio de su pequeña biblioteca, el gran ventanal alumbraba lo que tenía entre manos, en su linda mano izquierda, adornada por un lindo anillo de compromiso, sujetaba una cajita negra, la abrió y miró melancólica otro anillo de compromiso.
-Hay Syaoran-Decía tristemente mientras veía el amillo.-¿Porque volviste Syaoran?-Dijo en voz baja mientras apretaba la pequeña cajita contra su pecho como tratando de que no se escapara ese último recuerdo.
