Era una noche cálida para ser 31 de Octubre. Cuatro buenos amigos tomaban el té en el salón de aquella pintoresca casa de del Valle de Godric, mientras que sus pequeños ,de apenas un año ,jugueteaban junto a ellos sentados en el suelo.

-Se me está haciendo tarde, debería de ir yéndome.-Dijo la mujer de cabellos blancos como la nieve.-Ya sabéis como se pone Alastor con la gente impuntual ¡Alerta permanente! – Gritó para después comenzar a reír junto a sus acompañantes.

-¡Vamos Malfoy!-Dijo su amigo , un pelinegro, desde el sofá. -Ya es la cuarta noche que te toca vigilar. Por una vez que llegues un poco tarde no pasará nada.

-Black, James-Le corrigió el otro moreno a la vez que se levantaba del sofa-Roxanne ahora es una Black .Y además ,tiene razón, ya es tarde. -Dijo mientras rodeaba a la joven con su brazo.-Yo también debería de ir a ver a Peter. Últimamente está muy raro ¿No creéis?

-Cielo, es normal que se comporte raro…-Le intentó tranquilizar la mujer mientras le besaba la mejilla-Son tiempos de mucha tensión y la gente se comporta de modo inusual. Además ya sabemos cómo de nervioso es Peter…

-Lo sé amor-Dijo tomándole de la mano y dirigiéndola a la entrada- pero no todos son guardianes de un encantamiento Fidelio.

- Bueno, ya es hora-Dijo Roxanne tomando su chaqueta del perchero-Gracias chicos por cuidar esta noche de la cachorrita. ¿Seguro que no hay problema verdad? Si quieres puedo llevarla con Andy…

-Ya te he dicho más de una vez que no hay ningún problema Rox-Le contestó la pelirroja que le tendía la bufanda-Lo contrario, gracias a la pequeña podemos romper un poco con la monotonía de este encierro. Además a Harry le encanta estar con ella.

-De todas formas Lils, yo mañana me pasaré a primera hora a recogerla.-Dijo Sirius que se estaba colocando su chaqueta de cuero-Y si queréis, también me puedo llevar a mi ahijado para que estéis solos.-Añadió guiñándole un ojo .

-¡Sirius!-Exclamó Lily escandalizada poniéndose del mismo color que su cabello.

Ante tal reacción los otros tres rompieron a reír. Eran tiempos oscuros y difíciles por lo que cualquier momento era bueno para un poco de alegría.

-Bueno, hasta mañana entonces. Gracias por todo hermano.-Dijo James abrazando a Sirius.

-De nada cornamenta-Le contestó este estrechándolo contra él- Nos vemos mañana.

La pareja junto a sus amigos se dirigieron a la puerta de la casa. Allí, los cuatro, con abrazos y besos se despidieron , sin imaginarse que esa iba a ser la última vez que se verían. Sirius y Roxanne, también se despidieron de los dos niños que no paraban de reír y de jugar ajenos a todo. La pareja salió de la casa, agarrada de la mano.

-Nos vemos después en casa ¿Vale?-Dijo la joven plantando sus labios en los labios de Sirius, dándole un tierno beso.

-Claro amor, así podremos tomarlo donde lo dejamos.-Le susurró este al oído de forma coqueta y picara. A Roxanne aquello le encantaba. A pesar de todo lo que estaba ocurriendo, Sirius, jamás dejaba que la oscuridad y el miedo opacasen su humor.

-Sirius…-Le reprendió de todas formas.

-Lo sé, lo sé. Solo ten cuidado ¿Vale? No soportaría perderte.-Dijo besándola dulcemente en la frente.

-Sí, papa…-Diciendo eso desapareció dejando a un Sirius solo y preocupado en la calle.

Roxanne apareció en una calle solitaria, frente a ella había un edificio medio en ruinas que no llamaba demasiado la atención. Ese, era el puesto donde había pasado las últimas cuatro noches vigilando. Al principio, se le hizo raro no ver a nadie allí, normalmente los hermanos Prewett, con los que hacía guardia, eran muy puntuales. La joven, en aquel momento, supuso que se les había hecho tarde y sin pensarlo demasiado se adentró en el edificio , donde debía dirigirse a la última planta .

Era una noche tranquila para estar en medio de una guerra. Hacía un tiempo que Lord Voldemort había aparecido con su ejército de mortífagos sembrando el pánico y el miedo en la sociedad mágica. Desde entonces, ella y su grupo de amigos, entre los que estaban: James, Lily, Frank ,Alice y su marido Sirius, le habían hecho frente directamente unas tres veces. Su marido, se le hacía tan raro llamar así a Sirius, solo hacía una semana que se habían casado a pesar de tener una hija en común.

-Hola Roxanne.-Dijo un a fría voz ,que reconoció enseguida, detrás de ella.

-¡TÚ!-Roxanne se giró para ver el rostro de su acompañante mientras cogía ,lo más rápido posible, la varita que tenía escondida en la bota izquierda. Una mala manía que había adoptado de su hermano. Lamentablemente, su oponente fue mucho más rápido que ella.

-¡Petrificus Totalus!-Gritó la voz inmovilizándola por completo- Vaya querida,nos volvemos a ver las caras.- Me has echado de menos ¿Verdad?-Dijo pasando su larga y puntiaguda uña por su mejilla- Me apena tanto que vayas a acabar así, querida...-Comentó con voz irónica- Si hubieras seguido los mismos pasos que nuestro querido Lucius, ahora no tendría que matarte. Pero, como no, tuviste que fugarte con el traidor de mi primo. Qué pena que en este momento tu padre se dirija a casa de los Potter para matarlos y no, no me refiero al viejo Abraxas.-Roxanne la miró con confusión-¡Ah! ¿Qué no lo sabias? Si querida, él es tu padre. ¡AVADA KEDAVRA!

Lo último que vio fue el rayo de luz verde impactando contra su cuerpo. Sus últimos pensamientos ,fueron para ellos: Para Sirius y su pequeña.

Mientras tanto en el Valle de Godric..

-¡Al fin se han dormido!-Exclamó Lily mientras bajaba las escalera y se sentaba en el sofá junto a su marido.-He tenido que poner a la pequeña a dormir en la misma cuna que Harry porque si no, no había manera. Se nota que ha salido a Sirius. Es tan cabezona como él.

-¿Te imaginas que terminan juntos?-Comentó, entonces, James en tono soñador.

-¿Quiénes?-Pregunto mientras lo abrazaba y le besaba cariñosamente la nariz.- ¿Harry y…?¡Que no te escuche Sirius!- Rio. Entonces algo sonó fuera de la casa acallándola.- Espera ¿Has oído eso?

-¿El qué?-Preguntó James preocupado. Entonces él también lo escuchó. Escuchó como alguien se acercaba a su casa. Estaba seguro de que no era ningún amigo o aliado , ellos hubieran mandado un patronus antes de llegar. Soltándose del abrazo de su mujer, se levantó y gritó:- ¡Lily, toma a los niños y vete! ¡Es él! ¡Corre! Yo lo detendré.

Sin pensarlo dos veces la pelirroja también se levantó del sofá, besó a su marido y subió las escaleras de dos en dos. Una vez arriba escuchó la puerta abrirse y como alguien pronunciaba la maldición asesina:

-¡AVADA KEDAVRA!

Lily no se dejó paralizar por el miedo ni por el dolor. Sabía perfectamente que James había muerto, pero en ese momento lo que más le importaba estaba al final del pasillo. Cuando entró a la habitación ,se fijó en la cuna y allí, vio a su hijo que tenía el cabello tan negro y rebelde como el de James pero sin embargo lo miraba con unos ojos verdes que eran igual a los de ella. Al lado de su hijo estaba la pequeña que se escondía fácilmente detrás de él. Tenía los cabellos tan blancos como los de su madre pero sus ojos, sus ojos eran como los de Sirius de un gris azulado.

-Mis pequeños, pase lo que pase no olvidéis lo importantes que sois ¡Harry mama te quiere!¡Papa te quiere!-Dijo dando un beso en la frente de cada niño cuando sintió la puerta caer abajo.-¡Sed valientes!

-¡Apártate , muchacha estúpida! Hazte a un lado ¡AHORA!

-¡Por favor! ¡Ellos no! ¡Ten piedad! ¡Ten piedad!-Suplico Lily mirando al asesino de James a los ojos. Unos ojos rojos que tantas muertes habían traído.

-¡Esta es mi última advertencia!

-¡Por favor no! ¡Haré cualquier cosa….Mátame, mátame a mí en su lugar.

-¡AVADA KEDAVRA!

Aquella noche, el mundo mágico la recordaría como la noche en la que Lord Voldermot desapareció y Harry Potter hizo historia junto a su cicatriz en forma de rayo. Lo que muchos no saben es que aquella fatídica noche también hubo una niña que sobrevivió y esta, es su historia.