¡Ladies and Gentlemen! ¡Les traigo mi regalo de San Valentín y ahora según Ao3 el día de las Obras de los Fans! 8D
Tardé una semana escribiendo esto y de a malas logré terminarlo a tiempo ~. También puedo decir que en realidad era un solo un one-shot, pero lo dividí en 6 partes conforme lo iba corrigiendo, así que por eso está así.
Advertencia: Complaceré todos los gustos (y los míos por supuesto xD) en este six-shot, es todo lo que diré para evitar dañar la sorpresa ~. -Al menos lo intentaré 8D-
Así que no hay advertencia en sí, solo que lean bajo su propio riesgo.
MASQUERADE WALTZ
CAPÍTULO 01: ¿QUIÉN?
~0-0-0~
¿Eh…? ¿Quién…? – Shizuo jadeó sus interrogantes con dificultad al notar como su cuerpo era jalado por otra persona en aquella oscuridad.
Una de las manos ajenas tomó la suya entre sus dedos mientras que la otra se encargaba de sostenerlo desde la cintura con mucha facilidad. Fue en ese momento que él se percató que las cadenas que siempre lo tenían prisionero no estaban y lo más curioso era que esa sensación de somnolencia que lo mantenía dócil, iba desapareciendo con rapidez. El rubio abrió los ojos para enterarse que su mundo visual era limitado por los dos orificios de una máscara en donde podía observar que había alguien delante de él, aun sosteniéndolo de una forma gentil.
¿Quién eres…? – Shizuo interrogó al individuo agarrándolo por los hombros mientras seguían danzando en ese ambiente frio que podía compararse a estar sumergido en el agua; su delgada vestimenta blanca no era suficiente para mantener el calor en aquel espacio. Adicionalmente, los ocasionales destellos que iluminaban el vacío eran pertenecientes a organismos que parecían flotar al igual que ellos y ayudaban a mantener un limitado análisis de lo que estaba a su alrededor.
¿Debo sentirme insultado por esa pregunta, Shizu-chan? No paso a verte durante un tiempo… ¿Y ya te olvidas de mí? ¿Es en serio~? – La voz melosa y ligeramente contrariada se hizo sentir por fin.
Izaya… - Aquella respuesta no podía tener más desprecio incluido, pero habían otras emociones agregadas que eran difíciles de adivinar para el dueño de ese nombre. Al menos era un poco diferente de las otras veces en que se había permitido venir a visitar a Shizuo.
El tiempo en que tardaste en decir mi nombre fue un poco largo. ¿No? ¿Alguien más ha venido a verte además de mí~? – La irritación se hizo presente en Izaya al preguntar esto.
Afortunadamente nadie más, pero… ¿Eso acaso importa? Por una parte desearía que nadie más viniera y me fastidiara con su estúpida presencia. – Contestó Shizuo mareándose por un momento.
De cualquier manera… ¿Por qué las máscaras esta vez…? ¿Por qué estamos bailando…? Me enferma. – Agregó el rubio quitándose la máscara de una vez para observar mejor a Izaya quien seguía usando la suya.
Quería cambiar un poco el ambiente tal vez. Con respecto al baile, si nos movemos de esta forma la poción se irá más rápido de tu sistema. ¿No te sientes mejor que un vegetal, Shizu-chan? – Izaya bromeó.
Es perturbador bailar contigo… Así que detente o te golpearé, maldito bastardo. – Shizuo sabía perfectamente que todo eso era solo un entremés de las verdaderas intenciones de aquel sujeto.
Eso sería contando que pudieras golpearme, todavía no estás al 100% de tus condiciones. No hay nada que puedas hacer aun… - Izaya hizo énfasis en esa última palabra para extrañeza de Shizuo. Pero fuera lo que fuera que el pelinegro tuviera en mente, él también tenía algo bajo la manga y planeaba usarlo cuando este estuviera con la guardia baja.
Pues hazlo antes de que pueda asesinarte. – Shizuo soltó sin rodeos, pasando sus manos por el cuello de Izaya dispuesto a estrangularlo. No obstante, antes de que sus dedos pudieran hacer gran daño, Shizuo simplemente se acercó a Izaya y depositó sus labios sobre la fina máscara con una sonrisa.
Nunca te andas por las ramas. ¿Verdad? - Izaya sonrió divertido debajo de la máscara, deteniendo la danza demente que llevaba. Sin misericordia, él empujó a Shizuo sobre una superficie acolchada que apareció de la nada gracias a sus deseos.
¡¿…?! - Shizuo estaba tirado sobre algún sitio que podía atreverse a pensar que se trataba de una cama por lo confortable que se sentía. No era de extrañar que le costara reconocer dicho mueble cuando había pasado tanto tiempo desde la última vez que había percibido tal comodidad.
¿Cuánto había sido ya…?
¿20 años?
¿30 años?
Ya no estaba seguro cuánto había sido exactamente, pero estaba agradecido de poder disfrutarlo una vez más, aunque su presencia ahí significara algo malo. Y pensando un poco en ese punto, la idea de Izaya volviendo cada cierto número de años le volvía a intrigar como todas las veces en que llegaban a esto. Siempre terminaban revolcándose en la oscuridad del olvido sin mediar muchas palabras que no fueran insultos cargados del veneno del rencor.
Heiwajima Shizuo seguía odiando a Izaya a pesar de que desde aquel incidente hubieran pasado muchos siglos. Y él estaba seguro que Izaya se sentía de la misma forma hacia él, ya que a raíz de ello, Shizuo tampoco logró lo que sea que el pelinegro tuviera en mente en su momento. Nunca descubrió a ciencia cierta lo que era, pero entendía muy bien que el hecho de que estuviera atrapado ahí significaba que su plan había fallado catastróficamente.
Mmhmm… - Shizuo resopló un poco con la mordida de Izaya quien iba despegándose de su máscara lentamente con dudas. El rubio intuía que la máscara podría estar escondiendo algo importante que Izaya no quería que viera.
Ya quítate la máscara… - Exigió el rubio sujetando un poco a Izaya desde la cintura con la poca fuerza que tenía. Comenzaba a impacientarse por la actitud del otro hombre, detestaba cuando lo hacían esperar. En eso, Shizuo pudo ver como el pálido rostro era revelado ante él junto con una mancha muy roja y negruzca en la mejilla.
¿Y eso? ¿El cielo se dio cuenta de tus fechorías y te dieron una pequeña lección? – Shizuo se rió un poco mientras decía aquello, viendo como la irritación de Izaya adornaba su rostro junto con la herida.
Eso no te incumbe, Shizu-chan~. – El hombre de la túnica negra apartó las piernas de Shizuo con ansias de hacerlo sufrir a su manera por ese molesto comentario.
Claro que me incumbe. Tengo que disfrutar cuando a la persona que me convirtió en esto le pasan cosas malas~. ¿Quién no lo haría si estuviera en mi lugar, Izaya-kun? Te lo mereces. Eso y más~. - Las manos de Shizuo se dieron la tarea de bajar la túnica del responsable de sus problemas con una gran fascinación que el mismo se regañaba por ello. Su mente sufría ese horrible desliz cada vez que Izaya juntaba su cuerpo al de él. Pero ni siquiera eso era lo que más le gustaba del cuerpo de la persona que odiaba con toda su alma.
No, lo que lo había hecho caer en la tentación era el conjunto de su cuerpo con ese otro detalle armonioso y diabólico para él.
Eres un maldito insensible… Qué bueno que te detesto~. – Izaya lamió con decisión la comisura de los labios de Shizuo hasta su quijada, dejando su mano desatar los hilos que unían las piezas de la vestimenta del hombre que estaba debajo de él. A medida que sus dedos dibujaban con un trazo imaginario los muslos de Shizuo, él memorizaba como se sentían en su mente.
Había pasado tiempo desde que él lo había tocado de esa forma.
Izaya pensaba que ese fuego que experimentaba en su interior cada vez que se reunía con Shizuo se apagaría esta última vez, pero este era hasta mucho mayor y eso lo asustaba en cierta manera porque si no lograba su objetivo esta vez…
No, no quería pensarlo ni siquiera un poco.
Esta debía ser la gran despedida.
Un ángel de tu categoría no debería decir esas cosas. Podrías ser degradado al infierno que te queda muy bien por cierto. – Escupió Shizuo atrayéndolo a un beso que no permitiría una respuesta de vuelta. Lo único que exigía era fuego para ser enaltecido con más pasión que ambos deseaban antes del verdadero plan que los dos ejecutarían al final.
El final podía esperar aún, pero el saciar la oscuridad de sus corazones estaba fuera de discusión.
La lengua de Izaya bajó por el pecho su víctima para lamer su ombligo con tal gesto obsceno que llegó a levantar por bastante la excitación de Shizuo. La ansiedad lo devoraba por la cercanía de aquella boca caliente sobre ese lugar prohibido.
¿Quieres que lo haga? Ya sabes~. ¿Lo has deseado por mucho tiempo? Dímelo~. – Las lamidas estaban instaladas en los muslos de Shizuo, cuidando de no tocar la parte importante del pobre hombre.
¡Hmfhhhh…! ¡…! – Shizuo ya notaba a la lengua traviesa ligeramente tocando su orificio posterior, regalándole espasmos que golpeaban su espalda y nuca; más cuando los arañazos en su cintura le recordaban que debían contestar a la pregunta de Izaya.
S-Si quiero… - Respondió por fin el rubio aliviado de percibir la lengua subiendo por su intranquilo miembro que soltaba las primeras gotas de deleite.
Sin embargo, aún no era suficiente para Shizuo, él quería beber más del néctar de la decadencia y de una manera que debía ser rápida porque no sabía cuándo serían interrumpidos. Aquella visita podría detenerse en cualquier momento y dejar sus recién recordadas frustraciones sexuales en el aire.
