Ayelén
Kaede
Magia… es lo normal, lo usan siempre, pero a ella degustaría vivir sin magia, hacer las cosas por sí misma, no era lo normal, no se sentía normal, aun siendo la heredera del basto reino de su padre, que ocupaba todo el continente, los antiguos países del viento, las rocas, el rayo y el agua, junto con naciones menores como el país del remolino, querían recuperar territorios, y por ese motivo estaba al borde del colapso, casi en guerra.
pov. Kaede:Mi padre dice que antes el país de origen de nuestros ancestros, lo llamaban país del fuego.
La magia aquí, en Ayelén, es el elemento básico de la vida, para aprender a usarlo se pasan tres fases: la pulsera, que ha de llevarse desde que naces hasta que acabas la escuela básica, es un catalizador básico, de protección, para evitar daños; la varita, que se entrega al acabar la escuela, cuando te quitan la pulsera, se lleva hasta que te especializas en una rama mágica, (por ejemplo, yo estoy aprendiendo partes básicas de medicina mágica) es un catalizador que según la edad que tengas, cada cumpleaños "desbloquea" una parte de poder; por último los cetros son los que se dan al acabar la formación mágica especializada, no obstante no hay muchos, y nadie sabe qué hay que hacer exactamente para conseguirlo. Hay algo raro, y es que no hay hechizos de ataque o defensa, se ha prohibido la investigación de esas ramas de la magia desde hace unos 500 años.
Aunque no me gusta usar la magia, me veo obligada en determinadas circunstancias, pues, exasperantemente, es mi deber mostrar mi poder, como garantía de seguridad "para el pueblo", por eso odio mi cumpleaños. Fin pov. Kaede
En estos momentos está paseando por el monte Myoboku, pensando en volver, pero, de alguna manera, guiada hacia un lugar, un extraño lugar… según lo que ella ve, una cascada de agua rara, o aceite, parece ser, también está lleno de estatuas de sapos, pero le llamó la atención un extraño… ¿Libro? parece serio, pero pone "guía ninja", ¿ninja?, ¿qué es eso? ¿Y porqué estaba tirado en esa fuente?
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Hinata
Hinata y Naruto sen encuentran en una habitación de la mansión Hokage, mirando a esa pequeña niña que dormía en la cuna, con su pelo de color rojo y los ojos de ese lavanda pálido típico del clan Hyûga. La nueva generación había nacido, de manos de los once de Konoha y Gaara, ahora ese unido grupo de personas, tenía nueve reyes más, nueve bebés que representaban el futuro del mundo ninja. La frase sería "Tanto en el país del fuego como en todo el mundo ninja reina la paz, y las nuevas generaciones van llegando"
-Hina-chan, lo hemos hecho bien, dattebayo - decía el rubio entusiasta, el Rokudaime Hokage.
-Naruto-kun, es verdad, pero es tan pequeña… y mi padre ya está haciendo números para que aprenda el juken…- dijo la ojiperla con un suspiro.
-No pasa nada, himechan, aunque tu padre es exagerado, el que sea pequeña no implica nada, fíjate, tú y yo somos los más pequeños de los once de konoha, aún contando con ese Gaara,
-Hai, es verdad – dijo, y se giró para darle un beso a su marido – hay que darse prisa, llegamos tarde, no me gusta despertarla, pero no hay tiempo.
Momentos después…
-¡Ya hemos llegado!
-Eh, Naruto, por aquí- dijo una Sakura feliz.
Estaban los once de Konoha, y Gaara, con sus respectivas parejas y cada pareja tenía un "Rey", estos eran: Neji Ama, de casi un año, con personalidad voluntariosa como su padre y cabello castaño como su madre; después Karura Sabaku no con el pelo café claro y ojos de un azul aguamarina, de diez meses; el siguente por edad era Choju Akimichi, un pequeño tragoncete y risueño de nueve meses de edad; Nico Aburame era… extraño, como su clan, y el quinto por orden de edad con sus siete meses; después iba, con un aspecto un poco salvaje, Natsuki Inuzuka, una niña con más bien poco miedo y cinco meses; después iba in niño de piel extremadamente blanca y el cabello rubio, Inoru Yamanaka tenía cuatro meses; la pequeña Mikoto Uchiha, de cabello rosado y ojos negros era la octava, y contaba con dos meses de edad, la última había nacido Hyûga Kushina, hacía tan apenas una semana. Seis años después de la guerra, había una nueva generación para comerse el mundo.
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Kaede
Era muy extraño, ese libro parecía importante, pero no sabía porqué, era tan exrtraño que no sabía si enseñárselo a su maestro, un mago de MUCHOS años, ella lo llamaba ojisan, pues siempre había estado a su lado, más que su padre.
-Eh, viejo, te tengo que enseñar una cosa… - dijo una normalmente atolondrada pelimorada.
-¿Pasa algo Kaede?- dijo el viejo y, al ver de refilón el libro pregunta con una extraña cara- ¿Qué es eso?
-Lo que te iba a enseñar… es un extraño libro…- dice la ojiverde
-Así que lo has encontrado tú…- dice el anciano
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Hinata
-Parece mentira… casi parecemos nuestros padres… casi no me creo que hayan nacido todos el mismo año… - dijo la ojiperla al mirar a los niños- así rián a la academia juntos… si ése es su deseo.
-Se ve que el que yo me quedara embarazada fue un incentivo…- dijo Tenten
-No creas, Cuando matsuri se quedó, yo no sabía nada de que todos votros… en fin… habíais tenido hijos…- dijo Gaara eligiendo las palabras con cuidado
-Sí-dijeron todos, una pareja con un particular deje de tristeza.
-Nosotros nos vamos- dice Naruto – Hinata está consada
