Disclaimer: Canción de Hielo y Fuego pertenece a George R. R. Martin, no a mí.

Para Learilla, con amor.


I - Tytos

Sus cinco hijos le suplicaban que no deshonrase la memoria de su difunta madre, sus banderizos le advertían que se trataba sólo de una advenediza, hasta sus criados la miraban con desprecio, como si ellos fuesen mejores que la hija de un fabricante de velas.

Pero a Tytos le daba igual. Ella era joven y lozana y alegraba sus días con canciones y risas pidiendo a cambio muy poca cosa. Así que se casó con ella y su hechizo sobre él se dejó notar desde el momento en que osó vestirse con las sedas de Lady Lannister y adornarse con su oro, o eso afirmaban sus vástagos.

En el fondo sabía que tenían razón, pero resultaba difícil decir que no a tan persuasiva beldad. No podía negarle su asiento en el consejo ni prohibirle ostentar el título de señora. Era imposible, tanto como negar a un Frey la mano de su hija, tanto como exigir el pago a sus deudores, tanto como retener a Lord Tarbeck.

Por eso, el día que sufrió un infarto mientras subía las escaleras para ir a verla, murió con la certeza de que no había errado, de que todo era tal y como debía ser.