La Esencia del Dragón
Por Dracofonte
Capítulo 1: "El chico nuevo"
León Almeida contempló sin entusiasmo el edificio que tenía frente a sus ojos; la preparatoria Juuban no resultaba muy impresionante para el joven mexicano. Una vez que terminó su inspección visual decidió entrar al recinto escolar. Al cruzar el patio atrajo sin querer las miradas de los demás estudiantes ya que no era común ver a un chico latino por esos lares; León era alto, de cabello castaño y ojos café claro.
Varios minutos después estaba siendo presentado a su clase (le había tocado en el salón 2-G). Mientras era observado de pies a cabeza por la clase como si fuese algún tipo de bicho raro, él se dedicó a observar a sus nuevo compañeros, particularmente a las chicas, pero muy a su pesar no encontró ninguna que le resultase atractiva. Las primeras horas se pasaron algo lentas debido a que a León no le resultaba para nada entretenida la clase de historia japonesa y mucho menos la de Matemáticas, así que cuando sonó la campana que indicaba el inicio del receso agradeció mentalmente a Dios. Una vez fuera del aula se fue a sentar a un apartado árbol puesto que ya se había cansando de las miradas de las que era víctima (algunas de curiosidad, algunas burlonas y otras de abierta antipatía), no era ese el tipo de atención que quería. Mientras degustaba los manjares de alta cocina que traía de almuerzo (un par de emparedados de atún) se le acercó un chico, era bajo y delgado, tenía el cabello negro corto y sus ojos se hallaban ocultos tras unos gruesos lentes.
"Hola ¿cómo estás?" dijo tímidamente el cuatro ojos.
"¿Qué onda?" replicó Almeida.
El chico de anteojos pareció desconcertado con la respuesta de León.
"¿Perdón? ¿Cómo dijiste?"
"Sólo fue un saludo" aclaró el chico latino "¿qué es lo que se te ofrece?"
El cuatro ojos pareció dudar antes de responder.
"Pues verás, sucede que mis amigos y yo nos sentamos a tomar el almuerzo aquí todos los días, pero hoy te vimos aquí y..."
"...y tú y tus amigos quieren que me vaya a otro sitio ¿cierto?"
"No, no, claro que no"
"Vamos no te pongas así, mira hagamos esto tu y tus amigos se sientan aquí y yo me siento del otro lado del árbol ¿te parece bien?"
"Hmmm, sí creo que está bien" dijo un tanto confuso.
El chico se retiró a avisarles a sus amigos; Almeida lo vio alejarse mientras sonreía, el sujeto le había agradado ya que intentó arreglar el asunto de manera diplomática y tratando de no ofenderlo, y apreciaba eso. Ah, los japoneses son extraños, creo que nunca voy a entenderlos pensó. Tomó su almuerzo y se fue a sentar al lado opuesto del árbol para continuar con lo que estaba haciendo. Al cabo de un par de minutos escuchó el sonido de pasos acercándose, supuso que se trataba del chico de lentes acompañado de sus amigos, así que decidió ignorarlos y seguir comiendo. No se había equivocado pero lo que no se esperaba es que el grupo se sentara alrededor de él.
"¿Pasa algo malo?" preguntó el ahora confundido León viendo a los recién llegados.
A parte del tipo de hacía un rato estaba una chica vestida con el uniforme escolar (obviamente) de cabello corto color verde y ojos negros quién sonreía en forma dulce; a su lado estaba otro chico, este era de complexión regular (es decir ni muy delgado ni muy gordo), tenía el cabello rubio y ojos azules. La primera en hablar fue la chica:
"¿Te importa si tomamos el almuerzo contigo?"
"No, desde luego que no" contestó el chico latino todavía más confundido.
"Gracias, disculpa si te molestamos hace rato, envié a este tonto..." dijo señalando al cuatro ojos "...a preguntarte eso pero al parecer no pudo hacer algo tan simple" luego lanzó una mirada de reproche al chico.
"No te preocupes, creo que en parte fue mi culpa ya que no le di tiempo de hablar"
"De todas formas" siguió obstinada la chica.
"Bien, hechas las aclaraciones pertinentes les importaría decirme quienes son ustedes"
"Claro, no hay problema, yo me llamó Hinako Sakamoto, tengo 16 años y voy en primer año"
"Yo soy Sho Hibiki, tengo 16 años y también voy en primer año en la misma clase que Hinako" dijo el chico de anteojos.
"Mi nombre es Ryo Inugami, tengo 16 años y asisto a la misma clase que ellos dos" dijo por último el chico de pelo rubio, sólo que en su voz había un tono un tanto áspero.
"Bueno pues yo me llamó León Almeida, tengo 17 años y voy en segundo de preparatoria y como seguramente ya habrán notado soy nuevo por aquí" declaró el chico latino.
"¡Ah!, entonces eso quiere decir que eres nuestro sempai" observó Hinako.
"¿Su qué?"
"Nuestro sempai, es decir nuestro superior, ya que estás un año arriba de nosotros" aclaró Sho.
"Ya veo, entonces ustedes llaman sempai a los alumnos de un grado superior"
El chico de lentes asintió.
Qué costumbre más extraña pensó León.
"¿Y usted de donde viene sempai Almeida?" preguntó Ryo "Por que se nota que es extranjero" esto último lo dijo con cierta hostilidad su voz.
¿Por que tengo la impresión de que no le agrado a este sujeto? pensó Almeida "Antes de responderte hazme un favor, no me llames 'sempai Almeida' ya que se oye medio raro, sólo dime León a secas ¿de acuerdo?"
Los tres asintieron en señal de conformidad.
"Bien, respondiendo a tu pregunta, Ryo, yo vengo de México"
"¿Y qué te trae por aquí, León?" quiso saber Hinako.
"Pues sólo estoy pasando una temporada con una tía mía, algunos meses o un año cuando mucho"
"Ya veo"
La conversación continuó por un buen rato, discutieron sobre cosas triviales como los gustos y aficiones de cada uno, etc., y durante la charla León descubrió el porque de la hostilidad de Ryo hacia su persona: Hinako era su novia. Así que por eso le caigo mal, está celoso de mí pensaba el chico latino. La plática siguió su curso normal sin embargo otra cosa atrajo la atención de Almeida; a unos quince metros de ahí se encontraban sentadas un grupo de chicas (cuatro para ser más preciso) bastante atractivas, pero fue una en particular la que interesó a León: una chica de cabello azul corto y ojos del mismo tono, que se hallaba leyendo un libro mientras comía un sándwich. ¿Quién será esa chica? se preguntó viéndola embelesado hasta que Hinako lo sacó del trance.
"¿Y tu qué opinas, León? ¿Oye me estás escuchando?"
"¿Eh?" dijo volviendo a la realidad "Perdóname, Hinako, no te estaba poniendo atención ¿qué es lo que me decías?"
"Nada, olvídalo" dijo la chica de cabello verde para luego dirigir su mirada hacia las cuatro chicas y sonreír de forma maliciosa "Ya veo porque no me estabas haciendo caso"
Un ligero rubor tiñó las mejillas del chico latino.
"Ejem, ¿sabes por casualidad quién es la chica de cabello azul?"
"Se llama Amy Mizuno" intervino prontamente Inugami obviamente feliz de que León estuviese interesado en otra chica.
"Con que Amy Mizuno, eh" murmuró Almeida.
"Así que te gusta la rival de Sho" comentó Hinako.
León la miró desconcertado.
"¿Rival de Sho? ¿A qué te refieres?"
"Es que si no fuera por esa chica Sho sería la persona más inteligente de la escuela" le aclaró Ryo "Tiene un IQ de 200"
Nuevamente Almeida miró a Amy Vaya, no sólo es hermosa sino también muy inteligente pensó "¿Y saben si tiene novio?"
"No, es completa, absoluta y definitivamente libre" dijo con presteza Ryo.
"Vaya, vaya, así que es cierto que tenemos un gaijin() en la escuela" se escuchó una voz cargada de sarcasmo.
Los cuatro chicos voltearon hacia un costado y se encontraron con un grupo de sujetos altos y malencarados; Hinako, Sho y Ryo se irguieron como si tuvieran resorte, León por otro lado siguió sentado en el suelo.
"¡Sempai Hayato!" exclamaron a unísono los tres alumnos de primero, se les veía bastante asustados.
"Deberías saber que en está escuela no nos gustan los extranjeros" advirtió Hayato dirigiéndose a León e ignorando al resto del grupo "Lo mejor que puedes hacer es irte de aquí, gaijin"
"Tal vez lo haga, no quiero tener que ver tu fea cara cada vez que venga a la escuela" respondió Almeida con insolencia.
Hayato se puso rojo de ira al escuchar aquellas palabras.
"¿¿¿QUÉ FUE LO QUE DIJISTE, IMBÉCIL???" exclamó completamente furioso.
"Veo que aparte de feo eres sordo" comentó León con el mismo tono burlón.
Incapaz de contenerse un segundo más Hayato se arrojó contra el chico latino, sin embargo, éste último haciendo gala de reflejos felinos evitó la acometida provocando que su atacante chocara de cabeza contra el árbol donde estaba.
"¡Auch! Espero que ese pobre árbol esté bien" dijo León con fingida preocupación.
Algo maltrecho se reincorporó Hayato, si antes estaba furioso ahora estaba que echaba chispas.
"Me las pagaras hijo de tu $&/×"
"Te sugiero que moderes tu lenguaje, recuerda que hay damas presentes"
"¡¡¡CÁLLATE!!!"
Una furiosa lluvia de golpes cayó sobre León, pero éste los esquivaba con suma facilidad aumentado el enojo y desesperación de Hayato (y el hecho de que lo hiciera con los brazos cruzados no ayudaba mucho que digamos a hacerlo sentir mejor). Ya cansado de "jugar" con su oponente Almeida decidió acabar con la pelea de una vez por todas. Esquivó un par de golpes más y aprovechando que Hayato tenía la guardia baja le conectó un rodillazo en el abdomen, éste se sujetó con fuerza la zona afectada, dio un par de pasos hacia atrás y se desplomó completamente inconsciente.
León contempló por unos segundos a su oponente para después mirar al grupo que lo acompañaba; la expresión burlona de su rostro fue reemplazada por una de seriedad absoluta.
"¿Alguien más quiere bailar con este gaijin?" preguntó en tono amenazante.
Los aludidos lo miraron con una mezcla de ira y temor, pero no se atrevieron a replicar.
"Si eso pensé"
Entonces notó que una gran número de personas se habían dado cita en el lugar y habían presenciado el "espectáculo". Entre el público notó a la chica que había estado observando antes de la pelea, la cual lo estaba mirando con el ceño fruncido, era claro que le no le gustó para nada lo que acaba de ver. El resto de los ahí congregados lo miraban con miedo, algunos, y otros con sorpresa.
Incomodo con las miradas León se volvió hacia donde estaba Hinako y le pregunto:
"Oye ¿por qué rayos me están mirando todos así?"
La chica de cabello verde despertó con la pregunta cambiando su expresión sorprendida por una de enojo.
"¿Y todavía preguntas?" le reclamó Sakamoto "Como quieres que te miren si acabas de vencer al capitán del equipo de Judo, Jubei Hayato, campeón nacional, de un SOLO golpe"
En ese momento sonó la campana indicando el final del descanso.
"Creo que discutiremos este asunto en otra ocasión" dijo León y acto seguido se marchó de ahí corriendo ¡Maldita sea! Esto no le va gustar a Okko, me dijo que no llamara la atención y fue lo primero que hice.
A la hora de la salida el joven Almeida estaba parado a un lado de la puerta principal esperando a cierta persona. No tuvo que esperar mucho tiempo ya que entre la muchedumbre pronto pudo ver a la joven de cabellos azules, Amy Mizuno. Dando un fuerte suspiro se dirigió hacia ella.
"Disculpa, tu nombre es Amy ¿verdad?" preguntó una vez que estuvo al lado de la chica.
"Sí, así es" replicó la joven Mizuno en forma tímida.
"Sabes, me preguntaba si aceptarías una invitación para tomar un café"
"Bueno... es muy amable de tu parte pero le prometí a mis amigas que iría con ellas a comer después de la escuela y ya deben estar esperándome"
"Vaya, que lástima" dijo León sin esconder su decepción "Supongo que será en otra ocasión"
"Sí"
"Por cierto mi nombre es León Almeida"
"Bueno, León, fue un placer pero ya me tengo que ir" le indicó Amy dando señales de impaciencia.
"Si, hasta luego entonces" se despidió.
Desde la puerta León vio como se alejaba la chica hasta desaparecer entre la multitud de estudiantes. Aunque se portó amable conmigo se nota que no le agrado pensó Almeida Creo que patearle el trasero a ese tal Hayato no causo buena impresión en ella. Dio otro profundo suspiro y se marchó el también.
Media hora después se encontraba en el departamento de su tía Ana devorando un gran platón de sopa de tallarines.
"Aún no me cuentas como te fue en tu primer día de clases, León" señaló su tía.
"Bueno pues hice nuevos amigos, una chica rechazó una invitación que le hice para salir y tuve una pelea con el capitán del equipo de Judo de la escuela" replicó tranquilamente el joven latino.
"¡Cielos, querido, eso es terrible!" exclamó tía Ana.
"Descuida, tía, la invitaré de nuevo y estoy seguro que entonces si aceptará"
"Me refiero a lo de la pelea"
"Oh, eso" dijo León como no dándole importancia al asunto "No te preocupes no lastime a nadie si es eso lo que te preocupa" Bueno no mucho al menos pensó luego.
"Jovencito, ¿qué te he dicho acerca de pelear en la escuela?"
"Pues en el mes que llevo aquí no recuerdo que hayas dicho algo al respecto"
"No te hagas el chistoso conmigo" lo regañó "Pondrían expulsarte de la escuela por esa tontería ¿no pensaste en eso?"
"Tienes razón no pensé en eso" admitió de mala gana el adolescente "Te prometo que de ahora en adelante no habrá más peleas" Además no creo que alguien quiera pelear conmigo después de como traté a su campeón de Judo, jeje.
"Eso está mejor"
"Bueno, tía, estoy algo cansando así que tomaré una pequeña siesta"
El chico que dirigió a su cuarto y tal y como había anunciado se quedó dormido.
Como a eso de las 7:00 PM se despertó. La siesta le había dado nuevas energías así que decidió ir a dar un paseo por los alrededores. Caminó por un rato, bastante aburrido, hasta que algo llamó su atención. A lo lejos podía distinguirse una gran columna de humo.
"¿Qué rayos es eso?" se preguntó.
Lita Kino observaba incrédula como el edificio vecino al suyo era consumido por las llamas. La policía la había desalojado de su apartamento al igual que sus vecinos como medida de seguridad en caso de que el incendio se extendiera a su edificio por lo que ahora contemplaba el macabro espectáculo en los límites del cerco de seguridad puesto por los chicos de azul. Estando ahí, sin querer, escuchó una conversación que le interesó.
"¿Está seguro de lo que dice, sargento?" preguntó un policía a otro.
"Completamente, capitán" replicó "Hay tres personas atrapadas en el antepenúltimo piso y la única manera de llegar ahí es por medio del techo, pero no han podido contactar con el equipo especial; han enviado a buscarlos pero el jefe de bomberos no está seguro de que las víctimas aguanten tanto"
"¡Maldita sea!" exclamó el capitán "¿Qué podemos hacer entonces?"
"Creo que sólo nos resta rezar" comentó el sargento en forma sombría.
No puedo quedarme aquí sin hacer, debo ayudar a esas personas pensó Lita.
Acto seguido se alejó de la muchedumbre de curiosos y buscó un sitio solitario donde poder transformarse en Sailor Jupiter. Una vez realizada dicha operación (no esperaran que me ponga a describir la transformación ¿o sí?) subió a un edificio cercano y comenzó a brincar de azotea en azotea hasta llegar a la del edificio en llamas. Pero cuando estuvo ahí se sorprendió al ver que alguien más había tenido su misma idea. La sailor scout se acercó con cautela al desconocido quien también había notado su presencia.
"¿Quién eres y qué es lo que estas haciendo aquí?" preguntó con hostilidad.
"Estaba por preguntarte lo mismo" replicó el desconocido.
"Yo soy Sailor Jupiter y he venido a salvar a las personas que están atrapadas adentro de ese edificio"
"Pues parece que tenemos el mismo objetivo"
A la sailor no le agradaba para nada la apariencia de aquel sujeto, estaba vestido con una especie de armadura color azul que le cubría la mayor parte del cuerpo, su rostro se hallaba oculto tras la careta de su yelmo (el cual tenía la forma de una cabeza de dragón).
"Todavía no me has dicho quien eres" le recordó Lita.
"Puedes llamarme Shiryu, el Dragón del Mar" replicó el misterioso individuo.
Por un momento ambos se observaron en silencio como si estuviesen estudiando. Fue la scout quien finalmente rompió aquel silencio.
"¿Y bien? ¿Vamos a estar todo el día viéndonos o vamos a ir a rescatar a las personas que están atrapadas adentro?"
"No recuerdo haber pedido tu ayuda" le contestó Shiryu.
"Que curioso, yo tampoco" dijo Lita a su vez en forma irónica.
El Dragón del Mar dio un suspiro de resignación "De acuerdo" dijo "La vida me ha enseñado que no es buena idea discutir con una mujer". Le dio la espalda a Sailor Jupiter y comenzó a caminar hacia la entrada al edificio. La scout siguió su ejemplo.
"Me pregunto si estará la puerta cerrada" dijo la sailor y acto seguido tomó la perilla pero inmediatamente la soltó "¡Auch! Esta cosa está ardiendo"
"Sabes, este edificio se está quemando casi por completo y el fuego tiene la graciosa característica de elevar la temperatura de las cosas que consume" comentó Shiryu con mordaz ironía.
Sailor Jupiter le dedicó una mirada fulminante.
"Este no es el momento para sutilezas" dijo Lita enojada para luego derribar la puerta de una fuerte patada "Listo"
"¡Oye, que buena patada!"
"Gracias"
"Igual que la de una mula"
"Grrr, eres un..."
"Vamos no hay tiempo que perder" dijo apresuradamente el misterioso individuo para después introducirse al edificio.
"Ya me las pagarás" musitó la sailor scout y después lo siguió.
Rápidamente ambos llegaron al piso indicado, donde se suponía había gente atrapada sin embargo el lugar era un infierno.
"¡Rayos!" maldijo Sailor Jupiter "Así no podremos pasar y no creo que haya un extintor por aquí cerca"
"¿Extintor? ¿Para qué necesitas un extintor cuando me tienes a mí?"
El Dragón del Mar se colocó frente a Lita; un aura azul comenzó a rodear todo su cuerpo.
"¿Que demonios haces?" preguntó la scout.
"¡Esto!" Shiryu extendió su mano derecha al frente "¡¡¡Tempestad Marina!!!"
Una poderosa corriente de agua salió de la mano del superhéroe cubriendo todo el lugar y extinguiendo las llamas por completo. Lita estaba impresionada Se parece al ataque de Sailor Mercury, sólo que mucho más fuerte pensó.
"Listo" dijo el Dragón sacudiéndose las manos "Ahora tu ve a esa habitación del fondo, ahí hay alguien atrapado"
"¿Cómo puedes saberlo?" preguntó Jupiter algo dudosa.
"Porque puedo sentir su presencia" replicó Shiryu.
Lita asintió y se dirigió al lugar indicado; derribó la puerta de un golpe y tal como lo había anunciado su compañero había una persona adentro. Se trataba de un hombre de mediana edad.
"Oiga ¿se encuentra bien?"
Pero el sujeto no respondió, evidentemente estaba inconsciente, por lo que la sailor scout tuvo que sacarlo a cuestas. Al salir notó que Shiryu llevaba cargando a otras dos personas; una era una mujer, no supo de que edad puesto que no pudo verle el rostro y la otra era una niña como de diez años, ambas estaban inconscientes.
"Bien, creo que son todos es hora de irnos" dijo el Dragón del Mar.
"De acuerdo"
Ambos abandonaron el lugar a toda velocidad. Una vez afuera saltaron a la azotea del edificio contiguo. Recordando las clases de primeros auxilios de Amy, Lita consiguió reanimar a las víctimas del siniestro.
"¿Cómo están?" quiso saber Shiryu.
"Mejor, sólo necesitan un poco de aire fresco" contestó Sailor Jupiter.
"Excelente, ahora ya puedo añadir 'Rescate' a mi currículo de superhéroe, tal vez me acepten en algún equipo de héroes súper poderosos como la Liga de la Justicia o los Avengers"
"Por cierto" empezó a decir la scout "Gracias por la ayuda, no creo que hubiera podido rescatar a esas personas yo sola"
"Lo sé" replicó tranquilamente el Dragón.
"¡Oye!" se quejó Lita "Se supone que ésta es la parte donde te portas humilde y respondes que tu tampoco hubieras podido hacerlo sin mí"
"Mentiría si dijera eso y yo soy un chico bueno y los chicos buenos no decimos mentiras"
"Sabes, eres la persona más irritante que he conocido"
"Sí, lo sé, pero eso es parte de mi encanto"
¡¡¡BOOOOOOMMMMM!!!
Un fuerte explosión se produjo dentro del edificio incendiado.
"No creo que los bomberos tengan la capacidad para apagar este incendio, será mejor echarles una mano" observó Shiryu.
"¿Vas a usar tu ataque de nuevo?" le preguntó Lita.
Pero el Dragón del Mar no respondió, comenzó a elevar su aura como lo había hecho anteriormente sólo que ahora parecía que iba a usar mucho más poder que antes. Extendió ambos brazos al frente y gritó:
"¡¡¡Tempestad Marina!!!"
El poderosísimo flujo de agua chocó contra el edificio en llamas y casi de inmediato el fuego comenzó a extinguirse. Todos los presentes no daban crédito a lo que sus ojos estaban viendo. En cuestión de segundos, el torrente de agua apagó completamente el incendio.
"Para apagar esa sed ardiente no hay nada mejor que el refresco 'Tempestad Marina', sensación refrescante 100 garantizada o la devolución de su dinero" bromeó Shiryu.
Sailor Jupiter estaba literalmente sin palabras. No podía creer el poder que tenía Shiryu Este último poder fue como diez veces más fuerte que el anterior y el tipo ni siquiera se ve cansado ¿quién diablos es este sujeto?. pensó.
"¿Qué pasa, amiga? Parece como si hubieras visto un fantasma" dijo el dragón.
"¿Quién eres tú realmente, Shiryu?" preguntó en tono serio la scout.
"Pues verás, el artículo 12, sección XLIII del código internacional de superhéroes me impide revelar mi identidad secreta en la primera cita, claro que si tú quieres podemos conocernos más y..."
"¡Ya deja de estar jugando!" exclamó Lita con impaciencia "¡Sabes perfectamente a qué me refiero, nadie puede hacer algo como lo que tú hiciste"
"Qué puedo decir, es talento natural"
Shiryu ya estaba sacando de quicio a Sailor Jupiter quien tenía ganas de molerlo a golpes. De pronto una fuerte luz ilumino a la pareja de héroes, Lita (que estaba de espaldas a la luz) se volvió y descubrió que se trataba del helicóptero de la policía. Cuando volvió a mirar donde estaba el dragón éste ya no se hallaba ahí, había aprovechado la pequeña distracción de la scout para huir. Sailor Jupiter lo buscó desesperadamente por todos lados pero el tipo se había esfumado.
"¡Maldición!" exclamó furiosa "¡Ya nos volveremos a ver y entonces si me las pagarás todas juntas ¿oíste?, todas juntas!" dijo gritando a todo pulmón dejando perplejos a los policías del helicóptero y las personas que habían rescatado.
Fin del Capítulo 1
Nota del autor: ¡Por fin pude escribir un capítulo decente! Debo decir que hice tantos intentos que ya hasta perdí la cuenta pero no importa. Este es mi primer Fanfic así que no les extrañe que no sea muy bueno, pero en fin, por algo se ha de empezar ¿o no?. Por cierto, el personaje que apareció en este episodio (Shiryu, el Dragón Marino) no tiene nada que ver con el personaje de Saint Seiya, únicamente son tocayos.
()El término "Gaijin" es utilizado por los japoneses para referirse a los extranjeros pero de manera despectiva. Supongo que es como cuando los latinoamericanos nos referimos a los estadounidenses como gringos, por ejemplo. Aunque no estoy del todo seguro si lo usan con todos los extranjeros ya que sólo lo he escuchado cuando se refieren a gringos, perdón, a estadounidenses.
