Ninguno de estos personajes me pertenece. Todos son obra de JK Rowling.

Esta historia es de Florence D. P. Snape .Yo solo la he traducido con mucho gusto para vosotrs.

Capítulo 001 - Snape

diciembre 1998

23hs.

Por las calles cubiertas de blanco de París, un hombre caminaba sin importar los pocos copos de nieve que le blanquecía los cabellos lisos y muy negros. Los había mantenido largos, no quiso cortarlos, de cualquier forma nadie lo podría reconocer con sus actuales vestimentas. Había abandonado las largas vestimentas oscuras de los tiempos de Hogwarts. Ahora se vestía cómo cualquier profesor de por allí. Pero sus combinaciones preferidas no pasaban mucho de pantalones de vestir oscuros, camisas oscuras - pero no necesariamente negras -, y un abrigo, este era siempre negro.

"Dos meses..." - pensaba, con cierto alivio y, por no decir, incredulidad.

Hace dos meses atrás, él jamás podría haber estado caminando tranquilamente por las calles de cualquier ciudad.

"Muchos menos en Londres."

Hace dos meses atrás, él era el hombre más buscado por los miembros de la Orden de la Fénix, después de Voldemort. Hace dos meses atrás, él era el mortifago más prestigiado entre sus compañeros. Hace dos meses atrás, él jamás consideraría sobrevivir. Hace dos meses atrás, la guerra había terminado. Hace dos meses atrás, él se hacia llamar Severus Snape.

-Professour Neveu! -lo llamo una voz.

Le tomo tres segundos enteros para que Snape acordara que era a él a quién el chico llamaba. Aquel era su nombre ahora, Gerard Neveu. Ridículo, sin dudas, pero era el menos apropiado para él, por lo tanto, el más adecuado para la situación muerto-a pesar-de-vivo en que Severus Snape se encontraba. Él suspiró al percibir de quién lo llamaba - Fernand Vittel, un alumno brillante del curso avanzado de pociones de la Universidad de Lyon, no era una cabeza-loca cualquiera -, entonces, él paró de caminar y se dio la vuelta.

- Professour Neveu. Que marravilla encontrarrle. - dijo el chico al llegar hasta Snape/Neveu.

-¿Me buscabas a estas horas de la noche, Sr. Vittel? - con una ceja arqueada involuntariamente.

-Perrdone la indiscrrecion del horárrio y la imperrtinencia, señorr. Pero, como sabe, necesito un orientadorr para mi trabajo de final de currso y pensé si el señorr podría aceptar...

-Eso depende del contenido de su trabajo. - interrumpió Snape.

-Será sobre los efectos de la Poción de la Conciencia cuando administrrada en conjunto con la Mata-lobo. Trabajo con la hipótesis de auxiliarr la transforrmacion y manterr la conciencia a un hombrre lobo.

-Ciertamente Interesante. - comentó. - Yo sólo podré orientarlo a partir del mes de enero, Sr. Vittel. Búsqueme tan pronto como se reanuden las clases.

-Sí, señorr. Muchas grracias. Feliz navidad señorr. - y el chico se fue sonriendo por la calle.

Snape continuó su camino hasta en casa. Observando las muchas familias que aún estaban en la plaza decorada. Todas las familias eran muggles. Sí, él había comprado una casa en un barrio muggle, suponiendo que seria muy arriesgado cambiarse a un barrio mágico. Esquivo una bola de nieve que un niño había tirado jugando y alcanzó el patio de su casa. Entró en casa y subió directo para su cuarto. La chimenea ya estaba encendida no tardó ni cinco minutos para que Sam, su elfo doméstico, trajera su té nocturno y junto en la bandeja había una carta, que él prefirió ignorar y abrirla por la mañana.

Snape se dio una ducha rápida, se puso unos pantalones cómodos para dormir y se sentó frente a la chimenea, apreciando la soledad de su casa. Bien, tal vez esta soledad no estuviera siendo muy apreciada como fue en su día. Tenía que admitir que, que muchas veces en estos dos meses en París, se había imaginando cómo sería si fuera él a pasear de la mano con una mujer hermosa por los cafés de la ciudad.

De cualquier forma, a pesar de su compañera soledad estaba haciéndose incomoda, allí era mejor que en Londres. Si se hubiera quedado allí, si no hubiera fingido su propia muerte , su vida estaría transformada en un infierno. Tendría que soportar los miles de reconocimientos de "Héroe de guerra" que les concedieron después de Harry-el-niño-que-sobrevivió-incansablemente-y-salvó-mundo-magico-Potter haber difundido para quién quisiera oír que él, Severus Snape, estaba enamorado de Lily Evans desde la adolescencia,y por supuesto, haber sido ridiculizado por James Potter en su periodo escolar... "¡El imbécil del chiquillo entendió todo mal!¡ Aquellos recuerdos no contenían inclinaciones amorosas, sólo una gran amistad! Yo nunca estuve enamorado de Evans! ¡Yo estaba enamorado Florence,en aquella época!"

Florence. La primera persona en morir por sus decisiones equivocadas. Florence y el hijo que ella esperaba. Él intentó protegerla, intentó alejarse de ella, pero fue imposible. Florence y sus cabellos castaños, sus ojos verdes. Florence y su perfume de flores y avellanas. Tres meses lejos de ella fue más de lo que él podía soportar , más que suficiente para hacerle arrodillarse a los pies de ella y pedirle el matrimonio. Boda que nunca llegó a suceder.

Ella le oculto que estaba embarazada cuando él la abandonó. Sí, fue Snape quién la dejó. Sólo que, cuando llegó a la casa de su madre, en la Calle de la Hilandera, vio a Florence sentada en la porche hablando con Eileen, vistiendo una blusa ligera que apenas escondía la pequeña barriga redonda de tres meses, él nunca más la dejó ir. La escondió, de todo y de todos. Pero cuando,en el séptimo mes de embarazo, Avery la encontró, no quedo ningún cuerpo para ser enterrado. Sólo dulces recuerdos, transformados en una cicatriz punzante. Snape cerró los ojos al acordarla. Aún le dolía mucho. Dumbledore siempre le había dicho que aquel era el tipo de herida que jamás cicatrizaría. El viejo tenia razón.

Desde la muerte de Florence, Snape se había prometido jamás permitirse amar nuevamente. Y así lo hizo. Ahora veía que su promesa fue cumplida,: tenía 38 años y nunca volvió a envolverse sentimentalmente con ninguna mujer desde los 20 años, desde la muerte de Florence. Y estaba solo,dolorosamente solo.

Su madre fue la segunda a pagar por sus malas decisiones. Lily, la tercera.

"Dumbledore, el cuarto y el último."

Y, tal vez, de todas las atrocidades que él había sido forzado a hacer durante la guerra, matar Albus Dumbledore había sido la más difícil.

Eileen Snape se estaba muriendo, al poco tiempo, del dolor y la miseria por las decisiones del hijo que tanto amaba y que veía desperdiciar la vida en las manos de las oscuridad. Voldemort la mató, antes que la tristeza se la llevara.

"Pero fui yo quien firmó su sentencia de muerte. Así como lo de Lily. De la misma forma que la de Albus."

Florence también fue su culpa. Pero él prefería no decir eso, ni aún en pensamiento. No lo soportaba.