-Y qué tal huesos, ¿cómo va la próxima novela? –preguntó Booth intentando romper el silencio que los había acompañado desde que se subieron al carro-

-Estoy trabajando en ello, pero creo que esta vez la Dra. Reichs trabajará con un agente nuevo en la investigación de un homicidio pasional.

-¡No, no! ¡eso no es posible huesos! –interrumpió alterado Booth-

-Y ¿por qué no?

-Es muy sencillo huesos, porque Andy es el protagonista –alardeó Booth, como si al referirse a Andy se refiriera a sí mismo-

-Eso no es cierto Booth –replicó Brennan con un tono bastante presumido- la protagonista es la Dra. Reichs, Andy sólo es un personaje más.

En realidad Brennan se encontraba muy molesta con Booth y el tema que él mismo propuso, resultó propicio para descargar el sentimiento de frustración que sentía desde el día en que le dijo que estaba enamorado de otra mujer. ¿Cómo es posible que se haya enamorado tan pronto de otra mujer, cuando hace menos de un año decía que estaba seguro que yo era la mujer con la que quería compartir el resto de sus años, con la que quería envejecer? –pensaba Brennan día y noche desde el día en que se encontraron en la fuente y Booth le mostró la foto de Hannah.

-¡Claro que no huesos! y desde ya te advierto que corres el riesgo de disminuir las ventas, si sigues con esa idea.

-¡Ah! se que dices eso porque algunos lectores le dan una importancia desproporcionada, a mi parecer, a la relación sentimental de la Dra. Reichs y el agente Andy, dejando en un segundo plano los conocimientos y pericia con que ella resuelve los homicidios. Pero no tienes por qué preocuparte, en esta novela la Dra. Reichs iniciará un nuevo romance –exclamó satisfecha, con la tranquilidad que le generaba saberse ganadora de esta partida-

Booth hizo una mueca de incredulidad e insistió: ¡no será lo mismo huesos! Pero en el fondo entendió el mensaje que le enviaba su compañera. Si él había conocido otra pareja, ella podría hacer lo mismo.