¡Hola! Aquí con una nueva historia GerIta, sinceramente amo esa pareja, están awww no sé cómo explicarlo.
Bueno, esta es la primera historia drama/tragedia que escribo, aunque tiene algo de melancolía también, y no me vayan a matar por lo que va a suceder .!
Recordatorio:
*Las letras cursivas representaran los pensamientos o sueños/recuerdos de los personajes
*En un momento de la historia van a encontrar que mencione también los nombres de los personajes, aunque va sonar no se… algo mal, creí que es mejor poner sus nombres reales y su nombre como país.
Hetalia: Axis Powers no me pertenece, le pertenece a Hidekazu Himaruya
Espero que les guste y lo disfruten mucho :)
Muchas gracias por entrar y darle una oportunidad a este Fanfic.
Así que ya no los demoro más y adelante n_n
Tu recuerdo en mi presente
Parte 1
-Italia, prometo volver.- dijo un niño rubio
-Sacro imperio romano.- dijo una pequeña niña
-…sacro imperio romano…sacro imperio romano…
-SACRO IMPERIO ROMANO.- Grito Italia al despertarse de un sueño que para un momento fue agradable a algo desagradable.
Se levantó para acercarse en la venta, mientras coloco su mano sobre este, al ver como caían las gotas de lluvia.
-En dos días…- comento mientras una lagrima viajaba sobre su mejilla.
Se quedó por unos minutos ahí, tratando de despejar su mente, dejando su pasado un lado y tratar de vivir el presente. Por desgracia, se encontraban en la tercera guerra mundial, por motivos de economía Inglaterra y Francia habían tenido problemas, por lo que Francia bombardeo a Inglaterra, cosa que hizo enfadar América, provocando que hubiera venganza. Así poco a poco, cada uno de los países se unió, logrando nuevamente las alianzas, pero para algunos, al no querer pertenecer a la guerra, fueron los que sufrieron las consecuencias, como el caso de Italia. Él ya se había cansado de las guerras, en el cual se retiró, y como consecuencia su casa sufrió muchos daños, ocasionando que se fuera vivir con Alemania.
A lo lejos observo como había humo y algo de fuego ocasionado por las bombas, pero gracias a la lluvia, el humo que había, el ya no quiso ver más dolor y ver cómo la gente moría.
Al sentir el frío de la habitación y a ver logrado calmar su mente, se fue a la cama junto a lado de Alemania, quién dormía plácidamente, al ver tomado un poco para poder olvidar el dolor de su gente que sufrió ese día. Se acomodó lentamente, para no despertar al alemán; al poder acomodarse, abrazó a Alemania como nunca, ya que no quería perderlo, como a él, a Sacro Imperio Romano, sintiendo que él aun regresaría.
-A ti no te dejaré ir- comento, al cerrar sus ojos y como su última lagrima de la noche dijo.- te seguiré esperando.
A la mañana siguiente, Alemania se levantó como siempre, arreglándose para ir de nuevo a la gran guerra. Al estar alistándose, vio la herida con que regreso hace dos días, sintiendo algo de dolor por la cercanía de la bala con su blanca piel. Al terminar de vestirse, noto algo raro…Italia no se encontraba.
-¿Italia?
Comenzando a caminar por toda la casa para encontrarlo, y para su sorpresa, se encontraba preparando el desayuno.
-¡Buenas días Alemania!- contesto con su sonrisa habitual, pero con un tono melancólico en su voz.
-Buenos días- dijo extrañado
-Aquí está tu desayuno, veee~
Que era puré de papa con tocino y un par de huevos; todos pensarían que es desayuno común, pero para Ludwig no, ya que está acostumbrado a comer pasta la mayoría del tiempo. Al empezar a desayunar, noto algo raro… Feliciano no estaba desayunando.
-¿Te sucede algo?
-No- respondió aun sonriendo
-Pero… no estas desayunando
-Ah, no tengo hambre
Alemania se preocupó más, Italia sin hambre es como un soldado sin su arma.
-¿Te sientes bien?- formando su rostro de preocupación
-Anoche no logre dormir bien, y a parte se me fue el sueño, pero no te preocupes, estoy bien ~veeee~.
-Está bien
En ese momento sonó el teléfono, haciendo que Italia se levantara de su asiento para ir a contestar.
-¿Ciao?... -Oh, Austria ¿Cómo estás?-...-Oh-…-Si yo ahorita le digo-…-Si-…-Ciao- ese último "ciao" lo dijo ya un tono triste.
-¿Qué es lo que quería?- pregunto Alemania, recién acabado su desayuno
-Me pedio que te dijera, que hay soldados rusos y chinos cerca de los rumbos de su casa y que varios de sus soldados ya fueron pero no lo lograron.- al decir lo último, bajo su mirada.
-¡Scheibe! Me tengo que ir.- dijo levantándose bruscamente
Italia solo vio como preparaba sus cosas para irse, y como colocaba su arma en la espalda. Ya listo para salir de emergencia, solo escucho unos pasos atrás de él, volteando a ver los ojos cafés del italiano.
-¿Me prometes que volverás?
Se quedó pensando en su respuesta, al ver como el pobre chico lo miraba con una cara de preocupación y tristeza, lo que se limitó a sonreírle.
-Lo prometo
Al decir eso, se acercó para estar enfrente del chico y darle un tierno beso en la frente, para después irse y despedirse de él.
-Nos vemos, Italia
Y sin más, camino para el nuevo día y una nueva batalla. Al ver como Alemania se marchaba, como un flash, Sacro Imperio Romano apareció, un flash de cómo vio que se iba su primer amor y de nuevo regreso a la realidad viendo la espalda de Ludwig se alejaba.
Al cerrar la puerta, no pudo evitar tumbarse a espaldas de ella, hasta sentir su cuerpo con el frío piso y como las lágrimas brotaban sin cesar, sintiendo como su corazón latía rápido pero a la vez roto, sintiendo dolor y como su cerebro jugaba con él, enviándole recuerdos de su amado Sacro Imperio Romano, los momentos felices que estuvo con él como los tristes.
-Por qué no regresas- se dijo así mismo mientras abrazaba sus piernas y continuaba llorando- Yo jamás abandone de amarte.
Justo al decir eso, en su mente apareció un alemán.
-Alemania- y con ello colocó su mano en su pecho.- durante los siglos que conozco a Alemania, nunca pensé en ti Sacro Imperio Romano, me siento como un fliglio di puttana- comenzando llorar nuevamente.
Al pasar en la mayoría de la mañana llorando y a ver logrado calmarse, decidió hacer algo de aseo, pero en su mente regresaba en la época en que vivía con Austria y conoció el mal de este sufrimiento que él sentía.
Cada cosa que hacía para distraerse, lo recordaba a él, ya que todo lo que le gusta lo compartió con él; arte, cocina, admirar el cielo, incluso la guerra que había actualmente lo recordaba a él. Siendo ya las 3 de la tarde, sin tener noticias de Ludwig y sin querer comer, solo quiere ver a su amado Sacro Imperio Romano.
-Sé que aun vives- se dijo mientras estaba en la cama que hace unas horas había compartido con Alemania- Algo dentro de mi justamente aquí-señalando su corazón- me lo dice, tu prometiste volver, para poder estar juntos
Al poco tiempo se quedó dormido, y en sus sueños estaba un rubio de ojos azules con un traje negro y gran gorro negro, viendo cómo se marchaban y solo se dedicó a correr tras él, usando aquel vestido que usaba.
Al a ver podido alcanzarlo, abrazándolo por la espalda, diciéndole:
-Nunca me vallas a abandonar.
Y mientras dormía, él solo murmuraba:
-Sacro Imperio Romano…Alemania…Ti amo
Al a ver logrado sobrevivir otro día, Alemania regresa a casa, aunque solamente con algunos raspones. Al entrar vio todo en orden, aunque algo estaba faltando… la bienvenida que Italia siempre le hace.
-¿Italia?
-…
Al no tener respuesta del chico, se decidió ir a buscarlo y por fortuna lo encontró en su recamara en un profundo sueño. Decidió no despertarlo pero vio que su expresión había llorado bastante, así que se hinco a su lado, mientras acariciaba sus cabellos.
-Odio verte triste Feliciano, tu tristeza duele más que una bala atravesada, por favor… sonríe, esa sonrisa tuya que logra olvidar todo lo malo que está pasando, así que sonríe.
Y como si lo hubiera escuchado, Feliciano sonrío mientras aun dormía, haciendo que Ludwig sonriera, así que se levantó y colocando un beso en su frente para ir a cenar algo y curar sus heridas y después dormir a lado de su mejor amigo.
Al ser 3 de la mañana, estando todo tranquilo y silencioso, Italia despierta sudando y con su respiración agitada.
-Volví soñar contigo- se dijo
Se levantó de su cama para acercarse de nuevo a la ventana, pero esta vez no se encontraba lloviendo, si no que la luna llena brillaba como si nunca lo hubiera hecho, y como reflejo coloco su mano sobre el vidrio, como si estuviese tocando la luna.
-1 día…
Y estuvo admirándola un rato, hasta que ya no aguanto más ese dolor y confusión que sentía, al recordarse con él y ver como Alemania lo recordaba a él, pero ya no resistió, espero bastantes siglos para su regreso, pero ya, llego a su límite y es tiempo que esto cambie.
-Sacro Imperio Romano, iré a buscarte y te encontraré, no importa cuánto tarde y donde estas, te buscaré.
Al decir eso, tomo su chaqueta y se salió a mitad de la noche, no le importaba que había una guerra, no le importaba nada, ni siquiera Alemania, solo Sacro Imperio Romano.
Me encuentro en lo que es un campo de flores, y un cielo tan azulado
-Hace mucho que no veía uno
Camine por ese sendero, disfrutando el aire y los rayos solares solamente en mis manos, ya que llevo puesto un traje negro pero me detuve al verla , y no sé por qué pero me escondí detrás de un árbol, amo contemplarla a escondidas, se ve tan hermosa.
-Es ella
Empecé acercarme cuidadosamente hacia ella, ya que no quería asustarla en lo que estaba tan entretenida, y cada paso que yo daba mi corazón latía rápidamente y ya que al fin estoy cerca de ella, no pueda dejar de temblar, mi cuerpo no reacciona y no comprendo porque.
Y justo voltea a verme, o no, esa mirada tan inocente tan bien de ella no, y por favor su sonrisa, ¿Me está sonriendo?...sí me está sonriendo.
-Siéntate
Y no sé por qué razón pero me senté a lado de ella, empezando a sudar por los nervios, su cercanía con ella provoca esto en mí, pero en eso veo lo que estaba haciendo.
-¿Te gusta?
-Sí
Y era una pintura de ella comiendo pasta, y alrededor del cuadro un motón de flores a su alrededor haciendo referencia como a un marco.
-Me gustaría pintar como tú
-Te enseño- dijo muy alegre
-No, soy un fiasco para eso
Y en ese momento pone sus manos sobre las mías, logrando que mi corazón latiera más de lo que ya estaba y como un calor en mi cara se encontraba.
-Yo no creo que seas un fiasco, yo solo sé que necesitas práctica
Me dijo con su usual sonrisa.
No sé qué paso pero me empecé a cercar poco a poco su cara, pero por desgracia ella se levantó, y yo solo me quede shock.
-Me voy
¿Qué?
-No- conteste
-Nos vemos después
Y se fue corriendo, yo solo me levante y salí corriendo atrás de ella, y como por desbloqueo, mis labios al fin pudieron decir su nombre.
-¡Italia!
Pero no me hacía caso, así que lo vuelvo a intentar
-¡ITALIA!
Nada…
-¡ITALIAAAAAA!
-¡ITALIA!
En ese momento Ludwig se despertó, algo atónico por el sueño que tuvo, sudado y como su corazón latía. Volteo a su lado para ver a su compañero… pero no estaba.
-¿Italia?
Solo se pasó su mano por sus cabellos rubios, tratando de calmar su respiración y volver mantener la calma.
-De seguro fue al baño o a la cocina- se dijo para así mismo.
Así que se volvió acomodar en la cama tratando de no lastimar sus heridas y volver a conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, volvió a su rutina de antes pero igual que la mañana anterior Italia no se encontraba dormido, así que bajo a la cocina ya que a lo mejor se encontraba preparando pasta, pero para su sorpresa no estaba.
-¿Feliciano?
Y empezó a buscar por todos lados en la casa, en el baño…nada, en la biblioteca…nada, en la sala… nada, en el patio trasero…nada, en el cuarto de música… nada, en el cuarto para guardad las cosas del aseo…nada, en el patio de adelante…nada, en el cuarto de armas… nada, en su cuarto de pintura… nada.
Pero en ese último cuarto vio varias pinturas que él había hecho, y sin querer había recordado el sueño, ya que vio una pintura de un gran plato de pasta, y como por instinto o por necesidad, coloco su mano sobre la pintura.
-Italia
Y así se fue a su recamara para abrir en su closet, en lo más profundo de este y también en lo más alto para que Italia no alcanzara, encontró una pequeña caja de madera, así que la puso sobre su cama y al abrir varios recuerdos que tenía, unos de la primera guerra mundial y otros de la segunda guerra mundial, uno que otra foto de él con Italia y Japón o con su hermano Prusia pero en lo más al fondo de esa caja, un trozo de tela verde.
La saco de su lugar y estuvo un rato observándola, trayéndole a la mente el recuerdo de aquella niña con la que soñó y por alguna razón miro su perchero y ahí vio que algo faltaba.
Se levantó de su cama aun viendo el perchero que colgaba en su pared, y al estar enfrente al fin logro ver que le faltaba.
-¿Dónde está su chaqueta?
Y en ese momento se colocó el trozo de tela en el bolso del pantalón y salió corriendo hasta donde se encontraba el teléfono, empezando a buscar Italia.
-¿Konichiwa?
-Japón, soy Alemania
-¡Oh! Alemania-kun ¿A qué se debe tu llamada?
-No se encuentra por ahí Italia
-No, lo siento, no lo eh visto
-Scheiße, gracias
-Te marcó si lo veo
-Sí, gracias por todo Japón
-¿Bueno?
-Austria
-¿Qué sucede Alemania?
-Has visto Italia cerca de tu casa
-No
-Rayos, avísame si lo ves
-Entendido
-Gracias
-H´la
-Suecia, ¿Has visto a Italia?
-No
-Me avisas si lo ves
-Sí
-Gra…
Solo escucho el típico tip tip tip del otro lado del teléfono.
Las opciones se le acababan, estuvo a punto de llamar a Inglaterra, pero sabía que eso la usaría en su contra suya, así que solo llamo a sus aliados, pero ninguno lo había visto, solo le quedaba…
-Romano
Tan solo recordad al hermano de Italia ya le provocaba un dolor de cabeza, ya se imaginaba los regaños y las mil maldiciones que diría, pero era la mayor probabilidad de que se haya ido con él.
Así que marco, espero un tono… dos tonos… tres tonos… cua…
-Bueno
-España, soy Alemania
-¡Hola Alemania!
-Se…Se encuentra Ro…Romano
-Sí, en un momento te lo paso
Y solamente se escuchó al otro lado del teléfono
-Loviiiiiilindoooooo te habla Alemania
-¡CON UN CARAJO, NO ME DIGAS ASI!
-Pero Lovi, así siempre te digo, hasta te gusta que te diga así
-¡CON UNA MIERDA, CLARO QUE NO!
-Claro que sí…
-¡QUE NO! ¡TE ODIO!
-Eso no fue lo que me dijiste anoche…
-Es…Eso…BUENO
-Eh… Romano
-¿Qué quieres macho patatas?
-¿Has visto a tu hermano?
-Al idiota de mi hermano, no
-Me avisas si lo vez
-¿Qué? ¿Acoso lo perdiste?
-Más bien, creo que se escapo
-Eso es una tontería, Feliciano no se escaparía si no fuera por algo importante
-¿Importante?
-¡Sí! Importante, ¿Acaso estas sordo?
-No…
-Mierda Alemania, si algo le pasa me las a pagar
-Si ya sé, me lo has dicho muchas veces
-Pero esta vez, sí verdadera
-…
-Adiós macho patatas y ya sabes
Y solo se escuchó el gran colgó que hizo Romano. Alemania solo se recargo en el sillón mientras ponía su mano en la cabeza.
-Cómo es que España lo aguanta.
Y para su sorpresa, escucho como una bomba era explotada no muy cercas de su casa por suerte, pero ahí fue cuando reacciono y se levantara muy brusco del sillón.
-La guerra
La había olvidado por un momento, eso es lo que se refería Lovino de que esta es verdad, así que vio por la ventana y como un gran montón de tierra aún seguía cayendo del cielo. Apresurado, corrió a su cuarto para tomar su chaqueta y después tomar su arma y estar fuera de casa pensando en las mil posibilidades en que estuviera Italia.
"¿Traerá un arma?"... esa la descarto enseguida
"¿Estará bien?"
"¿Se encontrara asustado?"
"¿Estará llorando?"
"¿Tendrá miedo?"
"¿Me necesitará?"
Y así Alemania salió nuevamente a la guerra, pero ahora ya no con el fin de matar gente, no, sino de buscar a su mejor amigo.
-Grazzie a Dios- se dijo así mismo el pequeño italiano mientras se escondía atrás de una gran roca.
La explosión por poco lo deja sin vida, por suerte gracias a las clases de entrenamiento con Alemania logro esconderse a tiempo, aunque solo tengo algunos rasguños en su ropa.
Se mantuvo un rato escondido, hasta que todo se calmara. A transcurrir una hora escondido y en sus pensamientos Sacro Imperio Romano recibiéndolo con los brazos abiertos y sintiendo nuevamente el calor de sus abrazos y el dulce sabor de sus labios.
Durante su trayecto, vio varia gente muerta a causa de la guerra, y por momentos en su cabeza llegaban pensamientos como:
"¿Y sí está muerto?"
"¿Y sí por eso no regreso?"
"No, sé que él está vivo"
"Sé que se encuentra en algún lugar"
"Por eso salí en su búsqueda"
"Pero…"
Y en ese pensamiento interrumpido, fue cuando coloco su mano sobre su pecho sintiendo una especie de cruz. Fue ahí cuando se detuvo para poder mirarla, sacándola de su playera negra.
-Alemania…
Al llegar otra noche más, sentando un prado desértico, solo sus acompañantes fueron algunas flores que se encontraban ahí, las estrellas y la luz de la luna. Italia solo observaba aquel hermoso paisaje, recargando el mentón sombre sus rodillas.
-Mañana será el día Sacro Imperio Romano
Y en ese momento, del puño de su mano al abrirla se encuentra con la cruz negra.
-Algunas veces, veo en Alemania a Sacro imperio Romano, en sus ojos azules, esa mirada que me recuerda a ti, en la actitud se parecen los dos, esos cabellos rubios también… pero solo hay una diferencia que se parece a ti, Alemania no presenta sus sentimientos hacia nadie, él solo se preocupa por acabar con esta guerra y tu Sacro… me mostraste el primer amor y lo que es sentirse amado.
Y en ese momento se acuesta sombre el pasto.
-Pero tengo miedo… ¡merda! Tengo miedo de estar enamorado de Lud…- y para un mal momento, las lágrimas empezaron a salir-Tengo miedo de que haya traicionado a Sacro Imperio Romano y que se sienta defraudado, de que crea que no lo esperé y que Alemania sea…no… Alemania es solo mi mejor amigo.
Y al poco tiempo se quedó dormido, abrazando fuertemente aquella cruz que tanto aprecia.
A la mañana siguiente, se logró despertar gracias a los rayos solares, aunque sus ojos estaban muy cansados de tanto llorar, pero tenía que continuar su camino.
Tras dar un paso a otro, escucho que alguien lo seguía desde hace unos metros atrás. Italia tratando de estar calmado, ya que ahorita no podía confiar en nadie y así continuo hasta que la curiosidad lo mato.
"¿Sera él?"
Parándose, respirar hondo y voltear fue lo que hizo Italia hasta que se quedó en shock al ver de quien se trataba.
Bueno hasta aquí la primera parte. Originalmente iba hacer de un solo capitulo ya que era una idea muy vaga, pero bueno…salieron más de 20 hojas… y creí que iba ser más tedioso…
Espero que les haya gustado esta primera parte y muchas gracias por darle una oportunidad a este Fanfic.
Recuerden que acepto con mucho gusto sus reviews, al igual que sus quejas, disgustos, malteadas, jitomates, globos con agua, todo lo que quieran lazarme.
¡Muchas gracias!
Atte.:
Kuki Kiut
