¡Mi primer FF! Ah, esto es emocionante y extraño, siento nervios . Muchas gracias a Paradice-cream por betearme y a DANHK por darme ánimos para continuar con esto. Ya se que es un capítulo corto pero espero que sea de su agrado, me divertí bastante al escribirlo. Sin más preambulos, aquí el primer capítulo :)
-V
Capítulo I
-John, tú que has tenido una notable cantidad de encuentros... ¿cómo los llama la gente? -se interrumpió un instante y cuando por fin encontró la palabra que buscaba, la pronunció con reticencia-: amorosos, ¿qué podrías decirme acerca de la vida en pareja?
Cuando escuché la voz de Sherlock desde la cocina casi sale por mi nariz el té que acababa de tomar; aún era temprano para que estuviera despierto.
-¿Uh? ¿Es parte de un nuevo experimento social o será de ayuda en algún caso?
Ya estaba acostumbrado a las preguntas inoportunas, pero ésta era una que no me esperaba en absoluto. Aunque tuve que reconocer que, después de todo, me alegraba poder enseñar algo a este hombre.
-La vida en pareja es... complicada -comencé no muy convencido-. Cuando decides vivir con otra persona tienes que considerar desde el aspecto económico hasta qué lado de la cama prefiere cada uno. Por mucho amor que exista entre dos personas, siempre hay una que termina con la paciencia de la otra y terminan separándose. Tal vez compartir un hogar antes de casarse sea lo ideal para las parejas jóvenes y aventureras.
Cuando terminé mi razonamiento, no pude evitar reír ante lo que había dicho: era la total descripción de una pareja joven, enamorada y entusiasta. Algo totalmente diferente al tipo de relación que teníamos Sherlock y yo. Nosotros llevábamos viviendo juntos un año y las cosas continuaban como cuando apenas nos conocíamos. Yo me encargaba de mantener el departamento limpio -o sea sin residuos potencialmente tóxicos-, de preparar el desayuno y hacer las compras. Sherlock, en cambio, seguía sin saber cómo prender la lavadora o qué marca de leche comprábamos. A menudo me preguntaba a mí mismo por qué milagro no había muerto de cólera o hambruna cuando vivía solo.
Mi vida después de Afganistán dio un giro totalmente incomprensible al mudarme al 221B de Baker Street, pero era lo mejor que me había sucedido. Debía estar cavilando demasiado ya que, al levantar la mirada, noté los ojos de Sherlock fijos en mí, y parecía no haber parpadeado en algún tiempo.
-Como verás no puedo decir mucho al respecto -volví a hablar-. Sólo había compartido una habitación en la universidad y más tarde en el ejército antes de conocerte y ha sido toda un experiencia nueva, créeme.
-¿Cómo es que el vivir conmigo ha cambiado tu forma de ver la vida en pareja?- Sherlock parecía no haber notado que en la misma oración se encontraban las palabras "conmigo" y "pareja". Estaba a punto de abrir la boca y tratar de aclarar las cosas cuando unos, ya familiares, golpes en la puerta nos interrumpieron. Era Lestrade.
Mi amigo saltó de su asiento y dejó su violín en la mesa. Estaba a punto de tocar algo para despedir a la tarde, pero tendría que ser otro día: teníamos un caso.
Había llegado a Scotland Yard un paquete sin remitente y con Lestrade como destinatario. Después de comprobar que su contenido no fuera explosivo, procedieron a abrirlo. Contenía un pedazo de trozo de hígado que flotaba dentro de un frasco. El informe del laboratorio confirmó que era humano, llevaba aproximadamente dos días en formol y presumiblemente había pertenecido a una persona alcohólica ya que estaba cirrótico.
-Oh, ¿entonces el hígado estuvo en el frasco como si fuera mermelada? -no pude evitar la imagen mental que me asaltó mientras Lestrade nos lo explicaba y tuve que contenerme para no vomitar. Con lo que me gustan las mermeladas...
-¿Alguna nota? -interrogó Sherlock con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido, mientras se quitaba su bata de dormir con presteza, dejándola tirada en el suelo, y tomaba el abrigo del perchero.
-Ninguna. Tampoco encontramos huellas o restos de sudor o grasa.
Sherlock tomó el frasco entre sus manos y lo fue girando para observarlo mejor. Estuvo a punto de destaparlo cuando Molly apareció y Lestrade aprovechó el momento para salir argumentando una llamada. Al levantar la tapa todos esperábamos un fuerte olor a putrefacción y formol. Sin embargo, al hacerlo no fue perceptible ningún aroma. Sólo era apreciable si se acercaba la nariz lo suficiente a la boca del recipiente.
Al regresar Lestrade, Sherlock le preguntó si había notado que ese tipo de frasco normalmente era utilizado para guardar aderezos o salsas. El detective inspector parecía confundido. Mi amigo le mostró el interior de la tapa. Aunque la marca del lote y la fecha de caducidad habían sido cuidadosamente borradas, seguía grabada como una inscripción la marca: "Clemente Jacques", rezaba.
-Esto es interesante. ¿Por qué, si se esmeró en limpiar el frasco al punto de disminuir la potencia del olor, dejaría visible la marca? Además, es una marca bastante común y... ¡eso es! -exclamó-. Un mensaje, pero ¿qué es lo que nos trata de decir?
