-¡Inuyasha!, ¡Inuyasha! - gritó una mujer al tiempo que su cuerpo se convulsionaba de placer

La poca luz en la habitación daba una atmósfera erótica, el hombre de cabellera plateada se mostraba prepotente ante ella, sobre ella, dándole a entender que quién mandaba solamente es él. Se arremetió contra ella sin cuidado hasta que el orgasmo los alcanzara, viniéndose juntos.

-Eres un dios - le dijo la joven mientras besaba su cuello

-Lo sé preciosa, lo sé - resaltó, bajando una de sus manos para acariciar las nalgas de la hembra y volver a cogérsela

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-Parece que ya no te dura mucho, ¿o sí? -

-Seguro va a empezar a tomar pastillas para que se le pare -

Aquellos dos estúpidos no paraban de reír hasta que sacudió la mesa y se sentó ruidosamente. Como le gustaba arruinarles la diversión. Sin más preámbulos, pidieron al mesero que les dieran lo de siempre: para Miroku, un copa de cognac; para Kouga, una botella de vino tinto; y para Inuyasha, un whisky en las rocas.

-¿Y cómo se llama la de los pechos grandes? - preguntó curioso el hombre de coleta pequeña

-Megumi Takashi - dijo con simpleza, tomando un poco de alcohol

-Su nombre suena a drama de segunda -

-Kouga, jamás hay que ofender a una mujer si su cuerpo lleva la palabra lujuria por todos lados -

-No la insulté físicamente Miroku - remarcó - por cierto, yo me la echaré antes que tú -

-Eso si no se enamora de mí - atacó sonriente

-¿Podrían dejar de decir sandeces? -

-Vaya, vaya, creo que alguien está de mal humor - mencionó burlón el de ojos celestes - ¿qué?, ¿te pidió una segunda cita Inuyasha? -

-No sólo eso, quería presentarme a sus papás –

-Qué rápida -

-Al contrario, qué miedo - aclaró Kouga

-Qué ilusa - farfulló el ojidorado - todas las mujeres son iguales -

-Ahí viene la verborrea -

-Kouga... pareces nuevo en esto - señaló Miroku tras empinarse el licor y volver a servirse - Inuyasha, ¿sigues creyendo eso? -

-No me digas que tienes un lado sentimental, libidinoso sádico masoquista -

-Auch -

-Eso duele amigo - reprochó - me doy cuenta que cada vez te tomas más en serio tu papel de promiscuo -

-Cállate Miroku, no me provoques... - retó frunciendo el ceño - no creo que quieras que me tire a tu antigua pareja -

-Inuyasha, no sabía que vivías en el pasado - habló con rudeza - entonces no hay ningún problema si salgo con Matsumiya -

Se podía oler la tensión entre aquellos dos, por un lado Taisho que hablaba sin pensar y Daita'na que tocaba temas prohibidos no sólo entre amigos, sino entre hombres. Soun ya se estaba desesperando llegando al punto de tirar su copa a propósito. El ruido del vidrio partiéndose en pedazos los obligó a guardar silencio sin objeción.

-No queremos que nos veten de todos los bares de la ciudad, verdad - dijo Kouga viéndolos seriamente, miró de reojo el piso y le hizo una seña al camarero - la cuenta, por favor -

En cuestión de segundos tenían en sus manos el papel odioso con el monto a pagar, el mesero incluyó la copa pero Kouga le insistió en que se había caído de la mesa. El joven se disculpó y regresó a la caja para cambiar la cuenta.

-Eres de lo peor -

-Arderás en el infierno -

-Al menos no estaré solo par de idiotas - se excusó con una sonrisa traviesa

Los tres rieron cínicamente mientras esperaban al lento que los atendía. Al volver con el importe corregido, pagaron incluyendo la propina y se fueron del lugar para continuar con sus diálogos indiscretos.

De imprevisto, terminaron en un parque infantil, y no es porque ellos hayan querido. Inuyasha sentía las miradas inquisitivas de las señoras, Miroku acortejaba a las niñas pequeñas y Kouga no dejaba de aludir a las jovencitas.

Oraciones como "parecen modelos", "ojalá así fuera mi novio", "si tuviera veinte años menos" y la mejor de todas "con esa macana deberías ser policía" eran unas de las tantas que escuchaban. A decir verdad, la última resultaba nueva e intimidante para ellos.

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-¿A quién se le ocurrió ir a ese lugar? - cuestionó molesto el ojidorado - ¿tienen idea de cuántas veces me violaron mentalmente esas matronas? -

-No tienes derecho a quejarte - contestó Kouga - al menos no te pidieron tu dirección, número telefónico y por si fuera poco, tu estado civil -

-Pero qué poco agradecidos son - les regañó - la creación de la mujer es lo mejor que nos pudo haber sucedido -

Taisho y Soun se quedaron viendo y luego voltearon a mirarlo con cara de asco.

-Maldito pederasta - dijeron al unísono

La cafetería les sirvió como refugio de aquella masa femenina que los aisló del mundo de los vivos por unos minutos. Al principio se molestaron porque no era ni un club, pub, taberna o algo parecido, pero de eso a nada, tuvieron que conformarse. Era eso o morir en el intento.

Se sentaron en unos sillones donde había cartas con el menú y les llevaron de cortesía una jarra con agua y vasos. Seguidamente, una mesera apareció para atenderlos.

-Bienvenidos a Paradaisu, ¿qué desean ordenar? - ofreció una amable joven

-¿Qué te parece tú en mi cama? -

La chica le sonrió, tomó la vasija y le echó el agua en la cara. Inuyasha cubrió su sonrisa vengativa con su mano y Kouga se quedó pasmado con lo que acababa de presenciar, observando a la señorita de la gran hazaña.

-El personal no viene incluido - espetó - esto es una cafetería, no un burdel - definió sin perder la cordura - si no va a consumir nada, le pido de la manera más amable que se retire, con permiso - e hizo una reverencia y se fue a la cocina

Cuando desapareció de sus vistas, el ojidorado se mofó tanto que se le salieron lágrimas. Daita'na y Soun se miraron el uno al otro como cómplices y entonces, les brillaron los ojos.

-Vaya, esto sí que es inesperado - dijo falsamente sorprendido el joven de coleta pequeña mientras se secaba el rostro con una servilleta

-Hacía tiempo que no te veía así de feliz Inuyasha - complementó Kouga al pasar su mano por su cabeza y cruzar sus piernas

-¿De qué están hablando ustedes dos? -

-Nada, por un momento pensé que esa mujer es todo un reto - mencionó Miroku con una disimulada risita

-Por favor, cualquiera podría follársela -

-Suenas muy confiado - aseguró Soun

-Es cuestión de experiencia -

-Si eres tan conocedor, ¿por qué no la llevas a tu catre? -

-¿Me estás retando Miroku? - preguntó Inuyasha con un aire altivo

-Yo le llamaría más bien una sugerencia - le corrigió - pero si quieres, podemos hacer esto más interesante -

-Bien, ¿cuáles son tus condiciones? -

-Tienes tres meses para convencerla de tener sexo contigo -

-¿No crees que es mucho tiempo? En menos de doce horas me la estaría cogiendo - dijo con soberbia

-Si fuera tú empezaría a usar palabras modestas -comentó Kouga

-Inuyasha, no hay que sobreestimar la intuición femenina, considera esto el mejor consejo que te he dado en mis veintisiete años de vida -

-Como tú digas, ¿qué me das a cambio si lo logro? -

-Seré tu esclavo personal por un mes completo y te daré las llaves de mi Maserati -

-¡¿El Ghibli?! - exclamo histérico el joven de ojos azul celeste

-Sí Kouga, el Ghibli... -

Taisho rió para sí mismo satisfecho con los términos. Esto iba a ser pan comido.

-Sólo espero que no te arrepientas cuando me des tu automóvil favorito -

-No cantes victoria tan pronto - recomendó - y si no lo consigues, renunciarás a tu vida de libertinaje y me darás las llaves de tu Lexus -

-¡¿El IS convertible?! - clamó alterado jalando sus cabellos

-Sí Kouga, el IS convertible... - murmuró Miroku comenzando a enfadarse por la poca seriedad de su amigo sin perder de vista la cara reflexiva de Inuyasha, eso era lo que esperaba ver - entonces, ¿tenemos un trato? -

Un pequeño silencio se manifestó entre los tres, pero no pasó mucho tiempo para que el impredecible Taisho estirará su mano hacia el astuto Daita'na.

-Trato hecho -

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¡Kombawa niñas! Dios, creo que moriré con tantas historias que tengo encima... ¡mátenme por favor! Y sí, está estará cargada de LEMON (yajuuuuu... ok, creo que eso se oyó muy sucio W).

Díganme, ¿qué les pareció?, ¿les gustó?, ¿renuncio como creadora de fics? Esperaré por sus críticas constructivas.

XOXO niñas

Luna-es 2012