Aclaraciones: Antes de empezar quiero decir que no tengo ni idea de cómo se conocieron estos dos realmente. Esta fanfic fue producto de varias conversaciones con una amiga donde nacieron millones de headcanons, así que todo lo que leerán a continuación no es mas que disparates que dos locas imaginaron.

Disclaimer: Arslan Senki no me pertenece (vaya, no me digas), es obra de Yoshiki Tanaka (la novela original) y me baso en el manga creado por Hiromu Arakawa y el anime que actualmente sigue en emisión.


—Es una grata sorpresa verte, Daryun. —Comentó con una sonrisa mientras abría la puerta de su hogar.

—Sí, bueno. Estaba aburrido y pensé que no estaría mal venir a alegrarte el día. — Dijo entre risas el pelinegro, a lo que el rubio respondió con una mirada de desaprobación mientras se hacía a un lado de la puerta para que el indeseado invitado entrara.

—Me has salvado, gracias. —Narsus indicó con la mirada sobre la mesa, dando a entender que se sentara allí. —Iré por algo de té, espera aquí. —

El moreno asintió, no tardando en deducir esa mirada para sentarse donde le habían indicado. No recordaba que el rubio fuera tan servicial. Cuando lo conoció era un niñito de papá que conseguía todo lo que quería con solo desearlo, claro que aquellos tiempos habían quedado en el pasado, casi enterrados. Desde que se conocieron ambos había cambiado mucho gracias al otro.

Daryun, por ejemplo, solía ser un chiquillo travieso que cuando no conseguía lo que quería se molestaba y hacía rabietas. Con el tiempo cambió gracias a la calma que le proporcionaba Narsus.

—Está caliente, cuidado. —Anunció el dueño de casa mientras depositaba el té frente a su invitado. "Gracias", respondió Daryun.

— ¿Elam no está? —Preguntó, siendo lo que realmente quería decir era "¿por qué estás sirviendo tú?".

—Está en el pueblo, no creo que vaya a volver en varias horas. Lo mandé por varios encargos, tal vez demore. — Tomó un sorbo de su propio té mientras miraba a su amigo. Este lo miró de vuelta, con una ligera sonrisa.

Estuvieron algunos minutos así, mirándose, observándose mientras tomaban té y comían algunos bocadillos que había traído Daryun de regalo.
Con el tiempo habían aprendido a saber qué significada cada mirada que el otro le dedicaba. Habían pasado por mucho. Desde que se conocieron, ninguno volvió a ser el mismo que era antes de su ingrato encuentro. Y estaba bien, sin aquel cambio ninguno de los dos seria quienes son ahora.
Habían vivido muchas experiencias nuevas, muchas primeras veces.

El primer amigo de Narsus fue Daryun.
La primera pelea de Narsus fue con Daryun.
La primera vez que Daryun perdió la cabeza fue por Narsus.

Y así, podrían seguir enumerando. Pero lo más importante para ambos es que el otro fue y sigue siendo su primer amor.

—Estaba pensado, —Narsus rompió el silencio. —¿Recuerdas cuando nos conocimos? —

El pelinegro asintió. —Cómo olvidarlo, te confundí con una chica. —Rió. —Ahora es difícil confundirte, a pesar de que mantienes tu cabello más largo que en aquel entonces. —

—¿Por qué lo dices?, ¿porque has visto más allá que cualquier persona o porque a simple vista no parezco una chica? —Preguntó con un tono sugerente, lo cual avergonzó ligeramente al guerrero.

—Por lo segundo, pero he de admitir que lo primero también es válido. —Sí, aquello que están pensando también es otra primera vez que ambos compartieron.

Narsus sonrió ante aquella respuesta. Miró sutilmente los labios de su invitado. Recordó aquel beso que compartieron por "accidente" (según palabras de Daryun) cuando aún eran pequeños.

Ninguno de los dos le había puesto nombre a su relación, no veían que fuese necesario. Ambos se querían, eso era obvio. Cada vez que se veían se devoraban con la mirada y a los dos les sorprendía que nadie además de Vahriz, el tío del caballero negro había descubierto sus miradas cómplices cada vez que había consejo de guerra o algún evento en el que ambos coincidieran.

Les había costado llegar a donde estaban, en relativa paz y libertad de quererse.
Hubo muchas confusiones, muchas peleas y hasta sangre para lograr sonreírse en la manera que ahora lo hacían.

Y cada vez que se veían no podían evitar recordar vívidamente los eventos que los habían llevado a este preciso momento: Sentados, tomando té y observándose con una sonrisa. Queriendo devorar al otro, necesitándose de una manera que a ambos los tenía al borde de la locura, pero se mantenían cuerdos sabiendo que los dos se encontraban en el mismo estado.

No pasó mucho tiempo para que la conversación se acabara y comenzara un cántico de gemidos, de palabras de amor en el oído del otro.

Hace años atrás nunca habrían creído que llegarían al punto de mantener una relación prohibida. Hace años atrás no habrían creído que llegarían a soportarse.

Hace años atrás no creían que uno no podría existir sin el otro.


N/A: Gracias por haber leído esta pequeña introducción. Hace bastante tiempo que no escribo fanfics y estoy muy metida en terminar esto (tengo basicamente todo planeado). No se preocupen si les pareció corto, los demás capítulos serán bastante más largos, o al menos a eso quiero llegar. También quiero agradecer a mi Sis que me corrige todo, nada se publica sin antes pasar por ella(?).
Sin más que decir, nos leemos en el siguiente.

Ciao~