Llovía. Las gotas de lluvia mojaban las verdes hojas de los árboles,
escondidos entre la oscuridad de la leve noche que acababa de cernirse
sobre el valle.
Las gotas tibias caían suavemente, en la hierba y les humedecían el pelo. A lo lejos las luces de plata de Rivendel, mecidas por el viento y entre árboles el sonido del río y más allá la cascada.
Tenían la espalda apoyada contra el tronco grueso del un árbol y sintiendo la brisa Glorfindel alzó el rostro hacia el cielo, dejando que el agua le acariciara.
Se oyó una risa divertida: -¿Qué haces?
Glorfindel bajó rápidamente el rostro volviendo a su posición de antaño y clavó sus ojos intensos en la hierba oscura de la noche, ruborizándose suavemente: -Na... nada...- y se rió de si mismo en la oscuridad: -El agua de la lluvia me gusta más incluso que la del río...- y volvió a sentir calor en las mejillas.
A su lado la voz cantarina de la joven elfa volvió a reír: -A mí también.
Cerca suyo un charco se dilataba entre ondas circulares de pequeñas gotas, el pelo mojado les caía a los dos en jirones, por la espalda.
Glorfindel, casi sin darse cuenta, había vuelto a alzar el rostro, dejando que la lluvia le acariciase, y colando por su frente surcos de agua y brisa errante, sus ojos se habían cerrado, para sentir solo el fresco de la noche.
-¡Ay!
Glorfindel salió como de un sueño y miró a la elfa que volvía a reír a su lado: -¿Qué pasa?
Una gran gota densa, había caído en la punta de la nariz de ella y entre risas la hizo estornudar.
Su pelo rubio coronaba su frente y la luz azulada de la distante ciudad le brillaba en las mejillas húmedas y los ojos entornados. El vestido mojado parecía más suave de lo normal y Glorfindel posó un dedo sobre su nariz, apartando la gota densa, de agua cálida.
Ella paró de reír instantáneamente y bajo la mano de Glorfindel tembló.
Que piel tan suave tenía, el agua la hacía todavía más lucida y sus ojos sembraban flores de destellos, tal como las estrellas.
La luna salió de detrás de una nube, la lluvia continuaba cayendo, los rayos de plata dieron en su pelo y toda ella semejó luz.
Una fina ráfaga de brisa tibia pasó entre ellos y los cabellos de Glorfindel rozaron la frente de la mujer elfa.
La mano entre temblores y escalofríos se posó suavemente en la mejilla blanca de luz y fue apartando poco a poco las gotas de agua que la bañaban.
Los ojos de Glorfindel se clavaban directamente en su pelo, como había hecho antes al mirar la hierba, y su respiración se notaba cerca, su mano era suave y acariciaba con ternura.
Dedos temerosos se enredaron entre las hebras de oro y luz de plata de su pelo y se fundieron entre ondas suaves. No podía apartar la mano de ella, no ahora que por fin había conseguido acariciarla, acariciarla sin sentir vergüenza, y ella no se resistía. Tan bella era, tan suave, tan blanca, tan irreal... y sintió el aliento de ella rozar su pelo, cuan cerca estaban.
La lluvia caía entre ellos y su música les acompañaba, haciendo huir a la soledad y el miedo.
Glorfindel pasaba su mano por su pelo húmedo y tan cerca podía sentirle respirar ahora, solo distanciados por dos gotas de lluvia que titilaban desde el verde de las hojas que se alzaban sobre ellos.
Los ojos de la elfa se perdieron entre los labios serenos de él, aquellos labios que tan bellas sonrisas esbozaban, su nariz casi se tocaba, los ojos se le cerraron y una gota les fundió en un beso. Un beso que ella correspondía, un beso que él correspondía.
Glorfindel abrió los ojos que había cerrado, al igual que cuando quiso sentir la frescura de la lluvia, una mano le acariciaba ahora a él el pelo y se deslizaba entre sus hebras y la humedad de la lluvia, llegando a su nuca y casi abrazándole. No podía creerlo, no podía ser cierto, la estaba besando, y realmente ella le respondía, le acariciaba, y tanto tiempo la había amado en silencio...
El otro brazo blanco de luna le rodeó y en un abrazo creyó perderse Glorfindel. Sus besos se extendieron por el rostro de la mujer, sobre sus mejillas, la mejilla que había rozado con sus dedos. Los brazos de él también la rodearon lentamente.
Líthriel sentía los labios suaves de Glorfindel sobre su frente y caricias sobre su pelo, el pelo de él la hacía sentirse perdida entre rallos de sol, en medio de la noche oscura, tanto le había amado en silencio, tanto se había sentido prendada a su sonrisa, a su voz...
-Glorfindel...
La voz de ella sonó en los oídos de Glorfindel, entre susurros de lluvía, y al igual que débiles campanas de plata, de sonido claro.
-Líthriel...
Besó su pelo mojado empapado en luz de luna y bajó hasta su cuello y sus hombros, tanto la amaba...
Besó el pelo de él, adormecida entre luna y sol y olió la fragancia del bosque prendida entre sus cabellos.
La lluvia continuaba entre ellos y bajo las nubes y la luna de una suave noche se dijeron: -Te amo.
CARMENCHU!!
P.D. espero que os aya gustado y no! no es porno ni erótico pervertidos!!! XP! Podéis pedirme algo así entre alguien si queréis, ejemplo: Aragorn y Arwen... aunque odie a Arwen con toda mi alma!! Por bruja quita novios!!! Bechitos babosos!! Y dejarme un bonito review!!! Por fi!!
Las gotas tibias caían suavemente, en la hierba y les humedecían el pelo. A lo lejos las luces de plata de Rivendel, mecidas por el viento y entre árboles el sonido del río y más allá la cascada.
Tenían la espalda apoyada contra el tronco grueso del un árbol y sintiendo la brisa Glorfindel alzó el rostro hacia el cielo, dejando que el agua le acariciara.
Se oyó una risa divertida: -¿Qué haces?
Glorfindel bajó rápidamente el rostro volviendo a su posición de antaño y clavó sus ojos intensos en la hierba oscura de la noche, ruborizándose suavemente: -Na... nada...- y se rió de si mismo en la oscuridad: -El agua de la lluvia me gusta más incluso que la del río...- y volvió a sentir calor en las mejillas.
A su lado la voz cantarina de la joven elfa volvió a reír: -A mí también.
Cerca suyo un charco se dilataba entre ondas circulares de pequeñas gotas, el pelo mojado les caía a los dos en jirones, por la espalda.
Glorfindel, casi sin darse cuenta, había vuelto a alzar el rostro, dejando que la lluvia le acariciase, y colando por su frente surcos de agua y brisa errante, sus ojos se habían cerrado, para sentir solo el fresco de la noche.
-¡Ay!
Glorfindel salió como de un sueño y miró a la elfa que volvía a reír a su lado: -¿Qué pasa?
Una gran gota densa, había caído en la punta de la nariz de ella y entre risas la hizo estornudar.
Su pelo rubio coronaba su frente y la luz azulada de la distante ciudad le brillaba en las mejillas húmedas y los ojos entornados. El vestido mojado parecía más suave de lo normal y Glorfindel posó un dedo sobre su nariz, apartando la gota densa, de agua cálida.
Ella paró de reír instantáneamente y bajo la mano de Glorfindel tembló.
Que piel tan suave tenía, el agua la hacía todavía más lucida y sus ojos sembraban flores de destellos, tal como las estrellas.
La luna salió de detrás de una nube, la lluvia continuaba cayendo, los rayos de plata dieron en su pelo y toda ella semejó luz.
Una fina ráfaga de brisa tibia pasó entre ellos y los cabellos de Glorfindel rozaron la frente de la mujer elfa.
La mano entre temblores y escalofríos se posó suavemente en la mejilla blanca de luz y fue apartando poco a poco las gotas de agua que la bañaban.
Los ojos de Glorfindel se clavaban directamente en su pelo, como había hecho antes al mirar la hierba, y su respiración se notaba cerca, su mano era suave y acariciaba con ternura.
Dedos temerosos se enredaron entre las hebras de oro y luz de plata de su pelo y se fundieron entre ondas suaves. No podía apartar la mano de ella, no ahora que por fin había conseguido acariciarla, acariciarla sin sentir vergüenza, y ella no se resistía. Tan bella era, tan suave, tan blanca, tan irreal... y sintió el aliento de ella rozar su pelo, cuan cerca estaban.
La lluvia caía entre ellos y su música les acompañaba, haciendo huir a la soledad y el miedo.
Glorfindel pasaba su mano por su pelo húmedo y tan cerca podía sentirle respirar ahora, solo distanciados por dos gotas de lluvia que titilaban desde el verde de las hojas que se alzaban sobre ellos.
Los ojos de la elfa se perdieron entre los labios serenos de él, aquellos labios que tan bellas sonrisas esbozaban, su nariz casi se tocaba, los ojos se le cerraron y una gota les fundió en un beso. Un beso que ella correspondía, un beso que él correspondía.
Glorfindel abrió los ojos que había cerrado, al igual que cuando quiso sentir la frescura de la lluvia, una mano le acariciaba ahora a él el pelo y se deslizaba entre sus hebras y la humedad de la lluvia, llegando a su nuca y casi abrazándole. No podía creerlo, no podía ser cierto, la estaba besando, y realmente ella le respondía, le acariciaba, y tanto tiempo la había amado en silencio...
El otro brazo blanco de luna le rodeó y en un abrazo creyó perderse Glorfindel. Sus besos se extendieron por el rostro de la mujer, sobre sus mejillas, la mejilla que había rozado con sus dedos. Los brazos de él también la rodearon lentamente.
Líthriel sentía los labios suaves de Glorfindel sobre su frente y caricias sobre su pelo, el pelo de él la hacía sentirse perdida entre rallos de sol, en medio de la noche oscura, tanto le había amado en silencio, tanto se había sentido prendada a su sonrisa, a su voz...
-Glorfindel...
La voz de ella sonó en los oídos de Glorfindel, entre susurros de lluvía, y al igual que débiles campanas de plata, de sonido claro.
-Líthriel...
Besó su pelo mojado empapado en luz de luna y bajó hasta su cuello y sus hombros, tanto la amaba...
Besó el pelo de él, adormecida entre luna y sol y olió la fragancia del bosque prendida entre sus cabellos.
La lluvia continuaba entre ellos y bajo las nubes y la luna de una suave noche se dijeron: -Te amo.
CARMENCHU!!
P.D. espero que os aya gustado y no! no es porno ni erótico pervertidos!!! XP! Podéis pedirme algo así entre alguien si queréis, ejemplo: Aragorn y Arwen... aunque odie a Arwen con toda mi alma!! Por bruja quita novios!!! Bechitos babosos!! Y dejarme un bonito review!!! Por fi!!
