- ¿Malfoy? No… por favor, no…yo no quería…por favor…
Harry se acercó corriendo al rubio que yacía ensangrentado en el suelo, tenía una fea herida en el pecho, como si una espada le hubiese atravesado. El moreno se arrodilló y se puso el cuerpo en sus rodillas, mirando al otro chico con gran temor.
" No…no puede ser, yo no quería que pasara esto" – pensó mientras sus manos se manchaban de sangre y Myrtle chillaba "¡Asesinato!" en los lavabos de los chicos- "Yo no sabía para qué servía el Sectumsempra…no…no quería que pasara esto…por favor…no te mueras…"- y contuvo la respiración mientras veía al Slytherin soltar sangre por la boca con los ojos abiertos, derramando, no lágrimas como cuando le había encontrado, sino sangre de las heridas.
De repente la puerta del baño se abrió y Severus Snape entró como una furia, dirigiéndose derecho al rubio. Con un hechizo, su herida dejó de sangrar. Lo cogió en brazos y se lo llevó de allí. Pero antes de salir por la puerta, dirigió la más terrible de las miradas a Harry.
- ¡Espere aquí, Potter¡No se mueva!
Y Harry obedeció, demasiado asustado para hacer nada más y mirando los restos de sangre en el suelo. Durante el poco tiempo que pudo pensar, se dio cuenta de que había visto algo completamente inusual. Había visto a Malfoy llorando. Pero eso no era todo, en ese momento todas las piezas encajaban. Myrtle les había dicho que el único chico que le entendía iba a esos servicios a visitarla, que era muy sensible y que no le importaba mostrar sus sentimientos…jamás pensó que pudiera ser Malfoy…y ni en sus sueños había pensado que le vería llorar así. Un sentimiento extraño hizo mella en él. Todo el curso había estado siguiendo a Malfoy, intentando ver lo que tramaba…bueno, eso y el puñetazo que le había dado el rubio en el tren, lo que hacia que quisiera venganza…él creía firmemente que Malfoy era un mortífago, después de verle quejarse al probarse la túnica en Hogsmeade y enseñar algo en el brazo izquierdo…habían estado totalmente convencido de que lo hacía por placer y proseguir los pasos de su padre…que quería servir a Voldemort…pero…entonces…¿por qué lloraba?
"No puedes ayudarme…nadie puede…" esas habían sido las palabras del rubio cuando Myrtle le preguntó si podía hacer algo por él.. y un instante después su cara surcada en lágrimas había descubierto a Harry en el espejo y había empezado el duelo. Pero hasta que Malfoy no lanzó el cruciatus, Harry no pronunció el extraño hechizo del príncipe mestizo contra él. Un hechizo que ni siquiera sabía para qué era. Había sido un imprudente…no soportaba a Malfoy, pero…no quería matarle…no quería hacerle daño…
Cuando Snape volvió, Harry le contó todo lo que había ocurrido y después de descontarle puntos a Gryffindor por intentar matar a un alumno y usar hechizos inventados, le ordenó traer todos sus libros. Harry sabía que quería el libro del príncipe, aquel que le había ayudado tanto en pociones. ¿Se lo daría?
Mientras llegaba a la sala común, Harry pensaba rápidamente. ¿Se lo entregaría de veras¿Le daría el libro¿Por qué? Y estuvo a punto de cambiarlo por el de Ron…pero entonces pensó en Malfoy. Y se le ocurrió que siempre había hecho las cosas mal, siempre a su bola, siempre como él quería…el año pasado por odiar y desconfiar de Snape, Sirius murió por su culpa. ¿Iba a cometer el mismo error?
Y se quedó en el suelo, mirando su libro firmado por "El Príncipe Mestizo".
- ¿Y bien, Potter?
Snape lo miraba fríamente. Harry entró en los baños y vio que no había rastro de sangre. Sacó el libro escondido en su túnica y se lo tendió a Snape. No trajo todos los libros que le había pedido, porque sabia que quería ése.
Snape le arrebató el libro y lo abrió por la última página. Una sonrisa torcida cruzó rostro y mientras lo hojeaba, Harry puedo distinguir un atisbo de… ¿nostalgia?...en sus ojos.
- ¿Profesor?- se atrevió Harry a preguntar. Snape no le hacia caso.- Profesor¿cómo está Malfoy?
Esta vez sí que lo miró levantando una ceja. Apretó los labios y estuvo unos segundos sin hablar, simplemente mirándole fijamente. Harry no apartó la vista.
- ¿Dónde ha conseguido este libro, Potter?- dijo al fin.
- Me lo dio el profesor Slughorn, porque no tuve tiempo de comprar uno. Estaba en la clase de Pociones.- dijo sinceramente. Snape volvió a mirar el libro y se dio la vuelta, encaminándose a la salida.
- Sígame, Potter.
Harry obedeció.
- Me sorprende que me haya obedecido cuando le mandé traer el libro.- dijo Snape como si nada- Esperaba que con su testarudez se negaría y lo escondería…
Harry no explicó que eso era exactamente lo que quería hacer. No dijo nada.
Y llegaron a la enfermería.
Harry entró con un gesto que Snape le hizo y tragando saliva, le siguió hasta la única cama ocupada de la enfermería. Malfoy estaba tumbado en ella, con los ojos cerrados. Parecía dormido.
Harry miró a Malfoy y al profesor. No sabía qué se suponía que debía hacer. Snape se guardaba el libro en la túnica mientras esbozaba una sonrisa siniestra.
- Potter, se quedará cuidando del señor Malfoy hasta que despierte. Cuando lo haga, se disculpará con él y vendrán los dos a mi despacho.
Y sin cambiar la sonrisa, se marchó, dejando a Harry solo, con el rubio durmiente.
Harry estaba un poco sorprendido. ¿Por qué le hacia eso¿Ese era su castigo¿Quedarse con Malfoy? Y recordó con sorpresa que Snape no le había quitado todos los puntos a Gryffindor, solo unos cuantos….qué extraño…al parecer, al hacer lo que quería el grasiento profesor, le había aplacado…
Suspiró y se sentó en una silla al lado de Malfoy. Y esperó. Después de estar cinco minutos mirándole la cara, se cansó y paseó la vista por la habitación, no sin grabar en su memoria esas ojeras negras que de repente tenia el rubio. Parecía que no dormía mucho.
Una hora después estaba balanceándose en la silla, aburrido. Después de todo, podía llegar a ser un castigo espantoso. Entonces recordó algo y decidió confirmar sus sospechas de una vez. Se inclinó un poco en la silla y se acercó al rubio, adelantando su mano un poco, hasta rozar la manga izquierda de su túnica. Entonces, poco a poco, fue levantándola, alargando el cuello para ver….una mancha oscura con forma de calavera y lengua de serpiente.
- ¿Potter?- siseó Malfoy. Miró a Harry primero con sorpresa y luego con odio, tapando su brazo de inmediato. Harry se retiró con rapidez y se echó hacia atrás. No quería volver a recibir otro puñetazo.
- ¿Qué demonios haces aquí?- gritó Malfoy levantándose de la cama con furia.
Harry tragó saliva mientras lo veía ponerse de pie y buscar su varita. No estaba. Snape debía habérsela llevado.
- El profesor Snape quiere vernos en su despacho…y…
- ¿Qué?- el rubio le miraba ahora con odio y se acercaba peligrosamente. Harry se puso de pie.- ¿Y qué más, Potter?
- Ah…mh…- ¿por qué demonios tenía que obedecer a Snape¿Por qué tenía que ir a su despacho y disculparse con….?... porque era lo justo…porque debía..Tragó saliva.- Lo siento…- murmuró.
Malfoy levantó una ceja en un gesto mecánico.
- ¿Qué?
Harry lo miró avergonzado.
- Lo siento.- dijo en alto esta vez.- No debí… usar un hechizo que no conocía…yo..no sabía lo que iba a hacer…- Harry no sabía qué decir- No quería hacerte daño…bueno, sí que quería…bueno, yo..quería defenderme y…joder, me lanzaste un cruciatus, Malfoy…y…bueno, eso, que lo siento…
Malfoy estaba parpadeando, incrédulo. ¿Harry Potter pidiendo perdón? L e puso instantáneamente una mano en la frente, para sorpresa del moreno.
- ¿Tienes fiebre, Potter?
Harry de repente se puso rojo y tragó saliva.
Malfoy cambió de expresión rápidamente y sacudió la cabeza, retirando la mano.
- Bah, qué mas da. – parecía muy cansado- Aparta.- y se fue hacia la puerta, desapareciendo de la habitación.
Harry se quedó paralizado un momento, de la impresión. Malfoy había dejado la oportunidad de insultarle, de echarle en cara que le estaba pidiendo perdón… pero parecía que ni siquiera tenía fuerzas para eso.
Salió corriendo de la enfermería, detrás de Malfoy. Le alcanzó en las escaleras hacia las mazmorras. El rubio frunció el ceño al percibir su presencia.
- No me sigas, Potter.
- No te estoy siguiendo. Tengo que ir al despacho de Snape, es lo que dijo.
- JA. ¿Desde cuando sigues órdenes de mi jefe de casa?
Harry no respondió. Malfoy le miró levantando una ceja. Al ver que no respondía, se encogió de hombros y miró al frente.
- El puñetazo que te di debió ablandarte el cerebro.
Harry frunció el ceño ante esto, pero le ignoró. Ahora Malfoy le miraba sorprendido.
- ¿Qué te pasa, Potter¿Abrumado por la culpa de casi matar a un alumno? Porque si es así no se cómo piensas intentar hacerlo con el Señor Tenebroso.
Esta vez Harry se paró y se encaró con él.
- ¿Que qué me pasa¿Qué te pasa a ti?- gritó- ¡Desapareces de Hogwarts entre horas y apareces con unas ojeras que hacen que Filch parezca un veela a tu lado¿Qué estás tramando, Malfoy¿Y por qué estabas llorando en el baño? Dices que nadie puede ayudarte pero accedes a ponerte la Marca…¡entonces no te quejes¿No es eso lo que querías¿Aliarte con Voldemort¡pues ahí lo tienes¡luego no te quejes!
Harry paró para respirar y esperó el arrebato de furia de Malfoy…que no llegó. El rubio se limitaba a mirarle, allí, de pie, como sopesando sus palabras. Sin emoción alguna. Al fin, lentamente, negó con la cabeza.
- No entiendes nada, Potter.- dijo simplemente. Y siguió andando.
Harry, parpadeando, lo siguió. No hablaron más durante el resto del camino y cuando llegaron al despacho de Snape, estaba vacío. Se sentaron en unas sillas delante de la mesa, a esperar.
Después de un rato, completamente quieto, Harry vio que Malfoy se levantada la manga y miraba ausente su Marca, perdido en sus pensamientos.
- ¿Lo hiciste por tu padre?- preguntó Harry, mirando al frente. Por el rabillo del ojo vio cómo Malfoy levantaba la cabeza y le miraba.
- Sí, Potter. Pero no de la forma que tú crees.
- ¿Ah, no¿Entonces no querías seguir la tradición familiar?- preguntó sarcástico.
Malfoy tardó un rato en responder.
- ¿Sabes qué les pasa a los que fallan al Señor Tenebroso, Potter?
Harry le miró recordando al impostor que había suplantado a Moody.
- Supongo que nada agradable.- dijo como si nada.
"Ellos se lo buscan"- pensó.
- Muy bien, Potter, un punto para Gryffindor. Exacto, nada bueno. ¿Sabes que le ocurriría a mi padre si saliera de Azkaban, donde tú le enviaste?
- Lo que se merece.
Malfoy le ignoró.
- ¿Sabes lo que le pasará a mi madre¿A mi? Dime una cosa…- Malfoy se le acercó, su cara reflejaba angustia- si tus padres estuviesen vivos…¿no harías cualquier cosa para protegerlos?
Esta vez Harry no supo qué contestar. Se quedó mirándole con extrañeza, cuando Snape entró por la puerta. Al momento la expresión de Malfoy se convirtió en odio y antes de que el profesor pudiera terminar de sentarse, se levantó de su silla, furioso.
- Te dije que no te entrometieras en mis asuntos. Devuélveme mi varita.
Snape lo miró sin pestañear y sacó la varita del chico, jugueteando con ella.
- Señor Malfoy, si no me entrometiera en sus asuntos, en este momento, usted estaría muerto y Potter haría compañía a su padre.
- ¡Y a mi qué me importa¡Estoy harto de ti¡Yo no te pedí que hicieras ningún estúpido voto inquebrantable¡No te pedí que me protegieras¡Puedo hacerlo solo¡Y lo haré!- le arrebató la varita y salió de la habitación dando un portazo.
La habitación quedó en silencio. Snape se llevó una mano a la cara y cerró los ojos suspirando. Harry estaba anonadado. Ese día había visto unas reacciones muy extrañas en las dos personas que más odiaba en Hogwarts.
- ¿Qué es un voto inquebrantable?- se atrevió a romper el silencio Harry.
Snape lo miró con sorpresa por encima de sus largos dedos. Parecía pensar qué podía contarle.
- Un voto inquebrantable, señor Potter, como su nombre dice, es una promesa mágica que no se puede romper. Es sencillo de adivinar, incluso para usted.
- ¿Qué pasa si se rompe?
- Mueres
Hubo un silencio incómodo.
- ¿Profesor¿Puedo preguntarle algo?
- No voy a contestar a esa pregunta.
- … ni siquiera sabe lo que..
- Va a preguntarme si hice un Voto Inquebrantable con el señor Malfoy y qué prometí en él. No es de su incumbencia. Ahora váyase.
Harry se levantó y fue hacia la puerta. Antes de irse, se dio la vuelta.
- Señor, Malfoy es un mortífago.
Snape alzó una ceja.
- ¿Le sorprende, señor Potter?
Harry bajó la cabeza y atravesó la puerta. Antes de cerrar pudo oír a Snape triunfante.
- Ah, y 150 puntos menos para Gryffindor por practicar hechizos escritos en libros sin supervisión. Creí que habría aprendido esa lección en segundo, señor Potter.
Harry cerró de un portazo. Estaba confundido.
Y seguía confundido cuando llegó a Gryffindor y se tumbó en la cama, vestido.
De repente recordó las palabras de Malfoy sobre sus padres. Suspiró. ¿Qué había querido decirle? Por supuesto que los protegería a toda costa…pero…¿acaso insinuaba que poniéndose él la marca estaba salvando a sus padres¿que obedeciendo a Voldemort lograría su perdón? Malfoy era estúpido. Voldemort no perdonaba a nadie y Harry lo sabía. Pero no pudo evitar sentir compasión por el rubio. Aunque le cayera mal…estaba intentando salvar a su familia…aunque sus padres fueran también unos malditos mortífagos…
Harry se dio la vuelta resoplando. ¿Y qué habría prometido Snape? Malfoy había gritado algo sobre protección. ¿Sería eso? Así que Malfoy estaba intentando salvar a sus padres, haciendo "algo" que Harry no sabia en Hogwarts, para satisfacer a Voldemort y Snape lo estaba protegiendo. ¿Y qué podía hacer él?
Podía impedirlo…pero… ¿cómo?
