El grandulón
En una noche oscura una joven de cabello rosado iba caminando por una calle solitaria, ella sentía que alguien la empezó a seguir y tenía razón dos gordos empezaron a correr hacia ella cuando se dio cuenta empezó a correr dio una vuelta en una esquina y ella callo al suelo, ella había chocado con alguien entonces recordó que alguien la seguía lo más rápido que pudo se levanto y se puso detrás de la persona con la que había chocado, sobre su brazo vio a los dos que la habían estado siguiendo
—ey tu grandulón vete de aquí, nos vamos a divertir con esa— dijo uno de los hombres sacando una navaja, la chica gimió del susto preocupada de que la dejara hay sin ayudarla, pero la persona le arrojó un balón de baloncesto que llevaba en las manos al que saco la navaja, el balón le impactó con tal fuerza que el hombre callo inconsciente con la nariz rota, el balón rebotó y volvió a las manos de la persona, el otro sujeto se lanzó sobre el hombre que solo tuvo que mover su pie en dirección a su entrepierna y el sujeto callo agarrando su entrepierna con gran dolor, entonces la persona siguió su camino sin darse cuenta que la chica lo estaba siguiendo
—oye grandulón cuánto mides— dijo la chica llamando la atención de la persona que la volteo a ver, el tenía ojos azules, pelo largo rubio peinado hacia atrás, se notaba que el venía del extranjero, su vestimenta consistía en una chaqueta negra deportiva y unos jeans con botas negras
—no me llamo grandulón, soy Alex pequeña— dijo mirándola hacia abajo
—y cuando mides grandulón— dijo sin tomarle importancia a lo que él había dicho, él se sobo la frente
—mido dos metros cerrados, y si no te importa ya me voy— dijo dándose la vuelta mientras empezaba a caminar
—wow y juegas baloncesto? En la secundaria que voy todos son muy bueno, hasta se ganaron el apodo de la generación milagrosa y…— con eso llamó su atención
—espera tú conoces a ese famoso equipo, oye si lo pienso me debes algo por a verte salvado o no— dijo Alex con una sonrisa que llamó la atención de la chica
—supongo que si— decía sin estar segura, entonces el soltó su balón y la tomo de los hombros, lo que la asusto hasta que vio la sonrisa inocente en su rostro
—podrías hacer que juegue contra ellos, por favor hasta ahora no e encontrado ningún buen rival— dijo el, ella estaba un poco sorprendida enserio quería enfrentarlos aún sabiendo su nivel, Alex miro el suelo y levanto su balón —bueno ven te acompaño y me cuentas cosas sobre ellos— Los dos empezaron a caminar y hablaron de baloncesto hasta más no poder
—oye grandulón vas en secundaria— dijo la chica con la duda, pero no creía ya que era demasiado alto para ser de secundaria, el la volteo a ver y sonrío
—si voy en la secundaría Shoun— dijo sin ánimos, la chica entonces recordó que eran los que siempre llegaban a los cuartos de final y que siempre perdían contra ellos, pero nunca había visto jugar a Alex
—o su equipo es bueno, siempre le caus…—
—o vamos si son malos, nunca practican lo suficiente y solo se quejan por eso nunca me uní al equipo— dijo entonces llegaron a una gran mansión que sorprendió a la chica, Alex entro y la chica lo siguió cuando llegaron a la puerta vieron a un hombre de traje negro —oye Jun podrías llevarla a su casa— dijo Alex al hombre que al parecer era un empleado, la chica se sorprendió pero no dijo nada
—claro Alex, señorita espéreme aquí voy por el auto— dijo el hombre que empezó a caminar hacia el Garaje, durante esos minutos los dos quedaron de verse en un parque deportivo para jugar con el famoso equipo
—bueno gracias por todo Alex, nos vemos mañana por cierto mi nombre es Satsuki Momoi— dijo desde la ventana del auto que empezó a alejarse, Alex sonrió imaginándose el volver a ver a esta chica tan animada, lastima que nunca llegó al encuentro, nadie se presentó el espero durante horas pero nadie se presentó.
Un año después Alex se encontraba caminando por la academia Karasuno conocida por tener un nivel promedio en todo, como en estudios y deportes, Alex miro todo con una sonrisa,
La clase B-1 se encontraba en descanso ya que su profesor había faltado, Alex se encontraba sentado hasta atrás aún lado de la ventada, el tenía puesto unas orejeras blancas conectadas a su celular, pero en verdad él no estaba escuchando música solo observaba y escuchaba lo que se sus compañeros decían, una joven de pelo azulado empezó hablar de formar un equipo de baloncesto femenino y la mayoría de las chicas estaban de acuerdo
—"como si fuera tan facil"— pensó Alex mirando sus físicos, piernas débiles, brazos débiles, la única que no lograba entender bien era a la chica de pelo azul que llevaba el suéter de la escuela que era blanco, la falda gris y unas mallas negras, ella se veía atlética pero no podía estar seguro, el miro mucho tiempo sin darse cuenta que varias chicas se habían dado cuenta que la miraba
—que miras pervertido— dijeron dos chicas poniéndose enfrente de la joven, Alex abrió los ojos con sorpresa y volvió su vista a la ventada ignorando lo que ahora se decía de él, la chica de pelo azul lo miro mientras le decían lo que había hecho, ella le saco la lengua y volvió a su platica
—"joder y ahora ya me tacharon de pervertido"— pensaba molesto mientras ponía música en su celular, a los segundos olvido lo que estaban diciendo y se concentró en el último partido de la generación milagrosa, para él fue raro ya que su sexto hombre no jugó y se veían algo molestos, dos horas después y las clases habían terminado, ahora los clubes tenían el permiso de usar las canchas o los salones, Alex iba caminando hacia el edificio donde se encontraba la cancha de baloncesto, el al entrar a la academia lleno el formulario para el equipo de baloncesto, cuando estuvo en la puerta el escucho el rechinar de los zapatos, la pelota botando y eso lo empezó a emocionar cuando abrió la puerta toda la emoción se acabo hay botando un balón se encontraba la chica de su clase, ella estaba a tres metros de la canasta, ella boto dos veces el balón mientras miraba con gran seriedad la canasta, Alex miro como ella lanzó el balón y como el balón pego en el tablero rebotando en su rostro ella se retorció del dolor mientras Alex trataba de aguantarse la risa pero no lo logró y empezó a carcajearse llamando la atención de la chica que lo empezó a mirar mal mientras se sostenía la nariz que le estaba sangrando, el al ver eso dejo de reír y se acerco a ella rápidamente, saco un pañuelo blanco con las iniciales A.M. Y se lo ofreció La joven miro por un momento el pañuelo dudando de si debería tomarlo al final ella lo tomo ya que no quería manchar su ropa, Alex tomó el balón y tiro metiendo una canasta sin tocar el aro, la chica miro alegremente mientras corrió por el balón que le entregó a Alex
—me podrías enseñar cómo hacerlo— dijo ella con una gran sonrisa, el la miró raro y estuvo apunto de negarse pero terminó aceptando, él le dio el balón y le dijo como sujetarlo
—cuando vallas a tirar, tu hombro del brazo con el que tiras debe estar enfrente igual que el pie, y con estos dos dedos has como un tirachinas— decía mostrándole cómo a serlo, ella lo miró mientras el repetía varias veces lo dicho y entonces tiro volviendo a fallas —a ver has lo mismo pero esta ves mira la canasta— la chica lo volvió a intentar, dos, tres, cuatro veces y hasta la quinta logro encestar, ella se alegró mucho y fue por el balón, Alex sonrió recordando la primera ves que encajó una canasta, no se dio cuenta que ella había vuelto a encestar
—¡ey que hacen aquí!— grito un joven desde la puerta, atrás de él venían más de diez jóvenes con ropa deportiva, ese era el equipo de baloncesto, Alex los miro mientras entraban la joven, ella no les tomo importancia y siguió tirando, hasta que el joven que había gritado corrió y taponeo uno de sus tiros, el balón hubiera impactado en el rostro de la chica si no fuera porque Alex había puesto su mano tomando el balón
—qué demonios te pasa, no ves que estoy entrenando— dijo la chica, eso provocó la risa de todos menos de Alex que miraba todo muy seriamente
—otros idiotas que no saben nada—dijo Alex seriamente molestando a todos, el que parecía el capitán se puso enfrente de él y apenas llegaba a su pecho, Alex se rió ya que el trataba de asustarlo aunque él fuera mucho más alto que el
—muy bien mocoso, aquí jugamos baloncesto si te crees tan bueno para hablar porque no me lo demuestras con tu baloncesto— decía dando unos pasos atrás mientras miraba el balón en las manos de Alex que sonrió, todos se alejaron y les dejaron espacio, Alex le dio el balón y todo comenzó, el capitán trató de driblar pero Alex siempre estaba enfrente y no le daba espacio para pasar al no encontrar modo de pasarlo trató de tirar pero el balón choco con la mano de Alex que brinco un mili segundos antes, el capitán rápidamente trató de ir por el balón, pero Alex era rápido y llego al balón antes, una finta a la izquierda y el camino fue abierto para que Alex pasara por la derecha y hiciera un mate rasca espalda, todos estaban sorprendidos, la chica tenía estrellas en los ojos, Alex miro al capitán y empezó a caminar hacia la salida, la chica por un momento dudo pero lo empezó a buscar.
Alex se encontraba en su salón mientras tomaba su mochila y miraba el pantalón que se le había rompido de la entrepierna, por eso no se juega baloncesto con pantalones de vestir, tomó su mochila y comenzó a caminar hacia la salida, pero se detuvo al ver a la chica en la puerta respirando agitadamente
—te encontré— dijo ella respirando agitadamente, cuando se sintió mejor empezó a caminar hacia él y sujeto un papel enfrente de él, Alex dudo pero tomo el papel y cuando termino empezó a reír a más no poder, en el papel le pedía que fuera el entrenador del equipo femenino que estaban formando, con una letra que daba pena al parecer lo hizo cuando estaba buscándolo —por favor entrena al equipo— dijo ella inclinándose, Alex dejó de reír y la miro mientras ella se incorporaba, en sus ojos azules mostraba una gran determinación
—mi nombre es Alex y supongo que soy su nuevo entrenador— dijo inclinándose un poco, la chica sonrió y grito de felicidad
—un gusto pervertido-san, mi nombre es Suki— dijo sonriéndole mientras le sacaba la lengua, el tropezó cuando escucho el apodo que le había puesto, apenas había aceptado y ya empezaba a arrepentirse, Alex se tuvo que quedarse hasta la noche mientras arreglaba la fundación del equipo femenino con el director y las horas que tendrían en la cancha, el director le dio un mes para tener el equipo en forma y completo, Alex salió de la Academia a las ocho de la noche todo estaba oscuro pero todavía había estudiantes en dirección a sus casas, el siguió caminando durante unos veinte minutos y se detuvo de repente cuando vio a una joven de cabello rosa caminando enfrente de él, su cabello le recordó a la joven que había visto ase un año, a su lado se encontraba un joven de piel morena y cabello azul, su altura era buena para jugar baloncesto, Alex siguió caminando detrás de ellos mientras se ponía las orejeras sin darse cuenta que enfrente comenzó una discusión entre dos chicos que trataron de ligar con la chica de pelo rosa algo que no le gusto a ella y a su acompañante, Alex no se dio cuenta ya que miraba el suelo y termino pasando en medio de todo, mala suerte para él ya que recibió un golpe en el hombro que era para el chico de pelo azul, todos estaban sorprendidos Alex miro el puño que seguía en su hombro siguió el brazo y llego al rostro del joven que lo golpeo, estaba asustado por la altura de Alex
—quitarías tu mano— dijo Alex sonriéndole de una forma espeluznante, el joven de inmediato lo hizo y Alex siguió su camino
—no espera Aomine si lo golpes y la escuela se entera no te dejarán jugar— dijo la joven de pelo rosa, Alex se detuvo y volteo mirándo a Aomine que traía un balón de baloncesto, los otros chicos se quitaron las chaquetas preparándose para pelear, entonces es cuando se dio cuenta de algo y volvió a ponerse enfrente de ellos
—o ustedes son del equipo de la academia Karasuno no es así— dijo Alex recordando a verlos visto detrás del capitán, los dos de inmediato lo recordaron, él se acercó y dijo en vos baja—dejen esto así o el director se va a enterar— termino de decir Alex, los dos chicos abrieron los ojos y recogieron sus chaquetas mientras se iban de hay soltando insultos sobre Alex que empezó a caminar
—oye porque te metiste— dijo Daiki llamando su atención, Alex volteo y señaló el balón
—porque arruinar algo que te gusta por una pelea—dijo el con una sonrisa que sorprendió a Daiki y a la chica que lo miraba como si no conociera
—no me gusta, es aburrido todo es muy fácil— dijo mirando las estrellas, la chica miro el suelo y Alex lo miro extrañado
—así que te crees muy bueno— dijo Alex con una sonrisa arrogante, Aomine volteo a verlo y se dio cuenta de la altura de Alex, no supo porque pero empezó emocionarse, con fuerza arrojó el balón que Alex detuvo con una mano, y hay en plena calle empezó a botarlo Aomine lo cubrió, una finta de izquierda a derecha y Aomine no podía creer que Alex estuviera detrás de él, él lo había pasado con mucha facilidad —tengo que admitir que eres bueno, pero no tanto, bueno adiós pequeña— dijo Alex dándole el balón a Momoi, el siguió su camino dejando con muchas dudas a los dos, Aomine sabía que había perdido y eso lo había emoción sus ojos tenían una emoción que no tenían en mucho tiempo, Momoi sonrió al ver a su viejo amigo así de emocionado y una palabra llego a su mente
—grandulón—.
Segundo día de escuela y Alex entraba a su salón con grandes ojeras en sus ojos, él no pudo dormir ya que se la pasó pensando en cómo entrenar a un equipo que posiblemente nunca se a esforzado, al entrar Suki se puso enfrente de él sorprendiendo a todo el salón, que hacía la chica más linda del salón con el extranjero pervertido, fue el pensamiento de muchos
—y cuando…— ella no termino de hablar ya que Alex le puso un papel enfrente que ella tomó y leyó mientras se iba a su silla, un estudiante le trató de meter el pie pero Alex se dio cuenta y piso con fuerza a esa persona que gimió de dolor pero no dijo nada, cuando Suki terminó de leer sonrió y volvió a su a ciento, al terminar las clases Alex fue a la cancha de baloncesto y vio al equipo masculino formados en la entrada impidiendo que tres chicas pasaran, entre ellas Suki que estaba muy molesta
—es nuestro turno de usar la cancha déjenos pasar— decía molesta tratando de pasar entre dos chicos que sonrían, Alex sabía que debía detener esto o algo malo pasaría… Muy tarde uno de los chicos se molesto y aventó a Suki que callo con fuerza golpeando su cabeza contra el suelo, las dos chicas se preocuparon mientras se agachaban junto a ella, los del equipo solo reían de una forma nerviosa, Alex empezó a correr asia Suki y sin preocuparse de lo demás la junto en brazos y la llevo a la enfermería, pero no sin antes mirar al chico que había provocado todo eso, Alex no olvidaría eso y se lo aria pagar.
—oohh, dios que me pasó— dijo Suki abriendo los ojos mientras se sujetaba la cabeza, ella se encontraba en una de las camas de la enfermería, a su lado se encontraba Alex sentado en una silla mirándola, Suki miro alrededor y entonces se dio cuenta de que Alex la estaba mirando ella trató de levantarse pero de inmediato sintió nauseas y se volvió a acostar
—eres tonta verdad, apenas te despiertas y te levantas tan de repente es obvio lo que pasará— dijo Alex bostezando mientras cruzaba los pies, el saco un chocolate de su bolsa y se lo aventó a Suki, ella lo miró y tomo el chocolate —estas bien pero la enfermera me dijo que estas algo anímica y debes de comer mejor— decía rascándose la cabeza,—"y así quieres jugar baloncesto"—
—lo siento, es que mi mama no gana mucho y tengo que trabajar medio tiempo, aún así apenas logramos comer— dijo con tristeza mientras comía la barra de chocolate, Alex abrió los ojos con sorpresa en verdad él no esperaba eso ya que ella parecía una chica muy bien acomodada, entonces él tuvo una idea
—por lo que me dices tú mamá no gana mucho, porque no se viene a trabajar a mi casa ocupamos una ama de casa y nosotros pagamos bien— dijo Alex mientras escribía un mensaje en su celular que mando en cuanto termino, Suki lo miraba como si estuviera jugando pero al ver que estaba serio lo pensó seriamente
—voy a hablar con ella, por lo que me dices tu familia tiene mucho dinero— dijo mirando el techo con una sonrisa
—así es, tenemos suficiente para vivir como reyes sin trabajar o eso dicen— decía recordando lo que le dijo un viejo amigo, eso lo hizo reír, Suki lo miró como si estuviera presumiendo, él nunca se dio cuenta de la mirada que le esta dando —a y necesito que comas mejor si en verdad quieres formar parte del equipo— dijo sacando una lonchera enorme que sorprendió a Suki —bueno pos come— dijo sonriéndole, ella lentamente abrió la lonchera y un vapor de sabrosos olores le llenó la nariz.
Una hora después y los dos estudiantes de la academia se encontraban subiendo las escaleras de un hotel en el cual vivía Suki, ella tenía una pequeña panza después de todo lo que había comido, ellos se detuvieron en el tercer piso y caminaron por uno de los pasillos hasta que llegaron a la puerta número veintitrés
—espérame aquí unos minutos— dijo ella mirando a Alex, entonces se volteo e insertó unas llaves en la puerta entrando, en el departamento había basura por todos lados, ropa tirada en el suelo, platos de comida rápida, ella dejó su mochila en un sillón donde su madre estaba dormida sin blusa
—o Dios mío que voy hacer contigo— ella se recogió el pelo y comenzó a recoger limpiar y esconder lo que pudiera.
Afuera del departamento Alex se recargó en la pared y se puso sus audífonos, diez minutos había estado esperando, entonces vio a un viejo borracho caminar hacia el pero no le tomo importancia hasta que vio que el hombre tocaba la puerta veintitrés
—vamos maldi…— la puerta se abrió
—Alex esp…— dijo Suki pero al ver al viejo borracho trató de cerrar la puerta pero el hombre ya había dado un paso enfrente evitándolo, Alex se sorprendió, agarro al hombre de la parte trasera y con gran fuerza lo aventó hacia la pared de atrás el hombre había quedado aturdido, entonces Suki sujeto del brazo a Alex y lo metió al departamento cerrando la puerta cuando entraron, los golpes en la puerta no se hicieron esperar por el viejo borracho mientras Alex se encontraba recargado en la puerta con Suki en su pecho y la cabeza agachada, el viejo hombre dejó de golpear la puerta y entonces empezó a soltar insultos, que molestaron a Alex que trato de abrir la puerta pero Suki sujeto su mano con fuerza
—otra ves ese idiota— dijo la mama de Suki mientras se sobaba la frente, Alex volteo enfrente y su piel blanca se puso roja al ver a tan bella mujer solo con un diminuto short y un bra negro, la mujer al ver a Alex igual que él se puso roja y corrió a su habitación, el borracho duró unos segundos y se fue de hay
—yo lo siento Alex— dijo ella mientras daba un paso atrás, el no presto atención solo recordaba lo que había visto —bueno ven sígueme— dijo Suki despertando a Alex de su sueño, los dos se encontraban sentados en el sillón mientras esperaban a la mama de Suki que salió con un pantalón negro y una blusa de manga larga
—y quién es tu amigo Suki— dijo su mama parada detrás de ella con brazos cruzados y un sonrojo mientras miraba a Alex que parecía volver a su seriedad
—bueno mama, él es Alex y quie…— ella trató de decir pero Alex la detuvo con la mano
—buenas tardes señora, mi nombre es Alex, mi compañera de clases aquí presente me contó de su situación y eso me hizo recordar que necesitamos una ama de casa, me gustaría ofrecerle el puesto la paga es de ….. Por mes y tenemos seguro…— madre e hija ya no escucharon más habían quedado soñando con la paga, —y tenemos una casa de invitados en el jardín tiene tres cuartos dos baños, una cocina y una sala, ustedes pueden vivir hay gratis si quieren— entonces el término y espero la respuesta de ella que no podía creer lo que le ofrecían, parecía un trabajo de en sueño para ella
—porque me lo ofreces a mí— dijo ella con un poco de desconfianza, la joven trato de hablar pero se detuvo al ver la sonrisa del joven
—señora su hija me pidió ser el entrenador de su equipo de baloncesto y yo acepté, necesito que ella esté en plenas condiciones, que no se preocupe por otra cosa que no sea entrenar necesito que ella esté concentrada al cien por ciento en ello— su mama la miro y sonrió mientras la abrazaba, y le dijo al oído algo que la puso completamente roja
—y cuando empiezo— dijo ella levantándose con los brazos cruzados, él se levanto y sonrió
—ahora mismo si quiere, solo deje llamó a mi chofer para que se encargue de la mudanza— dijo sacando su celular mientras marcaba, él habló unos minutos mientras ponía todo en orden y daba la dirección, el colgó y las miro —en una hora él vendrá a recogerla señora, am señora quería ver si nosotros podríamos ir por hay— dijo Alex un poco apenado, Suki lo miró raro y su mama sonrió, unos minutos después los jóvenes se encontraban enfrente de una tienda de deportes
—am Alex que hacemos aquí— dijo ella extrañada, Alex la miro como si no entendiera
—am pos vamos a comprarte un balón, zapatos, ropa y algunas cosas más para que puedas jugar baloncesto como se debe— dijo el entrando ala tienda, Suki corrió y lo sujetó de la mano volteándolo
—pero no tengo dinero ademas puedo jugar sin esas cosas— dijo como si no fuera importante, él se sobo la frente y respiro
—mira Suki el dinero no importa yo iba a pagar, y las cosas claro que importan, te van ayudar a mejor muy rápido ya veras— dijo sujetándola de la mano mientras la llevaba por todo el lugar
