Déjá Vu
By
Tsukire
Prólogo
Los personajes no son míos, son propiedad de Hiro Fujiwara, es un universo alterno en el que los personajes no actuarán de acuerdo al manga/anime.
Palabra*: Cuando pongo algo así es que fue una situación/personaje del manga, yo sé que algunos saben de que hablo pero no puedo asegurar que todos lo sepan.
Después de un pesado día de trabajo Usui y Misaki yacían recostados en la cama de su departamento, hace poco habían empezado a vivir juntos, Misaki se sentía totalmente nerviosa viviendo con Usui ¿Cómo había terminado tan enamorada de él? Ni siquiera ella lo sabía pero definitivamente era feliz con él.
- Recuerdo -
Misaki había tenido su primera semana de trabajo y aún conservaba a sus amistades de preparatoria, aún trabajaba en el café maid pero no por necesidad sino más bien como un pasatiempo y porque Satsuki le había pedido que no dejara el café, tampoco ella quería dejarlo del todo, había pasado grandes momentos en ese lugar y se había vuelto muy especial para ella. También conversaba muy seguido con Shintani quien ahora tenía una relación con su hermana, estaba feliz de que ambos pudieran llevarse tan bien.
A quien muy rara vez veía era a Tora, después de aquel beso que le robó* había preferido evitar hablar con él lo más que pudiera, sabía que a Usui no le causaría mucha gracia si se enterara que aún hablaba con Tora.
Pero hoy volvió a encontrarse con Kaon Umekoji* una excompañera de Usui por el tiempo que estuvo en Miyabigaoka*, ambas fueron a pedir trabajo a la misma compañía, no se le veía muy contenta, pudo notar que estaba ciertamente enfadada.
-Ayuzawa…que desagradable sorpresa- comentó la chica que solía abrazar un gran oso de peluche.
-Lo mismo digo…
-Así que lograste superarte, ya no eres una simple maid…-dijo Kaon en tono burlón.
-De la misma forma que tú dejaste de llevar un peluche a todos lados…-
Kaón adquirió un color carmín en el rostro y simplemente giró su cabeza indignada por el comentario de Misaki.
Siempre estuvo convencida de que esa chica odiaba totalmente a Usui, cosa que era todo lo contrario puesto que estaba enamorada de él, siempre lo había estado, eso molestó un poco a Misaki, si algo le causaba molestia era que las personas no fueran honestas con sus sentimientos.
Sabía que Kaon la despreciaría aún más cuando el trabajo fue concedido a Misaki quien no cabía de la emoción y no esperaba el momento indicado para hacérselo saber a Usui.
- fin recuerdo -
-Me gustas…- Misaki aún recordaba a la perfección el primer beso que ese chico de ojos verdes le había robado para después saltar de la azotea de la escuela en busca de la foto, de la cual dependía su reputación en la escuela. Aún sentía el cosquilleo en su estómago debido a la presión de sus labios con los de ella.
Estaba recostada mirando el techo, subió su mirada y se encontró con aquel joven rubio durmiendo plácidamente mientras ella estaba recargada en su pecho, entrelazando sus manos, sonrió para ella.
Había sido tan afortunada, tan afortunada de que este estúpido alienígena la hubiera encontrado, recordaba que al principio había sido molesto y que pensó que sería contraproducente que el chico más popular de la escuela supiera su secreto: ser Maid. Pero eso sólo fue un trampolín para su relación.
Estaba de verdad agradecida por todo lo que Usui había hecho por ella sin que se l o hubiera pedido, no necesitaba gritar su nombre puesto que él siempre estaba ahí cuando más lo necesitaba, le hacía perder la cabeza era cierto pero también era reconfortante saber que fuera donde fuera, sea como sea nunca la iba a dejar sola.
Recordó esa vez que intentó evitar que ella y Aoi ganaran la competencia de voleibol sólo porque estaba celoso de lo que los otros chicos dijeran si ella ganara, aún sentía su espalda arder cuando los labios de Usui succionaron su piel, fue bastante molesto usar playera en un día tan caluroso como ese, pero más aún soportar la risa triunfante de Usui al verla vestida así.
¿Cómo olvidar aquella vez que tuvo que disfrazarse de hombre? Usui nunca la dejó sola, siempre aprendía cosas nuevas sobre él, esos ojos verdes la esclavizaban por completo ¿Cómo poder negarle lo que fuera?
Vio como el rubio respiraba tranquilamente ¿Cómo había terminado tan enamorada de él? ¿Cómo él pudo haberse fijado en ella? Sólo sabía una cosa, él había hecho mucho por ella, si tan sólo Misaki pudiera regresarle la mitad de lo que había hecho…
Escuchó como el rubio murmuraba algo.
-Kaichou, quítese la ropa…- la cara de Misaki se puso totalmente roja, se alejó agresivamente de él y su mano terminó estampada en la ahora roja mejilla del joven.
-Aah…- Usui se quejó llevándose la mano a su mejilla –Misaki ¿Qué te pasa?- preguntó soñoliento.
-¿!Qué me pasa¡? ¡Que eres un alienígena pervertido! ¡Eso pasa!- Misaki tartamudeaba consumida por la vergüenza.
-¿Yo?- Usui se señaló así mismo inocentemente. –Si no he dicho nada…
-Hablaste dormido- Misake desvió la mirada.
-Oh, ya veo…entonces…¿Te la quitarás?- el joven adquirió una mirada provocativa.
-¡Vete al diablo!- gritó Misaki enojada, iba a salir de la habitación cuando el agarre del rubio se lo impidió obligándola a regresar a la cama.
No supo cómo pasó pero Usui ahora estaba encima de ella penetrándola con esos ojos en los que se perdía totalmente ¡Como amaba esos ojos verdes! Usui bajó su cabeza hasta quedar a centímetros de su boca.
-Misake…- dijo él mientras la miraba –Te amo…- diciendo esto la beso entrelazando sus dedos con los de ella, la chica no opuso mucha resistencia y se dejó llevar por ese beso, no importa cuantos besos le diera, dentro de ella la electricidad recorriéndola siempre sería como la primera vez.
-También…también te amo…- dijo Misaki tímida cuando Usui detuvo el beso.
-Vayamos a ver una película…-
-¿Ahora?- preguntó la chica incorporándose.
-Si ¿No quieres? Las luces estarán apagadas, podré hacer contigo lo que quiera…- ese dulce joven se transformó en un demonio deseoso.
-¡No!- Misaki le lanzó una almohada directamente a la cara.
-¡Claro que no Kaichou! Veremos la película que usted quiera…-
-Odio cuando hablas así…-
-¿cómo? ¿De usted? A mí me gusta hablarte así…-
A la chica de cabellos negros se le hacía imposible creer que siendo como ella era, tuviera a su lado a Usui, ella de verdad debió haber hecho algo muy bueno alguna vez para que la vida la premiara con él ¿qué más podía pedir? La amaba, la cuidaba, la protegía, Usui se había convertido en un pilar muy importante en su vida, estaba totalmente enamorada de él y no podía evitar sonreír cada vez que lo miraba, apretó su mano con más fuerza, Usui sintió esto y volteó devolviéndole la sonrisa, pareciera como si fuera lo único necesario para tener un día perfecto.
-¿Qué película quieres ver?- preguntó el rubio pasando su brazo por los hombros de la chica.
-Mm…- Misaki hizo ese sonido al ver las películas en cartelera –Veamos…¡Esa de ahí!- señaló el cartel.
Usui hizo una mueca cuando vio el cartel, el título ya era bastante cursi y estaba siendo complementado por la silueta de una pareja besándose y al lado un chico y una chica mirando a diferentes direcciones.
-¿No quieres ver mejor una de terror? Así podrás abrazarme si tienes miedo o mejor aún, podríamos no ver la película- el rubio le guiñó el ojo.
-¡No estúpido Usui! ¡Veremos la película que dije!- una aura comenzó a formarse alrededor de la chica, de repente el rubio sintió un escalofrío recorrerlo, sintió como lo jalaban del cuello llevándolo directamente hasta la taquilla, todos los demás se les quedaron viendo temerosos por la actitud de la chica.
-De acuerdo, de acuerdo, veremos esa…- el chico pagó por los boletos y minutos después ya estaban entrando a la sala.
La función se resume en lo siguiente, Misaki no dejaba de mirar la pantalla totalmente asombrada por la trama de la película, en la cual un joven había decidido salir de la vida de la mujer que más amaba para no volverla a lastimar, la chica de cabellos negros no podía dejar de imaginarse a Usui y a ella en esa posición ¿Qué es lo que haría ella si pasara exactamente lo mismo? Conforme la película avanzaba, las lágrimas de Misaki corrían por sus mejillas, ella intentaba que Usui no se diera cuenta de que estaba llorando. Sin embargo el joven no entendía el argumento tan similar a tantas películas románticas, esos temas eran un cliché, pero ver a Misaki totalmente concentrada y observar las expresiones que hacía para evitar llorar… estaba complacido de poder conocer esa parte de ella. Tomó la mano de Misaki.
-Puedes llorar en mi hombro si quieres…-
-¡Estúpido Usui! No estoy llorando- dijo Misaki con la voz quebrada.
La película terminó en un final feliz, ambos protagonistas quedaron juntos puesto que el joven entendió que por más que se alejara de ella, no podría vivir así.
-¿Te gustó la película?- preguntó Usui mientras caminaban hacia el carro.
-Si, estuvo muy bonita ¿a ti?- preguntó Misaki mirándolo.
-Si te gusto a ti, entonces está bien para mí- sonrió mirándola.
-Aunque hay algo que me pareció absurdo…si la lastimaba tanto estando con ella ¿Por qué entonces no la dejó?- Misaki realmente estaba confundida respecto a esa situación –Es decir, si yo supiera que el estar conmigo de alguna manera te lastimara, preferiría alejarme a verte sufrir…- la chica se puso roja cuando terminó de hablar.
Usui notó esto, se detuvo al instante y la enredó en sus brazos acercándola a ella y recargando su barbilla en su cabeza, la alejó un poco para poder encontrar sus ojos marrones.
-Si yo fuera el de la película no podría alejarte de mí, tal vez diría que lo haría pero regresaría a ti cuantas veces fueran necesarias porque te amo…- como si hubiese sido una promesa selló los labios de Misaki con un beso. –Pero es sólo una película, no me vas a perder nunca…- tomó su mano firmemente y siguieron caminando.
Misaki no dijo ninguna palabra ¿Cómo podía si quiera hablar después de escuchar aquellas palabras? Estaba tan emocionada y feliz…Usui sabía que estaba así, había aprendido a identificar cada una de sus expresiones, sabía que ella era tímida y no le daba miedo ser así, puesto que con Usui podía ser como ella era.
Ambos entraron al carro, Misaki iba mirando por la ventana cuando notó algo extraño, no estaban siguiendo el camino para llegar a su departamento, Usui había tomado una vía totalmente distinta.
-Usui ¿A dónde vamos?- preguntó Misaki mirando a su al rededores tratando de ubicar donde estaban.
-Es una sorpresa, no se desespere…-
sorpresas…sorpresas…con Usui a su lado había descubierto que siempre pueden haber distintas sorpresas al día, le gustaba ser sorprendida por él, pero a veces a ella le gustaría poder hacer lo mismo, ella era tan...aburrida, tan simple, tan monótona, debía de planear algo grande con que poder compensarlo.
Llegaron a una casa estilo occidental, con un gran jardín y un enorme portón, la casa era bastante grande.
-Usui ¿Qué es esto?
-No hagas tantas preguntas y ven…-
el rubio la ayudó a bajar del carro, ambos caminaron hasta dentor de la casa, Usui se colocó detrás de ella y sacó de su bolsa una venda de color negro.
-Misaki, ahora cumpliré uno de mis mayores sueños…
La joven se giró para verlo emocionada, sentía dentro de ella que los nervios iban a terminar con ella, no pudo evitar sentirse avergonzada.
-Amarrarte…- terminó diciendo el joven con una mirada provocativa.
-¡Déjate de estupideces!- gritó Misaki.
-Era broma…te vendaré los ojos…
-¿qué piensas hacerme pervertido?- dijo Misaki.
-Si fuera algo pervertido no me tomaría tanto tiempo…ahora voltéate y cierra los ojos.
-Estúpido…- murmuró Misaki.
Usui amarró con delicadeza la venda en la cabeza de la chica, la tomó de los hombros y con paso lento la dirigió hacia el jardín, le iba dando indicaciones, su agarre era firme para que Misaki no tuviera miedo a caerse o a resbalarse, no caminaron mucho cuando Usui se detuvo.
-¿Lista?- preguntó el joven emocionado.
-Si…- dijo tímidamente la chica.
Usui removió la venda de los ojos de Misaki, ella los abrió poco a poco para quedar asombrada, en el jardín habían globos de un color rosa pálido y blancos, habían unas velas en el suelo acomodadas creando un enorme corazón con ellos adentro, habían pétalos esparcidos por el césped y la luz de la luna daba aún un paisaje más romántico. Misaki sintió ganas de llorar conmovida por la escena, se llevó ambas manos a la boca y no pudo evitar sonreír mientras pequeñas lágrimas caían.
-¿Tú…tú hiciste esto?- habló con dificultad la muchacha.
-Todo esto para ti ¿te gusta?- preguntó Usui firmemente.
-¡Es hermoso!- la joven se giró para verlo y lo abrazó por el cuello, lo miró directamente en esos hermosos ojos verdes y se colocó de puntitas para besar cálidamente al joven.
-Misaki…tengo algo que decirte…- se alejó de ella.
La joven observó como metía su mano en el bolsillo de su pantalón, se hincó sobre una rodilla, el corazón de Misaki estuvo a punto de salirse de su pecho, no podía creer lo que estaba viendo, pareciera como si el tiempo se hubiera detenido, tenía enfrente de ella al hombre que más amaba arrodillado y mirándola de una forma que sólo él sabía hacer.
-Misaki, sé que llegué a tu vida de una forma inesperada, también sé que hay ocasiones en las que parece que no sé cómo comportarme, pero quiero que sepas que fuiste tú la que llegó a mi vida cuando más lo necesitaba y soy tan feliz de tenerte a mi lado…- estiró ambas manos y había una cajita de terciopelo en una de ellas, con la otra mano la abrió dejando ver una bonita piedra color verde resplandecer -¿Te casas conmigo?
Misaki se llevó una mano a su boca, con lágrimas en los ojos comenzó a sonreír, se mordió el labio inferior y sorbió su nariz.
-Si…- dijo entre lágrimas- Si quiero…-
Usui suspiró tranquili, tomó el anillo y lo colocó en el dedo anular de la joven, se levantó y la abrazó.
-Te amo…muchísimo-
-Te amo mucho más…-
sus alientos se mezclaban, Usui tomó la nunca de Misaki y la acercó a él, ella abrió un poco sus labios para profundizar el beso, Usui la tomó de la cintura y ella pasó sus brazos por sus hombros, sus lenguas jugaron un poco y fue Misaki la que rompió el beso.
-Gracias…gracias por estar conmigo…
-Soy yo el afortunado de tenerte aquí…
El celular de Usui sonó, él contestó dejando a Misaki contemplar el anillo…para ella le hubiera bastado nada más la pregunta que Usui le hizo, no era necesario todo esto, pero eso era lo que amaba de Usui, él siempre hacía que todo fuera especial.
-Es verde…- la voz de Usui la sacó de sus pensamientos.
-El color de tus ojos…- Misaki sonrió.
El rubio sonrió, ella amaba en verdad esa sonrisa ¿Algún día se cansaría de verla? ¡Por supuesto que no!
-Tu mamá me habló, quiere que vayamos a su casa a festejar.
-¿Festejar? ¿No me digas que…ella ya sabía?- Misaki estaba asombrada.
-Ella me ayudó un poco- guiñó el ojo –Tiene algo preparado, me dijo que fuéramos para allá, seguramente Suzuna y Sanshita están ahí.
-Si…vayamos…-
-Por cierto, cuando nos casemos, vendremos a vivir aquí…-Misaki miró la gran casa que estaba a unos metros de ellos.
-Es…muy grande…- dijo temerosa.
-No te preocupes, compraré lo necesario para hacer de esta casa nuestro hogar y para que cuando tengamos hijos crezcan con lo necesario.
-¡Vas muy rápido!- le gritó Misaki.
-Algún día los tendremos…- sonrió Usui.
Nuestra casa, un lugar para estar con Usui tenían el departamento y era cierto que vivían juntos, pero realmente tenía muchas esperanzas en comenzar una vida de casados, no creía que las cosas fueran diferentes a excepción de que ahora harían lo que una pareja de casados hace. Los colores se le subieron al rostro cuando pensó en todo lo que suponía debían hacer. No quiso comentárselo a Usui, pero creía que se estaba volviendo tan pervertida como él.
No podía ocultar la emoción que Misaki sentía, quería que los días pasaran rápido para poder casarse con Usui, lo deseaba con todas sus fuerzas, era sencillamente perfecto ¡Todo era perfecto! Tenía al hombre que más amaba en su vida y dentro de poco su esposo, había conseguido un buen trabajo y tenía a su familia con ella ¿Qué más podía pedir?
Volteó a ver a Usui quien también iba sonriendo, el rubio volteó a verla durante unos instantes, pero todo ese mágico momento desapareció cuando por el retrovisor el rubio vio que las luces de un caminó comenzaron a prenderse y a apagarse, la expresión de Usui se volvió seria y puso ambas manos al volante.
-Está demasiado cerca…- dijo Misaki un poco asustada.
-No te preocupes, dejaré que pase.
-Debe estar borracho…-
Usui intentó estacionarse para dejar que el camión pasara, iba a girar cuando ambos sintieron un gran impacto desde la cajuela del carro, el conductor del camión había aumentado la velocidad y maniobrado mal con el volante estampándose directamente con su carro.
Misaki gritó, sólo pudo escuchar como el carro se estrellaba contra algo, un gran dolor en su cabeza la obligó a cerrar los ojos. Se despertó debido a que sintió un líquido recorrer su frente, poco a poco abrió los ojos, aún estaba dentro del carro, el parabrisas estaba totalmente destruido, ella tenía el cinturón de seguridad puesto y su ropa estaba manchada de sangre, su mirada buscó a Usui, quien estaba recargado en el volante, su cabellera rubia estaba manchada de rojo, Misaki rápidamente se quitó el cinturón de seguridad.
-Usui….- la voz le tembló –Usui…despierta…-sintió como las palabras se quedaban atoradas en su garganta…-Usui…por favor…despierta…- comenzó a moverlo lentamente –no….no…no…no….- intentó calmarse, respiró hondo y movió lentamente su cabeza para atraerlo a ella, no importaba cuanto le doliera el cuerpo, necesitaba saber que Usui estaba bien, necesitaba escuchar su voz… -Usui….despierta…por favor…
-Misaki…-alcanzó a escuchar que el joven habló.
-Si…aquí estoy, no me voy a ir… te vas a poner bien, te lo prometo, vas a estar bien- Misaki intentaba no llorar.
Usui abrió los ojos y Misaki no pudo hablar…sintió las lágrimas caer y las palabras no salían. Esos ojos verdes que tanto amaba no podían mantenerse abiertos en su totalidad, la sangre había cubierto gran parte de su cabellera.
-No te vayas, por favor…no vayas a dejarme….- suplicaba Misaki desesperada
Usui cerró los ojos, esa fue la última vez que vio ese verde esmeralda de esos ojos que tanto amaba.
Tres meses después
La vida de Misaki desde entonces era un desastre, yacía en el cuarto de su habitación en la casa de su madre, estaba en la cama envuelta en una sábana con la mirada perdida al suelo, ella no había querido salir del departamento en el que había vivido con Usui, pero su madre la obligó diciendo que sería mejor para ella estar lejos de ahí ¿EN qué mundo podría eso hacerla sentir mejor?
Lo extrañaba, lo extrañaba tanto que cada noche lloraba antes de quedarse dormida, esa imagen de él en sus brazos por última vez la hacía querer morirse… ¿Por qué no se esperaron un poco más? ¿Por qué no se le ocurrió decirle que no fueran? Por culpa de este estúpido y ebrio conductor había perdido a Usui y se había perdido ella también.
Cada vez que creía que no podía llorar más, las lágrimas volvían a emerger, comía porque su madre la obligaba pero ella sabía que si dejaba de hacerlo tal vez…sólo tal vez pudiera estar más cerca de irse con él.
¿Por qué si la vida había sido tan buena con ella ahora le quitaba todo lo que ella había tenido? ¿Por qué tuvo que quitarle a Usui? Tenía los ojos hinchados y la cabeza no dejaba de dolerle, no recordaba cuando había sido la última vez que había sonreído, tal vez cuando lo miró aquel día en el coche.
Ella había salido ilesa, si hubiera podido intercambiar lugares lo habría hecho.
-Misaki…¿no crees que es tiempo de salir un poco de casa?- su madre la interrumpió, no podía creer que su hija estaba en ese estado, tan destrozada, tan irreconocible, las ojeras en sus ojos eran muestra de que no podía dormir, sus clavículas eran más notorias, y la mirada perdida, le dolía tanto saber que su hija estaba aquí, pero era sólo una envoltura, como una muñeca, su mente estaba en otro lugar diferente.
-No quiero…- dijo Misaki.
-Hija…- su madre se sentó en el borde de la cama, le dolía verla así en verdad.
Los ojos de Misaki se pusieron vidriosos y miró a su madre con una tristeza infinita.
-Lo extraño mamá, me hace muchísima falta… ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a salir de esto?- preguntó Misaki con la mirada llena de temor y la voz cortada.
-Juntas saldremos de esto Misaki, te lo prometo…-
Promesas…estaba cansada de promesas, con Usui había hecho tantas que ahora iban a ser imposibles de cumplir.
Un mes después…
Sabía Misaki que no podía estar así siempre, aunque por dentro estaba destrozada, trataba de dar lo mejor de sí demostrándole a su mamá que cada día dolía menos. Esa tarde tomó por sorpresa a su madre.
-Quiero salir a caminar…-
-Cla…claro Misaki, ¿Quieres que te acompañe?
-No, es algo que debo hacer yo…-
Misaki se colocó unos jeans y una sudadera con gorro, se puso unos tennis y se despidió de su madre dándole un fuerte abrazo.
-Cuídate, tendré la cena lista cuando regreses.
Misaki caminó sin rumbo alguno, cuando alzó la vista se encontraba enfrente de la Preparatoria Seika, sin expresión alguna, subió por el portón y logró saltarlo para entrar al lugar, caminó lentamente, cada rincón le recordaba a él, cada pasillo, cada salón, podía sentir su presencia siguiéndola tal como lo hacía en preparatoria, Usui siempre sabía donde estaba, siempre la molestaba, era desgarrador estar en ese lugar, subió hasta la azotea.
Y entonces se miró así misma forcejando con Usui para recuperar una foto de ellos, estando ella vestida de Maid… caminó hacia el borde del lugar y miró a su derecha… Me gustas cerró los ojos para recordar ese momento y entonces dejó caer su puño en el borde del muro.
Se sentía tan tonta por volver a llorar ¿Cuánto más tenía que llorar para sacar todo ese dolor? Firmemente se subió al borde del muro, quedando a la deriva, sabía que si saltaba no tendría la misma suerte que Usui, ella no tenía tan buenos reflejos como él.
Colocó sus manos alrededor de su boca y gritó.
-¡Estúpido Usui!- las lágrimas fluyeron aún más -¿Por qué te fuiste?- entonces saltó.
Misaki abrió los ojos lentamente, la luz le comenzó a molestar, se sentó lentamente y entonces se dio cuenta de que estaba en una especie de parque, los árboles la rodeaban, el césped y las flores inundaban el lugar haciéndolo parecer un paisaje hermoso ¿Cómo había terminado ahí? Lo último que recordaba era que había saltado de la azotea de Seika.
Entonces a lo lejos divisó a un hombre viejo con barba, vestía con una especie de túnica que caminaba hacia ella, algo en el hombre le proporcionaba tranquilidad pero aún así no pudo evitar sentirse nerviosa.
-¿Qué es este lugar?- preguntó Misaki.
-Saltaste de un muro niña…-
-¿Estoy…muerta?- preguntó ella incrédula.
-No en realidad, estás suspendida en el tiempo…- dijo el anciano pacientemente.
Misaki no logró entender el significado de esas palabras.
-¿Eso que quiere decir?
-Déjame explicarte niña, tu perdiste a alguien importante hace tiempo ¿No es así?
-¿Cómo sabe usted eso?- Misaki estaba asombrada.
-¿Qué dirías si te dijera que tengo el poder de viajar en el tiempo? ¿,Me creerías?- sonrió desafiante el hombre.
-Es algo muy difícil de creer…-
-Tanto como para haber saltado de una azotea y despertar aquí…-
-¿Qué quiere de mí?
-No es lo que yo quiero de ti, sino lo que tu quieres de mí…-
-No estoy segura de entender…-
-Seré claro…ven hacía aquí..- el anciano señalo que fuera a su lado.
Misaki lo dudó un poco, pero accedió a hacer lo que le dijo, caminó lentamente hacía él.
-Puedo ayudarte a retroceder el tiempo…
-¿Qué clase de locura es esta?
-La misma locura con la que amaste a ese chico, sabías que existía pero no había forma tangible de demostrarla.
-¿Podría dejar de hablar así?
-Esta oportunidad sólo es concedida a aquellas personas como tú…sé perfectamente que actuarás con sabiduría…-el anciano hizo un pausa para ver si Misaki aún le prestaba atención –escúchame bien, puedo ayudarte a regresar en el tiempo, puedes volver a estar con ese joven.
Misaki no podía creer lo que escuchaba, comenzaba a pensar que tal vez todo esto era un sueño y que cuando despertara lo había aún más deprimida de lo que ya estaba.
-¿Es esto un sueño? No quiero simplemente despertar y saber que mi mente jugó así conmigo.
-Podría serlo si así lo deseas, te doy una única oportunidad de regresar al momento que tú quieras…el que sea…
-El que sea…-
-Pero a cambio…debes de darme tu posesión más preciada.
-¿Mi posesión más preciada? Yo no tengo nada preciado que darle…
-Lo sabrás cuando llegue el momento…entonces ¿Qué dices?
Misaki sabía que no tenía nada más preciado que no fuera Usui, deseaba volver a verlo, estar con él, besar sus labios, tener una vida junto a él…
-Acepto, le daré mi posesión más valiosa a cambio de que me regrese a Usui…-
-Piensa bien a que momento quieres regresar…
Misaki comenzó a pensar, podría regresar a aquel momento justo antes del accidente, decírle a Usui y esperar a regresar otro día… ¡Si! ¡Eso sería! Pero entonces pensó que si el destino había hecho eso ¿Qué le aseguraba que al día siguiente que regresaran no pasaría lo mismo? Tal vez no los mismos hechos pero el mismo resultado ¿Por cuánto tiempo podrían evitar el que la muerte los cazara? ¿De verdad ese era su destino juntos? ¿Tener que huir así? Misaki creía mucho en el destino por lo que tenía un miedo terrible de volver a perderlo. No podía soportarlo, no una segunda ocasión.
Entonces recordó la última película que vieron juntos Alejarlo de mí sólo para protegerlo
-¿Ya lo pensaste bien?- preguntó el anciano.
-Si…quiero volver a aquel tiempo….cuando no había amor.
-Concedido.
Misaki se desvaneció, sintió que alguien tocaba su espalda, abrió los ojos y ¡No podía creerlo! ¡Estaba en el salón de clases de la preparatoria Seika! Usaba el uniforme que hacía años había usado, volteó y sus compañeros estaban iguales y sentados tal como recordaba.
-Ayuzawa ¿Estás bien? Te quedaste dormida, si el profesor te ve se enojará- le dijo una de sus compañeras.
-¿Dormida? ¿Era todo un sueño? Entonces por qué recordaba perfectamente todos esos momentos con Usui? ¿Había realmente vuelto al pasado?
NOTAS: ¡Hola! Regresé con una nueva historia para Maid sama, espero de verdad que sea de su agrado y recibir muchos reviews, sino, no escribiré más xD. Tengo muchísimas ideas para este fic así que trataré de actualizar seguido.
Hasta el próximo capítulo.
