¡Hola a todos! ¡Adivinen quien no está muerta! Si, yo. Ya sé que tengo MUCHAS cosas pendientes, pero es que si les soy sincera no tengo "motivación" para escribir. O sea, ya tengo todo planeado y eso, solo me faltan las ganas... En fin, hace unos días vi "The Rocky Horror Picture Show" y esta canción fue una de las dos que más me gustó (la primera fue Sweet Transvestite) y pues, decidí escribir este Drabble. Espero les guste.

Aouch A, Touch A, Touch Me [KorrAsami]

Siempre había sido una chica muy propia, jamás había mostrado algún comportamiento no apto para una señorita de sociedad, sabía que hacer cuando algún joven se le insinuaba, sabía como rechazar las propuestas más indecorosas sin salir perjudicada, desde que tenía memoria le habían enseñado a como controlar los instintos de deseo y dominar su corazón. Pero en ese momento, con esa maestra morena que controlaba los cuatro elementos, simplemente Asami perdía toda noción de quien era ella, de sus modales, de su clase, lo único que quedaba era una simple chica de diecisiete años de edad que quería disfrutar de una noche de pasión con la persona que le sacaba suspiros y lo más bajos deseos que no se permitía tener por el que dirán de la sociedad en dónde se movía.

¡Oh, por Raava! Sus manos sobre su tersa piel la volvían loca, demente. Solo quería ser tocada por Korra, que la hiciera gritar su nombre demostrando que solamente ella era la única que podía hacerle gemir de placer y hacer su cuerpo estremecer de puro deseo. Entre más sensuales eran los roces más anhelaba la heredera ser tocada, ser poseída. ¡Dios, Korra! Eso era lo único que la Sato pensaba con forme los labios de la maestra bajan por su bien formado abdomen dando pequeños besos candentes que solo hacían que las ansias de la heredera crecieran. Quería sentirla, sentirse amada, que ese vacío que estaba en su interior fuese llenado por la Avatar con la que compartía cama en esa noche.

Ya había estado antes con la Avatar, eran "amigas" después de todo, pero luego de su primer encuentro la heredera quería más y más. Sus encuentros pasaron a ser más frecuentes, cada vez con un nuevo nivel de intensidad. Asami sabía que de seguir así perdería el auto-control que tenía, pero no podía parar, ya no, había probado ese prohibido néctar y ahora era una adicta y su droga tenía nombre y titulo, Avatar Korra. Es que, ¡por lo espíritus! La morena tenía unas manos maravillosas sin mencionar sus otros atributos que sabía manejar a la perfección para llevarla a límites que ni ella misma sabía que tenía.

Al final la sesión de esa noche había terminado, Korra descansaba envolviendo a Asami en un abrazo protector. La heredara Sato se limitaba a mirar el bello rostro moreno que parecía tener el sueño más hermoso del mundo, ¿lo que estaban haciendo era correcto? ¿Aquellos encuentros bajo la luna llena era un error? No lo sabía, pero las dudas se dispersaron cuando sintió una pequeña caricia en su brazo mientras su compañera le susurraba un dulce "todo estará bien, Asami". Con esas simples palabras la Sato logró tranquilizarse y dormir un poco mientras percibía el toque de su morena, ya mañana se preocuparía de todos esos pensamientos, por esa noche, solo quería seguir siendo tocada y mimada por Korra.

¿Fin?