La vio sonreír al momento de que la hermosa y costosa argolla se deslizaba cuidadosamente por su dedo, vio la ilusión dibujada en los hermosos ojos oscuros de la joven mientras ella alzaba la mirada para encontrarse con la de su ahora prometido, peor aún, vio el amor en esos ojos de eterna inocencia.

Alzó su copa para brindar por la feliz pareja, tragándose de un solo sorbo el líquido que esta contenía, un licor tan fuerte que le quemaba la garganta. Era eso o la tristeza que ocultaba bajo esa perfecta sonrisa de "Todo va bien aunque no lo creas". Su amigo le rodeo los hombros con su brazo, brindando con él por el que de seguro sería uno de los días más felices de su vida, pero… ¿Cómo hacerlo cuando para él significaba todo lo contrario?

Inconscientemente desvió la mirada hacia ella, tan feliz, radiante e inocente como siempre, tan hermosa, tan alegre, tan… tan de otro. Nuevamente su garganta se vio invadida por ese amargo licor de tono oscuro que lo quemaba por dentro.

Él sonreía también, sonreía y celebraba el compromiso de su amigo con ella, celebraba que se fuesen a casar dentro de un par de meses, celebraba por el hecho de tener que ver cómo disfrutaban su felicidad día a día, celebraba porque de seguro él sería el padrino del primer hijo o hija de la feliz pareja. Y brindó, brindó por lo que se le venía. Brindó por su estupidez, por no haber sabido valorarla en esos momentos pasados a su lado. Brindo porque no tenía más opción.

¿Cómo pudo no haber notado la belleza de esa joven antes? ¿Cómo pudo no descubrir la bondad que su mirada transmitía antes de verla abrazada del brazo de su amigo? ¿Cómo nunca se fijo en la inocencia que se adueñaba de su sonrisa? Peor aún, ¿Cómo nunca se dio cuenta de que la amaba?

Pero no fue hasta que la vio con él que lo supo. Supo que la había amado todo ese tiempo, supo que sería la única chica a la que podría amar para toda la vida, supo… supo que la había perdido.

Ella siempre había estado a su lado, apoyándolo, motivándolo para superar todos sus problemas, para salir adelante. Ella había sido la única que nunca lo abandono, y él en cambio nunca fue capaz de corresponder a sus sentimientos sólo por idiota, por ciego. Ahora ella era feliz con otro, ella le sonreía a otro, ella se casaría con otro, y lo peor era que ese "otro" era su mejor amigo, el primero en darse cuenta de la maravillosa mujer que era…

-¡Quiero proponer un brindis! –exclamó a todo pulmón para llamar la atención de todos los invitados que celebraban el compromiso. Noto la preocupación en el rostro de Ji Hoo, y sonrió nuevamente a su amigo, que siempre lo sabía todo -¡Quiero brindar por la felicidad de mis amigos! –Y el licor comenzó a adueñarse de sus palabras a medida que continuaba – ¡Por Ji Hoo y la mo… digo, Jae Kyung! Que sean tan felices en su matrimonio como lo son Jun Pyo y Jan Di en el suyo… pero en especial quiero brindar por los festejados de esta noche… Ga Eul… Woo Bin… ¡Este brindis es por ustedes! ¡Que sean muy felices!

Y la mano de Ji Hoo lo obligó a tomar asiento nuevamente, mientras las personas aplaudían eufóricas por sus palabras, eran solo sus amigos quienes veían realmente el significado de sus palabras, era por eso que ni Woo Bin ni Ga Eul sonreían como él, quien alzando su copa, volvió a beber ignorando los regaños de Jun Pyo.

"Un brindis por el hombre más idiota del mundo: So Yi Jung".