ELI: Ea ea~ aqui os traigo un pequeño one-shot de Hibari y Tsuna. Más que yaoi, diría que es shonen-ai... Bueno, espero que os guste, lo escribí a las once de la noche, ya con sueño, jeje nwnU
P.D. Perdonadme, si tengo faltas de ortografia, solo soy una chica de tercer grado de secunadría (preonto de cuarto grado, cuando cumpla los 15 en septiembre, jeje -w-)
Era un día cálido. Hibari iba paseando por las calles de Namimori. Le había dado un bajón de azúcar, así que decidió ir rápidamente a una pastelería para comprarse unos pastelitos de los bien dulces. Al fin había llegado a su destino. Una pastelería. Sin dudarlo, entró, dispuesto a comerse mil pastelitos. Pero al entrar, le entraron ganas de comer otra cosa.
-Lo morderé hasta la muerte...-susurró, dibujando luego una leve y pícara sonrisa en sus labios.
-Ah? Hibari-san? Vaya, que haces aquí?- preguntó con una sonrisa Tsuna.
-Y tu que crees que hago en una tienda de pasteles, herbivoro?- preguntó/respondió con sarcasmo Hibari.
-Perdón, no quize molestar...-dijó Tsuna agachando su cabeza con un leve sonrojo.
-He...venido a comprar algo dulce porque me dió un bajón de azúcar.
-Ah? Ya veo, ya veo- sonrió Tsuna.
-Es que tes parece algo gracioso?- preguntó Hibari en un tono frío.
-N-no! Para nada!
-Bien- dijo Hibari, para luego mirar hacia los pasteles, como hacía Tsuna. Al rato entró la pastelera.
-Buenos días, qué desea la jóven pareja?- preguntó sonriente.
-E-etto...n-no
-Dos pasteles de milhojas frencés por favor.- respondió Hibari.
-Claro.- la señora les dió un mil hojas a cada uno. Ambos salieron de la tienda.
-Hibari-san, te parece bien si nos sentamos bajo ese árbol?
-...-Hibari no dijo nada y solo se dirigió al árbol, y se sentó debajo suya. Tsuna se sentó a su lado.
-Hibari-san, muchas gracias por comprarme un pastelito-sonrió Tsuna.
-De nada...
Al cabo de un rato, terminaron sus pastelitos.
-Tienes algo de crema-dijo de Hibari.
-Ah? Vaya...no tengo ninguna servilleta...
-Deja- Hibari cogió el rostro de Tsuna y le lamió la crema, que estaba muy cerca de los labios. No pudo resistirse de probar esos labios. Asi que juntó sus labios con los de Tsuna. Al cabo de un rato, se separaron por falta de aire.
-Hibari-san...-susurró Tsuna con un gran sonrojó.
-Si quieres más- Hibari se levantó- ven a mi casa a las ocho...-y se fué. Tsuna se sonrojó aún más.
-A-allí estaré!-gritó sonrojado. Hibari solo sonrió satisfecho y siguió caminando
