Hola Gente! este es mi primer Fanfic, espero que les guste.

Lo que no se olvida es lo que nunca muere

1. Lo inolvidable

Seis largos años sin Cefiro, sin poder sentir la magia y el encanto de ese planeta, sin poder volver a ver a su gente amada. Alejarse e intentar olvidar había sido su mejor cura ante las heridas provocadas en sus corazones.

Hikaru se encontraba en el jardin del palacio; estaba más hermoso que nunca: la paz flotaba en el aire, los árboles con sus copas frondosas y llenos de vida, las flores de un sin fin de colores adornaban el ambiente de una manera tan calida, y los pajaros acompañaban con una dulce melodía ese paraiso. Aquel lugar... lleno de recuerdos sobre guerras y triunfos, sobre sentimientos de amor y tristeza.

Luego de la batalla contra Devoner, Cefiro se había recuperado increible y rapidamente en un poco mas de un año. Y luego de ese tiempo , había sido maravilloso para las tres amigas, no solo porque habían visto aquella vez a su mundo querido recuperado y hermoso a través del ventanal de la Torre de Tokio si no porque lo mejor de todo es que a partir de ese día habían descubierto la manera de volver allí. Siempre y cuando lo desearan con todo su corazón, podían viajar a Cefiro cuantas veces se les antojara.. Lo amaban, a ese lugar, a su gente... Sin embargo,el paso del tiempo había sacado a la luz hechos, sentimientos que eran inevitables...
Sentada en el borde de la fuente, mirando su propio reflejo, sintió la presencia de alguien a lo lejos. Escuchaba los pasos cada vez mas cerca de una persona dirigiendose hacia ella. Retirando sus dedos que acariciaban y disfrutaban del agua de la fuente, volteo para ver a quien ya sabía que iba a encontrar frente suyo.
Indefectiblemente, allí estaba él. Llevaba puesta su armadura, su porte era rígido, derecho, asi como su semblante serio y no por eso, no preocupado. Latis, conservaba su coraza para ocultar sus emociones pero su querida ex pilar, lo era todo para él, y aunque no lo demostrara o no dijera algo al respecto, el temía por lo que ya sabía de ante mano lo que iba a salir de la boca de su unico amor.

-Hikaru- habló el espadachín mientras se arrodillaba ante ella.
-Latis... - Atinó a contestar la pelirroja mientras que sus ojos se humedecían- Yo...

-Hikaru- la interrumpió, mientras con su mano secaba delicadamente la lagrima que rodaba por mejilla de la muchacha- Necesito hablar contigo

Ella solo bajo su mirada, su cabeza para que él no viera como sus lagrimas comenzaban a caer una detras de la otra. No podía conformar una sola idea, una sola palabra para dirigirle. Su mente era una nebulosa en la cual estaba perdida. Su conciencia la atormentaba, recordando aquellas palabras,"Yo te amo Hikaru", las cuales no provenían de su espadachin. Y cada una de ellas era un golpe lleno de culpabilidad y remordimiento. ¿Que podría hacer ella al respecto? Nada. Hikaru lo amaba también, pero ese sentimiento confesado por Eagle jamás podría ser correspondido, como ella lo correspondía para con Lantis. La mayor confusión de Hikaru era que su confesante había resurgido de la muerte por su deseo inconciente, su amor y su fuerza de voluntad momentos antes de abolir el sistema del pilar. Eagle había dado la vida por ella durante la batalla contra Devoiner, y hacer algo que le provocara daño o la infelicidad, era imperdonable. No. No podría hacer algo así nunca, aunque eso significara el sacrificio de su propia felicidad.

-Sabes que odio verte asi- le habló él- ¿Por qué me estas evitando? Me dijiste que me amabas pero luego... - Latis se puso mas serio que nunca y aparto su mano de la cara de Hikaru-... te volviste fría, comenzaste a evitarme.

La pelirroja se deshacía de dolor pero él merecía la verdad, porque una mentira sería más dolorosa y vil. Se escaparon sus primeros sollozos. El espadachín comprendió entonces que las malas noticias al fin llegarían a sus oidos.
Mirando hacia un costado, tomó la valentía y las fuerzas para confersar aquella carga y culpa que azotaba su corazón.

-Latis, yo te amo, siempre lo he hecho pero... - Hikaru abrio sus ojos de par en par demostrando un dolor tan intenso, tan agonizante- ... pero Eagle me ama Latis y por más de que mi amor no le corresponda, no podría hacer nada que lo lastimara.

El espadachin abrió sus ojos con sorpresa, los cuales se llenaban de ira pero a los pocos segundos, los entrecerró y su semblante volvió a ser frio y serio, y volvió ponerse de pie. Su rostro parecía que no estaba experimentando ninguna sensación. Así era él. Sin embargo Hikaru notó como su puño cerrado temblaba bajo su capa, clavandose las uñas en su propia mano.

-Temía por eso. Lo pude percibir.- dijo Latis mirandola fijamente a los ojos- Odio a Eagle por su sinceridad, pero no lo culpo por enamorarse de ti- Cerró susojos por unos segundos, suspiró como unico acto de demostración y con la voz mas áspera del mundo y su semblante distante terminó su frase- Ya no hay mas nada que decir Hikaru.

El espadachín se dio media vuelta y comenzó a caminar.
La pelirroja veía como su amado se alejaba y todo por culpa de ella. A lo largo de todo un año, desde que habían podido regresar a Cefiro, había descubierto la hermosa persona que era Latis: la enloquecía, la asombraba, la cuidaba. Se habían prometido amarse por siempre. Pero ahora no solo había roto su promesa si no también su corazón.
-Latis! Espera! Por Favor Espera!- gritó la pelirroja, mientras corría para alcanzarlo.
Pero eso nunca sucedió. Una luz apareció. Si, aquella luz tan familiar. Rapidamente la cubrió. Abrió sus ojos, y una vez más allí estaba con sus dos mejores amigas, abrazadas, en la Torre de Tokio, sin entender porque habían sido devueltas.

-Latiss! Latis!- gritó Hikaru, despertandose de golpe de su cama-
Satoru, quien la había escuchado gritar, fue rapidamente a su habitación

-Hikaru ¿te encuentras bien?- le decía el muchacho preocupado al abrir la puerta.
La pelirroja suspiró- Perdon hermano- dijo algo apenada- solo ha sido una pesadilla-

-Pues a mi no me parece que solo haya sido una pesadilla- reclamó Kakeru asomando su cabeza junto con Masaru- ¿Quién es Latis?

-Hermanos, no sean así con Hikaru, ha tenido un mal sueño- reprochó el mayor de los tres mientras le acariciaba cariñosamente el flejillo a su hermana- Descansa, y recuerda que cualquier cosa que necesites, no estas sola.

Hikaru asintió con su mirada perdida y triste- Gracias por cuidarme siempre hermanos-

Mientras Satoru cerraba la puerta y se llevaba a rastras a sus hermanos menores que no querían abandonar el cuarto de la muchacha, la pelirroja se sentaba en el borde de su cama. Tenía la frente transpirada. Hacia un par de días que esta pesadilla la estaba atormentando. Esta pesadilla, era el recuerdo de su última vez en Cefiro hacia 6 años. Sus últimos momentos con su amado espadachín... Y ese regreso sin retorno, había sido uno de los muchos motivos de distanciamiento entre sus amigas.

- Umi, Fuu. Siempre las pensaba, a pesar de que las últimas veces que las había visto, sus encuentros habían sido un mar de resentimientos y asperezas, llenos de agonía por no haber vuelto a aquel mundo: su amistad con ellas se había dañado tan rápido, que solo había sido necesario terminar aquel año, desde su traigo retorno, en su colegio para que las cosas se desmoronaran por completo. Es que no comprendían como afrontar el dolor que llevaban en sus corazones, los cabos sueltos que habían quedado sin resolver allí, ¿Qué harían con el amor que tenían hacia ellos? Pero Hikaru las seguía recordando, a pesar de que durante 5 años, no había habido ni una llamada, ni un correo, ni una carta.

Hikaru conservaba aquellos ojos rojos intensos pero su cuerpo había cambiado. Seguía siendo más baja que el resto de las chicas de su edad pero no por eso menos hermosa. Su cabello lo llevaba suelto y tan largo como cuando tenía la trenza. Sus facciones se habían refinado un poco mas y su figura había dejado de ser el de una niña: sus piernas se habían estilizado, su cintura, su cola, sus pechos, sus brazos; todo jugaba en perfecta armonia. Era una pieza muy delicada. Su fuerza de voluntad y su inocencia, las esencias de su ser, eran algo que jamas cambiaría. Seguía viviendo en Tokio, estudiaba el último año de Medicina en una de las universidades de allí y durante el receso, visitaba a sus hermanos y dictaba clases en el dojo.
Se volvió a acostar, sin antes sacar de su escritorio el medallon que Latis le había regalado. Ya no lo llevaba con ella o eso había decidido hacía unos meses atrás. Amagó con colocarselo pero frenó antes de pasar la cadena por su cabeza. Lo observó por un par de minutos. Una lagrima rodó por la mejilla y luego de eso, lo guardó. A pesar de que siempre iba a significar mucho para ella, se había hecho la promesa de seguir hacia adelante con su vida.


-Srta Riuuzaky- le decía su chofer mientras estacionaba el auto- ya hemos llegado al aeropuerto.

-Perfecto- contestaba la peliceleste mientras marcaba un numero en su celular-

-Hola ¿quien habla?- Decía una voz del otro lado del telefono-

-Hola Mama, soy yo, Umi- Repondía de una manera algo emocionada- Estoy en el aeropuerto, en una hora me tomaré el avión para ir a Tokio

-Que buena Noticia hija! tu padre estará muy contento de volver a verte. Te hemos extrañado tanto- grtiaba de la emoción su madre

-Y yo a Uds, no puedo esperar para volver a allí- hablaba mientras se quitaba sus gafas de sol y bajaba del auto dirigiendose a la entraba del lugar.

Umi no mentia pero la verdad que había algo que no encajaba con lo que decía. Tokio era, pues, la ciudad de los recuerdos. Y el último tiempo que estuvo allí, fueron mas los malos que los buenos. Por eso había aceptado la idea de encargarse de la empresa de su padre. No era exactamente con lo que ella hubiese soñado, pero era una vida llena de distracciones, negocios, gente, contratos, más gente, fiestas, lujos... todo lo que uno podría desear para escapar de algo que estuviese atormentado la vida. Durante el año, visitaba a sus padres en Tokio dos veces como mucho pero era más común que ellos se dirigieran al lugar o pais donde se encontraba ella.

Umi era muy deseada por su belleza. Muchos eran los hombres que la cortejaban. Ella había tenido algunos romaces pero nada había sido serio. Sin embargo la empresa de su padre siempre terminaba en el medio. Y las mujeres, pues la acababan envidiando. Todo esto de no tener a alguien real y sincero la hacían sentir sola. A veces llegaba a su casa, se tiraba en la cama, y ese estado de soledad invadia su lugar, su corazón. Irremediablemente, aunque intentara negarlo, en momentos como esos, su mente las recordaba. Primero era con enojo: Umi y Fuu, habían culpado a Hikaru que por su indecision, dolor e inestabilidad, y al poseer todavía algo del poder del pilar, según Gurucletf, había provocado el cierre del portal hacia Cefiro. En realidad nunca realmente se habian enterado por qué habían sido devueltas pero había sido más fácil limpiar sus conciencia y culpar con bronca a su amiga. Contra la pobre de Hikaru. Y así caía en la cuenta, que el enojo era contra ella misma.

- Contra la Cobarde de Umi- pensaba una y otra vez castigandose
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Flash Back

Las tres muchachas se encontraban sentadas en una de las mesas de un bar en la gran Torre de Tokio. Miraban por el ventanal, tratando de no pensar lo que una vez habian sido sus vidas, y lo que se les había quitado así, sin ninguna explicación. Intercambiaban algunas palabras, intentaban fingir una conversación sobre la cual no estaban interesadas en lo absoluto. Pero todo podía ser valido para conversar durante horas, cualquier cosa, siempre y cuando niguna hablara sobre aquel lugar, o remontara sus mentes en aquellos tiempos... aquellas personas. Tenían terminalmente prohibido nombrar Cefiro, ya que de nada serviría para alimentar falsas esperanzas. Ya conocían el desenlace de sus intentos para regresar, lo habían intentado varios meses atras. Dolor. Sí, esa era la palabra justa para hablar sobre lo que sintieron al fracasar una y otra vez todas las tardes en la Torre de Tokio. Renunciaron, se rindieron.
Ellas se habían prometido "juntas por siempre" pero las heridas parecían no sanar. Y ahora que habían finalizado la Educacion Media Superior, sabían que la separación por las universidades dentro de algunos meses seria inevitable. Solo faltaba una gota para que el vaso rebalsara.

-...Así que a comienzos del proximo año comenzaré mis estudios en EEUU y luego viajaré por diferentes paises de Europa para trabajar en la empresa de mi padre- terminaba de contar la hermosa peliceleste, hablando en un tono superado

-Osea que no volveremos a verte, salvo cuando a ti se te de la gana- Sorprendio Fuu diciendolo muy molesta. Sus ojos no se podían ver por el reflejo de sus anteojos

-Pero Fuu- dijo apenada Hikaru

-Oye, ¿Pero que rayos te sucede a ti? ¿Acaso he dicho algo malo?- Contestó a la defensiva Umi Quiero seguir con mi vida, no puedo esperar en Tokio a que suceda el milagro, mientras jugamos a que lo hemos olvidado. Cefiro solo nos ha dado dolor de cabeza. Lo odio y a toda su gente también. Solo nos usaron, ¿para luego qué? Para tratarnos como si nada. Las dos deberían de saberlo de memoria- Terminó su frase, poniendose de pie y con la intención de abandonar el lugar.

- Umi ¿qué estas diciendo? No puedes hablar así de ellos- hablaba la ex pilar afligida con su mano contra el pecho.

-Hikaru, tu no puedes hablar sobre esto!- la atacó Fuu- Lo más probable es que el portal se haya cerrado por tu culpa.

-¿Que quieres decir?- preguntó con los ojos humedecidos- Yo jamás permitiría que pasé algo así.

-Lo que escuchas- reafirmó Umi con los brazos cruzados- Tu pensaste que eras la unica con problemas allí. Te desmoronaste, no lo soportaste y por eso volvimos sin poder regresar.

Miró a Hikaru con sus ojos llenos de ira, y luego dirigió su mirada hacia Fuu de la misma manera. - Estoy perdiendo mi tiempo aquí. Adios.- Y sin más, Umi partió dejando a sus amigas para no volver a verlas.

-Que cobarde que fui - Se echó en cara Umi- Nunca tuve el valor para despedirme. Prefería estar enojada en vez de enfrentarme a la situación.
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Hikaru, ni tampoco Fuu, tuvieron la culpa de que hayamos vuelto. Fue mi culpa- Seguía pensando Umi, mientras se encontraba sentada en el avión de primera clase. Y sin quererlo terminó pensando en Cefiro y en... en...

- Yo tampoco estaba bien allí. Ascot. Gurucleft... Todo se había complicado.-
Una lagrima rodó por su mejilla- ¿Qué rayos me sucede? Desde cuando me pongo tan emotiva pensando en algo que ya ha quedado en el pasado- Se reprochó Umi nuevamente.

- Mi vida es hoy. Lo que sucedió ayer es parte del pasado- Y así se acomodo en su asiento, cerrando sus ojos para intentar dormir algo durante el viaje


-Ven pronto Fuu!- decía su hermana con toda la emoción mientras dirigia su vista hacia una vidriera de un negocio que estaba en el centro de Tokio- Mira que hermoso vestido de novia! No puedo esperar a verte vestida con algo así.

-Pero Kuu- contestaba la pelirubia con una gota que resbalaba de su nuca- Creo que te estas apresurando. Gekko y yo solo estamos comprometidos y ni siquiera hemos puesto una fecha -

-Fuu-supiró su hermana y la agarró de sus manos y la miró fijamente a sus ojos- Yo solo quiero que seas feliz, quiero que alguien te cuide y ame como te lo mereces- suspiró- Tu estuviste muy depresiva por alguien mas, no tengo que ser adivina, la expresión de tu cara era de tanta tristeza... hasta que Gekko apareció. Sé que no tendría que hablarte de quien fuera que te puso tan triste, solo quiero lo mejor para ti

-Ferio- pensó Fuu hacía tanto que no venía a su memoria pero tener a su hermana hablando de él aunque no lo conociera, era como si alguien estuviese reabriendo la cicatriz de una herida del pasado.
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Flashback

-Fuu, mi querida Fuu- decía Ferio mientras se encontraban sentados en las afuera del palacio- Lo eres todo para mí

Ella solo se sonrojó, bajando la mirada- Tu también lo eres todo-

La calidez de esa tarde que los envolvía, la hacía sentir como la chica mas afortunada de todo el universo. Por primera vez, no había alguna inseguridad o miedo que sintiera ante el sentimiento que él le provocaba. Lo amaba. Realmente lo era todo.

Buscó con sus ojos a su principe pero éste dirigía su mirada al cielo, como si de un segundo a otro le hubiese aparecido algo en su cabeza- ¿Qué sucede Ferio?

- Fuu- estiró su mano para tocar su cara; acercó sus labios a los de ella y la besó apasionadamente. Se alejó y se preparó para decir lo que lo tenía pensativo

- Yo... Yo quiero que seas la futura reina de Cefiro. Quiero que seas mi esposa y te quedes conmigo para siempre.

Su garganta se hizo un nudo. ¿Acaso estaba escuchando bien lo que decía su amado? ¿Ser la reina? Ella lo amaba pero esto implicaba tantas cosas. ¿Y qué de su mundo? ¿Y que de sus seres queridos o sus estudios?
Ante el silencio, ante la señal de que su amada no iba a dar una respuesta Ferio se pusó de pie bruscamente, no sabía por qué pero tenía una corazonada de que todo esto iba a ser el inicio de una desdicha. Reflexionó unos segundos. Sabía que aunque su pregunta hubiese sido con real sinceridad y amor, también había sido muy egoista. Ella tenía una familia, otro vida. Se sentía mal por eso, y en el fondo peor con él mismo porque le seguía doliendo más que ella no le pudiera dar la respuesta con la que soñaba.

Disculpame Fuu, me precipité- decía sonriendo forzadamente-

La pelirubia lo miraba sentada desde el suelo. Sabía que a su amado principe estaba sufriendo demasiado su silencio. Se pusó tambien de pie- Ferio... yo quisiera corresponderte...-

Fue interrumpida por Caldina, quien venía corriendo- Ferio, mi niña. Por favor vengan conmigo. Rapido!. Es Umi! Ascor la han encontrado en medio del bosque herida. Ha perdido el conocimiento-
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-Fuu... Fuuu! FUU- le gritó su hermana mientras movía su mano de un lado a otro, frente a su cara para que la pelirubia reaccionara

- Oh! disculpa- respondió - Solo estaba recordando que hoy a la tarde tengo una cita con Gekko-

- Lo que el amor hace- decía Kuu en tono de burla con los ojos cerrados por la distracción de su hermana menor mientras seguian mirando las vidrieras de los negocios.

Fuu dibujó una fingida sonrisa en su cara.¿Amor? No. Recuerdos como ese, aunque significaran sus ultimos momentos con ferio hacían 6 años atras, solo eran un estorbo, debían desaparecer de su vida.


Bueno este es el primer capitulo, solo hice una presentacion de lo que son la vida de las chicas. Por favor dejen comentarios para opinar. Acepto cualquier critica constructiva sea buena o mala. Gracias a todos por los que leen. Saludos!