¿Cómo Sanar un Corazón Herido?

Ellos han vivido juntos, y han compartido momentos maravillosos, pero ¿Qué sucede cuando la llama del amor parece agotarse en algunos de los dos? Ella sabe que él la engaña, pero desea escuchar siempre de sus labios un "te amo", y con ello le basta para continuar a su lado, pero y ¿Cuándo el corazón ha sido lastimado tan profundamente puede haber alguna forma de sanarlo?

Capitulo I.- Corazón Herido

Una chica de cabello azabache se encontraba sentada completamente sobre el sofá que se encuentra en la sala de su casa, ese hogar que comparte con aquel ojidorado con el cual esta casada desde hace más de dos años, lo amaba más que a nada pero talvez él ya no sentía lo mismo por ella, desde hace varias semanas ha comenzado a darse cuenta que él… la engaña.

Llegaba a altas horas de la noche los fines de semana, cosa que antes no acostumbraba, también su manera de tratarla había cambiado algunas veces se mostraba muy distante, y casi no le hablaba.

Escucha como el reloj que se encuentra en la cocina comienza a sonar haciendo saber que ya son la 2 a.m., suspira profundamente y toma un libro que se encontraba en su regazo y continua leyéndolo, no podía dormir aunque lo deseara no podía.

Minutos después escucha como un auto se estaciona delante de la casa, luego unas llaves haciéndole saber que su esposo había llegado. Cuando escucha que el seguro de la puerta ha sido retirado dirige su mirada de vuelta al libro.

Entra a su casa, y ve como la chica se encuentra sentada en el sofá de la sala, sorprendiéndose un poco.

- Kagome… -susurra viendo como la chica dirige su mirada chocolate hacia él-

Escucha como el chico la llama, y puede notar algo de nerviosismo y temor en su voz, dirige su mirada hacia él, y puede notar en su mirada ambarina algo de culpa, y se le oprimía el corazón ante aquello, aunque le costara asimilarlo su corazón no la engañaba y bien sabia que él si lo hacia.

- Inuyasha… -murmura viendo al pelinegro, y ve como se acerca a ella-

- ¿Qué haces despierta a esta hora? –pregunta estando cerca de la chica y se sienta en un lugar desocupado del sofá-

- No podía dormir –lo responde y aquello era cierto- así que vine a leer –mostrándole el libro que tenia en sus manos-

- Iré a la habitación ¿Deseas venir conmigo? –pregunta de forma seducida-

- No, quiero de terminar de leer este libro, ya me falta poco –dice simplemente-

- Esta bien –dice mientras se pone de pie, se inclina para besar a su esposa y ve como esta voltea un poco su rostro y solo besa su mejilla-

- Hasta mañana pequeña –murmura el chico a escasos centímetros de la pelinegra-

- Hasta mañana –dice Kagome al sentir como el ojidorado se separa de ella-

Ve como su esposo se aleja de ella, y se encamina a su habitación, da un triste suspiro cuando ya no logra verlo, no puede comprender como es que aun sabiendo que él esta con otra mujer lo puede seguir amando aun cuando su mismo corazón de destroza con saberlo.

Como quisiera creer que todas las cosas que ha visto y oído son mentiras, que no ha visto sus camisas manchadas con labial, que no ha escuchado sus llamadas a escondidas, desea creer que él aun la ama tanto como ella a él.

Ella sabia que él era culpable, pero lo necesitaba, él era parte de su ser, y por ello ocultaba su dolor y lo que sabia.

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Se encontraba acostada en su cama de lado, tratando de quedarse dormida pero se le hacia imposible, dirige su vista hacia el despertador que se encuentra en la mesita de noche y ve como son las 10:30 p.m., toma la almohada con la cual duerme su esposo y la abraza, la abraza fuertemente, una lagrima resbala por su mejilla cayendo en la cama.

¿Qué era lo que había cambiado para que él le hiciera eso? ¿Acaso ella cometió algún error?

¿En que y cuando? No podía entenderlo ¿Por qué no podían ser los mismos de antes en aquellos días en que ambos se amaban con gran devoción?

Escucha unos pasos acercarse a la habitación haciéndola limpiarse sus lágrimas con el dorso de su mano, y cierra sus ojos para aparentar estar dormida.

Abre la puerta de su habitación viendo como la chica se encuentra acostada en la cama, dándole la espalda, se veía tan apetecible, se acerca a la cama, se siente y se quita sus zapatos y calcetines, se aproxima mas hacia la chica y con una de sus manos acaricia su brazo con delicadeza.

- Kag –la llama mientras besa su hombro, y deslizando la tira de su camisón por su brazo-

- Inu –murmura abriendo sus ojos y sonriendo levemente pero con algo de tristeza, hace tanto que no la llamaba así-

- Así que estas despierta mi pequeña –colocando su mano en el vientre de la chica y haciendo que la espalda de ella quede sobre el colchón- me parece perfecto –colocándose sobre la chica sin que su peso caiga sobre ella haciendo que la almohada que ella sostenía cayera al suelo, y besando su cuello-

- ¿Qué piensas hacer? –pregunta al sentir los besos del ojidorado en su cuello, no podía estar con él, no ahora-

- ¿Acaso no es obvio? Deseo hacerte el amor y es lo que haré –dice viendo los ojos chocolates de su esposa y luego une sus labios con los de ella en un apasionado beso-

No, no podía estar con él, no ahora, si lo hacia ella… no, no podía hacerlo.

Siente como su esposo coloca una de sus manos sobre uno de sus senos por encima de su camisón y lo aprieta levemente, haciéndola suspirar cosa que el ojidorado aprovecha para adentrar su lengua en la boca de ella, profundizando el beso. Corresponde al beso haciendo lo mismo que el chico, y sus lenguas jugaban entre si.

Inuyasha rompe el beso por falta de aire, y ve como su pequeña mantiene sus ojos cerrados y suspirando levemente al sentir las caricias que le ofrecía a su seno, segundos después soltó el pecho de ella, y comenzó a bajar su mano hasta el muslo de la chica, hasta donde llegaba el camisón, comienza a deslizar su mano nuevamente esta vez subiendo y deslizando también el camisón.

Acaricia la cintura de su esposa, el contorno de su seno, coloca su mano libre debajo de la chica y la comienza a sentar lentamente.

Siente como el chico la sienta y como por acto reflejo levanta sus brazos para que así él pueda retirarle su camisón. Su conciencia le decía que debía parar ahora, porque podría arrepentirse luego, pero algo en su interior deseaba, necesita, anhelaba estar con él, sentir sus besos y caricias en cada rincón de su cuerpo, poder sentir su calor aforrándose a su cuerpo, hace tanto que no estaba con él que ahora lo precisa con algo de urgencia.

Sin haberse dado cuenta ya se encontraba completamente desnuda ante los ojos de él, y la camisa que él tenía había desaparecido, ve fijamente los orbes dorados de su esposo viéndola, y puede notar en aquella mirada, algo que hace mucho no veía, su mirada parecía tener fuego, y demostraba su deseo hacia… ella.

El ojidorado coloca una de sus manos en un seno de su esposa masajeándolo suavemente logrando arrancar leves gemidos por parte de ella, con su mano libre comienza a acariciar el vientre de ella, deslizándose paulatinamente hacia sus piernas.

Siente como el chico ha comenzado a besar su cuello nuevamente, y luego empieza a deslizarse con cortos besos hacia su pecho libre, siente la respiración de él sobre su seno, luego como besa el contorno de este, lame su pezón con algo de delicadeza, y finalmente como lo aprisiona con su boca y lo succiona como si de ello dependiera su vida.

Ahora ya no podría hacer mucho, por no decir nada para evitar quedar a su merced, solo deseaba poder seguir sintiendo las caricias de su esposo por todo su cuerpo, arrancándoles suspiros y gemidos de sus labios.

Inuyasha deja de besar ese pecho, y se dirige al que su mano acariciaba anteriormente, y repitiendo la misma acción, y la mano que tenia sobre la pierna de la chica la dirige hacia el pecho que acaba de saborear, y comienza a masajearlo.

Cuando ambos pechos estuvieron completamente duros, los libero, escuchando un suspiro mas fuerte por parte de Kagome, alza un poco su rostro para poder ver el de su esposa, y ve como ella tiene sus labios entre abiertos y con su mirada le pide a gritos un beso, cosa que cumple con gusto, la ofrece un beso de pasión y deseo que le es correspondido con el mismo deseo.

Kagome coloca sus manos en el pecho del chico y comienza a recorrerlo por completo, al igual que la espalda de él, deja sus manos en el abdomen de él, y se separa del beso recuperando el aliento.

- Eres todo para mí, te necesito –dice Kagome con sus ojos un tanto cristalinos-

- Nunca te dejare, te amo demasiado mi pequeña –dice besando la frente de su esposa-

- ¿De verdad? –pregunta tratando de poder mantener algo de esperanza en su corazón ya casi totalmente destruido-

- Claro pequeña, nunca te mentiría

Al escuchar aquello sintió como su corazón se oprimía ¿Cómo pudo decir eso?

Pero aun así deseaba en el fondo de su corazón herido que fuera cierto, que él aun la amara tanto como ella lo ama, deseaba que su amor no se allá esfumado y que su llama siga existiendo… deseaba que su amor aun siguiera vivo.

Cierra sus ojos y siente como el chico captura sus labios en un apasionado beso, el cual ella corresponde, ahora solo quería estar con él, que no existiera nadie más, que no hubiera engaños, ni decepciones… solo ellos.

No supo en que momento el ojidorado se despojo de su pantalón y ropa interior, quedando en la misma situación que ella, ambos completamente desnudos. Inuyasha le ofrece un corto beso a la chica en sus labios un tanto hinchados, y luego besa su cuello, deslizando sus manos por el cuerpo de su esposa, ese cuerpo que conoce perfectamente.

Siente como su esposo ha comenzado a acariciar su intimidad levemente, arrancándole gemidos de sus labios. Él separa un poco las piernas de la pelinegra, realizando una caricia mas intensa, continua con las caricias en aquella zona tan sensible en ella.

Mueve su dedo en forma lineal, y luego con pequeños círculos, viendo como la chica se estremecía ante aquello, introduce dos de sus dedos en aquella húmeda cavidad, al momento que ella se arqueaba. Saca sus dedos de aquel lugar, y luego los vuelve a empujar a dentro, y se mantiene repitiendo la misma acción constantemente, siente como sus dedos comienzan a ser apresados por el interior de ella sabiendo así, que tendría un orgasmo.

Cuando ve que la chica comienza a estremecerse acerca su rostro al de ella rápidamente, y une sus labios en un apasionado beso, acallando con el un sonoro gemido que murió en la garganta de Kagome.

Él aun mantenía sus dedos en aquella cavidad, y comienza a moverlos nuevamente.

- ¡Inuyasha! –expresa la chica con algo de desesperación, y llevando sus manos hacia la que el pelinegro mantenía su mano, en aquella zona tan sensible, y la retira de ese lugar-

Ve los ojos dorados de su esposo, y observa como este esta un poco extrañado por su acción, lo único que hace es acercar su rostro al de él y ofrecerle un beso lleno de pasión, deseo, anhelo. Ella misma separa sus piernas un poco mas, dejando el espacio suficiente para que el ojidorado se acomode sobre ella.

- No me hagas esperar mas, por favor –suplica al separarse del beso y viendo la mirada del chico sobre ella.

Sabia que tal vez se arrepentiría por lo que esta a punto de suceder pero lo deseaba, aunque fuese un error del cual no podrá retractarse deseaba estar con él, poder sentirlo una vez mas dentro de ella, ya luego se enfrentaría a las consecuencias de sus actos.

Al escuchar la suplica por parte de la chica, se coloca sobre ella haciendo que su miembro roce con la intimidad de ella, gruñe ante aquello y escucha un gemido más sonoro por parte de su esposa.

Ve fijamente los ojos de la chica, notando que se encuentran un tanto dilatados, y tenían un brillo que desde hace algún tiempo no veía, ese brillo que lo cautivo, y lo hizo enamorarse de ella, al igual que de su sonrisa que demostraba que ella siempre quería vivir al máximo, pero hace mucho que no logra verla sonreír de la misma forma, ella le sonríe pero es como si su sonrisa fuese opacada por tristeza, y aquello lo destrozaba, como quisiera volver a verla sonreír como antes.

- Hazlo, por favor –escucha que lo dice la chica como suplica, haciéndolo salir de sus pensamientos-

No espera otra petición por parte de la pelinegra, y comienza a adentrarse en ella. Kagome se arquea un poco haciendo que con ello el chico la penetrara aun mas, con sus brazos rodea el cuello de él, aforrándose así a su cuerpo.

Los movimientos comienzan siendo lentos y con algo de suavidad, y a medida que pasaban los segundos aumentaba su ritmo, ambos manteniendo el mismo compás. Sus cuerpos parecían atraerse mutuamente, al igual que dos imanes, por su deseo.

Los gemidos comenzaban a hacerse mas notorios y sonoros por parte de ambos a medida que aquel acto continuaba. Él ojidorado veía el rostro de su esposa notando como esta mantenía sus ojos cerrados y abría y cerraba su boca constantemente dejando escapar gemidos y suspiros, acerca su rostro al de ella y roza sus labios suavemente luego sus mejillas y desciende a su cuello.

Con besos cortos desciende un poco mas hasta llegar a uno de los pecho de ella, y al igual que antes lo besa, lame, y luego succiona como si de eso dependiera su vida, escucha como la pelinegra gimotea mas fuerte, y se arquea como dándole a entender que aquello le agradaba.

Suelta en pequeño gemido al sentir como el chico disminuía un poco el ritmo de sus embestidas y se concentra un poco más en su pecho. Coloca sus manos en el rostro de su esposo y lo separa de su seno, ve como él la mira un tanto extrañado y lo único que hace es ofrecerle una mueca de deseo, y acerca su rostro al de él para unir sus labios en un ardiente beso, el cual le es correspondido con el mismo deseo.

Como quisiera que estos momentos se convertirán eternos entre ellos, estando unidos de aquella forma, el demostrándole su afecto con aquel acto, con ello puede mantener la esperanza de que él aun la ame tanto como antes.

Mueve sus caderas con algo de frenesí, escuchando un gruñido por parte del ojidorado entre el beso, y siente como él comienza a entrar y salir de ella con mas arrebato haciéndola separarse del beso y gemir espontáneamente, coloca su cabeza sobre la almohada y cierra sus ojos para así entregarse completamente al placer que le ofrecía su hombre.

Siente como su intimidad comienza a contraerse, gime mas notoriamente y entierra sus uñas en la espalda del chico, escucha un gruñido por parte de él, ya estaba cerca el final de aquel ritual, siente como las embestidas de él son ahora mas fuertes y dificultosas.

Soltó un fuerte gemido al sentir como el chico liberaba su esencia dentro de ella, siente como aquel líquido recorre su vientre, teniendo en cuenta que quizás alguna parte de esa semilla encuentre un lugar donde refugiarse y así comenzar a formarse y crecer dentro de ella.

Siente como el ojidorado coloca sus manos por debajo de su cuerpo, dejándolas en su espalda y luego la incorpora un poco haciendo que ambos queden sentados, aun sentía el miembro palpitante de él en su interior, y libera un gemido cuando él la mueve de aquella forma.

Es abrazada por el chico, manteniendo aun su unión, ella coloca sus brazos en la espalda de su esposo.

Ella lo único que deseaba era que él la mantuviera entre sus brazos y la abrazara por siempre, y que con ello le hiciera creer que todo estaba bien entre ellos, que solo era su imaginación y que él sigue bien igual que ella, y le hiciera pretender que no se ha marchado su amor.

Anhelaba que él la apretara hacia su cuerpo y no la dejara escapar, quería que le narrara una historia donde ellos estuviesen juntos, aspiraba que él le asegurara que en su vida no había nadie más que ella, y que solo era su trabajo quien lo alejaba. Deseaba escuchar de sus labios que su amor aun seguía vivo.

Aunque solo fuesen mentiras deseaba escucharlo, para poder mantenerse en pie y continuar.

Siente como la recuesta nuevamente en la cama dejando que su cabeza descanse sobre la almohada, libera un suspiro cuando él sale de su cuerpo, sintiendo algo de vació en su interior. Puede notar como él se acuesta a un lado de ella, y luego la atrae a su cuerpo, ella se acurruca un poco mas a él, dejando su cabeza recostada en su pecho.

Él acaricia la espalda de su esposa, escuchando como la respiración de ella es lenta y paulatina, al igual que la de él, comienza a cerrar sus ojos para dejar que el mismo Kami lo guié al mundo de los sueños junto a su mujer.

Siente como el chico ha dejado de acariciar su espalda desnuda, haciéndola pensar que ya se ha dormido, pero ella deseaba de poder disfrutar estando mas así, entre sus brazos.

- Kikio –escucha como el ojidorado lo murmura entre sueños-

Siente como su corazón se oprime y destroza en miles de pedazos al escucharlo pronunciar el nombre de otra mujer al dormirse, mientras que ella le entrega su vida, sus ojos comienzan a ponerse cristalinos, y los cierra dejando escapar una silenciosa lágrima de sufrimiento.

Su alma estaba desecha, ahora no habían dudas él la engañaba con alguien mas, y aunque lo supiese no quería apartarse de su lado, lo necesitaba. Pero en algún momento, no sabe si será pronto o dentro de algunos meses, su corazón herido no lo soportara más, y aunque le duela dejarlo tendría que hacerlo y tratar luego de recuperar y sanar algo de su corazón.

"Es increíble como alguien puede romper tu corazón, y aun así sigues amándole con cada uno de los pedacitos."

Continuara..