Aclaración: Nada de esto me pertenece, los personajes son de las fabulosas CLAMP. La idea sólo es mía y es sin intenciones de lucro.

Resumen: Él necesitaba una esposa y una madre para su hijo… ella era la indicada ¿Podrá surgir un amor truncado en el pasado con una mentira? O ¿Acabará con los dos y su futuro juntos?

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Matrimonio Ficticio

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Sakura POV

Simplemente no podía creerlo, ahí, frente a mi, estaba la persona que podía hacer que enloqueciera completamente. Todos mis sentidos estaban encendidos y despiertos al máximo. Parpadeé varias veces, con la esperanza de que fuera una de mis tantas alucinaciones. Tenía que admitir que se veía muy real, pero las pocas horas de sueño de las noches pasadas, la aburridísima clase de Política Contemporánea, que a su favor era la más tediosa y tenía al profesor más aburrido de la historia, podían estar haciendo mella en mí. Pero mi parpadeo no sirvió de nada.

Ahí estaba él, mirándome fijamente, de manera… hum… ¿ansiosa?

Años atrás hubiera podido asegurarlo, pero ahora, no. Tenía tanto tiempo sin verlo… tanto, que eso hacía que este momento fuera tan confuso ¿Cuánto había pasado? Mucho, y aún así con una mirada lograba dislocar cada parte de mi cuerpo ¡ese hombre tenía fuego en la mirada!

Me serené. Respiré varias veces y avancé el camino que nos separaba a paso lento.

-"Hola Sakura"-

¡Por todos los dioses! Volví a respirar varias veces en un intento de calmar mi acelerado corazón. Recordé, con pesar, el momento en que lo conocí.

-"Anda, Sakura, no seas cobarde, no pierdes nada"- levanté una ceja con expresión incrédula-"de verdad no pierdes"-

-"Mira Eriol"- hablé tranquilamente-"no sé que se te metió en la cabeza, pero lo que propones es una locura"-

-"No, no es una locura. Es una apuesta y ese es tú castigo… anda no seas cobarde"- insistió sonriendo.

No pude ocultar mi exasperación, volteé a ver a mi amigo. Su sonrisa misteriosa y burlona se posaba en su rostro. Me enderecé. Bufé. Caminé valientemente.

Sí, claro.

Bufé, de nuevo, recordando cómo diablos me había metido en esto.

Ah, sí. Yo y mi gran bocota y… mi obstinada cabezota.

Esa semana tuve un examen de matemáticas realmente difícil, y sí de por sí, las matemáticas no eran mi fuerte, este era un examen de muerte.

Seh soy exagerada ¿y qué?

Le pedí ayuda a Eriol, mi mejor amigo, porque él era realmente muy bueno en eso y en muchas cosas.

Y aún después de haber estudiado –como locos- por más de cuatro horas, realmente no sentía confianza. Estuve chillando, como decía Eriol, por más de una hora mi pesimismo y poca confianza en mí misma. Eriol ya harto, me dijo que si no pasaba el examen como un mínimo de nueve podía pedir lo que quisiera, pero sí lo pasaba…

Sip, increíble. Pasé. Con nueve punto cinco.

Wow.

Jamás espere una calificación así… aunque tampoco me imaginaba un castigo de esta magnitud. Siempre pensé que Eriol pediría algo para él. No sé. Beneficio propio. Pero no. Así que aquí seguía caminando hacia esa pareja, que tomaba café. En esa cafetería.

Hice una mueca, eso no estaba bien… estaba muy pero muy mal.

-"Disculpen"- interrumpí.

Voltearon a verme. Ella sostenía la mano de él. Él estaba viéndome con curiosidad y ella con altanería. Volteé a ver a Eriol, que se limitó a levantar el pulgar. Maldito. Suspiré.

-"De verdad, lo siento"-me disculpé, aunque dudaba que sirviera de mucho después de lo que pensaba hacer…

Tome enseguida entre mis manos el rostro de él y pose mis labios en los suyos. Eso era todo, no tenía porque hacer más, ese era mi castigo…

Un segundo.

Dos segundos.

Tres…

Nunca en mi vida había probado unos labios así, se me antojaban tan suaves y tibios que no controle el impulso de mover un poco mi boca contra la suya.

Mi gran error.

Cuanta fue mi sorpresa cuando sentí ser correspondida. Él inició una danza tan suave entre nuestros labios… irresistible. Deslizo una de sus manos a mi cuello y me atrajo más. Toda una revolución de sensaciones recorrían mi cuerpo, desde la punta de mis pies hasta mi cabeza y todo eso se concentraba en el cosquilleo en el estomago o la increíble sensación de sus labios contra los míos.

El movimiento candente de su boca, muy masculina, contra la mía, era alucinante. Él tomo el control, cuando se suponía que la que estaba ahí besando era yo. No importo.

Después de varios minutos, intensos, la falta de aire nos separó. Abrí mis ojos lentamente y me encontré don dos cuencas ámbares observándome vivamente y ardiente, baje mi mirada hacia sus labios y vi una pequeña y sexy sonrisa.

Me separé bruscamente, pedí una disculpa y me fui rápidamente de ahí. Pase a lado de Eriol y me fui directamente al baño. Entré apresuradamente y me paré enfrente del espejo. Me observé.

Era una persona totalmente desconocida de la que esperaba ver. Ella estaba totalmente roja y sus labios estaban hinchados. Pero eso no era lo desconocido. Su mirada era tan viva… brillante…

Con un dedo toque mis labios y aún sentía la calidez, pase la lengua por ellos y aún estaba el sabor de aquel chico de ojos ámbares.

Después de diez minutos salí y me encontré a Eriol, con esa sonrisa suya tan característica que indicaba que sabía algo que yo no. Tampoco me importo. Tendió su mano y yo la sostuve rápidamente para comprobar que seguía en este plano. Me atrajo hacia él, me abrazó y me susurró que todo estará bien.

-"Ho..hola Shaoran"- bien, no había conseguido que la voz no me temblara tanto, de vuelta al presente, pero rogaba a los cielos que él no se hubiera percatado de eso.

-"¿Cómo estás?"- …esa simple pregunta.

¿Qué se supone que debo responder?

¿Sorprendida por verte?

No.

¿Sorprendida por ver que aún eres hermoso?

Menos.

¿Cómo todo el mundo?

Demasiado pesimista.

¿A nadie le puede ir mejor que a mí?

Vamos. Ni eso yo me lo creía.

-"Bien"- ¡que mente más sagaz! Ahora me felicitó a mi misma por mi gran respuesta. Bravo.

-"Podemos hablar en otro lugar"-

¿Hablar? ¿Para que necesitaba él hablar conmigo? Ni siquiera dos minutos de platica aquí mismo y ya quería que fuéramos a hablar a otro lugar. No entendía nada.

Y de nuevo, no me importo.

Asentí con la esperanza de que me sonriera. Y, ahí estaba. Esa sonrisa tan maravillosa que tenía. Era increíble con una simple sonrisa puede hacer maravillas con tu cuerpo… y mente. Bien, tal vez cuando me acostumbrara de nuevo a él y a su sonrisa, otra vez, lograría que el cuerpo no me temblara como lo estaba haciendo en este momento.

Patético.

Salimos del edificio. Shaoran revisada cada aspecto de mi facultad con sus ojos críticos. Yo asistía a la Universidad de Tokio, estudiaba historia. Nada trascendental, la verdad. Pero era buena y una de las mejores de mi generación.

Me observó de reojo y yo me puse más nerviosa. Y él lo sabía ¿Por qué? Cada vez que estaba nerviosa, llámenlo manía, me retorcía las manos, miraba el suelo y me mordía el labio insistentemente.

Como ahora.

Me ayudo cortésmente a subir a su auto, una vez que llegamos al estacionamiento. Un lindo convertible negro.

Shaoran era de las personas ricas que no tenían miedo o algún prejuicio en demostrar que lo era. Y definitivamente había nacido para ser rico. Tenía el porte, la galanura y la elegancia natos. Era hermoso, masculinamente hermoso.

Lo observé de reojo. Él iba viendo fijamente el camino, así que lo pude observar sin tanta vergüenza. Ahí estaba él, con su perfecto perfil, su cabello color chocolate desordenado que lo hacía verse condenadamente sexy, las cejas tupidas, los increíbles ojos ámbar, la nariz afilada, los labios perfectamente delineados y, si mi memoria no fallaba… condenadamente deliciosos, el cuello grueso sin ser tosco… volteé rápidamente cuando Shaoran me observó de reojo.

-"Necesito hablar contigo y necesito que sea en privado ¿te molesta que sea en mi hotel?"- volteé a verlo y él volvía a tener la mirada en el camino.

-"¿En tú hotel? ¿Qué pasó con tú casa?"- pregunté con curiosidad.

-"Ah… no tiene muchos años que mis padres decidieron venderla, ya nadie vivía ahí así que…"- se encogió hombros restándole importancia.

Yo lo sentía, realmente que sí. Esa casa me gustaba mucho y ahí había vivido cosas tan lindas que me entristeció en verdad que ya no fuera de su familia, así había menos probabilidades de volver ahí.

-"Entonces no hay problema con que sea en hotel ¿verdad?"-

-"No hay problema"-

No había diferencia, la verdad. Después de eso ninguno de los dos pronunció palabra. Llegamos uno de los hoteles más lujosos de Tokio. Shaoran me guió hasta su habitación. Bueno, decir que era una simple habitación seria quitarle el encanto: era un departamento de lujo, increíble de dos pisos, supuse eso por las escaleras que vi cuando pasamos por el recibidor.

-"¿Alguna copa?"- negué, no estaba acostumbrada a tomar. Shaoran, en cambio, se sirvió un vaso de un líquido rojo. Tal vez era vino. No sé. Lo bebió rápidamente, se sirvió uno más e hizo lo mismo, el tercero lo sostuvo en su mano, volteo para verme y trato de sonreír, o eso creo yo, pero sólo hizo una mueca

-"¿Cómo te ha ido en la escuela?"- preguntó. Arqueé una ceja.

Era absurdo lo que preguntaba. Shaoran siempre que quería algo iba directo al grano –lo sabré yo- y esa pregunta sólo significaba que estaba nervioso ¿Por qué? No creo que haya venido desde China para saber cómo está la escuela, aunque sólo fuera por educación. Ya que, nos conocíamos desde hace años, por lo tanto no tenía porque ser tan precavido al hablar.

Eso era lo que yo creía.

De nuevo ya no lo conocía.

Lo oí tragar ¡Ahá! Tenía razón.

Entonces era algo serio lo que quería, porque si no, no daría vuelta para hablar de ello.

-"Ya te hice esperar bastante"- dijo

Asentí. Me invitó a sentar, lo hice y él se sentó en la mesa del centro, que estaba enfrente de mí. Dejó a un lado el vaso de licor, tomó mis manos y las besó suavemente. Sentí todos los colores aglutinados en mi cabeza y mi respiración se acelero.

Qué hermosa sensación.

-"Antes que nada, escucharás todo desde el principio hasta el fin, todo, por favor y tratarás de entenderme y no me interrumpas"- Shaoran tenía la virtud, o maldición, depende como se mire, de hablar con autoridad aunque estuviera pidiendo un favor, que por cierto no era muy a menudo.

-"De acuerdo, Shaoran"- él suspiró.

-"Yo sé que tú y yo no terminamos de la mejor manera y que la mayor parte de la culpa es mía, pero no vengo a resolver eso"- suspiró armándose de valor-"voy a tener un hijo Sakura"- dijo después de varios segundos.

Me quedé helada ¿Escuche bien? ¿Un hijo? ¿Él? Pero…

¡¿Con quién?!

-"¿Eso qué tiene que ver conmigo?"- dije en un murmullo, ya que era obvio que no era yo la que estaba embarazada y que a mí NO ME IMPORTABA.

Sí, cómo no.

Quería salir corriendo de ahí.

-"Por el momento nada, la verdad"- aceptó rascándose la nuca en un gesto por demás infantil-no tenía que decir que amaba ese gesto ¿verdad?--"pero…"- calló de nuevo.

-"Lo que tengas que decir, dilo ahora"- demandé.

No me sentía muy cómoda ahí frente a él. No me sentía bien sabiendo eso. Estaba exasperada.

Shaoran volvió a suspirar, nunca le tuvo miedo al tonito que usaba yo cuando estaba enojada, alterada, o… exasperada. Aunque, yo tampoco le temía al de él.

-"La situación es esta"- recomenzó, viéndome a los ojos en todo momento –"Hace más o menos tres meses conocí a una chica, my linda, con la que pase dos meses bastantes buenos"- sentí como el pecho se me oprimía y se me llenaba de cólera. No lo di a notar, permanecí inmutable"- pero sólo fue eso, una aventura. Pero hace un mes me dijo que estaba embarazada"-

-"¿Cómo sabes que es tuyo?"- traté de ser objetiva. Era su amiga… o al menos me podía considerar algo de eso. Y, sí bien, la chica en cuestión, podía ser un ángel, el que haya pasado dos meses con Shaoran bien lo pudo pasar con cualquiera.

-"Créeme me hice la misma pregunta. Pero… por el momento no puedo dudar de ella, al menos hasta que nazca el bebé. Y, después de lo que me dijo, creo que no tengo otra alternativa que creerle"-

Yo no estaba convencida ¿Shaoran no asegurándose? Eso no me lo podía creer.

-"Ella se está muriendo"- ahogué un grito-"tiene un tumor en el corazón, inoperable"-

-"Lo siento mucho"- dije con sinceridad.

-"Yo también"- hubo un momento de silencio hasta que decidí romperlo.

-"¿Qué va a pasar con el bebé?"-

-"Cuando me enteré de la noticia, de las dos, fui inmediatamente a verla y fuimos juntos al doctor. Él nos informó que ella podría hacer algunas terapias para alargar su vida pero que eso pondría en peligro la vida del bebé. Ella decidió que el niño naciera, pero el doctor no cree que soporte el parto"-

-"Oh"-

-"Si, en cuanto dé a luz ella morirá"-Shaoran lo dijo susurrando.

Lo observé, realmente se veía triste, pero no demasiado. Hice un gesto con mi boca. No sabía que pensar.

-"Me ha dicho que soy el padre del bebé y, por el momento, no me queda de otra que creerle. No puede hacerse alguna prueba ahorita, porque podría ser muy riesgoso. Así que no pienso pedírsela. Cuando ella muera, el niño se quedará bajo mis cuidados, pero hay un problema. Yo no puedo tener hijo a menos que este casado o sino la fortuna de mi familia me será arrebatada, es un clausula de la Ley Familiar"- dijo con fastidio.

No entendía mucho del tema. Conocía a su familia, a la mayoría, pero nunca me interesaron esas cosas.

-"Cásate con ella"-dije como solución, aunque no me gustará demasiado.

-"No, al momento en que ella muera se me considerará padre soltero y la clausula tendrá la misma validez"-

-"¡Oh, pero que absurdo!"- gruñí.

-"Si, lo es"- sonrió y volvimos a quedar en silencio.

Ya me estaba acostumbrando a su presencia pero aún me perturbaba que tuviera mis manos entre las suyas y que las acariciara, al parecer inconscientemente.

-"¿Y yo? ¿Qué tiene que ver todo esto conmigo?"- repetí mi pregunta. Me miró intensamente.

-"Nunca antes he podido considerar como esposa a nadie, nunca a nadie se lo hubiera pedido. Ralamente nunca he pensado en una mujer con la cual pudiera compartir todo. Nunca"-

Sentí un frio abrazador por mi pecho. Nunca. Nunca. Nunca.

-"Nunca después de ti, o antes"-

Mi corazón cobro vida y comenzó a palpitar de una manera angustiante y frenética. Mis mejillas se volvieron a teñir de rojo.

Era cierto que en algún momento de nuestro noviazgo habíamos hablado de un futuro por demás familiar. El cuento de la casita, la familia, lo hijos, los columpios etc., había estado dentro de nuestros pensamientos y anhelos. Éramos jóvenes, sí, pero el amor que parecía haber entre nosotros nos hacía querer y desear tantas cosas y parecía un amor a prueba de todo y todos.

No fue así.

Nuestra relación terminó de una manera que me sentía incapaz de recordar.

-"Esta bien"- fue lo más inteligente que se me ocurrió decir.

-"Sakura"- reanudó Shaoran-"Necesitó una esposa para poder quedarme con mi hijo y mi fortuna al mismo tiempo"- torcí el gesto.

-"Tú hijo vale más que una fortuna, incluso de la tuya"-repliqué.

-"Si, pero he trabajado demasiado en tan poco tiempo para mi fortuna y no la quiero perder"-

-"Pues no veo como le puedes hacer, además puedes volver a hacer tú fortuna"- ahora fue Shaoran el que torció los labios.

-"Claro, la fortuna de siglos de la Familia Li"- ironizó.

-"No, la fortuna que has hecho en tan poco tiempo"-razoné-"¿o, qué piensas hacer?"-

-"Casarme"-

-"Pero me acabas de decir que no te puedes casar con ella porque…"-

-"No"- interrumpió"- No me puedo casar con ella, pero…"- dudó un momento, después habló firmemente"- me puedo casar contigo"-

Abrí los ojos como platos e hice lo único coherente en una situación como esta.

Me eche a reír. Carcajada limpia.

-"Ay, Shaoran. Se te ocurre cada broma"- dije mientras recuperaba el aliento después de algunos minutos de intensa risa. Me limpié las lágrimas y observé su expresión seria sin rastro de "caíste" o algo que me indicará que estaba bromeando.

Hablaba en serio.

-"¡¿De dónde sacaste semejante cosa?!"- grité, un poco alterada. Sí, un poco.

-"Ya te lo dije, no puedo conservar a mi hijo sin que me quiten la fortuna familiar"- dijo como si fuera lo más obvio.

-"¡No! ¡A lo que me refiero es de dónde sacaste que yo sería tú esposa!"-

Hable acaloradamente. Me seguía observando y continuaba con las caricias en mis manos. Respiré varias veces para tratar de decir algo sin tener que gritar y para que mis nervios se relajaran porque estaba de verdad alterada al ver que él seguía con calma… MUCHA CALMA.

-"¡Por los dioses!"- exploté-"¡Hace años que no nos vemos! ¡Entre nosotros no existe nada! ¡¿Qué quieres?! ¡¿Qué salte a tus brazos?! ¡Oh, gracias por concederme semejante honor! ¡Bah!"-

Termine gritando sin que sirviera de nada mis intentos serenarme.

Respiré. Bufé. Gruñí. Volví a respirar.

Después de varios minutos, por cierto bastantes prolongados, sentí que poco a poco me calmaba. También ayudaba, lo quisiera o no, las caricias que Shaoran brindaba a mis manos, eran tranquilizantes, o controladoras, depende como las viera.

-"¿Ya estás mejor?"- preguntó amablemente después de varios minutos. Sólo bufé-"Mira, Sakura. Las cosas son así ¿me escucharás?"-

-"¿Tienes más cosas que decir?"- pregunté burlonamente. El sólo asintió-"Bien, adelante"-

-"Las razones por las que me tengo que casar ya te las dije"-

Abrí la boca para decir que realmente no me interesaban sus estúpidas razones y leyes familiares pero él muy sensualmente puso dos dedos en mis labios para que no dijera nada. Paralizándome.

Y…

Anhelando.

-"Pero las razones del porque quiero que tú seas mi esposa, no"- asentí torpemente. Quería escuchar esto… y … también lo necesitaba-"En primera: no esperaba que te arrojas a mis brazos… aunque no me quejaría"- sonreí tontamente… y él sensual-"pero los motivos por los cuales quiero que seas mi esposa son simples… y, creo yo, bastante objetivos. Nos conocemos mucho, y tienes razón, no nos hemos visto en años, más de tres, casi cuatro, pero la esencia no ha cambiado. Nos conocemos, sabemos cómo somos, nos soportamos. Tú eres una persona buena, no derrocharías mi fortuna, confío en ti. Me aguantas. Sabes cómo soy ¡te juro que no podría convivir con otra mujer además de ti!!"-

Permanecí callada, viéndolo a los ojos como él me veía a mí. Levanté un dedo para indicarle que estaba pensando.

Sonrió.

Bufé.

Era bastante fácil imaginarme como esposa de Shaoran. Facilísimo. Y, después del discurso "convence a Sakura" era más aun más fácil.

Tenía razón en todo lo que decía. Nos conocíamos (tal vez no cómo antes… pero nos conocíamos. Y en ningún lugar decía que no nos podíamos volver a conocer ¿no?), nos soportábamos, bastante por cierto. Él era una persona con tanta paciencia… conmigo, tanta. Y al igual yo lo aguantaba.

Pero la más importante razón que dio fue "te juro que no podría convivir con otra mujer además de ti". Bien. Yo tampoco podría convivir con un hombre además de él, y no es que lo hubiera intentado, no, pero nadie era cómo Shaoran. Era fácil vivir con él… cuando lo soportabas y él a ti.

Así que… tenía razón.

-"¿Cómo sería?"- pregunté. Shaoran sonrió… sabía que casi me tenía en la bolsa. Era cierto.

-"Nos casaríamos inmediatamente. Serás oficialmente una esposa de un Li… tendrías derechos en las empresas, en la casa, en todos los lugares, dinero, ayuda financiera… todo"-

-"A mí eso no me interesa"- aclaré con un mohín. De verdad, no me interesaba para nada su dinero. Era suyo. Yo no tenía ningún derecho sobre él.

-"Lo sé… pero cómo bien dijiste nada nos une ahora más que el recuerdo"-

Eso no era cierto… al menos de mi parte…

Un cariño tenía por él.

¿Acaso creía que lo que él me estaba pidiendo lo consideraría con alguien más?

Ingenuo.

Aún no sé qué clase de cariño.

-"No tendrías porque ser mí esposa en la cama"- me sonrojé… y lo lamente –"conviviríamos como amigos. Tú en tu alcoba y yo en la mía. Sabes que viajo mucho así que no me tendrías que soportar todo el año"- dijo sonriendo.

-"Hum ¿Qué pasará con el bebe?"-

-"Bueno, no tienes porque preocuparte por él, tendrá alguien que lo cuide todo, serás su madre por nombre pero no tienes que serlo realmente"-

-"¿Seré su madre legalmente?"-

-"Eh, si"- digo muy inseguramente.

-"¿Qué no me estás diciendo?"- pregunté con la ceja alzada, él sonrió nerviosamente.

-"Eh"- carraspeó-"verás, la cuestión es que si quiero que mi hijo sea legal dentro de la Dinastía Li, tiene que ser verdadero dentro del matrimonio ¿me entiendes?"-

-"No"- suspiró.

-"Tienes que hacerte pasar por la madre verdadera de mi hijo en todos los ámbitos, incluso tienes que fingir estar embarazada"-

No dije nada y él no agregó tampoco otra cosa.

Mi mente trabajaba al mil.

Primero: él me estaba pidiendo que fuera su esposa, pero sólo en un papelito. Trate de auto convencerme que eso no importaba del todo. Puro trámite. Además me estaba otorgando por así decirlo libertad.

Segundo: me pedía que sólo fuera la madre de su hijo, aunque sólo fuese legalmente, por lo que entendía nada tendría que ver por el niño. Alguien más lo cuidaría. Sólo la sociedad sabría que soy su madre, pero no ejercería esa función.

¿Hacerme pasar por alguien embarazada?

¿Cómo se hace eso?

¿Podría abandonar todo con tal de ayudar a Shaoran? ¿Mi escuela? ¿Mi familia?

¡¿Todo?!

O.k. mentalmente me podría hacer a la idea de aceptar. Ser la esposa de Shaoran no parecía ser tan complicado. Incluso ser la madre de su hijo. Sí, aunque tenga que fingir un embarazo. Podría esconderme, qué sé yo. Lo podría hacer, pero…

-"Shaoran ¿estás consiente que es absurdo lo que me estás pidiendo?"- le pregunté para asegurarme de que realmente estaba consciente y no estaba pasando por un momento de locura –"me estás pidiendo demasiado… esto es algo para toda la vida"- asintió.

-"Lo sé, pero mira. Nuestro matrimonio sólo tiene que durar a lo mucho dos años"-

Hum… dos años. Lo observé con interés.

-"Es el tiempo que estipula la ley familiar… es algo así como válido. Si pasa ese tiempo no habrá problema con nada. Conservaré mi fortuna, tú podrás volver a tu vida con una pensión bastante buena y lo más importante, mi hijo tendrá futuro como heredero de la familia Li. Bueno… si es hombre… pero ya se verá… pero será un Li"-

-"¿Qué pasará con mi escuela? ¿Cómo le haré con lo del embarazo?"-

-"Pues mira lo ideal sería que no te dejarás ver en público y lo de tú escuela pues podríamos arreglar la con la junta directiva que puedas hacer nada más los exámenes finales. Alguien podría pasarte los apuntes y presentar los exámenes por internet"-

-"¿Dónde viviríamos?"-

-"Esta parte es la más difícil para ti, viviríamos en China"-

-"Oh"-

-"Si, tendrías una casa ahí, bueno tendríamos"-

-"¿Me tendría que quedar en la casa el tiempo que dure el embarazo?"-

-"Si, al menos a partir de los tres o cuatro meses que es cuando se supone se te podría empezar a notar"-

-"¿Cómo harás con mi familia? ¿Con mi hermano?"- Shaoran tuvo un escalofrió involuntario y casi imperceptible.

-"Pues podemos empezar con casarnos y después puedes decir que estás embarazada"-

-"Mi familia va a querer conocer a tú hijo, nuestro hijo"-

-"Tal vez lo más conveniente sería decirles a ellos la verdad"- aceptó al fin. Pasó otro de esos silencios.

Suspiré derrotada…

¡Era absurda esta situación! Y aún así… no podía negarle nada a Shaoran que me observaba ansioso con eso ojos que derriten. Malditos ojos. Son mi perdición.

Siempre me han enseñado que los matrimonios se realizan por amor y nosotros no estábamos enamorados ¿o sí? Claro que no. Uff. Él iba a ser padre… de un hijo que no era mío, no íbamos a compartir la cama (de nuevo lo menos importante… si, como no)

¡Inverosímil!

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Notas de Autora:

Hola!!!! Antes que nada, soy nueva. Ja. Espero realmente les guste mi historia, he dudado mucho en publicarla, pero me dije –bueno, no pierdo nada-. Espero sus comentarios, buenos, malos (sobre todo constructivos), incluso si creen que no debería seguir con esto y debería dedicarme a otra cosa…

Con alguien que lo lea seré feliz, de verdad, si hay un comentario que quiera lo continúe seré feliz y lo continuaré.

Trataré de publicar cada dos semanas, sí lo sé. Es mucho tiempo, pero estoy en la Universidad y trabajo, así que no tengo mucho tiempo. Pero cada dos semanas e incluso si tengo tiempo cada semana, no será mucha espera.

Gracias por leerme.

Kary Fanel