"El Brillo de una Luciérnaga"

Capitulo 1

El olor de los sueños

"¿a qué huelen los sueños?" Fue la pregunta que le hice a la cumpleañera un par de ocasiones mientras escribía este Fanfic (Creo que la metí en grandes aprietos) Los sueños, para muchos no tienen olor, habrá quien se atreva a decir que carecen de uno ya que son impalpables y etéreos, yo no estoy de acuerdo.

Cuando nuestros sueños son tan importantes para nosotros no solo cuentan con un olor, también cuentan con colores, texturas y sabores, si alguien no está de acuerdo dígame qué sienten cuando a sus bocas llegan sabores de antaño ¿no han soñado ya con ellos? ¿qué pasa por sus cabezas cuando el aroma de alguien a quien jamás han conocido pero que añoran cruza su nariz? Sé que a más de alguno le habrá pasado, a nuestra protagonista le ocurre así.

Los invito a descubrir en este capítulo: El olor de los sueños...

Era el cumpleaños número dieciséis de la pequeña dama. Esa noche se celebraría una fiesta, una en honor de la única heredera de Tokio de Cristal y todo el reino estaba de manteles largos.

Se habían mandado traer las mejores telas para confeccionar el vestido color rosa de la dulce princesa y de su madre. Todas las Senshi estarían presentes dejando de lado sus múltiples actividades para asistir a los eventos que se realizarían durante una semana entera para festejar tan grata fecha.

Ahora que la paz reinaba en la tierra no era necesario seguir peleando. Una justa y bella Reina velaba por el bienestar de todo el planeta tierra al lado de su perfecta familia.

Las Senshi, sus mejores amigas le habían apoyado en la construcción de aquel mundo utópico aunque no estaban más a su lado, al menos no físicamente como ella quisiera. Ahora que no era necesario mantener a un ejercito cerca para velar por la familia real, cada una de ellas había dedicado su tiempo a realizar sus sueños, al menos la mayoría de ellas.

Amy apoyaba al reino y se encargaba de las investigaciones científicas en beneficio de la gente del planeta. Uno de sus mejores logros había sido encontrar la fórmula de la eterna juventud, fórmula que había sido aplicada en la familia real y sus más cercanos súbditos, Amy siempre tenía trabajo por hacer.

Mina se dedicaba a la música por completo, ella interpretaba el himno del Reino y se encargaba de organizar todos los eventos sociales de palacio, era una de las figuras más respetadas en la sociedad, la encargada de ser la bocera oficial del reino.

Makoto se había encargado de organizar los menús para los festejos del cumpleaños de la pequeña dama, tenía una compañía de banquetes y siempre se encargaba de la comida en los festejos de Tokio de cristal.

Rei luego de insistir lo suficiente había conseguido convencer a su mejor amiga de mantener un pequeño ejército entrenado para la protección del Reino. Serena lo consideraba innecesario pero terminó por ceder ante la insistencia de su amiga, eso no podría hacerles ningún mal.

Setsuna cuidaba siempre de la puerta del tiempo, era rara la ocasión en la que se le veía por Tokio de cristal.

Haruka y Michiru llevaban su vida privada muy lejos del Reino pero habían accedido a asistir a tan importante evento mientras Hotaru no se había alejado para nada de Rini, su eterna mejor amiga…

La bella princesa de ojos de rubí se contemplaba ante la media luna del espejo de su habitación. Aquella noche recibiría a sus invitados para dar inicio a la semana de festejos. Portaba uno de sus mejores vestidos, uno rosa con holanes que su madre había mandado hacer con un diseñador exclusivo.

- ¿puedo pasar?- Interrumpe sus pensamientos una hermosa muchacha de ojos amatista y corta melena del color de la noche.

- ¡Hotaru!- se emociona la chica- bienvenida, pasa, pasa. Tenía tanto sin verte

- ¿cómo te fue en tu viaje a Grecia?- pregunta la chica de cabellos negros mientras comienza a peinar los cabellos rosas de su amiga para ayudarle a hacer sus reconocidas coletas.

- De maravilla. Conocí a un chico- cuenta la bella princesa- un chico fabuloso, Hotaru. Hoy lo conocerás

- ¿quién diría que ir a ese viaje al que te obligaron a ir tus padres para aprender sobre los antiguos griegos te sería tan productivo?

- Si, es verdad. Te agradezco por insistirme en que fuera. Si no hubiera sido por tu insistencia jamás lo habría conocido. Aunque me habría encantado que fueras conmigo.

- Le prometí a Rei ir a entrenar con ella a el templo de la nube, no podía fallarle

- No termino por entender la insistencia de Rei en seguir entrenando artes marciales. Ya no es necesario.

- Me gusta hacerlo, además. Pasamos un buen tiempo en Pekín

- ¿quiere decir que Rei ya está en palacio?- Pregunta la chica de cabellos rosas con emoción mientras su peinado está casi terminado.

- Si, en cuanto llegamos tu padre le mandó llamar. Imagino que es para consultarle algunas cosas sobre la seguridad de esta noche- Minimiza la muchacha pelinegra.

- Si, seguramente. Rei Chan es la mejor- halaga la chica de cabellos rosas- espero verla después.

- Seguro la verás. La Reina Serena le pidió que se quedara toda la semana

- ¿y aceptó? Mamá me dijo que Rei se había negado.

- Si, aceptó. Estando en Pekín recibió una carta del Reino, supongo que tu madre puede ser persuasiva cuando se lo propone- sonríe la chica

- Eso es genial. ¿significa que tu también te quedarás?- Interroga emocionada la chica de ojos de rubí.

- Si. Si mi Sensei se queda yo también lo haré.

- ¿ por qué crees que de pronto le haya dado por viajar tanto?- interroga Rini- antes de que viajara a Pekín llevó a una expedición a la India y antes de eso fueron al Congo. Eso me hace estar mucho tiempo lejos de mi mejor amiga

- Deja de preocuparte por esas cosas, Rei Chan dice que nos preocupemos por el aquí y el ahora. Y justo ahora estoy aquí con mi mejor amiga. Disfrutémoslo ¿quieres?

- ¡Si!

Las muchachas se quedaron charlando durante un tiempo más. Rini tenía que contarle sobre sus experiencias en Grecia y Hotaru sobre su entrenamiento en Pekín, tenían mucho de qué hablar, mucho que decir.

Un exquisito banquete coordinado y cocinado por Makoto se servía esa noche sobre la elegante mesa principal en palacio. Los más altos mandatarios habían asistido esa noche: Embajadores, políticos, figuras públicas y claro está: Las sagradas Senshi.

Rini y Hotaru aparecieron entre risas en el comedor cuando las entradas ya se habían servido. La pequeña dama se presentó para saludar a todos los invitados.

Poco después de que la dulce princesa tomara su lugar. Lady Mars apareció en el comedor disculpándose por haber llegado tarde, "un pequeño desperfecto en su vestido de esa noche" fue la justificación que dio la bella mujer que usaba un vestido color rojo con corte sirena, una peineta de fénix en plata pura decoraba su cabello, la elegante mujer tomó su lugar junto a su mejor amiga y confidente: Lady Jupiter.

- Lady Mars, la hora de la cena era a las ocho. Creo que su invitación lo decía claramente- reprende Luna quien portaba un vestido en color negro con amarillo aquella noche.

- Luna, Rei ya explicó que tuvo un desperfecto. No veo por qué tanto escándalo. Solo fueron unos minutos y yo también llegué tarde.

- Pero, Princesa…

- Mi hija tiene razón, Luna. No es para tanto. Rei es la mujer más puntual que he conocido en mi vida y el mundo no terminará por un pequeño retraso- minimiza Serena.

- Dejemos pasar este pequeño incidente- Pide el Rey Endymion- Lady Mars acaba de Instalarse y eso debió haberla retrasado también. No le demos más importancia a esto de lo que merece.

- Estoy de acuerdo, Su majestad- Apoya Artemis ayudando a dar por terminado aquel tema.

Durante la cena Amy habló de sus avances en investigaciones genéticas, estaba muy cerca de descubrir la cura a algunas de las enfermedades degenerativas que aun luego de tantos años seguían aquejando a la humanidad.

Se habló de la perfecta paz que imperaba en todo Tokio de Cristal y de su maravillosa y humana Reina, luego de ello y de la deliciosa cena dio siguió el baile de gala con el que se daba inicio oficialmente al ciclo de festejos.

El Rey y la Reina abrieron el baile al son de un vals cortesía de Michiru Kaioh y Haruka Tenoh. Mina se les unió sacando a bailar a uno de los diplomáticos que venía de Europa. Amy se retiró a conversar con Luna y Artemis a un lugar menos ruidoso en el salón, aunque una de ellas, la más joven había decidido salir a contemplar la noche estrellada. Se sentó en una banca sonriéndole a las estrellas. De pronto un suave olor a sal de mar, a mediterráneo impregnó su olfato, recordaba perfectamente ese olor, un par de años atrás había viajado a Atenas junto a su Sensei para entrenar junto a ella y el aroma del Mediterráneo se quedó tatuado en ella desde ese entonces, aquel aroma la hacía sonreír…

- Cualquiera quisiera saber qué hay en sus pensamientos, señorita- La muchacha se sobresaltó observándolo con los ojos bien abiertos- lo lamento ¿la he asustado? no quise hacerlo, es solo que… la vi tan sumida en sus pensamientos, tan perdida en las estrellas que no pude evitar acercarme a charlar con usted…

Hotaru se giró para encontrarse con un guapo muchacho con cabellos blancos y de hermosos ojos del color del sol. La forma en la que lo miró la asustó haciéndola ponerse de pie. Jamás había visto tanta luz en una mirada.

- ¿quién es usted?

- Mi nombre es Helios Paraskevópulos- se presenta educado el joven de ojos dorados inclinándose ante la muchacha- ¿y el suyo?

- ¡Hotaru!- gritó Rini desde el arco del salón principal agitando su mano y corriendo hacia donde estaba su amiga- Hotaru, que gran coincidencia ¡lo has conocido!

- ¿a quién?- se inquieta la chica de ojos amatista

- a Helios, mi novio- explica Rini- Helios, ella es Hotaru, mi mejor amiga. La chica de la que te hablé. Mis dos personas favoritas están aquí, en esta noche especial. Ven, Helios, quiero presentarte con mamá y papá, creo que les encantarás.

La chica de cabellos rosados tiró del brazo del alto muchacho haciéndolo entrar al salón de nueva cuenta, Hotaru se quedó un par de segundos más en la banca, contemplando la noche obscura.

Cerca del balcón Makoto y Rei charlaban, al parecer la castaña estaba teniendo bastante diversión a expensas de su vieja amiga.

- No te creo nada, Rei Hino- se burla la castaña moviendo un poco el peinado de la pelinegra en la parte del cuello- ¿segura que fue con el vestido tu problema?

- Ya te lo dije, el cierre de mi vestido se atascó- explicó la chica de ojos amatista incómoda por el tono de aquella pregunta.

- ¿y eso que traes en el cuello?- inquisitiva interroga la chica de cabellos castaños - ¿fue consecuencia de tu problema con el vestido?

- No, fue un accidente durante los entrenamientos en Pekín- explica la pelinegra volviendo a acomodar su cabello que curiosamente esa noche estaba recogido en un moño que caía del lado izquierdo de su rostro, ocultando una parte de su cuello.

- Vamos, a todas nos pasan "accidentes"- minimiza la castaña- A Andrew y a mí más a menudo de lo que deberíamos pero…

- Sensei- llamó una suave voz a las espaldas de ambas mujeres, era Hotaru.

Rei amenazó con la mirada a su amiga para que no continuara la charla, Makoto pareció entender.

- ¿qué ocurre?

- Sensei, quisiera Retirarme. Estoy agotada por el viaje y la verdad los eventos sociales como estos no son lo mío.

Una mirada comprensiva se posó en el rostro de la mayor de ambas pelinegras. En el tiempo que había compartido con Hotaru había aprendido a quererla y apreciarla tal vez como la hija que nunca había tenido.

- Yo también me retiraré- El itinerario de mañana comienza bastante temprano y será mejor descansar, igual estoy agotada por el viaje.

- ¿se van tan temprano? Pero si no es ni media noche aun- reclama la alta castaña.

- Despídenos de los demás ¿quieres? Te veremos mañana- se despide educada la heredera del poder de Marte.

Rei salió de aquél salón acompañada de su pupila. Ambas mujeres parecidas y tan distintas. Algunas miradas se posaban sobre ellas, su belleza era cautivadora y misteriosa. Algunos invitados maldijeron por lo bajo al perder la oportunidad de invitar a bailar a una u otra mujer.

Afuera estaba obscuro. Por alguna razón la luna había decidido no mostrarse y solo algunas estrellas podían verse en el cielo, todo era obscuridad.

Hotaru había tomado un largo baño luego de salir de aquella fiesta. Esperaba poder dormir de un solo tajo, estaba cansada y lo único que deseaba era dormir y no pensar en nada, se equivocaba….

Una bella muchachita de cabellos negros se encontraba vestida con su haori y una hakama roja, clásico vestuario de una miko mientras estaba en guardia con su katana ante una mujer muy parecida a ella pero evidentemente algunos años mayor pero no menos bella. La mayor de ellas atacaba a la menor con ferocidad mientras la muchacha se defendía, los gritos al aire "el codo más arriba" "en guardia" resonaban en el patio de aquel templo, Rei Hino no se caracterizaba por ser una maestra fácil, pero si como la mejor en todo el reino. Un último ataque de la maestra se detuvo al estar a unos milímetros del cuello de la estudiante.

- estas distraída hoy, Hotaru- regaña la de cabellos largos

- Lo lamento Sensei- se apena la chica mientras la instructora le entrega ambas katanas- no volverá a pasar.

- Esto es un entrenamiento, Hotaru. Pero en la batalla no puedes dudar ni distraerte, te costaría la vida- regaña la maestra que ve la pena en el rostro de la alumna, eso la hace disminuir la seriedad en su entrecejo.- Recoge todo, iré a darme un baño.

- Si…

La apenada muchacha se queda a solas mientras recoge las Katanas y los demás objetos de entrenamiento pero de pronto todo obscurece en el patio de aquel templo y ella se gira para encontrar la causa.

Una luz resplandeciente invade aquel lugar y Hotaru se gira para ver de qué se trata. Nada la preparó para lo que se encontró:

Un hermoso Pegaso de blancas alas la observaba con unos luminosos ojos dorados, dorados como el mismo sol.

Hotaru no pudo evitar acercarse al bello animal y acariciarlo, acariciarlo primero con curiosidad y luego con emoción, había algo en ese bello ser que la maravillaba, que la hechizaba y eso le daba miedo y alegría.

- ¿por qué me haces sentir así, Pegaso?- Pregunta la chica al animal que no le contesta, solo la observa. Hotaru se abrazó al lomo del bello animal que le transmitía tanta paz, olía a sueños, olía a dulce y también olía a mar…

El animal por toda respuesta acarició el rostro de la chica con suavidad. Era una caricia casta pero que despertaba en ella los más insospechados sentimientos y emociones...

- Hotaru, Hotaru. Despierta- insistía una voz chillona que movía a la joven dormida.

- ¿Rini?- logró articular la chica de cabello negro que despertaba de un profundo sueño- ¿qué haces aquí?

- te quedaste dormida, debes venir muy cansada de tu viaje. No podía despertarte.

- ¿qué hora es? No escuché el despertador

- No te preocupes, no es tan tarde. Pero te perdiste el desayuno

- ¿qué? ¿pasan de las ocho?

- si, pero no hay problema. Pedí que te trajeran el desayuno para que pudieras arreglarte, el vuelo saldrá en una hora del patio central

- ¿el vuelo?

- ¿acaso no leíste el itinerario?- regaña la chica de ojos rubí- Hoy iremos a Okinawa, pasaremos el día en la isla

- Rini, es que yo no he arreglado nada para…

- no te preocupes. Supuse que Ni Rei ni tu tendían tiempo de empacar así que me les he adelantado y días antes de su llegada fui a hacer algunas compras. Solo debes desayunar y estar lista en una hora en el patio central ¿de acuerdo?

Hotaru asintió sonriente

- te veo más tarde.- Prometió la princesa de cabellos rosas tras besar la mejilla de su amiga y salir corriendo de su habitación.

Hotaru se quedó a solas sentada sobre su cama y se puso de pie para desperezarse. Cuando caminó hacia el tocador se percató de que sus ropas de entrenamiento mojadas por el sudor y su katana estaban sobre la silla. Recordaba perfectamente no haber desempacado al llegar a palacio, llegaron con el tiempo medido para prepararse para el baile y antes de salir de Pekín ella misma se había asegurado de tener toda su ropa limpia y en perfecto orden. Luego caminó más de cerca hacia aquellas ropas, entre su Haori y su Hakama encontró una pluma blanca y larga, no era una pluma de ave pues medía tal vez treinta o cuarenta centímetros, solo una imagen vino a su cabezal de pronto aquel aroma…

- Pegaso….

Wiiii

siendo oficialmente en tierras tapatías 25 de Mayo, damos inicio a las celebraciones de cumpleaños de cierto fénix miembro de un clan Honorario, mi amiga "Leonor de Eboli"

¡Feliz Cumpleaños, Amigaaa! no hay mañanitas pero si revisas tus sueños esta noche encontrarás a un Endy Desnudo cortesía del apenado Garuda y del considerado Helios ¡disfrútalo!

Milagrosamente este no es un fic "Rei&Darien" (Aunque no prometo no meterlos haciendo travesuras en la historia) sino un "Helios&Hotaru" que es una pareja que nos agradó mucho a la cumpleañera y a mi a partir del final de "La logia del Caos" y un día que no tenía mucho que hacer y si mucho por crear vino a mi cabecita la idea de este minific para festejar a una de mis amigas más queridas.

Esta historia consta de 3 capítulos y como justa amiga que soy publicaré un capitulo mensualmente (cada día 25) para solidarizarnos con el regalo de cumpleaños de mi querida amiga Made que también cumple años en Mayo, así que espero Lady Phoenix, Mademoiselle Rosseau y todos los que leen me tengan paciencia porque esta es una pareja nueva, espero hacerlo con dignidad.

¡Nos vemos en un mes!