PROLOGO

Avanzaba lentamente, como si se despidiera de cada una de las cosas que ya habían dejado de ser cosas. Eran parte de un todo de una experiencia de toda una vida. Como si su pesar hubiera nacido en los sitios donde ponía los ojos. Le remordía de sobremanera que en un futuro no muy lejano todo lo que veía se convertiría solo en un recuerdo, como un sueño del que no estaría segura si había ocurrido o no. Pero lo que le daba más tristeza era el pensar si ocurría de la misma forma con esas personas por las que había desarrollado un sentimiento de dependencia emocional mucho más grande de lo que hubiera imaginado. Harry Potter y Ron Weasley, era verdad que había buenos amigos que habían surgido a lo largo de los siete años en Hogwarts, pero ninguno se le comparaba en lo más mínimo en los sentimientos que tenia por Ron y mucho menos por Harry.

Sin embargo Hermione había dejado morir sus sentimientos por Harry desde ya mucho tiempo, había pasado demasiadas cosas y ella nunca dejo de ser su mejor amiga. ¿Como puede alguien llegar con su mejor amigo un buen día y decirle:" sabes que estoy enamorada de ti"? Hermione no era de ese tipo de chicas y como chica d e logia que era, ya había explorado sus posibilidades. El primer amor de escuela de Harry fue Cho Chang y frente a ella Hermione no tenía competencia. Era verdad que podía comprarse un libro de Quidditch, aprenderse todas las jugadas y poder conversar con Harry al respecto, pero la verdad no podía adivinar la sensación de atrapar un snitch frente a cientos de personas o el sentimiento de montar una escoba cuando afuera hace una tormenta horrible. Y no era que no lo hubiera intentado.

Hermione siempre estaría de las gradas apoyándolo, siendo su fans numero uno y acompañándolo a las practicas. Se preocuparía por el cuando estuviese enfermo y se aseguraría de sonreír cuando triunfara y de llorar cuando el estuviese triste. Y si eso ya lo hacia siendo su amiga para que desperdiciar todo eso con un TE AMO.

Muy pronto y sin darse cuenta, Hermione ya había llegado al gran comedor donde sus amigos le habían guardado un espacio en la mesa. Harry sonreía, estaba feliz desde que Voldemort había sido vencido. A Hermione le costaba trabajo, pero compartió su sonrisa, gesto que no era otra cosa que el reflejo de los de Harry. Nadie se enteraría lo mucho que sufría en aquellos momentos porque ya no tenia personalidad, se había convertido en un espejo viviente.