Enamorada del mismísimo demonio.

PREFACIO:

Busqué con la mirada a mi arcángel rubio, pero no lo encontré.

Toqué con mi palida mano mi abultado vientre. Tenía miedo, tenia la sensación de ser como una frágil muñeca de porcelana, parecía que me iba a romper en mil pedacitos, pero eso no ocurrió. A veces odio lo fuerte que puedo llegar a ser, a pesar de estar completamente destrozada.

Una mano me toco el hombro y mire al dueño de esa mano. Mi mejor amigo, mi hermano, mi confidente me devolvió la mirada al momento. Le pregunté sin fuerzas por el rubio. Me respondió con una negativa de cabeza y me abrazó. Mi mundo anteriormente perfecto se había destrozado apenas unos días atras, pero en cuanto me abrazó supe que se habían derribado las ultimas llamas de esperanza que tenía.

¿Amor? ¿Pasión? ¿Esperanza? ¿Realmente existían esas palabras?

No. Por lo menos no para la chica que se enamoró de un demonio rubio.